~El sol naciente

Capítulo 1: La tierra Norte, Media y Sur

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Siempre recuerdo las palabras de mi padre cuando me conto sobre las tierras del norte, justo en el tiempo en el que madre murió. Me dijo que, cuando el tiempo sea el correcto debería viajar al norte a conocer a mi futura esposa; que la mujer que sería mi esposa me enseñaría a amar, a entender, a tener paciencia y sobre todo saber cuándo perdonar a mis enemigos. En mis tierras estar con una mujer era lo de menos, yo siendo el príncipe heredero podía escoger a quien sea en mis tierras pero, sencillamente no me interesaba tener una. Puesto de ellas no necesitaba la aprobación para poder hacer algo.

Todo empezó cuando Padre, El Señor de las tierras medias: Lord Hiroaki, se enamoró de una joven fuera de su territorio, del norte. En uno de sus viajes de expedición cuando había perdido a su primera esposa buscando redimirse encontré el norte. Él, me contaba que sus riquezas abundaban en todos sentidos, los ancianos no eran tan lentos, eran hombres trabajadores que araban la tierra, las mujeres en vez de solamente criar a sus hijos, podían escoger su profesión ¡Si claro! Habían mujeres guerreras, trabajadoras y esposas de hogar; los niños eran entrenados a la par con sus "mascotas" esa parte nunca la entenderé, pero padre lo hablaba con tanta emoción y sorpresa que era difícil imaginar si eso era algo bueno o algo malo. En fin. Allí, guerrera de las puertas principales al reino, fue que la conoció.

Dice que lo que le enamoro, fue la lanza apuntar a su garganta y sus maravillosos ojos. Su nombre era Natsuko, la madre de mi hermano menor Takeru. Si, ella es mi madrastra, pero eso no importa puesto se ganó su respeto y su lugar para yo poder llamarla Madre. Cuando padre volvió con madre, me dijo que cuando sea un poco más adulto hablaríamos sobre un tema que determinaba mi destino.

Verán, siendo muy pequeño nunca entendí eso y lo olvide cuando Takeru llego al mundo. Madre lo adoraba y cuidaba con su alma mientras lo intentaba entrenar con diferentes tradiciones que acá. Cosa que yo me negué. Cuando Takeru cumplió los 5 años, madre le obsequio un pichón de águila.

-Tk, esta será la criatura de Gaia que te acompañara en lo largo de tu vida. Tu responsabilidad es velar por él tanto como si se tratara de otra extensión de tu cuerpo.

Fueron sus exactas palabras, hoy en día ya de adultos esa ave no se separa de Takeru, eran sus ojos donde él no llegaba y ante eso se había convertido en un gran guerrero; combatía a mi lado en la gran posición que merecía. Tiempo después, madre intento enseñarme movimientos de su tierra, decía que cuando una mujer alcanzaba la excelencia, un puesto militar; su cabello debía ser cortado de esta manera no entorpeciera su desempeño. Y era de esa manera como siempre lo utilizaba. Nunca aprendí, nunca lo entendí; lo veía como algo tonto aprender algo de una mujer; mientras que Tk se volvió su aprendiz. Creo, y eso fue lo que mato a Madre, el permitirse practicar con su edad, una mujer cuando tiene un hijo se vuelve más delicada; así son todas las mujeres.

-Yamato, ven conmigo por favor

Siempre que padre me llama por mi nombre completo, significa que algo siempre estaba mal, y así fue. Madre estaba muriendo y nadie entendía por qué; me encontraba cerca de ella mientras Tk y Padre estaban a su lado, yo solo miraba en silencio.

-Matt, tu padre te comento hace mucho tiempo sobre algo que debía saber cuándo seas alguien ya adulto- Tengo leves recuerdos de si asentí o no, solo miraba a sus ojos mientras veía su luz apagarse.

-Veras Matt, Cuando conocí a Natsuko supe que tu destino también estaba ahí. El Señor del Norte accedió a verme y ahí mientras me dirigía conocí a un pequeña niña, un año quizás menor que tú. Ella simplemente me sonrió como ningún otro niño había hecho y corrió con velocidad en otra dirección mientras era perseguida por sus cuidadores. Al acercarme al trono, note al gran señor y a su esposa y entre sus brazos estaba de nuevo esa niña, pero mi atención no fue lo que cautivo para llegar a lo que voy a decirte, sino esos ojos que esa niña tenían.

