Esta será una historia de algunos capítulos, aún no sé bien de cuántos, pero no serán muy largos tampoco xD. Surgió de una plática agradable con una querida amiga luego de ver una peli de hombres estúpidos ¬¬ y, por supuesto, Bridget Jones xD.

Todo lo que no reconozcan salió de mi imaginación.

La patética vida de una patética solterona.

-Carajo, sólo espero no terminar como ella- lloriqueó Rose señalando con la cabeza a la pantalla de un viejo televisor muggle, donde una llorosa Bridget Jones cantaba desafinadamente.

-Coincido- suspiró Kate, la mejor amiga de Rose, con fastidio.

Rose era una sanadora de 23 años recién egresada de la Academia Mágica de Sanadores, que actualmente trabajaba para el equipo de Quidditch de los Chuddley Cannons. Y sí, como quizás ya habrán notado, su vida amorosa no iba viento en popa, porque… bueno, no había viento… ni popa…

No a muchos les sorprendía este hecho, ya que la chica no era de las mujeres que cuidaran mucho de su físico, con su largo cabello pelirrojo siempre enmarañado y unas gafas muy gruesas que siempre le daba un aspecto desaliñado. Lo único que podían rescatar de su imagen, eran sus hermosos ojos castaños, claro, de no ser porque siempre lucían cansados con esas enormes ojeras producto de largas horas de estudio; sí, pues a pesar de haber salido ya del colegio, si esta pelirroja no estudiaba, no se sentía completa.

Por otro lado, Kate era una brillante mujer de 24 años, de cabello castaño y ojos azules que podrían haberla hecho lucir como la sensación de todo lugar, de no ser por su baja autoestima debido a su problema de acné. Trabajaba en el Ministerio de Magia como ayudante personal del Ministro, puesto importante a su corta edad.

Las dos mujeres eran mejores amigas desde su cuarto año en Hogwarts, pues las había unido el hecho de que ninguna de las dos tenía pareja para el baile de navidad y habían terminado encontrándose en las cocinas, contando la una a la otra sus desastrosas experiencias amorosas… algo que no había cambiado mucho hasta la fecha.

Con la atención puesta en la película, ambas bufaron y siguieron comiendo de su ya acostumbrado helado de licor, llorando y riendo con la película hasta que esta se acabó más o menos a las cinco de la tarde.

-Somos patéticas ¿lo sabes?- se lamentó Kate observando el fondo de su botecito de helado.

-¿Por qué lo dices?- preguntó Rose irónica- No lo somos por pasar todos los domingos en pijama viendo películas románticas y compadeciéndonos de nuestra patética soltería. Y a eso agrégale el hecho de que somos demasiado santurronas como para embriagarnos y comemos helado de licor que a lo más cerca que nos dejará de la inconsciencia que necesitamos es un coma diabético.

Su problema en realidad, era que tenían la cabeza demasiado llena de esa basura de amor romántico que las hacía esperar demasiado de los hombres y por consiguiente, fracasar en encuentros, citas y relaciones.

-¿Crees que todos los hombres sean igual de estúpidos?- preguntó Kate desilusionada.

Desgraciadamente, los novios que habían tenido habían resultado ser unos cerdos mujeriegos demasiado preocupados por su imagen.

-Me gustaría creer que algún día nuestro chico ideal llegará a nuestra puerta, pero hay que ser realistas- dijo Rose encogiéndose de hombros, intentando creerse sus propias palabras.

-Yo no pienso estar con algún otro chico a menos de que esté segura que es mi alma gemela- refunfuñó Kate.

Rose soltó una carcajada que duró al menos un minuto, cuando la risa comenzaba a dimitir, dijo entre jadeos a una enfurruñada Kate:

-Si las almas gemelas existen, bailaré la conga en medio del atrio del Ministerio de Magia…

En ese momento alguien llamó a la puerta y Kate fue a abrir. Rose sabía exactamente quiénes eran.

