CAPÍTULO N°1: Extraños sentimientos…

Un muchacho ansioso, se encontraba en el parque. "Plaza España", así se llamaba. Era un buen punto de reunión.

Una joven, muy hermosa, llegó de atrás tapándole los ojos.

-¿Quién soy?- Preguntó riendo.

-Mmm… ¿Será la chica más linda de toda la ciudad?-

-¡Claro! ¿Cómo lo supiste?- Dijo soltándolo.

Él, se dio vuelta para poder abrazarla.

-¡Bra! ¿Cómo estás, princesa?-

B: -¿Cómo crees? ¡Feliz cumpleaños, mi Príncipe Goten!- Exclamó dándole un regalo.

G: -¡Gracias! ¿Qué será?- (Abriéndolo)-¡Oh Dios! ¿Ilusiones de Richard Bach? ¡Eres increíble!- (Abrazándola nuevamente).

B: -Vi como mirabas ese libro el otro día. ¡Parecías enamorado!-

G: -¡Eres genial! ¿Lo sabías?-

B: -Siempre lo dices…-

G: -Te has hecho algo en el cabello. ¿Cierto?-

B: -Sí. No sólo debía verme bonita para ti, esta noche cenaré con "Ale"…- Suspiró con los ojos brillantes.

G: (Fastidiado) –Ya veo. ¿Por eso no querías salir conmigo? ¡Qué buena hermanita tengo! ¿Qué clase de persona deja a su sensual mejor amigo tirado por su… Digamos, "novio"?-

B: -¡Oye! ¡No seas así! Me haces sentir mal… No es mi culpa, él insistió bastante. Además, este sábado saldremos. ¿No te conformas?-

G: -No. Pero ya veré cómo vengarme de ti…- Reprochó.

Luego de hablar un rato y divertirse al aire libre, ambos se despidieron, ya que, era un día de semana y había responsabilidades que cumplir.

Esa noche, Bra se encontraba muy ansiosa. La cita era en una casa frente a la playa, cuyo único dueño, un acaudalado hijo único, era "Alessandro". No era casualidad que Goten se viera celoso ante él. El mismo, era europeo. Cabello castaño claro, ojos verdes con vetas caoba; 1.85 de alto, contextura atlética y, multimillonario. Heredero de una de las marcas de autos más conocidas de Italia. Era el hombre que cualquier muchacha pudiese desear.

La joven saiyajin, comenzaba a subir la escalera que llevaba a la inmensa residencia. El firmamento se veía de lujo desde allí arriba. Al llegar, pudo oler un dulce perfume proveniente de su amado. Él, estaba ahí, radiante, impecable. Llevaba una rosa en sus manos y una gran sonrisa en su rostro.

B: -Vaya…- Dijo emocionada al ver una cena romántica rodeada de velas, pero sobre todo, al ver a su querido.

A: -Esto es para ti, preciosa.- (Entregándole la flor) –Me dejas sin habla con tanta belleza.- Decía con un inevitable acento.

B: -Lo sé… Tú tampoco te ves tan mal.- Mencionaba arrogante.

Entonces, los tórtolos, comieron tranquilamente mientras hablaban.

A: -Oye…- (Tomando su mano) –Hay… Hay algo que he querido decirte desde hace mucho. ¿Sabes?- (Inquieto)

B: -¿Qué es? Te noto nervioso…-

A: -En cuanto este año termine, debo viajar a Italia…-

B: -¿De vacaciones? ¿De nuevo?-

A: -No exactamente…- Dijo tristemente. –Mi padre no está bien. Él quiere que me encargue de la compañía.-

B: -Pero… ¿Te vas a vivir allá? ¿Para siempre?- Replicó con los ojos llenos de melancolía.

A: -¿Tú me extrañarás si me voy?-

B: -¿Qué si te extrañaré? No podría seguir con vida…- Algunas lágrimas comenzaban a caerle. -¿No puede encargarse alguien más de eso?-

A: -Si tú fueras mi esposa, podrías ir conmigo…-

B: -¿Qué? ¿Qué estás tratando de decir?-

De pronto, sacó del bolsillo de su saco una pequeña caja. La abrió mostrándosela, era un anillo.

A: -¿Quieres casarte conmigo para jamás separarnos? Ti amo, Bra.-

B: (Sonriente, se levantó de la silla) -¡Sí, sí, sí!-

Alessandro, también se puso de pie para colocarle el anillo. Acto seguido, la tomó dulcemente del rostro y la besó.

Era martes por la mañana. Goten, aún dormía cuando un insistente timbre lo despertó.

G: -¿Quién es?- Preguntó entre bostezos desde el portero eléctrico.

B: -¡YO!-

G: -Ahí bajo… ¿Qué hora es?-

B: -¡Las 06:30! ¡Traje donas!-

Luego de despejarse con agua, el joven moreno dejó entrar a su amiga.

G: -Mi despertador no suena hasta dentro de una hora.-

B: -¡Lo siento! Es que, estoy muy feliz.- Decía sonriente.

