Este fic participa del reto "What if?"; del foro "Días Oscuros".

Disclaimer: los personajes no me pertenecen, son propiedad de

Suzanne Collins.

#¿Que pasaría si el Vasallaje fuese un invento de una Katniss enloquecida por sus anteriores Juegos?

Su cuerpo aun se encoge ante el efecto de las palabras, que torturadoras, resuenan en su cabeza: "En el septuagésimo quinto aniversario, como recordatorio a los rebeldes de que incluso los más fuertes de entre ellos no pueden superar el poder del Capitolio, los tributos masculino y femenino serán cosechados de entre su existente colección de vencedores". No puede comprender que está sucediendo, porque está sucediendo. Solo se revuelca del dolor, que la azota lentamente, esperando a la muerte. La arena ha sido destruida, y ella es la culpable.

Piensa en Peeta, y en que ya no volverá a verlo más. Él la llamaba, él la llamaba. Pero ella no acudió. Simplemente, ella no pudo. Estaba acorralada... ¿Qué oportunidad tenía de llegar a él?

«Yo solo quise… solo quise… liberarnos».

Torturada. Sola. Rota. Y su mente comienza a relucir lo vivido.

Ella había pagado su condena, ganó, compró su boleto a la libertad. Sin embargo, eso poco y nada le importó al Capitolio. Decidieron enviarla de nuevo. La pesadilla se reanudo, exprimiendo poco a poco su fuerza de voluntad. Tal vez, en esta oportunidad, fue mas fácil. No tuvo que correr, esconderse, hacerlo todo sola. Formó un grupo, con Finnick Odair(de quién desconfió en un principio), Mags(la señora que dio su vida para salvar la de Peeta), Beetee, Wiress, la loca de Johanna Mason… Más, solo uno de ellos sobreviviría… y su plan era que Peeta ganara.

Desahuciada. Triste. Resignada. Sin "él".

"¿Por qué lloras, Katniss?" le preguntó apenas regreso de la muerte. Las traicioneras lagrimas se deslizaban desde la cuenca de sus ojos grises, apuñalándola en lo más profundo de su ser. Lo quería. Y la sola idea de pensar que no volvería a ver sus ojos etéreos observándola, tan igual al cielo mismo, convertían en añicos su alma. Si Peeta se moría… ¿Qué razón tendría ella de volver a su hogar? Ninguna, ya nada tendría sentido. La vida sin él se tornaría un eterno abismo.

Aplacada. Cansada. Sin alas.

Cinna transformó su simple vestido de novia en las alas de un sinsajo. Incluso las plumas eran reales. Si ella quería, podía volar. Alejarse de allí, del tormento de Panem. Se alojaría en un lugar soleado, donde el terror no existiese, donde el nombre de "Los Juegos del Hambre" sea solo un recuerdo que vivió y ya no siente. No existiría tal rebelión, su familia estaría a salvo, Peeta y Gale se librarían de su existencia. Todo sería mejor.

Las garras plateadas surgen del cielo que poco a poco va apareciendo, real, tal y como es. La apresan con cuidado, arrastrándola a la luz. Ya nada le importa.


El desordenado cabello negro le cae sobre el rostro. Sus ojos grises, apagados, demuestran el estado de su mente. Katniss enloqueció. Perdió la razón al regresar de los Juegos.

Se mece en un rincón de la habitación, oscura por las ventanas que jamás se abren.

—Yo explote la arena, yo. Destruí sus Juegos, doblegué el teatro del presidente Snow. Soy el sinsajo, la cara de la rebelión. Haymitch… Haymitch me lo dijo. —

El aludido la contempla con tristeza y pena. Trata de hacerla entrar en razón, de explicarle que él no dijo tal cosa. Con parsinomia, replica que no hay rebelión. Que es absurdo que los distritos se rebelen contra el Capitolio. Que el Vasallaje de los 25 no existe. Que Finnick Odair murió en los 65 Juegos del Hambre, que Johanna Mason se suicido poco después de ganar los Juegos. Que quienes son Mags, Beete y Wiress. Y Peeta murió en la arena de los 74° Juegos del Hambre. Y que ella empuño el arma que le dio muerte.

**Fin**