Hola a todos. Sé que El difunto en la balsa está esperando pero sólo se me ocurren ideas para otras historias y no para la que está en hiatus. El caso es que después de la revisión de mi beta, tenía ganas de publicar algo (sinceramente, hacía tiempo que no veía la ventana del Document Manager).

Ahora comento unos aspectos de la historia.

Este fic se centra en los personajes de Cam y Brennan, aunque no hay femslash. También, se ubica en la sexta temporada, por lo que tiene SPOILERS, incluyendo la (atención, spoiler) aparición de cierta periodista, que sale aunque, tranquilos, no en la cama con Booth (sería incapaz) (fin del spoiler). Aparte de situarse durante la sexta temporada, el fic va después del 6x03 pero antes del 6x05. Sobre el genre de esto... La verdad es que no lo tengo muy claro, así que, de momento, se queda en un general. Y el rated es un T y no por nada en especial, pero al final del capítulo se entiende por qué.

Otra cosa: ya me gustaría a mí tener una recomendación musical para escuchar al mismo tiempo que se lee el capítulo, pero no tengo ninguna canción "especial", por así decirlo, que relacionar con este capítulo. Si tenéis ganas de escuchar algo, cualquier canción que os guste servirá.

Así que sólo queda por decir que espero que os guste y que nos vemos en la nota del final.


Disclaimer. Los personajes de Bones son propiedad de Kathy Reichs, Hart Hanson, Stepehn Nathan, la FOX, etc. No me pertenecen y no obtengo beneficio económico por escribir ni publicar esto. No intento plagiar nada de lo que los guionistas ni otros autores de fanfiction han escrito. Tampoco me pertenecen las alusiones que hay en el texto a otros capítulos de la serie.


Negociador


I- Desequilibrio

El cielo azul de la capital estadounidense, y el sol espléndido de aquella mañana de otoño, auguraban un magnífico día. Los días anteriores habían amanecido con lluvia y, pese a que ésta había remitido a lo largo de la mañana, el resto del día había transcurrido nublado y sin un atisbo de luz solar.

Como en una de sus tantas jornadas laborales, la unidad de medicina legal del instituto Jeffersonian completaba su trabajo de identificación de restos antiguos. El equipo, cuyo tiempo estaba ocupado principalmente por la investigación de crímenes actuales, se concentraba en la identificación de los viejos cadáveres que, en breve, pasarían a engrosar la colección del museo arqueológico. A pesar de ello, siempre sacaban tiempo para descansar durante un rato o para salir a almorzar.

En el despacho de la doctora Temperance Brennan, ésta hojeaba las páginas de uno de los tantos informes amontonados sobre su escritorio. Concentrada en su tarea no escuchó el sonido de los nudillos de Cam al golpear contra la puerta, así que su jefa entró en la oficina sin el permiso de su empleada, aunque, francamente, no lo necesitaba.

La forense acababa de obtener el resultado del análisis toxicológico y también había finalizado la autopsia hacía unos minutos. El cadáver en cuestión estaba bastante descompuesto porque había permanecido durante varios días en un bosque cercano a la capital, al aire libre. Aún así, había demasiada carne para que la doctora Brennan trabajase con los restos, por lo que la antropóloga debería esperar a que Daisy hirviese el esqueleto y ordenase anatómicamente los diferentes restos óseos.

Con el correspondiente informe de tóxicos en su poder y al concluir la necropsia [1], Cam abandonó la sala de autopsias para dirigirse al despacho de Brennan y contarle los resultados.

Tras golpear en la puerta y no obtener respuesta, la forense atravesó la entrada y caminó hasta el escritorio en el que, concentrada y sin levantar la cabeza pese a haber escuchado el ruido de los tacones de la mujer impactar contra el suelo de madera, se encontraba la antropóloga.

—Brennan —En voz baja, la patóloga nombró a su amiga para que ésta le prestase atención.

—¿Sí? —inquirió Temperance, irguiendo su cabeza.

—Tengo el informe de tóxicos, es negativo: sin alcohol o drogas. Además, el nivel de nicotina es bajo, por lo que era fumador ocasional.

