–¡Elizaaaaa!–

Ese recuerdo, ese grito ahogado en el tiempo, lleno de dolor, lágrimas, ira, tristeza, tantos sentimientos que Johann George Fausto vivió en tan solo segundos, cuando en aquél instante, todo a su alrededor se derrumbó cruelmente, dejando la sangre correr, y los sonidos se volvieron mudos, cualquier grito, esperanza y petición, se perdieron lentamente, teniendo a su esposa, sin vida… en sus propios brazos…

Yo te extrañare

Tenlo por seguro

Fueron tanto bellos y malos momentos

Que vivimos juntos.

Los detalles las pequeñas cosas

Lo que parecía no importante

Son las que más invaden mi mente

Al recordarte…

–Eliza… mi hermosa Eliza… mi Eliza…– Musitaba a duras penas mientras dejaba que la lluvia lo mojara, frente a esa lápida, un pedazo de roca, maldecía tanto no haber sido él, porque lo hacía débil, según él, pobre, ya no quería vivir, el respirar ya no le era necesario, quería esfumarse… y dejar que todo alrededor suyo dejara de existir… quería morir…

Uhhhh! ojala pudiera devolver el tiempo

Para verte de nuevo

Para darte un abrazo

Y nunca soltarte

Mas comprendo que llego tu tiempo

Que Dios te ha llamado

Para estar a su lado

Así él lo quisooo

Pero yo nunca penseee

Que doliera tantoooo

Tantos recuerdos de Eliza grabados en su mente, tantas veces que ellos corrían por aquél enorme campo junto con su perro, tantas cosas que hicieron juntos, tantos momentos, tantos sueños, que ahora se volverían difusos, hasta desaparecer totalmente, no había nada para él, su amada se había ido de su lado, eso pensó, hasta que supo que había un poder lo suficientemente grande para traerla de vuelta… sólo si se convertía en Shaman King…

Ya no llores por mí

Yo estoy en un lugar

(Lleno de luz)

Donde existe paz

Donde no hay maldad

Donde puedo descansar.

No llores por mí

Es tan bello aquí

(Con calma iré)

Quiero que seas feliz

Que te valla bien

Y cuando

Te toque partir

Espero verte aquí…

–Podemos traerla de vuelta, ya sabes, para volver a estar con ella.–

Al oír tales palabras, no dudó dos veces en responder a que renunciaría a tal meta de ser Shaman King, a tal poder, siempre y cuando tuviera a su amada esposa a su lado, quería verla de nuevo, y ahora lo tenía en las manos, por fin, luego de tanto tiempo, le sonrió, y así pudo sentir que su corazón volvía a latir, una felicidad invadió su ser, y con él sus lágrimas mojaron su cara, y cayó de rodillas ante ella, suplicándole su perdón, sin embargo nada había que perdonar, podía volver a respirar.

Yo te extrañare

Tenlo por seguro

Como pensar que la vida

Puede terminar

En un segundo

La vida es polvo

Puede esparcirse

En un momento

Nada trajiste

Nada te llevas

Solo lo que había dentro…

–Fausto…– Le susurró, a lo que él levantó finalmente la vista, volviendo a sonreír, volviendo a vivir realmente, no le importaba nada ya, ahora era libre de su propio pesar, por fin podía, volver a respirar.

–Eliza…–

Y con esas palabras, en el momento en que su corazón se detuvo, tomó su mano, ahora volvería a sentir a su esposa, ahora podría volver a disfrutar… por toda la eternidad…

Yo te extrañaré…

Tenlo por seguro