Disclaimer: Ninguno de los personajes de este fic me pertenece, de ser así no hubiera acabado así.
Este fic participa en el mini-reto de Septiembre para ''La Copa de las Casas'' del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black.
Sonrisas efímeras
La risa no es mal comienzo para la amistad, y está lejos de ser un mal final - Oscar Wilde
No era nada sorprendente que un uno de septiembre el andén nueve y tres cuartos estuviera lleno casi en su totalidad. No era nada chocante ver lágrimas de padres que no asumían la marcha de sus hijos, ni tampoco alguna que otra floritura ilegal de varita. Pero nadie podía negar que una persecución de dos pelirrojos, completamente idénticos, liderada por la que parecía ser su madre, era algo fuera de lo común.
Justo cuando parecía que la mujer iba a darles caza, la locomotora roja que protagonizaba el andén, apareció convirtiéndose en el mejor escondite del mundo. A una velocidad realmente asombrosa para llevar un baúl arrastras y tener once años, se colaron en el tren y buscaron el compartimento más oculto y lejano de todo el ferrocarril. Y tal vez por la velocidad o por las risas incontenibles no vieron como un niño de tez oscura se materializaba delante chocando estrepitosamente contra ellos haciendo que, al que siempre y cuando no se confundían llamaban George, obtuviera un enorme chichón en su frente.
Pero en vez de enfadarse y enfrentarse a ellos, el niño puso cara de preocupación y comenzó a mirar hacia todas las direcciones, como si estuviera buscando algo.
—Oh oh—murmuró llevándose las manos a la cabeza
—¿Qué ocurre?—preguntó Fred tras ayudar a levantarse a su hermano y ofrecerle la mano.
—¡Morgana! ¡No está!—chilló preocupado.
—¿Morgana? ¿Cómo puedes conocer a alguien que se llame así?—preguntó George riéndose de nuevo sin pudor alguno.
—Si yo me llamara así no saldría de mi cuarto hasta que me cambiara el nombre. Y denunciaría a mis padres—contestó Fred siguiéndole el juego.
—¡Es mi tarántula! La tenía en la mano y al tropezar…
—¡Ahí! ¡La veo!—gritó uno de los hermanos señalando efusivo al compartimento de en frente.
No obstante, cuando se disponían a entrar a recoger el animal, un joven con el rostro inundado por el acné adolescente y una bufanda verde y plata rodeando su cuello los empujó apartándolos de su camino.
—¡Quitaos de en medio mocosos! ¡Ese vagón está reservado para los mayores!—Con solo mirarse supieron que debían callar y esperar. Y esperaron, esperaron hasta oir un grito que podía confundirse fácilmente con el de una niña y hasta verlo salir corriendo. Y rieron. Rieron durante años. Hasta que el tiempo y la vida no les dejó hacerlo más.
N/A: Sé que es una sosada, que no pasa nada durante la historia, que tampoco hay tanto sentimiento como el que podía haber sacado dados los personajes, pero mi imaginación no quería colaborar y dado el poco tiempo que me queda para entregarlo, unas horas, no he podido hacer nada mejor, o eso dicen mis musas. Pero como prefecta, hay que dar buen ejemplo y no podía no participar.
Me gustaría aclarar que bueno, el chico con el que chocan(sí, un cliché de los grandes) es Lee Jordan y el slytherin lo dejo a la imaginación de cada uno, pero a mi me gusta imaginarme en esa situación a Marcus Flint.
Y eso es todo, por ahora.
Un saludo :)