—¿Qué hay de los huesos? —dijo la escritora, firmando uno de los papeles—. ¿Los tiene la señorita Wick?

—Sí, no te preocupes. Le he dicho que siga el mismo proceso que siempre —respondió Cam—. Imagino que esta tarde estarán a tu disposición.

—Perfecto —Volvió a inclinar la cabeza sobre los folios de encima de la mesa.

—Oye, ¿has visto la hora? —interrogó la doctora Saroyan—. ¿No sales a almorzar?

—Estoy ocupada, Cam. La pila de informes que hay sobre mi escritorio debe disminuir y quedarse como a la mitad de lo que está ahora mismo para esta tarde. Por si fuera poco, el departamento de arqueología está metiendo prisa para la identificación de los restos que están acumulados en el limbo.

—¿Y qué hay de la muerte de nuestra víctima actual? —inquirió la forense.

—Booth está ocupado —Y, por si su tono en la palabra «ocupado» no hubiese bastado, Brennan se encargó de que quedase bien claro a lo que se refería—: Está comiendo con Hannah.

—Vaya —La cara de Cam se transformó al escuchar aquellas palabras salir de la boca de su empleada. Le daba pena ver a Brennan sola, o, si comía con Booth, muchas de las veces acompañada de la reportera. Lo cierto era que, incluso antes de la aparición de la novia de Seeley, antes de que ambos compañeros decidieran irse a la otra punta del mundo, algo había alterado la relación que mantenían el agente y Temperance. Cam nunca había sabido a ciencia cierta qué es lo que había pasado.

—¿Ha ocurrido algo entre Booth y tú? —Por fin lo había dicho. Lo que tantas veces había pensado en los últimos meses, por fin había salido de boca.

—¿A qué te refieres con «algo»? —respondió, preguntando, la doctora Brennan.

—Ya no os comportáis como antes. Y no se trata sólo de la aparición de Hannah que, lo niegues o no, te afecta —afirmó Cam.

—Hablas como Sweets.

—Me he dado cuenta, Brennan. Por algo Seeley se fue a Afganistán y tú a las islas esas. Teníamos algo genial y no parecía que ninguno de vosotros quisiera abandonarlo. Pero, de repente, un día, decidisteis iros a miles de kilómetros de distancia por un año. No soy un portento, pero tampoco estoy ciega como para saber que ocurrió algo que os desestabilizó por completo.

Lo que la antropóloga había mantenido en secreto hasta para Ángela, su mejor amiga, lo que ocurrió entre ella y Booth al salir de la oficina de Sweets cuando fueron a señalarle algunos errores que tenía su libro y a explicarle que el caso de Cleo Eller no fue su primera investigación juntos, había sido «descubierto» por la forense.

—Es largo, Cam —dijo, con un tono de voz bastante bajo, la escritora.

—¿Quieres contármelo? —preguntó Saroyan—. Necesito saber por qué os fuisteis.

—Vale —Brennan suspiró—. Pero será mejor que te lo cuente comiendo.

o0o

Las dos mujeres entraron a la cafetería con la intención de pedir algo de comer mientras hablaban del asunto que las ocupaba.

Uno de los camareros se acercó a ellas y les tomó nota de sus consumiciones, para después dirigirse a la cocina y dar las órdenes precisas al chef para que comenzase a preparar los alimentos.

—¿Qué ocurrió? —empezó Cam.

—Sweets escribió un libro sobre la relación que mantenía con Booth, y, antes de publicarlo, tanto a él como a mí nos dio una copia de su obra. Cuando lo leí, le señalé algunos errores tipográficos y quedé con Booth para ir a ver a Sweets a su despacho en el FBI.

»Al llegar, le dijimos que su libro estaba muy equivocado porque, para escribirlo, se había basado en el que él creía que se trataba de nuestro primer caso juntos, cuando, en realidad, ya habíamos investigado una muerte antes del ya mencionado caso. Sweets nos pidió que le contásemos el que sí que se había tratado del primer caso y eso hicimos. Pero, al terminar, el chaval le dijo a Booth que «debía mover ficha porque él era el jugador».