-¿Ojos?

-Así es Matt, esa niña que me sonreía era la heredera al trono del Norte.

-Pero es una mujer ¿Cómo puede heredar tales tierras?- Dije molesto ante tal altanería

-En aquel sitio, no importa tu género. Sino lo que puedes hacer por tu gente- vi como madre respondía con algo de paciencia y amargura en sus palabras "Lo que puedes hacer por tu gente" esas palabras tenían mucho pesar en su boca.

-Luego de un gran banquete y el haber entablado conversación y lazos por la mano de Natsuko, el rey me propuso algo. Sabía que tenía un hijo en casa esperándome y luego de conocerme y velar mis intereses dijo que su decisión ya estaba hecha. Quería que tú Yamato, te volvieras el corazón y apoyo de la heredera.

-Pero padre, yo soy el futuro señor de las tierras medias, no del norte.

-Cuando el tiempo llegue, norte y medio se volverá uno. La tierra del sol naciente

-¿La tierra de las leyendas?- No sabrán mucho del tema, de eso estoy seguro. Pero se decía que hace mucho tiempo todas estas tierras eran una sola, El sol naciente fue llamado; pero una terrible guerra por poder obligo a que las tierras se separan en 3 partes: Norte, Medias y Sur. Nunca sabíamos nada de la población del Norte, pero siempre teníamos guerras con la gente del Sur, en busca de tierras.

-Así es Matt, yo al principio estaba algo obtuso con la idea, no podía percibir tales acciones ni el por qué había tanto interés en el Lord en casar a su hija contigo, pero fue ahí cuando volví a verla y supe la respuesta ante mis ojos. Teníamos muchos tiempos de guerra, fue por eso que perdí a tu Madre, Matt. Era hora de acabar esas guerras, de añorar aquella tierra que solíamos ser un gran imperio. Así que acepte.

-Pero…-

-Ya está decidido Yamato, cuando el tiempo adecuado llegue contraerán lazos.

Y dicho esto, así se quedó. Poco después el último aliento de madre salió y ya no había más Madre a la cual llamar. La muerte siempre había sido el gran temor de todo humano, pero para madre esta no parecía más que otra etapa en su vida. Se fue con valentía y con calma. Acciones que nunca entenderé.

-Lord Yamato. Los soldados del sur han terminado de agruparse, pronto atacaran. Su padre lo solicita al frente con él.

Guerra.

Nuevamente estábamos en guerra, y donde estaban esos aliados del norte que prometieron ser de ayuda. No había. Padre dijo que esta batalla, no haría la diferencia para ellos aparecieran así que lo más importante era la unión, luego de esa unión la gran batalla habrá acabado. Nunca sabré las verdaderas razones por las que el Sur desea atacar con tanto ahínco nuestras tierras. Mire por última vez la tumba de madre y camine al lugar donde pertenecía.

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-Llegas tarde cabezota- mire a mi costado a un hombre bronceado de pelos revoltosos, mientras acariciaba a mi corcel.

-Me costó ponerme la armadura

-Si tuvieras el cabello más corto, no te costaría tanto

-¡Hey! Esto es lo de hoy- decía con galantería acariciando su cabellera como si yo fuera la doncella que él quisiera conquistar, sonreí de lado. Les presento a Taichi Kamiya, su padre es de la armería y su madre pertenece a la cría de caballos; Taichi se había ganado su posición a mi lado luego de llegar a un empate luchando contra mí. Desde ese entonces, también se había vuelto mi mejor amigo y mi mejor enemigo. Era él el que me motivaba a ganar más destreza en lo que mejor sabía hacer: Luchar.

-Yamato, Taichi.

-Takeru

Escuche un sonido fuerte y mire al cielo, era el águila de mi hermano que descendía con gracia hasta el brazo del mismo, vi como este la acaricio y observo a sus ojos para luego montarla en su hombro derecho, donde siempre solía reposar.

