Cuando la Luna se alza, la Serpiente sale de caza.
Chapter 1: La primera vez que... la vio.
Declaimer: Esta historia es por completo de mi propiedad. Los personajes no me pertenecen, son obra de J. k. Rowling
La primera vez que la vio, durmieron juntos.
No había sido un buen día para los Gryffindor, Sirius Black había entrado en el castillo y se había infiltrado en la casa escarlata, como consecuencia ahora toda la escuela estaba durmiendo en el Gran Comedor.
Los ronquidos de Crabble y Goyle lo mantenían completamente en vela, podrían pensar que como él dormía en su mismo cuarto ya se había acostumbrado a ese concierto nocturno, pero lo cierto es que su gran destreza en hechizos combinada con su poca paciencia hizo que en primero insonorizase las cortinas de su cama.
Se revolvió incomodo en el saco, quejándose mentalmente de todo: la frialdad de su padre, su madre, tener que dormir en el suelo, no tener un libro que leer y no poder encender su varita con un lumus, no haber podido cenar tarta de manzana porque Blaise Zabini en un ataque de rabia la había cogido y se la había tirado a la cara de Daphne Greengrass…
Siempre había sido un chico solitario, no se relacionaba con nadie y a los catorce años apenas sabía lo que era sonreír. La muerte de su madre a manos de unos mortífagos lo marcó siempre, y con cada borboteo de sangre que salía de los labios de ella, una llama se apagaba en el espíritu de él. Aunque muchos pensasen que su boggart era una multitud riéndose de él, la muerte de su madre hizo que el vomitase en clase de Lupin a la vez que su madre escupía sangre con cada patada que el ente desconocido le propinaba en la barriga.
Por ese entre varios motivos, ahora se situaba en la linde entre Slytherin y Ravenclaw, lo único que escuchaba (aparte de la sinfonía de sus compañeros) eran los suaves suspiros de una chica con el pelo extremadamente rubio. No sabía si lo que le pasaba era que respiraba nasalmente o que en realidad suspiraba sin parar, pero como el sueño no le llegaba decidió curiosear un poco.
Se irguió hasta quedar de rodillas, medio cuerpo dentro del saco de dormir y medio cuerpo fuera, y un escalofrió le recorrió la columna por culpa del frio a la vez que un suspiro un poco más fuerte llegaba de la chica con el pelo de nieve. Intentó acercarse a ella sin que la escuchase o pudiera despertarla, y justo cuando iba a ver su cara ella se dio la vuelta.
Unos enormes ojos de cristal lo miraron con simpatía—Me encanta tu olor, es una mezcla entre menta y café combinado con colonia de hombre.
No supo que responder a eso, completamente desorientado optó por recostarse en el suelo y fingir que esto no había ocurrido. Era la chica más rara que había visto en su vida, con cara de loca por culpa de sus grandes ojos con pestañas y cejas rubias, las palabras que le había dicho no fueron más que un aliciente.
Tras un rato, y cuando estaba a punto de caer rendido al sueño, sintió unos finos bracitos suaves y fríos abrazarlo; sonrió sin darse cuenta, y correspondiendo el gesto la acercó a él por la cintura. Un olor a lavanda y cerveza de mantequilla lo envolvió en una suave nube de placer y tranquilidad, y lo último que su mente pensó antes de caer en la inconsciencia fue:
No te vayas nunca.
Esta va a ser una pequeña historia dedicada a una de mis parejas más amada, Theodore Nott y Luna Lovegood. Los capítulos van a ser cortos y por lo general no le tengo pensado meter demasiada trama, mi único objetivo es que cuando terminéis de leer tengáis una pequeña sonrisa en el rostro y una calida sensación en el pecho (la misma que se me queda a mi cuando termino de escribir un capitulo).
Espero que os haya gustado y pregunto: ¿merezco un review?
