Sinopsis: En este juego se apuesta de todo: Dinero, sueños, personas y sobre todo, corazones. ¿Cuánto quieres ganar? Y... ¿cuánto estás dispuesto a perder?
Todo o Nada
Por: Kida Luna & Clumsykitty
Prólogo
Fragmentos de la Canción "Sólo a Terceros", de Panda.
Tal vez no sucedió,
tal vez esto sea una ilusión,
tal vez sea una obra dramatúrgica
con actores, y tú eres la principal.
Y ése de abajo… es tu secundario.
¡Inició la función!
¿Qué pasara al final de este drama sexual…?
El ruido de zapatos contra la losa dura, las voces que inflaban lo pasillos, los miles de mechones de colores y los infaltables uniformes matiz canela hicieron su aparición en el inicio de aquel año escolar. La preparatoria de Uminari abría sus grandes y vetustas verjas blancas, dando paso a los hermosos jardines de rosas que jalonaban el camino al colegio.
Al contrario de los lozanos y bien cuidados arbustos, al final del sendero se alzaba el complejo de un par de edificios blancos, cuya pintura vieja se mostraba astillada en las esquinas. Conforme los zapatos de charol se adentraban, algunos ojos veían por primera vez (mientras otros reconocían de nuevo) los humildes pasillos, los sencillos (uno que otro abollado) casilleros y las varias sillas individuales de madera (cubiertas de dibujos y rayones) que abarrotaban los salones de clases.
-"No puedo creer que vuelva a encerrarme aquí."
Una mano blanca acarició las puntas de sus cabellos rubios mientras bufaba. La falda corta se meció un poco cuando el cuerpo se dejó caer contra la pared; las piernas fueron cruzadas y pronto una voz ligeramente más fuerte se escuchó a su lado.
-"¿No puedes creerlo? –rió sueltamente en burla-. Fate, ¡ni siquiera yo puedo terminar de creer que hayas pasado el segundo año de preparatoria!"
-"¿Ah, sí? –alzó una ceja-. Pues al menos yo no me ando buscando favores con tal de tener notas pasables, hermanita."
Los ojos borgoñas oscuros observaron la silueta de la rubia a su lado, prácticamente idéntica a la suya misma. Sin embargo, Alicia no hizo caso del comentario, más concentrada en mantener la mirada enfocada en el nuevo enjambre de alumnos que desfilaba al frente de ambas, y en relamerse los labios de vez en cuando.
Fate y Alicia Testarossa eran hermanas gemelas, de la clase de personas que sabían lo que querían y obtenían lo que querían, lo demás no importaba. No, siempre y cuando fueran felices.
Y los ojos de Alicia fueron felices en cuanto captaron las figuras de dos jóvenes de su edad que se preguntaba, cómo era posible que no las hubiese visto o conocido antes. Se relamió los labios de nuevo.
Después de todo, eso podía arreglarse.
-"Oh, vaya, a veces debo admitir que tienes buenos gustos, Al" –Fate se inclinó hacia ella y le siguió la mirada.
-"Puedes apostarlo…"
Las dos jovencitas platicaban entre sí, una de cabellos pelirrojos y otra de cabellos castaños. Casi podría decirse que eran las típicas estudiantes aplicadas, razón por la cual habían pasado desapercibidas para las gemelas Testarossa.
-"Vamos a hacer una apuesta –comenzó Alicia al mirar a su hermana-. Si puedes con la pelirroja, no le diré a mamá que estás a un pie de la expulsión por tu nada inofensiva bandita."
Fate gruñó mientras fruncía el ceño.
-"Eso es chantaje… -enseguida rodó los ojos con hastío-. Ah, pero lo olvidaba, yo estoy con la reina del chantaje."
-"Ou, no me digas que una nenita de coletitas te da miedo."
-"Cuida tus palabras, Al."
-"Cuida con quien hablas, Fate-chan" –se mofó con un tono altanero mas ligeramente sensual.
La menor se irguió, mirando de forma retadora a su hermana. Si había algo que ninguna de las dos se permitía, era aceptar una derrota en una apuesta; y menos cuando se trataba de una tan sencilla.
-"Si yo gano, tú harás mis exámenes."
-"Seguro, no hay problema" –la mayor alzó los hombros como si no le importase.
-"Aprobándolos…"
-"Hermana preciosa… –Alicia le sonrió coqueta mientras tomaba sus libros, los cuales apenas si había abierto en alguna ocasión, y los guardaba en la mochila junto a sus pies-. Tienes un mes para hacerla caer, de lo contrario, bye byeeee" –se inclinó para soplarle en el oído sus últimas palabras.
Alicia se separó y respiró antes de sonreír maliciosa.
-"Seré la reina de esta escuela."
-"Ya lo veremos, olvidas que tú y yo nos vemos exactamente igual –la menor sonrió con descaro, observando por el rabillo del ojo a la pelirroja y a la castaña que pronto pasarían frente a ellas-. No necesito un mes para que alguien caiga a mis pies, mucho menos una niña sabelotodo que de seguro cae con la primera cursilería que le diga."
Alicia rió despacio y con elegancia al ver el deseo en los ojos de su gemela, así como la relamida de labios que se estaba dando en esos momentos.
-"No me interesa lo que quieras hacer con ella, Fate –le dejó en claro. El tono divertido jamás abandonando su voz-. Pero si en menos de un mes –le levantó el mentón con un solo dedo- no consigues llevártela a la cama… -se acercó para darle un beso en su mejilla, uno que duró varios segundos-. Puedes darte por reprobada en el año y con un problemón en casa con mamá Lindy."