-Las tropas ya empezaron a avanzar, hay algo extraño con ellos un gran artefacto parece ser- se montó en su caballo y con un toque empezó a avanzar mientras nosotros nos uníamos ¿Un gran artefacto? El sur siempre peleaba con arcos y espadas, mientras que nosotros con escudo y espada. Su habilidad para esquivar golpes se equivale a su habilidad con el arco. Nuestras defensas siempre lograban tumbar sus flechas, esquivarlas o cortarlas con el sable ¿Qué otra nueva arma podrían tener bajo su poder? Había algo en esto, que no me agradaba.

-Padre, algo no está bien- dije al momento de llegar al frente

-Sí, el aire se siente más pesado de lo normal

-¿Qué debemos hacer?

-Luchar hijo, siempre hemos salido triunfantes… Esta no será la excepción

-Pero Padre…

-Ten confianza Matt, y piensa en tu gente… Ellos confían en ti.

-Lo sé- apreté la empuñadura de la espada mientras observaba una gran nube acercarse por el horizonte, será una batalla con lluvia. Eso era seguro. Mire de reojo a Tai y Tk acercarse.

-Los hombres ya están preparados Papá, solo esperan tus palabras.

-Gracias Tk- vi cómo se dio la vuelta y cabalgaba hasta la línea frontal de todos los guerreros, Padre siempre tenía una tradición: darle palabras de lucha a sus hombres, se dice que si un Lord no sabe cómo motivar a su gente, no merecía tener tanto título- ¡Guerreros!- levanto la espada y se escuchó un movimiento al unísono de toda la caballería- Este día, deberá ser como otro… Los hombres del Sur no aprenden su derrota, no aprenden en sus batallas, no aprenden de sus enemigos… Este día, será uno de los finales, mañana estaremos un paso más cercano del Sol naciente ¿Desean ver ese sol? ¿Lo desean?- todos alzaron sus armas, yo… No estaba tan seguro de sus palabras, tenía un sabor amargo en mi boca, un mal presentimiento atravesando mi espina.

Tan solo espero que esto que estoy sintiendo, sea solo una nube pasajera.

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Todo fue por sorpresa.

Odio tener la razón cuando se trata de mis malos presentimientos. Todo fue y paso muy rápido. Ese extraño artefacto resulto ser una gran arma que escupía fuego y podía arrancar el tejido con un solo tiro. El tamaño de sus esferas era de proporciones magistrales, y aun así cuando tardaban un gran rato en recargar su gran esfera podía derrumbar un total de hombres con un solo tiro. Tuvimos que hacer retirada, Padre se quedó atrás para hacer tiempo con un grupo de hombres.

-Saca a toda la gente de la fortaleza llévalos al norte, mis hombres y yo nos detendremos a retenerlos. Debes ir al Norte ¡Ya!- podía observar la sangre correr por su cabeza y rodar por su frente hasta llegar a un costado, mientras yo recogía a mi hermano y lo rodeaba con mi brazo. El arma lo había alcanzado tratando de ayudar a la artillería menor. El brazo donde su querida águila siempre se paraba, ya no estaba.

-Pero padre…- sentí Tk gemir en dolor

-Cuando lleguen pregunten por Lord Keisuke, él es el rey del norte… En cuanto te vea te reconocerá, ese viejo hombre deberá ponerse feliz al verte

-No pienso dejarte aquí Padre… Taichi ayúdame con Padre- vi cómo se acercaba hasta Padre pero este lo detuvo con la mano

-Detente Tai, es una orden. Llévate a Tk y Matt lejos de aquí. Tu padre y madre deben estar esperando, ve con ellos

-Pero milord…

-Vayan, no te preocupes por mi Yamato, no me perderé tu boda por nada del mundo

Y justo luego de eso Tai nos arrastró hasta un caballo y nos guio hasta la fortaleza, estoy seguro que padre podrá contra ellos, que el estará vivo por nosotros, con su estúpido ideal se mantendrá vivo; es un hombre fuerte. Lo sé. Llegamos a la fortaleza y en efecto los padres de Tai, nos esperaban con otro par de caballos, alimentos y demás objetos. Muchos de los aldeanos, mi gente ya estaba avanzando a la otra salida. La entrada al norte. Guiados por guardias de la corte real.

