¡Buenas! Esto simplemente se me ha ocurrido después de leer los capítulos de hoy. Qué corresponden a los 429 y 430 respectivamente. Cabe decir que estoy muy orgullosa de Mashima. Y de Gray aún más. Yo sabía que él no se podía haber ido al lado oscuro. En fin, demos gracias a Hiro Mashima por los dos grandes capítulos de esta semana (ya que la semana que viene tengo entendido que no habrá capítulo).
Y después de tanto tiempo...
Después de tanto tiempo, todo volvía a ser cómo antes. Cómo al principio. Ellos cuatro, unidos, sin importar lo que pasase. Volvían a ser el equipo más fuerte de Fairy Tail.
Y todo volvió a pasar tan rápido que era cómo si fuese un sueño. Avatar, Gray y todo lo que rodeaba a ese lugar. Todo había sido un plan de Erza y Jellal. ¿Quién lo diría? Un plan del que nadie debía saber. Un plan que Natsu, Lucy y Happy estropearon. Pero no importaba, ellos volvían a estar juntos. El dolor, la ira, esos momentos de soledad que habían pasado en el último año. ¿Qué importaban ya? Podrían ser reemplazados por momentos nuevos, cálidos, hermosos, brillantes, tan llenos de luz y color que deslumbrarían a cualquiera.
Lucy había sufrido. La pérdida de Aquarios, la soledad de que sus amigos se marchasen, de que el gremio se separase. Ella anhelaba que todo fuese cómo antes. Amaba Fairy Tail con todo su corazón, era la familia que siempre quiso tener. Aún recordaba el miedo que pasó cuando la torturaron en Avatar. El miedo que sintió cuando vio a ese malvado hombre con el hacha a punto de acabar con ella. Cuando cerró los ojos y escuchó los desesperados gritos de Natsu. Hasta que todo pasó, Gray congeló a ese individuo. Y entonces lo explicó todo, ese ""plan"" que tenían montado.
Era increíble el cómo Gray había fingido tan bien. El hablar así del gremio, la lucha con Natsu, sus reacciones. Pese a todo ello, él seguía llevando en su pecho, detrás de esas marcas negras, la marca de su hogar. La marca de Fairy Tail. Un lugar del que nunca podría olvidarse. Aún después de haber perdido tanto en su vida, él seguía teniendo los sentimientos cálidos de su hogar. porque eso es lo que Ul, Ultear y el propio Silver querían. Qué él siguiese adelante, caminando en la luz. Incluso tuvo que ocultarle la verdad a Juvia para que ella no corriese ningún peligro. Él mismo había aprendido a controlar su nuevo poder.
El que más sorprendido estaba era el propio Natsu. Al llegar a Avatar y ver a su mejor amigo en esas condiciones. Pero siempre creyó en él. Sin importar que pasase. Porque ellos seguirían siendo Gray y Natsu. Aquellos que se peleaban por cualquier cosa. Aquellos que reían y se enfadaban juntos. Aquellos que eran cómo hermanos, y qué, pasase lo que pasase seguirían siendo así. Porque él ya había sufrido suficiente con la pérdida del ser al que tanto había buscado. La marcha de Igneel siempre le acompañaría.
Cabalgaron juntos de nuevo, se pidieron perdón, eran ellos de nuevo. Incluso Lucy y Gray bromeaban, cómo lo hacían antes. Todo era perfecto. Todo, salvo aquella idea descabellada de que Avatar quisiera terminar con 30.000 personas. Llegaron, y lucharon juntos. Natsu, Lucy, Gray y Erza. Tenían todo el tiempo del mundo para olvidar ese año. Un año en el que una familia se había separado. Un año que los había cambiado por completo. Tanto física cómo emocionalmente.
Fairy Tail siempre estaría en sus corazones. Y ellos estarían ardiendo por él. Luchaban por ellos mismos. Luchaban por su amistad, por sus lazos, por lo que ellos mismos representaban. ¿Qué importaba que estuviesen separados? Ellos siempre serían hadas. Ellos siempre caminarían hacia adelante, hacia el mañana. Todos juntos.