El susurro travieso aunado a la sensación de escalofríos que transmitía consigo, no tuvo ningún efecto en Fate, a diferencia de las demás personas que solían caer bajo el encanto de su hermana mayor. La más chica batió la mano al aire simplemente, restándole importancia.
Fue en ese momento en que las chicas que habían estado observando con anterioridad, pasaron justo delante de ellas. Oyendo la risa de la otra, Fate no pudo evitar voltearse con una expresión de sorpresa, consciente de que Alicia probablemente haría algo…
-"Lindo paquete el que llevas delante, pelirroja. ¿Cuándo me invitas a desenvolverlo?"
…algo muy Alicia.
La joven de cabellos rojos se detuvo en aquel instante, congelada. Su amiga la imitó. Ambas voltearon a ver a la rubia que había hablado con osadía, pero fue quien recibió el atrevido cumplido, la única que separó la boca para responderle.
-"Nunca –dijo lentamente, como si hubiese masticado y escupido cada letra dicha-. No me interesa mezclarme con gente de tu… -la miró de arriba abajo, sintiendo el enfado y el asco crecer dentro de ella-… nivel. Si es que lo tienes."
La pelirroja giró la cabeza con enfado para después perderse entre la marejada de alumnos que caminaban por el pasillo, apresurados en buscar su aula antes del toque del timbre. La castaña, sin embargo, se quedó unos segundos más, viendo con ojos duros e incrédulos a la rubia que se recargaba en la pared y mantenía sus brazos cruzados.
Alicia alzó una ceja, y luego, le sonrió con coquetería.
La trigueña cerró los párpados y suspiró con pesar, o eso le pareció a las hermanas. Enseguida, se dio la vuelta para alcanzar a su amiga.
-"Qué divertido" –la mayor soltó entre risas.
-"Gracias –Fate soltó con sarcasmo-. Ahora sí que me la has puesto más fácil. Qué bajo has caído…"
-"Ahhh, ¿pero no fuiste tú misma quien solía decirme que, en las puestas se vale todo, hermanita? Además, sí eres igual a mí. Sólo te importa complacerte."
-"No importa –se separó de la pared y recogió la mochila que había dejado en el suelo-. Voy a acostarme con esa pelirroja, así que mejor ve estudiando para mis exámenes."
-"Cuidado, Fate, que cae más rápido un hablador que un cojo –su hermana le guiñó un ojo antes de separarse también del muro y tomar su mochila-. ¿Sabes?
-"¿Um?"
-"No es justo que sólo tú te diviertas. Supongo que a mí me toca tirarme a la amiguita."
-"Haz lo que quieras."
Alicia no hizo caso de la respuesta indiferente, sólo se limitó a acomodarse de manera coqueta la mariposa que sujetaba su cabello en un moño alto; al contrario de Fate, quien gustaba de llevar el cabello amarrado en una coleta baja y floja, ella prefería portar un peinado corto.
La mayor se colgó la mochila al hombro y se fue a su salón cuando la campana anunció la primera clase; sus pasos seguros, acoplándose a las caderas que se movían con suma feminidad.
Fate miró a la pelirroja que iba al mismo salón que su hermana Alicia, mientras la castaña se separaba para entrar por la puerta donde Fate también debería hacerlo. Apenas vislumbró a su hermana riendo y saludando a sus nuevas -presas- compañeras, que le devolvían el gesto con reticencia, sus labios se torcieron en ligera molestia.
Su hermana era una perversa astuta.
Fate, no obstante, sonrió enseguida con malicia y se dirigió al pasillo ahora vacío, caminando con la misma confianza y erotismo que su réplica.
Así que Alicia quería hacer el juego más entretenido, ¿no?
Su sonrisa se amplió más cuando vio los últimos mechones rojos desaparecer en el aula contigua a la suya.
Diferentes salones, ¿eh?
Eso no le detendría…
¿Valdrá la pena esperar al final?
Me agrada sentir dolor,
ven a contármelo.
Y quiero escucharlo.
Pones tu cara de querer decir lo siento, que ya caes en lo burlesco.
Quiero escucharlo.
Y tienes talento para dar placer…
¡Pero sólo a terceros!
K: ¡O EME GE! (Léase OMG xD).
Mi compañera del crimen, Kit, y yo hemos decidido que es hora de poner en marcha el plan "Iniciar y desarrollar el segundo proyecto de Kida y Kit". Jeje, bueno, esta vez trataremos de tener una mejor idea de cuánto durará esta historia.
Como una aclaración importante, nosotras pretendemos traer aquí la vida del adolescente y los problemas más comunes que surgen en esa etapa. Yo ya le había comentado a ella que quería hacer la historia lo más crudamente realista posible, por lo que conforme avancen los capítulos, es seguro que el rating cambiará a M.
Todavía no estamos muy seguras de qué tanto trasfondo psicológico vamos a abarcar, pero confío en que lo haremos bien =)
C: Y si no lo hacemos bien, pues también, bien… Jajajaja, no es cierto. Esta vez estamos empleando otras armas que no pudimos usar en Muñecas Rotas.
Espero que contemos con su predilección y sus comentarios constructivos. Me da gusto volver a trabajar con mi picola amiga y volver a esto de los fanfics. Haremos nuestro mejor esfuerzo.
¡Gracias por leernos!
Este fanfic no pretende ofender a nadie, simplemente es algo que deseamos retratar y que había estado guardado durante un tiempo en nuestros corazones inquietos.
Se despiden, Kida Luna & Clumsykitty.
