Disclaimer: Desde lo más oscuro de nuestras mentes hemos traído a Ted Lupin, un metamorfago, porque él merece ser protagonista de su propia historia. El mundo de HP y los personajes pertenecen a JK Rowling.
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STARTING OVER AGAIN
By
The Darkness Princess & Lady Muerte
Para ustedes que nos miran desde el cielo.
Siempre estarán en nuestros corazones.
D.B.M.F
*Un corazón roto no es tanto la pérdida de una persona como es la pérdida de tus sueños con esa persona.
*º*º*º
Prólogo.
Edward Lupin era un hombre con metas a futuro muy claras, justo ahora se encontraba a punto de dar el paso que le daría un nuevo curso a su vida.
—Ted —llamó Victoire a su espalda.
Él se giró con la más grande sonrisa que un hombre podía tener al ver al amor de su vida regresar a sus brazos. La recorrió con sus ojos observando lo hermosa que estaba, ¿podía haberse vuelto más bella o quizás era el tiempo que la había dejado de ver que lo hacía apreciarla aún más?
No importaba, al fin estaba ahí, después de seis meses en Francia.
Fue hasta ella, sorprendiéndola al tomarla entre sus brazos, cargándola. —Estoy tan feliz de verte.
—Oh Ted, no fue tanto tiempo —murmuró con una sonrisa.
—Fue un maldito siglo para mi —confesó poniéndola sobre sus pies.
—No seas tontito, exageras —respondió observando al mago, seguía siendo el mismo que ella había dejado para ir a cubrir aquel trabajo en el Ministerio francés.
—No me importa lo que digas —susurró aún con los labios curvados, la miró a los ojos justo antes de zambullirse en sus labios, dándole un beso ansioso, lleno de anhelo y amor. Si estuvieran en su departamento y no en una zona de aparición de viajes internacionales, ya la estaría desnudando, tenía tantas ganas de estar con ella, que no sabía cómo se había contenido de no tomar un traslador e ir cada noche Francia.
Victoire soltó una risa y lo apartó suavemente. —Basta, estás como un loco desesperado.
—Así me siento —confesó ceñudo.
—Vamos, salgamos de aquí… estoy tan cansada.
Soltó basto que ella dijera eso, para que él tomará su bolsa y la rodeará por la cintura. Se apareció en su departamento en cuestión de segundos.
Ella se separó observando el lugar, se sentía tan ajena a él. —¿Por qué no hay luz aquí? ¿Olvidaste pagar el servicio?
—No —dijo sintiendo la emoción crecer. Con ayuda de su varita se encendieron las luces, pero sólo a medias, dejando el ambiente propicio para el romanticismo.
Victoire se quedó quieta observando la mesa preparada para una cena especial, no tuvo tiempo de reaccionar cuando Teddy la rodeó por detrás, tomando su mano y deslizando un anillo corte princesa en su dedo.
—Eres la mujer más maravillosa que he conocido, hemos estado juntos por tanto tiempo y no quiero posponerlo más. Se que tarde en pedírtelo, pero lo entendí en el momento en que partiste a Francia. No deseo ser más sólo tu novio, quiero ser tu esposo para así poder estar juntos y no dejarte ir jamás. ¿Me harás el honor de casarte conmigo? —Había estado practicando tanto su discurso, para terminar diciendo lo primero que había pasado en su mente, esperaba no haberlo arruinado por dejarse llevar por la emoción y a juzgar por la expresión de ella, había logrado sorprenderla.
Y el resto de la noche pareció estar envuelta en una nube de felicidad, pero si tan sólo él hubiese puesto más atención en las señales, se habría dado cuenta que todo había cambiado, pero se había dejado cegar por su amor, el deseo y la pasión.
*º*º*º
Despertó a la mañana siguiente en un enredo de sabanas, buscó a su prometida, pero ella no estaba a su lado. Se incorporó confundido, no había rastros de ella en la habitación, ni siquiera estaba su ropa.
—Tory —dijo alzando su voz aún ronca. Halló con que cubrir su desnudez y salió a la sala, ahí tampoco estaba, pero bastó que llegara a la cocina para encontrar la respuesta que anoche se había demorado en darle.
Una carta y un anillo lo esperaban junto a una bandeja de desayuno frío.
Así fue como Teddy supo que había sido rechazado y dejado, los detalles eran aún peores. Ella había conocido a otro hombre y había decidido mudarse definitivamente a Francia, pues le habían ofrecido la plaza en el Ministerio.
Había tratado por todos los medios de hablar con ella, de convencerla de volver, incluso le había prometido dejar atrás aquel episodio dónde ella lo había engañado y aún siendo tan patético, entregándole su corazón nuevamente sobre sus manos, Victoire se había ido sin más, escapándosele de las manos.
Los Weasleys sólo sabían que habían terminado y que ella había decidido irse a Francia, muchos eran los rumores, pero por aprecio a él, hacían cómo si no supieran nada.
Los días miserables de Edward Lupin comenzaron ahí, después de años de estar con una sola mujer se encontraba solo y estaba lejos de ser feliz por ello. Lo había dejado roto, inservible… todos sus planes se habían ido al carajo, al igual que sus sueños.
Nunca volvería a ser feliz, ni a amar de nuevo.
*º*º*º
Lily Luna a sus dieciocho años se encontraba en su mejor momento, ya no tenía que estar recluida en el colegio y podía todos los días salir, sentirse libre y lo mejor de todo, se encontraba estudiando periodismo, aún no hallaba un trabajo de medio tiempo y eso era porqué había rechazado la oferta de entrar en El Profeta como practicante y también en El Quisquilloso.