-Vamos Tai, ayúdame con Tk para subirlo a la carrera, no es bueno que viaje a caballo con su estado- informo la madre del castaño: Yuuko, su semblante era suave intentando mantener la calma, podía observar a su padre Susumu terminando de amarrar las sogas propiamente del caballo, yo en cambio seguía en silencio- milord, móntese al lado de su hermano, lo necesitara a su lado. Le he dado un par de hierbas para calmar un poco sus nervios para habrá que evitar que se mueva o podrá perder más sangre.

Simplemente asentí y me fui a lado de mi hermano, su hermosa águila no estaba por ningún lado. Sabía que esa fiel águila nos seguirá, mire hacia atrás y podía sentir el gran rugido de ese artefacto que habían tenido bajo la manga y las negras nubes ya estaban sobre ellos, pronto la lluvia nos alcanzaría y eso podría debilitar nuestro camino. La carreta arranco y escuche a Takeru gemir, puse una mano sobre su hombro y mire al frente, sentados a la par estaban Yuuko y Susumu tomando las riendas de los caballos, mientras que Tai, mi mejor amigo estaba sobre otro caballo tomando con suavidad la empuñadura de su espada por provisiones.

3 largos días, son los que nos tomaran hasta llegar al reino del norte. Mire a mi hermano una vez más, tan solo ruego a Gaia que él soporte el viaje, que padre este bien. Esta guerra la habían perdido, pero juro por Madre que recuperaremos la tierra que fue y será arrebatada de nosotros con todo mi esfuerzo. Es hora que el norte ponga su parte, y si me toca casarme con esa desconocida para mí, para probarlo. Lo hare.

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Un fuerte golpe me detuvo, abrí mis ojos con suavidad y pude ver como una gran muralla de proporciones descomunales se alzaba a nosotros, un rio era el que lo rodeaba y grandes y esbeltos arboles adornaban ocultando las murallas a simple vista. Talle mis ojos al notar algo extraño frente a mí, eran ancianos cargando con su espalda grandes sacos de con cosechas, mi mirada los siguió mientras ellos caminaban charlando con el más cercano de forma muy tranquila. Se sentía tranquilidad en el ambiente.

Una paz.

Volví mi mirada hasta la entrada y pude observar que era de piedra, grandes piedras de tamaño. Se veían fuertes, resistentes difíciles de tumbar. Baje mi mirada a Takeru cuando lo sentí moverse en sus sueños, lucia pálido, demasiado pálido, toque su frente estaba frio

-Yuuko, la temperatura de Takeru ha bajado

-Ya pronto llegaremos

Me dijo algo nerviosa al notar mi rostro, en efecto la puerta estaba más cerca de lo normal, había algo extraño en ciertos guerreros entre ellos, habían algunos muy delgados para mi gusto

-¡Yuuko! Qué bueno que habéis llegado, llegaron antes de lo previsto- ¿Antes? ¿Cuantos días habían pasado entonces? Eso era la voz de una mujer, estaba seguro de ello ¿Yuuko los conocía?

-Gracias a los maravillosos caballos que nos obsequiaron pudimos llegar antes, estos sangre pura corren como si nada los detuviera y como si no cargaran ningún peso

-Es bueno verlos ¡Hey! Traen heridos que les ha pasado ¿eh?- el guerrero parece habernos notado ¡gloria!

-Mi hermano y mis hombres están heridos, el Sur nos atacó con sorpresas por poco pudimos escapar- me dispuse a decir rápidamente al ver que tenía su atención

-Tú debes ser el hijo de Lord Hiroaki, el mismo porte de tu padre he decir- antes de que pudiera decir algo, se retiró el casco y una hermosa cabellera dorada salió debajo del mismo ¡Era una mujer!- ¡A sus servicios, milord! – Tenia una lanza y la enterró en el suelo al momento que hizo una pose completamente erguida, su mano izquierda se posaba en su espalda mientras que la derecha en su corazón- Iremos al santuario a curar a sus heridos, por igual a su hermano.

Se hizo a un lado, y silbo fuertemente, rápidamente a su lado llego un lobo blanco, de ojos negros, era de tamaño descomunal, esta se agacho y lo acaricio mientras susurraba algo en su oído, rápidamente así como llego así se fue. Y sin previsto o palabras, las grandes puertas empezaron a elevarse.

Lo que decía padre era cierto, trague saliva pensando al mismo tiempo que será de aquella niña que padre había comentado. Si todo era cierto ¿Quién será ella?

