Hola a todos :D Este es un nuevo fanfic el cual quiero que les guste y disfruten. Quería decirles que este es el primer fanfic que escribo que tiene un tipo soundtrack. La letra de la canción se relacionará un poco con el capítulo, igual que el título del mismo.
Ojalá les guste, escuchen las canciones que vendrán y escriban sus reviews. Los veré en otro capítulo o fanfic. Bye :D
Capítulo 1: Ese caballero azul.
Canción del capítulo: That Green Gentleman-Panic! At The Disco.
Garry's P.O.V
Ib...
Diablos
La extraño demasiado, sus ojos rojos, su cabello largo y castaño.
Joder.
Ha pasado aproximadamente una semana y ya quiero largarme de aquí, aunque sé que jamás saldré.
La galería de Guertena es aterradora, los muñecos azules, las esculturas sin cabeza, las cabezas de los maniquíes... Bueno, ellos son los más rescatables.
Es aburrido, incluso. Las mismas rutinas siempre, caminar, correr de las mujeres mitad cuadro, evitar ciertos cuartos. Lo único que puedo hacer es dibujar y leer todo lo que está en la biblioteca.
Carajo ¿Por qué demonios tuve que dejar mi celular? Si tan sólo hubiera sabido que pasaría esto estaría ahora mismo jugando con mi celular.
Como sea, el punto es salir de aquí. Pero no puedo, soy el 'Retrato Olvidado', soy una creación más de Guertena. Mientras que Mary, UGH, Mary, la odio tanto, demasiado, ella me alejó de Ib, si no fuera por ella ahora mismo estaría con ella comiendo unos macarons en la mejor cafetería de la ciudad.
Pero al diablo, ella está feliz, supongo, eso es lo que me importa.
Ahora mismo camino por toda la galería, como por millonésima vez.
No sabía que hacer, me gustaba molestar a Error, pero el cuarto naranja o el azul-verdoso estaba muy lejos y era agotador quejarme todo el tiempo de lo aburrida que era la galería.
-Ahora entiendo a Mary-Me dije a mi mismo.-Al menos puedo salir un rato, pero solo, sin Ib, sin nadie.
No era amigo de nadie en la galería, tenía miedo. Aunque no podían hacerme nada, era como una vida después de la muerte, no podía morir, no tenía rosa, sólo podían lastimarme, pero no matarme.
Pero, Dios mío, los muñecos, joder, no podía ni verlos, tuve suficiente con esa experiencia cuando estaba con Ib y Mary, me dan escalofríos siempre que me acuerdo.
La galería aún no cerraba, había mucha gente aún y entre esa gente esperaba a que estuviera Ib, cosa que es imposible, ya que ella ya ha visto todo, aparte no se acuerda de mi, y yo, saliendo de aquí (si es que algún día lo logro) tampoco me acordaré de ella. Quisiera revivir a Guertena y que me ayudara a crear a Ib en un cuadro, para así tenerla conmigo siempre y que estemos juntos, felices, charlando, sin aburrirnos.
Sacudí mi cabeza, joder, eso ya era obsesión, capaz y ella no era feliz conmigo y yo aquí ilusionándome. Ya parece que me gusta. No me gusta, claro que no.
EXACTO, no me gusta, para nada, yo solo la quiero como una hermana. Le tengo un cariño de familia, nada con amor-amor, sino, amor-familiar. Exacto. Aparte me tomarían como un pedófilo enamorado de una niña de 9 años. PFFF, GARRY, POR DIOS.
-GARRY, POR DIOS-Un muñeco azul gritó.
Yo me asusté, pero no por el muñeco, sino porque todo el maldito tiempo había estado pensando en voz alta.
-Garry ama a Ib-Empezó a cantar.
Empecé a sentir calor por toda mi cara, me había puesto rojo, el muñeco azul había escuchado todo lo que había dicho de Ib. Tapé mi cara con la mano para que no se notara tanto mi enrojecimiento.
-Cállate-Le dije al muñeco azul.-No entiendo de que rayos estas hablando.