No deseaba la ayuda de su madre, ni tampoco la de su madrina Luna, no por arrogante, si no porque quería hacerlo por si misma, aunque siendo ya hija de Harry Potter y Ginevra Weasley muchas puertas se le habían abierto y ninguna que a ella le gustara, por lo que había decidido no usar sus apellidos y ponerse Evans —por esos tiempos pocos recordaban que era el nombre de soltera de su abuela, pero también era un apellido común entre hijos de muggles— y para ayudarse a no ser reconocida usaría un encantamiento glamur, el cuál la haría lucir como Luna Evans y no como Lily Luna Potter.
El encantamiento glamur no la haría verse como una super modelo, ni nada por el estilo, sería únicamente un disfraz que la ayudaría a abrirse paso en el medio y cuando lo lograra, revelaría su verdadera identidad.
Si era sincera, tal vez exageraba al querer usar un encantamiento glamur, pues había cambiado mucho durante ese último verano, atrás había quedado su imagen de colegiala. Además aún estaba creciendo y lo agradecía, no quería quedarse tan enana y no estaría mal que sus curvas aumentaran otro poco, pero eso ya era soñar mucho. Estaba destinada a no ser exuberante como Roxanne, ni una belleza veela como Victorie y Nique. Tampoco podría ser estilizada y castaña como Lucy, ni rubia como Molly. Mucho menos tener los rizos y ojos azules de Rose. De hecho no era cómo ninguna de sus primas, aunque compartían rasgos en común y en algunos casos el color del cabello.
Ella sólo era Lily a secas, la chica que aún estaba buscando su lugar en el mundo mágico.
Entró a su casa con su frescura, venía de pasar un buen rato con sus amigas y eso la tenía con el ánimo en alto. Caminó distraída por la sala tarareando y bailando una canción cuando se topó de frente con los pectorales de una persona.
Se quitó los lentes y se sobó su frente. —¡Por las barbas de Merlín, Teddy! ¿Podrías tener más cuidado por dónde te apareces?
—Lo siento —gruñó.
Lilu se quedó quieta echándole una buena mirada. —No te ofendas, pero estás hecho un asco —profirió con una mueca. No es que pareciera un mendigo, pero vaya que estaba a años luz del hombre que había estado en su graduación de Hogwarts y con el que alguna vez tuvo un tonto enamoramiento infantil que había superado ya. Llevaba la barba larga y tenía el cabello en un tono rata, ni siquiera se molestaba en ocultar que no había dormido y todo él exhalaba "dejado" y "perdedor".
Respiró largamente, observándolo andar a la sala. Ella ya había tenido el corazón roto, cortesía del idiota de Lex McLaggen, pero definitivamente no había acabado siendo una mierda como lo era Ted ahora y lo agradecía profundamente.
—Así me siento.
Lily rodó sus ojos y se sentó a su lado. —Deberías seguir tu vida, así cómo ella lo hace.
—Honestamente Lily, no quiero hablar de eso.
De ser otro tipo ya se hubiese ido, pero lo apreciaba y no quería verlo así como un zombi. —¿Por qué no lo aceptas?
—¿Aceptar qué…? —preguntó molesto— Sólo nos hemos dado un tiempo, ella volverá pronto.
Lily enarcó su ceja ante esa bobada. Era claro que estaba sumido en la negación. —Lo que tú necesitas es volver a divertirte, salir con otras chicas, ir de fiesta… deja de ser un masoquista.
Teddy bufó, lanzándole una mirada de pocos amigos. «Lo qué me faltaba, los consejos de una niña.»
—No y preferiría que me dejarás solo...
—Ni siquiera sigas, salgamos… tienes la suerte de que no tenga nada que hacer y estoy segura que tú tampoco —comentó animada.
—No te ofendas, pero no vine a verte a ti... quiero ver a mi padrino, no estaba en el Ministerio.
—Bueno él no esta aquí y hoy es el día en que sale con mi madre, ¿lo olvidaste?
Teddy cerró sus ojos con fuerza, era cierto… estaba hecho un imbécil.
—Entonces estás libre —mencionó traviesa.
—Lily…
—No te dejaré en paz hasta que me acompañes —amenazó.
Él refunfuñó por otro largo rato antes de ser arrastrado por el tornado de energía y alegría que era Lily.
Lo que él nunca pensó es que estando con ella, la vida le tuviera preparado otro giro y uno que lo haría cuestionarse cómo quería seguir viviendo y con quién.
*º*º*º
Continuará.
¿Reviews? ¿Si? ¿No? ¿Bueno? ¿Malo? ¿Avadas?
*º*º*º
Si gustan pueden unirse al grupo Teddy & Lily (corazón símbolo) en facebook.
Summary completo: Teddy se encuentra viviendo una de las mejores épocas de su vida, tiene una hermosa novia y ha sido ascendido a Jefe de escuadrón de aurores, pero su idílica felicidad empieza a desmoronarse cuando ella decide mudarse a Francia. Lily Luna "su pequeña hermana" egresada de Hogwarts, decide irrumpir en su vida como un vendaval, dándole un completo giro lleno de alegría, diversión... mostrándole que no todo esta terminado para él.
Los prejuicios, el pasado y el peligro pondrán a prueba este amor. ¿Lograran superar todos los obstáculos?
(´¸.·*´¯`*»- - The darkness princess & Lady Muerte.