Cam, que escuchaba con atención la historia que le relataba Temperance no pudo evitar interrumpirla.

—¿Pero por qué tenía que mover ficha?

—En aquella investigación despidió al instituto Jeffersonian porque había pegado a un juez federal y me emborrachó con tequila. Al salir del bar, nos besamos bajo la lluvia y a Sweets le pareció tan importante que, al acabar le dijo a Booth lo que te he contado.

»Resulta que, al salir de Hoover, me dijo que quería darle a lo nuestro una oportunidad, pero yo le respondí que si éramos una pareja el FBI no nos dejaría trabajar juntos, aunque a él poco le importó y me volvió a besar. Le interrumpí y le dije que no podía, que necesitaba protección de mí porque acabaría por hacerle daño, a lo que Booth me contestó que «él era ese tío» y que lo sabía desde el principio.

—¿Te besó? —inquirió, incrédula, la forense.

—Sí —contestó Temperance. A continuación, prosiguió con la historia—: Pero le rechacé, le dije que no, que no tenía un corazón como el suyo y que no sabía cómo cambiar. Entonces me respondió diciendo que necesitaba encontrar a alguien con el que pasar treinta o cuarenta o cincuenta años de su vida, que tenía que pasar página.

»Y lo único que fui capaz de decirle fue que si podíamos seguir trabajando juntos.

—Oh, Dios mío… —Ahora Cam comprendía mejor la situación.

—Después de eso, Booth intentó salir con una bióloga marina que nos ayudó en un caso y tuvo varias citas con ella, yo también «salí» con Andrew, aunque ninguno de los dos fue en serio.

»Más tarde, con el juicio de la Sepulturera, y unido al hecho de que mi relación con Booth se había visto afectada aunque lo disimulásemos… La excavación en las Maluku era mi oportunidad para olvidarme de todo y reflexionar sobre mi vida —terminó, finalmente, la doctora Brennan.

—Tenías miedo —afirmó, convencida, Saroyan.

—¿Qué?

—Rechazaste a Booth porque tenías miedo de hacerle daño —repitió la patóloga.

—Lo que no esperaba es que cuando regresáramos tuviera novia —dijo la antropóloga—. Es decir, entraba dentro de las posibilidades, él mismo me lo había dicho pero… Me sorprendió más de lo que debería.

Camille recordó en aquellos instante la conversación que había tenido con Seeley hacía más o menos un año, en el Founding Fathers, pocas semanas después de la operación del ex francotirador. Ella sabía que él estaba enamorado de Brennan, se lo afirmó y el agente no lo negó pero también le dijo que se asegurase de sus sentimientos porque si no eran del todo ciertos entonces, su compañera se protegería con una máscara de frialdad y empirismo. Al decirle que quería darle a su relación con ella una oportunidad, la antropóloga apenas supo cómo reaccionar. Por su experiencia sabía que sus relaciones personales estaban destinadas a un fin, tarde o temprano, y, lo que menos quería Brennan era hacerle daño a Booth.

—Te entiendo, venías pensado en que tu relación con él sería como antes de iros, pero cuando te enteraste de que tenía novia reaccionaste de una manera que no te la esperabas —contó la forense.

—No sé exactamente qué es, pero quiero que Booth sea feliz —comentó Temperance.

—Eres buena persona, Brennan. Tienes sentimientos y emociones como los demás, pero la gente tiene una idea equivocada de ti porque te cuesta exteriorizarlo —argumentaba Cam, para al final decir—: Y eres capaz de amar, no te convenzas de lo contrario.

»No te rindas, Hannah se acabará yendo, es nómada.

—Gracias —y, con una media sonrisa, la doctora añadió—: La verdad es que nunca pensé que fuese a tener esta conversación contigo, creía que se trataría de Ángela la que me dijese todo esto.

—Yo tampoco, te lo aseguro.

Justo en ese momento, la charla de las dos mujeres se vio interrumpida por algo que sucedió en el interior del local en el que se encontraban.