-Garry ama a Ib-Volvió a cantar.
Rodé los ojos harto, pero el problema de todo es que tenía razón, la ama...
-¡NO ME GUSTA IB!-Le grité al muñeco inquietante.
El muñeco dejó de sonreír por un momento, y de pronto se rió y se fue corriendo.
Pff... Yo no amo a Ib, es como una hermana para mi, no me puede gustar mi familia, o sino sería incesto, y estaría mal. Aparte de que me tomarían como un pedófilo, repito.
Seguí caminando hasta mi "habitación" en la zona gris, donde está la escultura de "asiento reservado", donde normalmente duermo. Mas que cansado, estaba aburrido, lo único que me divertía era dormir en estos momentos. ¿Enserio Mary tenía que pasar por todo esto? Bueno, lo dudo, ella no le tenía miedo a los muñecos azules.
Cuando ella estaba aquí, supongo que se divertía con todos. No estoy seguro, pero creo que era así gracias a que Mary era una creación oficial de Guertena, no como yo, que solo soy una por quedarme atrapado en el mundo fabricado.
Todos los días me pregunto como estará Ib en el mundo real, no sé si está en peligro, si está feliz, si me extraña, si se divierte con Mary. Diablos, me estresa no saber nada de ella, solo quiero pensar que está bien.
Llegué a la zona gris. No entiendo como es que duermo ahí si está rodeado de mujeres de rojo-azul-amarillo y esculturas sin cabeza. Supongo que era por el sillón.
Cuando llegué al mundo fabricado, bueno, cuando me quedé atrapado aquí, decidí quedarme en ese sillón. Lo dudé un poco, ya que aún recuerdo la vez que Ib y yo nos quedamos atrapados en esa habitación, si, esa vez que las mujeres de rojo, azul y amarillo hicieron un hoyo en la pared.
Lo bueno es que me las arreglé poniendo libreros. Una mala anécdota de eso es cuando entró un muñeco azul por un espacio abierto que quedó. Casi me moría del susto, entró cuando estaba dormido y justo cuando abrí los ojos estaba a dos centímetros en frente de mi.
Salí corriendo, y decidí no dormir mas ahí. Dormía donde estaba el cuadro del pájaro y su compañero. El lugar era estupendo, callado, con los dos pajaritos mas monos del planeta. El problema era Error, entraba cada cinco minutos para buscarme. Me gustaba molestarlo y jugar con el, ya que está ciego por la mancha negra de su cara. Pero todo cambió a la semana, (creo que era a la semana ya que pasaron varios días) que cuando me encontró empezó a rasguñarme. Rasguñaba todo lo que estaba a su paso, era demasiado molesto.
Pero bueno, ahora duermo en este sillón de nuevo, sin hoyos y con las ventanas tapadas, y normalmente con la puerta cerrada con seguro... Por si las moscas
Vivir aquí era una pesadilla, siempre tenía hambre y lo único que podía comer eran hojas de cuaderno y obviamente de tomar: agua. Siempre que pienso en cocinar algo me olvido de demasiadas cosas, como:
1. No tengo NINGÚN ingrediente
2. No puedo usar fuego
3. Los muñecos azules robarían todo lo que habría hecho.
La vida era infinita aquí, tenía que vivir lo mismo todos los días, sin envejecer, sin sonreír. El único momento en el que sonreía era cuando yo pensaba en Ib.
Recordaba todo lo que pasábamos, lo feliz que era cuando ella estaba a mi lado, los escalofríos que sentí cuando ella me abrazaba, todo lo que hablábamos, lo que pensábamos que haríamos cuando saliéramos de la galería y la enorme tristeza que sentí cuando ella se fue con Mary.
Tenía que hacerlo, tenía que sacrificarme, todo por ella, me había prometido a mi mismo que haría todo lo que pudiera para que ella estuviera a salvo. Sentí un gran miedo cuando Mary tenía la rosa de Ib en sus manos.
A las mujeres de aquí les gusta jugar "Me quiere, no me quiere..."
