Lamentablemente los personajes no son míos T_T", son de la gran J.K Rowling *w*
Ha leer!
La maldición del ángel
Chapter 1: Recordatorio
18 años atrás.
Era una tarde nublosa, triste, parecía que el clima se había puesto de acuerdo con su estado de ánimo, la angustia lo invadía, lo consumía, sin embargo él no podía hacer nada, la maldición lo seguía, era algo tan inevitable, sin fuerzas de continuar se dejó caer derrotado, con un pequeño bulto que respiraba acompasadamente, había engañado a su esposa, diciéndole que iría a caminar, que estúpido había sido haberse llevado al niño consigo, que inmaduro y que insensible; ahora el niño corría el mismo peligro que él.
Pequeñas fibras de agua empezaban a caer, estaba lloviznando, para luego crear lluvia, aun así con las ropas empapadas y con el frío mortal no consiguió moverse, ya no podía hacer nada, miró cariñosamente a su hijo de apenas 6 meses, era exactamente igual que él, una replica perfecta como él lo llamaba, unas gotitas de agua cayeron en el rostro de su hijo, que dormía cómodamente, con una de sus ya temblorosas manos removió la lagrima que cayó de su sorpresivo rostro, no había llorado en años, para que ocultarlo, siguió sollozando, los espasmos de su cuerpo eran la confirmación de tal hecho, abrazó a su pequeño retoño, gimoteando diciendo incoherencias. Ya harto de la agonía empezó a hablar.
- vas a mostrarte o prefieres pasar desapercibida como una repulsiva sanguijuela – dijo con una voz que debería haber sonado segura, sin embargo sonado rasposa y ronca, producto del no tan bienvenido llanto de hace a penas unos segundos.
De la tierra empezó a surgir una niebla blanca, con vapor azulejo, en forma de espiral, la bruma empezó a tomar forma, para dar paso a una silueta en forma de mujer, la dama en si parecía una ilusión, era irreal, pero ¿acaso en el mundo mágico lo irreal no podía ser real?, la figura se elevaba a unos 10 centímetros del suelo y junto con ella más niebla azuleja, la piel de la dama era cremosa pero era demasiado albina, casi traslúcida, su nariz era recta, perfecta, sus ojos eran azules como el hielo, sus alas eran blancas pero rotas, su vestido era ceñido y al igual que sus ojos era del color del hielo.
-Muy bien Lucius – susurró con una voz tan dulce pero a la vez tan amenazante- al parecer la incertidumbre te trata bien – sonrió- pero no deberías hablarle así a la persona que podría convertir tu vida en una miseria.
Lucius Malfoy la veía, con clara ira en su rostro, pero él sabía que se lo tenía bien merecido, de joven había cometido muchos errores y en el proceso había lastimado y matado a mucha gente, por eso apareció ella, Anane, era un ángel caído que en parte provenía de la creencia muggle en Dios, pero tan bien era un ser mágico, había sido desterrada por desobedecer, debía quedarse en la tierra o ir al infierno, decidió lo primero, quería reafirmarse, quería regresar, pero le costaba, le costaba bastante, no tenía tanto poder pero aún con lo poco que le quedaba trataba en vano de hacer hazañas que fueran lo suficiente para poder volver; pero cada vez se decepcionaba y su actitud no le ayudaba mucho, a las personas que según ella debían reafirmarse, las maldecía para que así se dieran cuenta de los horrores que cometían, la lección en sí era aprender pero nadie llegaba a ese grado y ya tristes y miserables se suicidaban.
-¿te mofas de mí? Angelito, ja! ¿No eres tú ahora el ser miserable, que busca almas manchadas para tu purificación? Das asco, los de tu estirpe no deben existir – exclamó con voz fría y desagradable, mirándola de arriba hacia abajo.
-hay Lucius, ¿no aprendes verdad? Con tan solo una semana pareces agotado, la maldición no te ha ayudado mucho ¿no?
-jodida criatura- respondió con ojos de acero
-¿qué dijiste?- preguntó- dilo más alto, parece que no te he escuchado.
-dije: QUE ERES UNA JODIDA CRIATURA!-repitió
-ohhh! – exclamó con soniditos de advertencia y moviendo el dedo índice- mala respuesta, pero mira que tenemos aquí, no es este tu ¿tercer heredero? – Cuestionó mientras se agachaba y con su delicada y fría mano tocaba la mejilla del niño, este se movía inquieto al sentir una fuerza extraña- al parecer mi maldición va del todo bien ¿Qué nombre le has puesto?