Un par de hombre acaba de entrar a la cafetería, con pasamontañas, por lo que sólo se les podía distinguir los ojos, la nariz y la boca. Llevaban, también, unos chaquetones acolchados, pese a que el tiempo no era en absoluto frío, más bien templado y, aunque por la mañana no sobraba algo de manga larga, lo cierto era que unos abrigos propios del invierno era algo totalmente excesivo.

Uno de los recién llegados, introdujo su mano en el bolsillo de su prenda de abrigo y sacó algo que heló la sangre de todos los presentes. Era una reluciente y negra pistola.

A continuación dijo:

—¡Dadme el dinero, rápido!


[1]. Al revisar esto, mi beta me dijo que estaba usando términos técnicos, así que no sé si se refería a "necropsia" o al informe de tóxicos. Lo primero, es un sinónimo de la palabra "autopsia", y necesitaba no repetir demasiado autopsia, por lo cual, busqué en un diccionario y es lo que apareció. En cuanto al informe de tóxicos, ni siquiera yo misma sé demasiado bien qué es. Sé que reconoce sustancias en el cuerpo, como alcohol o drogas e, incluso, si no me equivoco, aunque no estoy segura, hormonas. Espero que con esto quede un poco más clara esa parte.


N/A: Bueno, sobre este capítulo, tampoco es muy esclarecedor, la verdad.

Pero lo más importante, que es poneros en situación está hecho. Paso a comentarlo brevemente y digo mi opinión sobre él.

En general, no me disgusta el resultado, me ha gustado escribirlo y me ha resultado fácil. Pensé en que Brennan hablase de Booth, Hannah y lo que ocurrió en el 100 con Ángela, pero me pareció que eso es más normal y dije, ¿por qué no Cam? Las pocas veces que han hablado en serio han sido bastante buenas, como, por ejemplo, cuando le pregunta Cam a Brennan por Michelle en el 4x18 o su conversación en el Diner al final del 2x03 (cuando hacen las paces). Total, que sí, que Brennan es reservada pero no creo que se vaya a callar toda su vida, encima con Cam que le afirmaba que sabía que algo había ido mal. Si Brennan no hubiese respondido, imagino que Cam se hubiera enterado de todas formas, aunque es mi opinión. Y, además, Cam mantuvo una relación con Booth, y, tampoco es tan catastrófico.

Mi momento favorito del capítulo ha sido cuando Cam le dice a Brennan que tiene sentimientos y que es capaz de amar, necesitaba decir algo así en boca de un personaje, y Cam es bastante apropiada para ello, al igual que Ángela, porque muchos creen que no y Brennan a veces también y pienso que siempre viene bien que se lo recuerden.

Después de eso, tras terminar la conversación en la que absolutamente todo gira en torno al final de la quinta temporada y sobre The parts in the sum of the whole, aparecen los invitados estrella, unos flamantes atracadores que, de momento, ni tienen nombre.

Ahí corto el capítulo porque me pareció el mejor momento (porque, aunque fastidie, en realidad lo es). En el siguiente que, aviso está por empezar a escribir, más. Adelanto que aparecerán Hodgins, Ángela, Booth, Sweets e incluso Hannah y Daisy. Que la historia no va a estar siempre con la "cámara" enfocada en Brennan y Cam (a ver cómo se las averiguan para salir de ésta).

En cuanto al tiempo de actualización... no sé cúanto tardaré en subir el capítulo porque a) No lo he empezado a escribir y b) Habría que esperarse a que estuviese revisado y mi beta también tiene vida propia.

Llegamos a la parte final de la nota de autora en la que me gustaría agradecerle la ayuda a mi beta: Dan Pilgrim.

Y a todos vosotros, espero que os haya gustado el capítulo y que esperéis el siguiente para saber cómo continua la historia. Me gustaría que saber vuestra opinión mediante vuestros reviews, los responderé (ahora que sé cómo, claro. Antes no tenía ni idea de que se podía).

En fin, nos "vemos" pronto (o eso espero).