Hoy día me desperté y se me vino esta historia a la cabeza XP Es el primer fanfic que escribo aquí, espero que me salga bien ^^ Oh, por cierto, como es un fanfic en donde la protagonista eres tú, tu nombre será puesto así "_" (? no se si me explico XD Bueno, y cuando hable de características físicas, por ejemplo el color de pelo, pondré algo así "_ (Color de pelo)" kasjaks XD
Bueno, eso es todo! Espero que les guste :P
Año 861.
Un estremecedor paisaje se alzaba justo delante de mis ojos. Las aguas, como si se tratara de una pradera infinita, se mecían suavemente hasta más allá del horizonte; reflejando el cielo como un enorme espejo y uniéndose con él al final, en contra de todas las leyes de la física y el sentido común.
Su aroma era embriagador y picaba en mi nariz. Pequeñas gotas de agua salada chocaban contra mis pómulos, labios, cabello, etc; dejando un leve sentimiento de frescor con cada roce.
Si, era un paisaje realmente conmovedor. Sin embargo, estaba lejos de ser la razón de mis propias gotas de agua saladas las cuales caían libremente por mis mejillas, empapándolas por completo e incesantemente. Dolorosamente.
Mi mano se movió por si sola hasta mi pecho, para que finalmente mi palma se posara sobre él cual mariposa sobre una flor. Ya habían pasado 10 años desde aquel incidente y, sin embargo, el punzante vacío seguía ahí, intacto, como si hubiera ocurrido ayer. Y durante todo este tiempo, no había dado señales de querer desaparecer.
Miré hacia abajo y me quede así durante un buen rato. Mi mente quedo totalmente embobada con aquella escena protagonizada por las olas , las cuales azotaban violentamente el roquerio que reposaba a los pies del acantilado en el que me encontraba.
Escuche risas a la distancia y giré la cabeza hacía el sonido. Ahí, debajo justo al lado de las rocas, un grupo de jóvenes adultos jugaba como niños entre las olas del mar, la arena y la brisa marina. Eran pocos en comparación a su número inicial; de hecho, más de la mitad de nuestros camaradas habían caído en el transcurso de la batalla. De mis 18 queridos compañeros, solo 6 continuaban con vida ahí en la playa; aquella melancólica chica de bufanda roja, el eterno admirador secreto de esta última, ese par de payasos que siempre conseguían sacarnos una sonrisa con sus tonterías, una pequeña figura con una brillante cabellera rubia y aquella loca de las gafas. Nadie más.
Me fije en la chica de rasgos asiáticos y encontré en su mirada el reflejo de la mía. Incapaz de seguir viendo aquél doloroso semblante que, al igual que el mío, la había acompañado durante tantos años, volví a mirar el ataque de las saladas aguas contra las vulnerables, pero resistentes rocas.
Finalmente, y luego de más de un siglo, los humanos habíamos ganado la guerra contra los titanes y éramos "libres".
Una sonrisa triste se cruzó por mis labios. ¿"Libres"? ¿"ganado"? ¿qué era exactamente lo que habíamos "ganado"? Lo único que sabía con certeza era que nuestra misión había acabado y con ello, nuestro deber para con la raza humana. Por primera vez, nuestra vida nos pertenecía a nosotros.
El sonido de mi nombre gritado me sacó mis pensamientos. Giré por segunda vez la cabeza en dirección al pequeño grupo de soldados (¿o debería decir, "ex soldados"?), los cuales me hacían señas para informarme de que se devolverían al campamento. Les dediqué una media sonrisa y les respondí mediante otro gesto que ya los alcanzaría luego.
Aún después de que sus figuras desaparecieran de mi vista, ni un pequeño rastro de culpa se asomó por haberles mentido tan descaradamente.
Volví a mirar hacia delante, pero esta vez cerré los ojos. Mis sentidos de olfato, tacto y audición se agudizaron automáticamente; haciéndome sentir infinitamente pequeña. Por primera vez luego de 10 años, invoqué su nombre silenciosamente en mis labios y dejé que el dolor de la perdida me consumiera y envolviera por completo. Casi pude sentir su mirada penetrante, sus labios suaves y sus manos frías recorriendo cada centímetro de mi piel. Por un momento, casi pude sentir que él estaba a mi lado, con su lengua afilada, su humor negro y su amabilidad invisible, pero tangible.
Abrí los ojos y volví a mirar las vulnerables y resistentes rocas. Ya había cumplido con mi deber y mi promesa; ya no había nada que me atara a esta existencia vacía.
Sin titubear ni dudar por un segundo, me incliné hacia delante y me dejé caer por el acantilado. El aire friccionó con violencia la piel de mis hombros, rostro y brazos, provocándome un escalofrío en la espalda.
No sentí ni miedo ni dolor. Lo cierto es que aquello era lo que había deseado desde hace muchos años atrás, desde el momento en el que le perdí para siempre.
- Me pregunto… si te podré ver ahora – dije para mi misma, aunque sin poder escucharme. Abrí los ojos lentamente y observé la pradera infinita por una última vez – Me pregunto…
Y luego, antes de poder terminar la frase, todo se oscureció.
Año 2013.
Abrí los ojos de golpe.
El frío matutino se había encargado de entumecer mis extremidades, las cuales se encontraban totalmente descubiertas por las sábanas. Como siempre, los sueños me habían hecho moverme demasiado durante la noche.
Me senté lentamente en la cama y miré por la ventana, admirando el bello amanecer parisiense. La tonalidad del cielo pasaba desde un profundo azul oscuro hasta un claro y brillante amarillo anaranjado, mientras que la silueta de la torre Eiffel se encontraba oscurecida debido a la inevitable salida del sol por su espalda. El Río Sena, por su parte, estaba más pacífico y hermoso que nunca.
Aquel era mi primer día en la capital de Francia y también mi primer día de clases de intercambio. Volví a echarme en la cama, pero no volví a cerrar los ojos; en cambio, me sumergí en mi imaginación en aquellas afiladas pupilas verde-oliva.
- Me pregunto… si te veré en mi próxima vida, heichou.
¿Les gusto? ¿no les gusto? Háganmelo saber en un review XP no importa si es cortito, es más que nada para saber como me salió esta cosa toda piñunfla e improvisada...
Saludos! :D
