Fragmentado
Hola, soy nueva en esto, algo evidente para quien ha leído mi otra historia "Atrapado".
No sabía ni como publicar, y esto es posible solo gracias a la colaboración de Asusa. Z.S quien amablemente se tomó el tiempo para explicarme cómo hacerlo.
Solo queda decir que espero les guste.
Aclaración: los personajes pertenecen a Shungiku Nakamura
Ahora si a leer!
Fragmentado
Cómo olvidarlo, a él quien he amado por tantos años, con tanta pasión, con tanta fuerza.
Cómo no amarlo a quién en un instante se metió en mi corazón por su bondad, por su preocupación por un sufrimiento del que ni siquiera yo estaba consciente de lo evidente que era.
Cómo saber cuál de los dos es el que hace latir mi corazón realmente, si ambos son tan distintos y tan similares al mismo tiempo. Ambos bondadosos, amables, dulces, pero uno despistado y el otro perspicaz.
Ojos índigo, ojos esmeralda, ¿Quién ha capturado mis ojos?
- Usagi- llama uno con voz amable y cálida, la misma voz que me ha hecho suspirar incontables veces, la misma voz que me causa dolor.
- Usagi-san- dice el otro con extremada inocencia y ternura, con una voz que me empieza a hacer suspirar, con una voz que me hace sonreír ligeramente.
No los merezco a ninguno de los dos, eso lo sé y lo tengo muy claro, pero ¿a quién quiero merecer, a quién quiero amar?
Sé que con Takahiro no tengo oportunidad, nunca la tuve y aunque siempre lo supe, el saberlo no impidió que mis sentimientos cautivos se desbordaran en su persona. Pero no quiero amar a Misaki como una segunda opción, como una posibilidad más posible, sino porque me hace amarlo por su personalidad inocente y dulce, por esa belleza tan sutil y evidente a la vez, por su ternura y buen corazón.
El problema es ese, no sé a cuál amo, no sé a quién quiero realmente, a quien quiero querer aunque duela. Debo olvidar a Takahiro, algo que cada vez se hace más sencillo, y descubrir que es eso que se agita en mi interior cada vez que Misaki se acerca, cada vez que habla, cada vez que sonríe, incluso cada vez que respira.
- No soy un sustito de nii-chan- reclama una tarde después de una discusión, con enojo, las mejillas sonrojadas y los ojos llorosos.
Y tiene razón, no lo es. Con solo esas pocas palabras me hace darme cuenta que lo que sentí por Takahiro no era algo que hubiera durado, era un simple capricho masoquista que desapareció en el instante en que este maravilloso chico apareció en mi vida, iluminándola dándome cosas que nunca creí merecer, y de las cuales el ni siquiera es consciente. Todo eso se confirmó esa noche lluviosa en la cual sus ojos se empañaron y dejaron brotar cálidas lágrimas por mi dolor, por un dolor ajeno a él por el cual su corazón se estrujo aunque poco debía importarle.
Ese día pensé "Sí, es él", y fue la decisión más correcta que pude haber tomado. Aún sigo pensado que es él, y creo que en lo que me reste de vida eso nunca cambiara.
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