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Observe como acostaban a Takeru con tranquilidad y delicadeza en suelo rompieron la prensa que contenía que la abertura se abriera, observe como él se quejaba casi en un murmullo. Estaba muy débil. Subí mi mirada, realmente era como un santuario pero, no lograba ver a los curanderos y médicos del sitio, mis hombres parecían abatidos, había unos que inclusive les faltaban ambas piernas y esta gente se estaba tomando su tiempo para simplemente abrir los compresores, observe a Tai que también parecía estar detallando a la multitud. El templo era majestuoso en el techo había un gran ojo de buey que dejaba pasar acceso de la luz del día, justo al centro del mismo, las paredes parecían contar una historia pero era tan grande el mismo que me costaba observar con detalle cada uno de los grandes mosaicos, el templo era circular lo cual no dejaba ni un espacio para la oscuridad.

-Todo saldrá bien milord, tan solo tenga calma- era la misma rubia que nos había acompañado desde el inicio, la que abría y atendía la herida de Takeru- Tan solo déjeme explicarle unas cuantas cosas antes que empiece la curación Milord

-Hai.

-Las tierras del norte estamos muy unidos con nuestra madre Gaia, gracias a ella podemos obtener todo lo que tenemos inclusive el don de la vida.

-¿Don de la vida?

-Hai, solo uno de nosotros posee tal habilidad otorgada por la madre- decía con un brillo de admiración en sus ojos, podía notarlo al mismo tiempo que sus palabras lo demostraban- Lo que vera a continuación es el don hecho realidad Milord

-¿Acaso tu eres quien posee ese don?

-¿! Yo!? Hahaha que va Milord, se trata de…- antes que pudiera continuar, una puerta atrajo nuestra atención de ella emergieron 3 siluetas femeninas, una cubierta por una fina capa bordada en oro, y sus acompañantes una fiera morena de cabellos como el fuego, sus cabellos eran largos atados en una cola alta, portaba una armadura de la realeza y podía observar 2 pequeñas lanzas en su espalda. Madre me comento que en sus tierras, el uso de la lanza era el arma principal de ataque, para su defensa usaban un escudo que portaba una forma única en la que podían usar de una forma única la misma lanza. A medida que iban caminando, pude notar a la otra fémina, sus cabellos estaban sueltos, de un color castaño muy parecido a Yuuko la madre de Tai, de hecho tenían un gran parecido aun a la distancia.

-Milord… Ella es nuestra heredera al trono, Milady Mimi Tachikawa- dijo susurrando, yo no voltee a mirarla pero sabía a quién estaba refiriéndose, era aquella joven que estaba cubierta. Cuando llego al centro se puso de rodillas y elevo las manos al cielo. La misma luz parecía producir polvo de oro con tan solo su presencia. Y fue cuando pude ver su rostro siendo descubierto al caer la misma capucha, tenía los cabellos de color caramelo, en un tono divino y único una cascada dulce y espumosa, su piel parecía tersa y sin manchar, una típica Milady que quizás nunca ha tocado un arma en su vida. Me quede sin aliento cuando sentí sus ojos sobre mí. Sus ojos, eran sin palabras tal como Padre relataba, unos ojos que te robaban el alma, parpadee un par de veces y bajo mi mirada hasta Takeru

-Minna…- su voz, era suave como algodón subo mi mirada y la vi de pie, mirando a todos a su rededor- Todo estará bien- dicho esto empezó a caminar entre el publico

-¿Qué hace?

-¿Uh? Bueno vera, ella debe primero ver la magnitud de las heridas para saber cuánta energía debe usar.

-¿Energía?

