Tres citas llebvaban ya Sydney y el joven que se encargaba de proteger a Cooper Canyon del mal y tres veces iban ya que el héroe hechaba todo a perder gracias a sus repentinas misiones.
¿Cómo es que aún salían? Gracias a la paciencia de la chica que le atraía. Cualquier otra le hubiera dejado de hablar hacía semanas. Pero con ella, era extraño. Era como si supiera que no debía dejarlo.
-¿Tienes preparada ya tu excusa para salir corriendo esta vez?- preguntó sarcástica antes de tomar un sorbo de su café en su cuarta cita. Max rió nerviosamente.
-No.- respondió sin pensar, para luego abofetearse mentalmente de lo tonto que se escuchaba eso.
-¿Me dirás algún día por qué es que corres tras darnos a Kirby y a mí las más bizarras excusas?- preguntó un poco más seria.
-No son excusas. Es verdad. Cada día es algo distinto.- Bueno, no mentía. Cada día un villano diferente atacaba.
-Ya veo...- respondió la chica mirando hacia abajo, sintiéndose burlada.
-No quiero que te enojes conmigo, Syd. No tienes idea de lo que quisiera que pudiéramos tener una salida normal.
-Podría ser esta si tu lo permitieras.- Tendría razón si no fuera por que cada uno de los escapes de Max estuvieran fuera de sus manos.
-Bueno, antes de que alguna locura suceda, hay algo que quisiera decirte. Desde hace un tiempo, en realidad.
-¿Qué es?- preguntó ella no muy interesada. Mentalmente llevaba una cuenta regresiva que al llegar a cero marcaba la hora de Ma de salir corriendo hacia quien sabe donde.
-Mira, Syd, creo que estoy realmente enam...
-Cinco...
-¿Disculpa?
-Cuatro...
-Syd, ¿qué haces?
-Tres...
-¿Hola?
-Dos...
-Uno
-¡Elementor Metal ataca en el centro, Max!- exclamó Steel de repente.
-¿Es enserio?- gruñó él al ultralink.
-¿Qué? ¿Qué ya soy capaz de saber cuando tienes que correr por un motivo poco creíble.- respondió Sydney creyendo que se refería a ella.
-No, Syd. No es lo que... ¡Agh!- Max comenzaba a cansarse de aquello y no había duda que ella se cansaría también en algún momento.
-Ahora dime que no necesitas ir a alguna otra parte.- lo confrontó ella un tanto dolida.
-Por desgracia, Syd, tienes razón.- dijo él poniéndose de pie luego de tomar su mochila. La muchacha se dejó caer en su silla, resoplando molesta.
-Lo suponía...- murmuró ella antes de que se retirara. Max suspiró triste y regresó hacia ella. Colocó una mano en su hombro y se inclinó a su lado.
-No tienes idea de lo que desearía que algún día lo comprendieras.- susurró a su oído antes de besar con suavidad su mejilla.
Ellos son oficialmente una de mis parejas favoritas. :3