Moriría si a Ib le pasara algo.
Suspiré y bajé la cabeza
-La amo tanto...
Pasaron segundos de silencio.
-¡GARRY AMA A IB!-Un muñeco azul salió de la nada gritando y sacándome un susto de muerte. Empecé a gritar como estúpido.
-¡¿DE DÓNDE DEMONIOS SALISTE?!-Le grité al muñeco.
Lo único que hizo fue reírse de una manera espantosa e insoportable.
Yo estaba desesperado, me estresaba tener que estar con todos esos muñecos monstruo. Con sólo una semana de estar ahí no lo soportaba, solo quería salir al mundo real, quería ver a Ib.
El muñeco seguía riendo, yo rodé los ojos y me fui caminando a mi destino anterior.
Llegué al laberinto donde estaban todas esas estatuas y cuadros de mujeres de rojo, azul y amarillo. Estaban conversando sobre su "vida". Simplemente intenté ignorarlas, seguí caminando hacia la puerta. Había descubierto que si no les hacías el menor caso ellas no te harían nada.
Entré a mi "habitación" y por lo que veía, estaba todo normal, el sillón, los libreros, etc. Una que otra hoja con algún dibujo mío tirada en el suelo. Nadie había entrado.
Me tiré en el sillón, y miré hacia el techo. Era mi rutina: tirarme, mirar, pensar, dormir. Me puse a pensar sobre que estuviera haciendo ahorita mismo con Ib, viendo una película, yendo a una cafetería a comer macarons, platicando, riendo, no sé, habían muchas cosas que hacer con ella. Empecé a cerrar mis ojos y dormí. Esperando por otro aburrido día en esta aburrida galería.
Desperté, dormí muy poco, había un escándalo cerca de mi habitación. Me puse de pie con una enorme pereza, pero tenía que saber que estaba pasando, como era el último retrato de Guertena y supuestamente su hijo, debía de saber todo lo que pasaba.
Salí, pero no había nada en la zona donde yo estaba. Me dirigí a las otras, y encontré un desórden en la zona roja. Cabezas de maniquí tratando de calmar a todos, mujeres de los tres colores discutiendo con las esculturas sin cabeza, muñecos azules riéndose sobre lo que estaba pasando ahí. Yo quise intervenir, pero a nadie de ahí le agradaba, o al menos eso creía.
El mundo fabricado era parecido al mundo real, en ciertos aspectos. A muchas personas no les agradaba y tampoco me agradaban, si me iba no lo notarían, si ellos se iban yo tampoco lo notaría, así que por todo eso me siento igual, aunque todo haya cambiado.
Era un poco divertido, porque algunas obras de Guertena me ubicaban como el Caballero Azul, por mi gabardina. Mas bien, los más educados me llamaban así, como las cabezas de los maniquíes, las esculturas sin cabeza (las cuales hablaban, bueno, hablaban mediante papeles), y... Creo que ya, que me acuerde.
Cambié un poco de opinión y decidí acercarme a calmar a todos.
-Cálmense, cálmense-Dije un poco nervioso.-¿Qué está pasando aquí?
Una cabeza de maniquí se acercó a mi.
-Pasa que una escultura sin cabeza manchó de pintura a una mujer de rojo, ella intentó atacarla de regreso pero le terminó dando a otra escultura sin cabeza, y así empezó el conflicto.-La cabeza me dijo con un modo tranquilo.
Suspiré, esto era normal en la galería.
Caminé hacia la puerta para salir de la zona roja, antes de cerrarla me detuve y me agaché. Esquivé pintura roja de la guerra. Cuando volví a pararme bien sonreí.
Me di cuenta de que, después de todo, el mundo fabricado ahora era mi hogar, tenía que acostumbrarme, tenía que vivir ahí, al menos hasta que pudiera salir. Tenía que acostumbrarme a todo lo que pasara ahí. Tenía que ser feliz pasara lo que pasara.
-Bienvenidos al mundo de Guertena-Dije sonriendo, luego me fui y cerré la puerta.