-Hai, paciencia Milord. Ya vera el gran orgullo de nuestra gente- podía observar con tranquilidad como la guerrera a su lado observaba con admiración a la joven castaña moverse por el salón, pasando por cada herido y hablando con la misma persona en caso que estuviera consiente, finalmente y casi como por magia se encontraba frente a mi

-Milady- Se inclinó- Este joven es…

-Se bien quien es, el hijo de Natsuko- abrí mis ojos con intensidad ¿Cómo podía saber quién era el hijo de Madre sin siquiera haberle conocido? Subió sus ojos y me observo- Tú y tú hermano, son los hijos de Milord Hiroaki

-Hai, Milady

-No te preocupes hijo de Natsuko- dijo haciéndose referencia a Tk, acariciaba su mejilla suavemente y note como el semblante de mi hermano bajaba su intensidad y se tranquilizaba- Podrás usar nuevamente tu brazo, solo aguanta- se puso de pie y camino hasta el centro de la habitación

-Solo debe saber 2 cosas Milord- me voltee hasta la guerrera a mi lado que se incorporó- 1 por nada del mundo toque nada ¿Me entiende?- asentí suavemente- y 2, disfrute de lo que vera.

Con esas palabras en mi mente me centre en observar a aquella mujer, quien susurraba palabras desconocidas a la pelirroja a su lado, y se sentaba justo en el centro donde la luz llegaba

-Minna… Escuchen mi voz y solamente mi voz, cierren sus ojos, manténganse en silencio… Escuchen su respiración, y piensen en todas las razones por las que han nacido- aun cuando me pedía que cerrara mis ojos, no podía dejar de mirarla- Todos han nacido para hacer crecer su alma… Para luchar por lo que más desean, mantengan ese pensamiento mantenga esa razón… Que esa sea su motivo de lucha, escuchen mi voz… Siéntanla- la vi cerrar los ojos con suavidad y lentamente bajaba sus manos hasta rozar el suelo, estaba susurrando una suave melodía, casi embelesante y atrapante. Cuando callo y todo quedo en silencio, y terminaba de poner sus manos en el suelo una fuerte energía salió expulsada de ella, tuve que colocar una mano para cubrir parte de la luz y cuando por fin me adapte a ella, aparecía nuevamente su voz, esta vez estaba susurrando cosas que no podía escuchar.

Sentí un golpe por parte de Tai, quien estaba a mi lado, al voltearme me señalo hacia un punto en específico, era como polvo dorado flotando en el cielo, y parecía tener vida, como las luciérnagas que tanto hablaba Madre, estaba revoloteando volando cerca rodeándolo hasta llegar al brazo de mi hermano, cerré mis ojos cuando sentí una posarse sobre mi mejilla. Era cálido, casi como un beso de Madre antes de dormir, era suave como la caricia de una flor. Olía bien, casi como azafrán, vainilla, jazmín, rosa, lirio… Miles de fragancias podía sentir, me atreví a abrir mis ojos cuando sentí que el calor se iba y fije mi mirada en la mujer del centro, tenía la mano extendida y ahí fue que entendí aquella mano estaba atrayendo a todas aquellas luces de vuelta a ella. Se veía tranquila, relajada, sus ojos caramelo volvían a su normalidad a medida que la luz se iba yendo de sus manos.

Fue ahí cuando reaccione y baje mi mirada a donde mi hermano ¡Como podía haberlo olvidado! Sentí como me faltaba el aire al observar, talle mis ojos rápidamente y acerque mi mano con temor a que fuera un sueño y estuviera dormido, pero ahí estaba tan cálido tan táctil y real ¡El brazo de Takeru había vuelto! Subí mi mano libre a mi mejilla y pude sentir como la herida que una flecha me había hecho al inicio de batalla ya no estaba ¿Acaso ella? Le devolvió el brazo a su hermano, acaso este era el poder de Gaia, el don de la vida.

Ella, Mimi Tachikawa, mi futura esposa. Poseía el don de la vida y me había devuelvo un hilo de esperanza y una paz momentánea al recordar las palabras de Padre y el sentido que tenían.

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Me encontraba caminando a la sala del trono, ahora que mi hermano estaba descansando podía hablar con claridad con el Lord y Lady de las tierras del Norte, Tai me acompañaba en conjunto con Yuuko y Susumu; sus padres. Un par de guerreros abrieron las puertas que daban a la sala y destino esperado, la habitación era sencilla y cálida, al fondo estaba un gastado Lord sentado en una gran banca de madera, hablando con aquella castaña que estaba sentada a un lado de él. Sentí que mi corazón se detenía al sentirme descubierto observándola, ella simplemente me sonrió, se puso de pie y beso la frente de su padre y se acomodó un poco más lejano al mismo. Yo me encamine hasta quedar a una posición adecuada y me incline levemente para mostrar mis respetos

-Ie,Ie Yamato… No es necesario tales reverencias ante mi persona, a ver levanta tu cabeza y déjame ver la viva imaginen de Hiroaki- hice lo pedido- Maah! Maah! Todo un hombre en palabra.

