Como cualquier mañana entre en el restaurant de siempre, la mesera me miro y sin dirigirse a mí sabía lo que ordenaría como cada mañana. Llego así pues el café a mi mesa, aquella que estaba al lado del gran ventanal. Me gustaba mirar la gente pasar "Como si eso tuviese algo de extraordinario" pensé para mí.
La mesera regreso ofreciéndome más café y no me negué, aquella mesera que a pesar de mi falta de atención nunca había dejado de coquetearme. De alguna manera admiraba su perseverancia.
La gente que pasaba por la calle y la que entraba al local me miraba y murmuraba, pocos se atrevían a pedirme un autógrafo o a acercase siquiera y la prensa se ocultaba y respetaba mi adorada y querida soledad.
Entonces vi de reojo cuando alguien se sentó frente a mí, no deje de ver mi café y esperaba que al ver mi rechazo se retirara como los demás, no me encontraba realmente de humor para gente estúpida.
-Hola- Salió de su boca y mi corazón latió con un frenesí que hacía mucho tiempo no sentía… ¿Acaso era ella? Aun con miedo de desilusionar mi corazón, con miedo a que mis oídos me engañasen no deje de ver mi taza como si fuera lo más importante… La gente del lugar se encontraba expectante, como si supieran que de un momento a otro la miraría fríamente y la haría correr. Entonces antes de que pudiera decir algo ella hablo otra vez…
-Mocoso engreído, después de que vengo a buscarte así me pagas-
No podía equivocarme…"Es ella" dijo una voz dentro de mí, levante pues mí mirada lentamente y vi como sus rizos dorados iban en total libertad y su nariz respingada no se encontraba tan inundada de pecas como antaño, mi corazón deseo decirle "Te he extrañado" pero de mi boca solo pudo salir:
-Nunca esperes nada a cambio de algo- ¡No! Eso no era lo que deseaba decir, me maldije, ¿Qué me sucedía? ¿Quién mandaba sobre mi cuerpo ahora?- Vi la desilusión en sus ojos, aquellos ojos esmeralda que ahora se veían apagados… La gente seguía en silencio y me harte. Me levante poco a poco, deje unos billetes en la mesa y la tome de la mano, una mano aterciopelada, delicada…mi corazón latió más rápido.
Me miro sorprendida por mi gesto y entonces una lluvia de flashes cayeron sobre nosotros dos, comenzamos a correr entonces y cuando los perdimos la solté, extrañaría el rose de su mano…
Me quite la boina, las gafas y la mire con las manos en las rodillas aspirando fuertemente…
-Perdiste forma pecas- Dije sonriéndole, la verdad que se veía hermosa con sus mejillas sonrosadas y el cabello alborotado. Me acerque a ella y la abrase como un acto reflejo, ni bien me di cuenta de lo que hacia la solté…
-¿Qué haces por acá? ¿Por qué me buscaste?-
-Yo estaba de paso- Susurro desviando la mirada y apareció un leve sonrojo al pronunciar:
-Deseaba verte- La alegría me invadió como una corriente eléctrica viajando a la velocidad de la luz por mis venas. Suspire y sonreí.
-¿Cómo esta Albert?- "Se habrá casado contigo" pensé tristemente.
-El salió a dar un paseo con su prometida, pero si deseas podemos encontrarnos con el- Dijo como si me hubiera leído la mente.
La tome de la mano nuevamente y comenzamos a caminar por una calle menos transitada…
-¿Qué ha sido de tu vida? ¿Tu también…te…te…casaste?-
-No, aun no…- ¿Acaso ningún otro se había fijado en la hermosura de ella?
