Nose de donde salio esto, pero el momento de los caramelos de limón me parece de lo más tiernos momentos de toda la saga. Es tan simple, humilde, pero relevante y dulce. Siempre me gusto ese momento, bien al principio del libro uno. & aunque sea bastante raro, esta en mi Top Five de momentos favoritos.


Albus Dumbledore coloco una peque~a cajita redonda y decorativa sobre su escritorio. Para estrenarla, la abrió con cuidado y saco un peque~o caramelo de miel de ella, le quito el envoltorio amarillo resplandeciente, y se lo llevo a la boca, atravesando su mata a de cabello blanco creciente de su pera. Humildemente, sonrió. Sin duda eran su golosina mágica favorita desde que era peque~o, al menos desde que fue aceptado en Hogwarts, Escuela de Magia y Hechizeria, y colocado en la casa de Gryffindor por el sombrero seleccionador.

Un caramelo de limón no era demasiado, Dumbledore aposto que un Malfoy podría comprar 500 caramelos de ellos. Sin embargo, seguía sin desear ser un Malfoy. Los caramelos de limón lograban una simpleza que no se encontraba en todos lados, y un sabor exquisito que era simplemente humilde como Albus. Eran económicos, y perfectos. Albus sonrió nuevamente, y repitió la secuencia. Afuera envoltorio, caramelo en boca. El limón se metió por debajo de su lengua. Qué placer. Dumbledore suspiro, cielos, el mundo Muggle debería hacer un monumento de ellos. Era considerado y seguro el propósito de que existiera algo parecido en los colegios de Hogwarts. No, habían alumnos que simplemente pasarían de ella. Ese no es el método.

No era mucho, el lo sabia. Pero era suficiente. Era humilde, como Albus. Los caramelos eran como Albus. Humildes, sabios, exquisitos, amables y suficientes, siempre cumpliendo con su deber de llenar nuestras bocas y mentes de un sabor que expresa palabras fáciles de transmitir, siempre correctas. Siempre precisas. Siempre, siempre precisas. Siempre con algo que decir, siempre cumpliendo sus labores, sin odios ni venganza. Solo entregándose a la vida que les corresponde, y que aman. Como debe ser. Siendo comprados, desnudados, y triturados por blanquecinos dientes, a veces por bocas grandes, a veces por bocas pequeñas, en las ocasiones menos orgullosas eran devorados violentamente por dientes amarillos, torcidos y sin cuidar. Pero siempre lo hacían, porque sabían que estaba bien, que era lo debido y el destino que ellos mismos marcaron.

Sí compararas a Albus con un caramelo de limón, no verías diferencia alguna. Hay algo, un instinto, un presentimiento, una sensación que simplemente te dice " AH! Son iguales!". Albus sonríe nuevamente. Otro parecido: Tardan en acabarse, considerando la antigua edad de Albus. No consideraba ninguna diferencia, solo el lado positivo, se parecía a su golosina perfecta.

Son iguales. Sí, debe ser por eso que a Dumbledore le gustan tanto.


Déjame un review si este fic te dejo un buen gusto a caramelo de limón en la boca.