-Arigato, Milord

-Lamento mucho que tu padre no esté en estos momentos con nosotros- apreté mis puños ante su comentario, su voz se notaba cansada pero también llena de pesar- Estoy seguro que habrá logrado escapar y ha de estar buscando la manera de como volver a ver a sus hijos.

-Hai

-Yuuko, Susumu, están muy bien debo decir- observe como la pareja se agachaba levemente y se volvían a su posición erguida- ¿Cómo estuvo el viaje?

-Algo agotador Milord, pero debíamos venir a prisa o quizás no hubiéramos logrado llegar a tiempo.

-Soka, espero que el joven Takeru se encuentre descansando como es correspondo

-Hai Milord, fue llevado a los aposentos propuestos por Lady Mimi- pude notar como la joven sentada inclinaba su cabeza en forma de afirmación, volví rápidamente mi mirada hacia Lord Keisuke

-Milord, debo estar más que agradecido por habernos recibido de improviso, de igual manera por haber salvado a mis hombres y a mi hermano- me incline rápidamente en forma de agradecimiento

-Maah Mahh Yamato, más bien no es a mí a quien debes agradecer- vi como extendió su mano y rápidamente la joven se puso de pie y acepto la mano de su padre quien la indicaba a que se acercara hasta quedar frente a mí, me puse de pie al momento que sentí la presencia de aquella castaña frente a mí.

-Es lo menos que pude haber hecho, Milord- se sonrió, de tal manera que sentí una suave corriente pasar por mi espina- No podía haber dejado a su gente padecer más ni menos, nadie merece algo como ello

-Déjeme presentarme cordialmente- me incline tratando de evitar sus ojos, ahora entendía con más claridad el poder que ellos tuvieron con mi padre y porque no dude en aceptar la propuesta hecha- Me llamo Yamato Ishida, hijo de Hiroaki Ishida y Natsuko Takaishi, lord de la tierra media y futuro heredero de la tierra media.

-Y no olvide heredero de la tierra norte por igual, Yamato- dispuso rápidamente el cansado señor sentado en la gran banca de madera, trague saliva al escuchar esas palabras

-Es un placer Milord, Me corresponde hacer lo mismo- extendió su mano derecha, era tradición que el hombre tomara la mano de la doncella a la que se presentaba para que esta pudiera inclinarse ante su presentación, la tome con suavidad y un corrientazo atravesó mis dedos al mismo tiempo que me ponía de pie para observarla inclinarse- Mi nombre es Mimi Tachikawa, hija de Keisuke Tachikawa y Satoe Tachikawa- Satoe era su madre, pero no la veía presente en tal presentación ¿acaso ella?- Lady de la tierra norte y heredera de la tierra norte, portadora de la voluntad de Gaia- ¿Voluntad de Gaia? Observe como se puso de pie y sentí como mi mano no quería despegarse de ella.

Sería una larga tarde.

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Una de las grandes bellezas que poseía estas tierras en el poco tiempo que tenía, era la gran variedad exótica de plantas y jardines que poseían, estaba sentado relajando un rato mis músculos, me habían prestado unos extraños atuendos aun cuando parecían cómodos no eran nada parecidos a los que usamos en la tierra media. Takeru estaba descansando su color ya se había recuperado, eran tranquilizador. Respire con pesar al pensar en Padre ¿Dónde estará? Sentí una sombra cubrirme y sentarse a mi lado, mire de reojo y se trataba de Mimi, que observaba con calma el gran paisaje que tenía a su frente. Se veía diferente, sus ropas eran más sencillas y tenía su cabello recogido en una cola alta. Volteo a verme con una sonrisa.

-Se siente extraño ¿no?

-¿Eh?

-Estar aquí, y no en tu hogar- bajo la mirada con algo de pesar, yo solo voltee a verla

-Más o menos

-Estoy segura, muy segura que tu padre está bien, vivo al menos

-¿Cómo puedes saber?

