Tomó una respiración profunda, mientras miraba al suelo, esperando ver sus propios pedazos, pero no había nada. ¿Quizá porque había tirado todo lo que quedaba de él a la basura? ¿O quizá porque ya no había nada más que romper?
Elsa no sabía, pero tampoco le importaba.
Observó, desde lejos, como Anna encajaba su mano con la de Kristoff. Encajaban tan bien...
Y entonces lo decidió, a pesar de haber luchado por interminables años por superarlo, por ser feliz, la realidad golpeó su rostro con fuerza: La felicidad no era para ella. Anna jamás sería para ella.
Y es que su corazón, ya tenía dueño.
Drabble triste de esta pareja