-Tendrás que estar rodeada de ciegos y sordos entonces-
-¿Por qué lo dices?- Sentí la sangre en mi cara, lo había dicho en voz alta, ahora no me quedaba de otra…
-Porque eres hermosa y aunque no pudieran darse cuenta de ello con escuchar tu voz o sentir el roce de tu piel caerían rendidos ante ti-
La vi sonrojarse, me encantaba, y las ganas de besarla me llenaban por completo, pero debía controlarme…
-¿Y Susana?- Llegaría el momento en el que preguntaría…
-Ella ya no está conmigo- ¿Le preocupaba? –Se fue con su amante- Aclare deseándole tranquilidad.
-Lo siento- Murmuro
-No te preocupes- Le sonreí
-¿A dónde me llevas Terry?- "Terry" pero que dulce sonaba al salir de su boca, me detuve ¿A dónde la llevaba? No lo sabía, solo sabía que me encantaba su olor, y su compañía entonces se me ocurrió.
-¿Qué harás hoy Candy?-
-No tengo nada planeado-
-Entonces acompáñame- Ni siquiera me pregunto a donde, pero subió al coche conmigo y conduje, el lugar no estaba lejos y el silencio no era incomodo, volteaba algunas veces a verla y la encontraba mirándome, se sonrojaba…
Llegamos, le abrí la puerta del coche y note su sorpresa, entonces le explique:
-Cuando recién tuve mi éxito en el teatro, -Le ofrecí mi brazo e hice que caminara junto a mi- Compre este lugar, sencillo pero la vista me encanto- "Me refugiaba aquí cada noche que lloraba por ti" dije para mí. Aquel verde campo lleno de colinas en las que se alzaba el sol por el momento oculto entre los grises nubarrones.
-Es hermoso Terry- dijo sonriendo y vi como sus esmeraldas rieron.
-Por aquel lado esta una pequeña cabaña- Señale al horizonte…
-¿Por qué me trajiste aquí?-
-No lo sé…de alguna manera, cuando estaba aquí…te sentía conmigo- La solté y me senté en el césped, la mire desde abajo y la vi aun más bella, con su cabello flotando en el aire. "Quizá no se siente" pensé, seguro que la familia Andrew la había convertido en una "dama". Pero que equivocado estaba cuando la vi recostarse cómodamente mientras un suspiro salió de entre sus rosados labios. Las ganas de apoderarme de ellos no se habían desvanecido, pero solo aquel recuerdo del beso en el lago era lo que me quedaba, un recuerdo y un deseo que no sería capaz de cumplir.
Coloco sus brazos detrás de su cuello y cerró los ojos, se veía aun más hermosa ¡Maldición! ¿Por qué había aparecido justo cuando me resignaba a su olvido? Me apoye en mi brazo derecho y la mire, mire como su pecho subía y bajaba al ritmo de su respiración, algo acelerada por cierto, como sus rizos encontraban lugar en aquella verde alfombra y disfrutaba de la vista hasta que ella sin abrir los ojos pronuncio:
-¿Qué esperas?-
-¿Para qué?-
-Para besarme- Me quede atónito ¿Ella también lo deseaba? Vi entonces como se levantaba y me miraba fijamente ¿Esa era la Candice que yo había conocido? ¿O esta era otro mucho más madura y segura de si?
Se acerco lentamente a mi boca, observe como cambiaba su mirada de mis labios a mis ojos, pensé que en cualquier momento me besaría pero entonces vi como cambiaba su rumbo y dirigiéndose a mi oído susurro:
-¿Tienes un cigarrillo?-
CONTINUARA…
¡HOLA MIS ADORADAS Y QUERIDAS LECTORAS! NO CREAN QUE DEJARE COMPARTAMOS EL AMOR A MEDIAS, PERO ES QUE ASI LAS DEJARE ENTRETENIDAS EN LO QUE ENCUENTRO UN BUEN FINAL PARA EL. GRACIAS POR LEER Y YA SABEN, TOMATAZOS Y RECOMENDACIONES DEJENME UN REVIEW QUE NO SABEN QUE BIEN ME HACE. ¡MIL GRACIAS POR SU ESPERA!
ATTE: JENNIFER HERNDANDEZ SU AMIGA.
