1.- Despertar
MARY ALICE BRANDON:
Desperté.
Todo estaba muy brillante y claro. Lo último que recordaba era un dolor inmenso que, de pronto, cesó. ¿Qué hacía en este parque? Según un reloj a la vista, eran las 3:00am. Pero no me explicaba… ¿Dónde estaba? ¿Por qué estaba aquí? ¿Por qué estaba tan sedienta?
De repente, una imagen llegó a mi mente: Un general, o así estaba vestido. No podía ver bien su cara, pues la imagen era muy borrosa, pero podía observar un cabello rubio como el Sol.
Decidí salir del parque y caminar un poco, a ver si podía reconocer el lugar donde me encontraba.
Al caminar por la calle, me vi reflejada en un cristal, y me observé por primera vez: Era la criatura más hermosa que había visto nunca. Contemplé mis pupilas, de un extraño color rojo, y me pregunté por qué estarían así. No creía que el rojo fuera un color común de ojos. A parte de eso, lo que más llamó mi atención fue mi cabello, que me llegaba a la cintura.
Entonces, cuando entré en un bar que aparentemente seguía abierto, pude olerlo todo. El excesivo olor al alcohol, y el irresistible aroma de algo demasiado dulce para mi garganta, que de pronto ardió.
Me alejé lo más lejos posible de ese lugar, sospechando lo que yo ya había pensado, pero me negaba a creer. Yo… ¿una vampira? IMPOSIBLE. Pero… de lo poco que sabía de esas criaturas, era:
Eran pálidos como la Luna (Sí)
Se quemaban con el Sol (Quién sabe)
Eran demasiado hermosos (Sí)
Tenían los ojos rojos (Sí)
Bebían sangre (Sí)
Pero yo no quería matar gente… Era demasiado cruel. Así que, para comprobar si yo era o no "vam…" eso, tendría que esperar a que saliera el Sol, pero no podía dejarme ver en la calle, con la probabilidad de ir caminando y de pronto… "¡Esa mujer se está quemando!" Entonces, decidí alejarme a un bosque o cualquier lugar en el que me fuera fácil esconderme: opté por el bosque.
Aprovechando que todavía no había personas en la calle, eché a correr. Me sorprendió la facilidad con la que corría, ¡y la velcidad! En vez de ver todo borroso por lo rápido que iba, podía mirar todo con absoluta claridad. ¡Era asombroso!
En pocos minutos llegué a un bosque vacío, sin animales (intuí que yo los había espantado), cuando me asaltó una visión (o eso creí yo que era): Una familia de 5, 2 parejas y un solitario, reconocí de inmediato que eran vampiros. El "hombre" que parecía el líder era rubio, y su pareja era una "mujer" de cabello color caramelo. La otra pareja la conformaba un vampiro fuerte y de cabello color negro, y una vampira rubia con una figura esbelta. Pero tenían un color de ojos raro: oro. Hasta para los vampiros era raro, y no habría entendido por qué si no hubiera tenido la visión: cazaban animales. ¡ANIMALES! Supongo que era porque no querían matar humanos, y me pareció muy bien. Yo también podría cazar animales.
Pero primero lo primero: Ver si era o no vam… Vampi… ¡ya, dilo de una vez! Vampira.
Para el tiempo en el que dejé de cavilar y había salido el Sol, pero yo estaba bajo la sombra de un árbol, por lo que me acerqué a un rayo de luz que sobresalía de las sombras.
Acerqué mi mano al rayo, temblando de miedo. Cuando mi palma llegó a la luz, grité de emoción al no sentir ningún dolor, pero luego observé mi pálida mano y vi que brillaba como si tuviera diamantes incrustados.
Era hora de aceptar lo indiscutible: Yo era una vampira.
Ahora, a alimentarme.
Intenté aparecerme detrás de ellos, pero me sentían, así que mejor decidí seguir mis instintos y localicé un oso cerca de donde me encontraba. Corrí hacia él ni siquiera dándole el suficiente tiempo para respirar, y ataqué su cuello. Estuvo seco en cuestión de segundos.
Ahora no sentía que la garganta me quemaba, y me sentía capaz de ir en busca del general de mis "visiones", aunque no sabía por dónde empezar.
