Star dejo la revista sobre la mesa de centro, al percatarse de que Marco se cerca a la puerta principal, intentando o al menos eso parecía volverse a peinar su rebelde cabello.

- - - ¿Piensas salir? – intento preguntar con un tono de indiferencia que no logro ser demasiado creíble.

- - - Jennifer, me invito a una Barbacoa – comento el chico - en casa de sus padres – explico a continuación poniéndose su sudadera - iré tan solo unas horas – puntualizo - después de todo le debo un favor – gruño el chico con una ligera sonrisa, verificando si llevaba sus llaves y cartera.

- - - ¿Puedo ir? – pregunto la rubia mientras se ponía de pie.

- - - Sabes que eso me gustaría muchísimo Star – comento el chico abriendo la puerta - pero a un no terminas tus deberes – explico mirándola con una leve sonrisa - además tus padres fueron bastante explícitos, la última vez sobre tus calificaciones – dijo casi en un murmullo mientras la puerta cerraba tras del.

Algunas horas después, Star intentaba tomar una decisión, hacía rato que había terminado sus deberes, y pasado las dos últimas horas, mirándose al espejo, sintiendo un ligero aleteo de mariposas en su estómago.

Sin saber muy bien porque se había vestido con uno de los vestidos que le había regalado Marco, en su último cumpleaños, a un que no tenía planes para salir, el mirarse y ver ese lindo vestido blanco la hacía sonrojarse.

Mordió ligeramente su labio, en señal de nerviosismo, mientras observaba de nueva cuenta el espejo, algo no la convencía su pelo suelto, quizás su ligero maquillaje, el vestido hacia juego con los zapatos, sintió de nuevo las mariposas en su estómago, sonrió al mirarse al espejo, nada fuera de lo normal, lucia hermosa, solamente esperaba que Marco pensara lo mismo, respiro profundamente y abrió la puerta, si seguía demorándose, no podría sorprender a su amigo.

- - - Star – fue la respuesta de Marco Díaz, ante la mirada que en esos momentos le dedicaba su mejor amiga, llena de rencor, ante el hecho que tenía colgando a la prima menor de Jennifer de sus brazos, la cual prácticamente le estaba robándole un beso, delante de la casa de sus padres.

Algunos minutos después, el chico logro romper la puerta de la habitación de Star, después de prácticamente destrozar la de la entrada principal, que estaba cerrada mágicamente, para solamente presenciar el portal interdimencional cerrándose y todas las cosas de Star evaporándose ante sus ojos.

- - - ¿Qué diablos hice? – fue lo único que logro decir antes de dejarse caer en la cama de la rubia, sintiendo su aroma y susurrarse mentalmente que todo eso simplemente era un sueño, un maldito sueño, no un sueño, una pesadilla su peor pesadilla, una vida sin Star Butterfly.