G: -¿Y a qué se debe tanto alboroto?-

B: -¡Mira!- Exclamó mostrando su anillo.

Goten, se había sorprendido bastante. Aunque le costaba un poco creerlo. No podía articular palabra.

G: -¿Es lo que yo creo que es?- Decía nervioso.

B: -¡Sí! ¡Voy a casarme! ¿Puedes creerlo? ¿Yo casada? Es… Es simplemente hermoso…-

G: -¿Cuándo te lo pidió?-

B: -Anoche. Aunque…-(Dubitativa)

G: -¿Qué?-

B: -Nos mudaremos a Italia. Así que, la boda será antes de diciembre.-

G: -¡Diciembre! ¡Pero si estamos a Mayo!- Dijo algo enfadado. –No puedes irte, Bra. Primero Trunks y ahora tú. No me puedes dejar.-

B: -No te dejo. Tú y yo hablaremos siempre. No es como en la época en que sólo había cartas y, éstas llegaban a caballo, tardando varios meses. Hoy, la tecnología te permite estar cerca de personas aunque estén al otro lado del mundo. Además, vendré de vez en cuando y, supongo que tú también me visitaras.- (Sonriendo)

Era extraño, el joven Son, no parecía contento con la idea. Realmente, él no se sintió bien con la noticia. Más allá de la tristeza que le provocaba que su mejor amiga se marchara lejos, algo había en su interior. Un sentimiento un poco más profundo. ¿Qué era? ¿Por qué sintió un enorme temor al saber que la perdería para siempre? ¿Para siempre? Pero, según Bra, ellos se verían en visitas y se mantendrían en contacto por redes sociales constantemente. Sin embargo, algo estaba ahí, queriendo salir a flote.

Se mantuvo en silencio, tratando de procesar todo aquello que sintió. Su estómago era un desastre.

B:-¿Será acaso que no te pone feliz que vaya casarme? ¿Por qué?- Mencionaba triste.

G: -No es eso… Es que… Es difícil de explicar…-

Él, no podía mirarla. Hacía todo lo posible por esquivar esa mirada azul que le suplicaba aprobación. Para Bra, no fue fácil que su hermano partiera. Por eso, se refugió en Goten y, él hizo lo mismo. Las personalidades de los hermanos Brief, eran muy parecidas. Aunque, obviamente, un hombre y una mujer son muy distintos. No obstante, ellos compartían muchas cualidades y reseñas propias de cada uno. Razón por la cual, la pequeña Saiyajin, necesitaba, y mucho, que su mejor amigo le brindara ese apoyo que un hermano podía darle. Pero, no recibió nada.

B: -Okey…- Dijo muy triste, pero entendiendo la situación. Bueno, al menos eso creía. –Te dejaré a solas, para que proceses todo esto. No quiero que te enojes conmigo. ¿Sí? Yo no podría casarme si tú no lo apruebas. Después de todo, eres como mi segundo hermano…- Finalizó sonriendo, para luego retirarse.

G:-¿Qué me sucede?- Pensaba en voz alta. –No quiero que te vayas, Bra. Sin ti no sé qué haría…-

P: -¡¿Qué?! ¡¿Italia?!-

B: -No me digas que tú también te enojarás conmigo…- Replicó triste.

P: -No. Bueno, odio un poco a Ale por llevarse a mi mejor amiga lejos. Pero, sé que él es tu felicidad, por lo tanto, me pone muy contenta la noticia. ¡Eso sí! ¡Me aprovecharé de ti para recorrer toda Europa a costa tuya! Serás el doble de rica de lo que eres ahora. No todos los días se tiene una mejor amiga que se casa con un magnate europeo.- Presumía.

B: -Jajaja. ¡Estoy muy feliz! ¡Oh! ¡Es cierto! Debemos seguir planeando la fiesta de tu tío.-

P: -¿Estás seguro que él no lo sabe?-

B: -¡Ni enterado! No sospecha nada.-

P: -Oye, y por cierto. ¿Qué sorpresa piensas darle ese día?-

B: -Como tú lo dijiste, es sorpresa. No puedo decírtelo ni a ti.- Mencionaba muy contenta. –"Si Pan se llegara a enterar, estoy segura que no iría. Lo mejor será guardar el secreto." No te apures, sólo faltan algunos días para que te enteres. Quiero acompañarte a elegir la ropa. Necesito que estés bien bonita.- Finalizó.

"–Me tuviste tanto tiempo cerca de ti. ¿Recién ahora tienes la valentía de aceptar lo que sientes por mí? ¡Claro! Sabes que vas a perderme y sólo así reaccionas. ¡Típico de hombres!-

G: -¿Bra? ¿Eres tú la que habla?-

B: -Sí. Es una lástima… ¡Adiós!- Dijo desvaneciendo."

G: -¡Bra!- Decía mientras despertaba de una horrible pesadilla. -¿Fue un sueño? ¿Lo que siento por ti? ¿Qué siento por ti, Bra? ¿Qué?- Gritaba ofuscado, mientras golpeaba la pared.