-…
-dime ¿Qué nombre le has puesto?
-…..
-querido, dime – lo agarró de la quijada con increíble fuerza y por inercia Lucius la miró
- Draco-exclamó con voz intangible, en ese momento el pequeño bulto abrió los ojos y miró a su padre con una sonrisita, Lucius como acto reflejo y con su pobre imitación de protección, alzó la mano y le dio tremenda cachetada a Anane, el ángel con estupor retrocedió al instante tocándose la mejilla.
- BASTARDO- gritó con voz cínica- no debiste hacer eso ¡IMMOBULUS! – en ese preciso instante Lucius se quedó rígido.
-no me digas, ¿te has olvidado que los de nuestro estirpe también podemos usar magia? que estúpido -preguntó mirándolo a los ojos- dámelo- Lucius puso una mirada de advertencia, Anane cogió al niño y lo meció entre sus brazos haciendo soniditos cariñosos.
-Qué sorpresa pero si es igualito a ti- exclamó acariciando el cabello platinado del pequeño- dime criaturita ¿que castigo le daremos a tu padre?- miró al niño- umm ¿Qué tal si te llevo conmigo y conoces el purgatorio? – Lucius estaba muerto de miedo, se llevaría a su tercer hijo y no podría hacer nada, había olvidado su varita y los contrahechizos no funcionaban con los poderes de un ángel caído.
- no, muy suave, ya sé!¿Lucius que dices si le pasas una parte de tu maleficio a tu hijo?, no va a ser gran pérdida, te lo aseguro pero le voy a agregar algo más- y empezó a recitar:
-hechizo hecho, hechizo maléfico, sepárate de tu dueño para que este pequeño tenga un poco de sufrimiento, para que este niño aprenda de sus futuros errores y no juzgue a nuestra noble estirpe, por eso retoño tendrás una parte de mí: separata alica – y de Lucius surgió un fuego que empezó a dividirse, una parte se dirigió a Draco, el pequeño se quedaba quieto, no lograba sentir algo- quia angelus- la niebla del ángel se acercó al cuerpo de pequeño y esta empezó a ser absorbida hasta que la piel del heredero de Lucius se empezó a tornar del color azul para luego retornar a su color natural.
-bueno te lo devuelvo- puso a Draco en los brazos de su padre y señalo a Lucius - finite incantatem- en ese preciso momento él pudo moverse.
-MALDITA PERRA ¿QUÉ LE HAS HECHO?!-pronunció Lucius mientras cargaba a su hijo protegiéndole.
-nada de lo que me arrepienta, él tiene parte de tu maleficio como ya lo dije, o ¿eres sordo?, será tan frio como tú, tan mezquino y arrogante a igual que su progenitor, sufrirá al igual que tú pero de una manera tan diferente ¿no es suficiente?- anunciaba mientras se deslizaba de espaldas, mirándolo- jajajaja y espérate que la mejor parte aún no ha llegado.
-¿qué quieres decir?- debatió con cara de repulsión.
-a los 18 años- recitaba- tu hijo sufrirá un cambio, un cambio bastante inesperado- pronunciaba con voz melosa - el maleficio se romperá si solo llega alguien que ame a esta criatura de lo contrario yo misma me llevaré a tu hijo para que empiece a servir- y con esas ultimas palabras se desvaneció.
Lucius preocupado, indignado y adolorida se dirigió a la mansión Malfoy, este ya empezaba a sospechar porque la desterraron de su estirpe, sus maleficios o "enseñanzas" como ella los llamaba eran demasiado crueles y retorcidos; pero por algún motivo seguía cuestionándose ¿Porqué su hijo tenía que sufrir? ¿Qué le había hecho esa asquerosa criatura? ¿A qué iba a estar condenado su heredero? Y ¿qué iba servir o a quién?; con todas esas preguntas abrazó a su hijo que se había vuelto a dormir, miró al cielo que se había vuelto tan nítido, tan limpio y bufó ¿qué se creía aquel ente? ¿Acaso quería darle una lección por medio de su hijo y por eso era tan dura? No había mas remedio, tendría que vivir con eso, tendría que esperar el futuro y luego aguantar lo que se avecinaba.
No sean malas y dejenme un review ¬¬", evidentemente para saber si les gustó.
separata alica : separar hechizo
quia angelus: crear ángel