Cuando se habían graduado de Hogwarts, Albus Potter y ella habían hecho un pacto de que, al irse de casa de sus padres, vivirían cerca del otro para no perder contacto. Cuál fue su sorpresa al encontrar departamentos frente al otro. Pero eso no era todo, Scorpius Malfoy vivía con él, pues aunque Albus ganaba más o menos bien en su trabajo como ayudante de editor de El Profeta, Scorpius a veces se las veía negras en su trabajo como jugador de los Chuddley Cannons, pues el presupuesto no era mucho. Así que ambos se dividían la renta de su departamento, al igual que Rose y Kate.

A pesar de llevar tiempo de tratar con Scorpius, Rose no era su amiga ni nada parecido, de hecho creía que era un tanto raro y callado; pero quizás era porque no lo conocía del todo, es decir, tomaban a veces juntos el metro, pues trabajaban donde mismo, pero no pasaba de un "Hola, ¿qué tal la vida con mi primo?"

-¿Estaban viendo Bridget Jones de nuevo?- preguntó Albus exasperado, recibiendo un golpe en la cabeza cortesía de Rose.

-Déjalas en paz, Al- dijo Scorpius poniendo los ojos en blanco, al tiempo que iba a abrazar a Kate, su mejor amiga y ex novia.

-Hazle caso, Albie- dijo Rose con los ojos entornados-. Cuidado con lo que dices o tendrás que dormir con un ojo abierto por las noches.

-No de nuevo- Albus tragó saliva con nerviosismo.

-A fin de cuentas ¿cuál es tu problema con eso?- preguntó Kate irritada, con las manos en la cintura.

-Que hacen lo mismo todos los puñeteros fines de semana…

Rose y Kate se miraron. Esa conversación con los chicos se repetía todos los domingos, igual que su ritual con la película de Bridget Jones.

-¿A qué vinieron ahora?- preguntó Rose dejándose caer en el sofá y abrazando con cojín.

-Invitarlas al cine ¿quieren?- respondió Scorpius apoyado en el marco de la puerta.

-Encantador…- dijo Rose con sarcasmo-. Vienen a sacarnos de nuestra depresión colectiva…

-¿Vienen o qué?- gruñó Albus perdiendo la paciencia.

-Está bien… sólo porque tía Ginny me pidió que te cuidara después de la última vez que te fuiste de juerga…

-¡Tengo 23 años, por Merlín! No necesito que me cuiden.

Rose pudo ver cómo Scorpius rodaba los ojos como siempre, a Kate ir a su habitación a cambiarse en medio de un bufido y después sintió cómo Albus la cargaba cual saco de patatas hasta su habitación para obligarla a ponerse algo decente para salir.

-Espero que haya invitado a algunos de sus amigos- masculló Kate aferrándose a su abrigo en medio del frío viento de mediados de noviembre.

-¿Qué sólo piensan en eso?- se quejó Scorpius alzando las cejas-. Luego dicen que somos los hombres…

-No, los hombres sólo piensan en sexo- contradijo Kate.

-Nosotras pensamos en una relación- completó Rose tomando del brazo a su amiga en signo de apoyo.

-Vamos, Rosie- dijo Albus abrazándola por los hombros-. Ya sabemos que no has tenido nada de acción en unos meses, pero ya llegará el indicado… o quizás no.

Y mientras Rose perseguía a Albus por las calles cercanas al Caldero Chorreante, preparando su puño, vio a alguien que hizo que una gran sonrisa se extendiera por su rostro.

Hola!

Sí, aquí les traigo una nueva locura que es un tanto… diferente a lo que he hecho hasta ahora, o al menos eso espero.

Muchas gracias a quienes siguen agregando mis historias a favoritos o alertas =D me alegran los días con eso. Amo recibir sus comentarios, me alientan a seguir escribiendo.

Por cierto, si pueden pasen por el fanfic de mi amiga Petite24 =D es una historia corta y linda ¡Te quiero hermanita!

Nos leemos pronto!