-Lo siento aquí, y al mirarte a los ojos- la miraba a los ojos a ella intentado comprender sus palabras- Veras, Padre y Madre son parte de uno hasta el momento en el que mueren, ellos se reflejan en nuestros ojos hasta que alguno desaparezca de la tierra y se vuelvan parte de la misma, por eso se…. Que tu padre esta con vida- vi como observaba nuevamente al jardín, y yo me dispuse a hacer lo mismo, será bueno creer en sus palabras. Debía tener confianza en que padre estaba bien y no debía duda, mucho menos por Takeru. Me voltee a verla nuevamente.

-Como…- ella se volteo casi espontanea a mis palabras- ¿Cómo le devolviste el brazo a Takeru?

-Yo no fui quien le devolvió su brazo, fue Gaia… -observo sus manos

-¿La madre tierra?

-Hai, ¿Has oído hablar de ella?

-Muy poco, Madre solía contarme sobre el poder que tenía Gaia, de dar o quitar la vida a voluntad… Me sonaba algo descabellado se sentía como si estuviera jugando con la vida de los humanos

-Hahaha, creo y has mal interpretado parte de esa información, Gaia si da o quita la vida, pero es dependiendo de la voluntad del ser humano que tenga para vivir. Si su voluntad es fuerte, Gaia tendrá más fuerzas para darle vida

-Eso quiere decir…

-Que tu hermano es un ser de mucha fortaleza, al igual que todos tus hombres… Ellos te admiran pude sentirlo, debes ser un gran Lord, milord

-A…Arigato- me volteo algo apenado ante las palabras tan cristalinas y sin ninguna pizca de sarcasmo

-¡Baka! Ahí estas… Te estuve buscando- me voltee al reconocer esa voz, era Tai y su imprudencia, me puse de pie y ayude a mi acompañante a hacer lo mismo, Tai vestía unas suaves telas en azul turquesa, él siempre estaba mal arreglado pero ese momento se veía tan aseado que parecía un ciudadano ejemplar

-No me llames Baka, cabezota- mientras terminaba de acercarse

-¡Ho! Milady, disculpe no sabía que usted estaba aquí- se inclinó levemente

-Está bien Taichi- se inclinó por igualmente de manera respetuosa

-Acabo de hablar con todos los hombres, todos se están recuperando con sorpresa, todas las heridas han sido curadas

-Eso es bueno

-También digo lo mismo, Milord

-¡Milady!- un nuevo par de voces y pasos llegaban hasta cerca de donde nos encontrábamos, se trataba de esa castaña y pelirroja que acompañaban en el santuario a Lady Mimi

-Qué bueno que los encontramos con Milady, Lord Keisuke precisa de su presencia más tarde para un banquete de bienvenida y recuperación, ya para esa hora Lord Takeru debe estar reposado y despierto- hablo con calma la pequeña castaña de cabello liso

-Sora, Kari… Que buenas palabras han traído, pero antes debo presentarles formalmente- dispuso con tranquilidad los ojos miel

-Hai

-Hai- ambas se pusieron en posición firme, la misma que había visto en aquella guerrera de cabellos dorados, mano izquierda en la espalda y mano derecha en puño al corazón- Sora Takenouchi, hija de Haruhiko Takenouchi y Toshiko Takenouchi, mano derecha de Lady Mimi Tachikawa y guardia real de la heredera de la tierra Norte

-Tanto título me enferma- dijo con ganas de molestar, mientras veía como posaba sus manos por detrás de su nuca

-¡Taichi!

-Pero es que es cierto, quien recuerda todo eso ¿eh?

-Deja de ser un grosero frente a Milady, bárbaro- hablo la castaña dando un paso en frente

-Y una enana como tú me dirá que hacer- sentía unas terribles ganas de golpear a Tai en este momento, él siempre era muy impulsivo, observe a la castaña de ojos miel que parecía entretenida con la escena.

-Discúlpate en este momento con Milady, Kamiya

-No lo hare, enana

-Hazlo- saco una pequeña daga que contenía en su muslo derecho, en que momento había pasado esto

-No-Lo-Ha-Re… lee mis labios- saco también una daga que quien sabe dónde tenía guardada

-Taichi, ya basta- lo mire fuertemente, que clase de comportamiento era eso en un sitio como este y más frente a ella, pensara que somos más que barbaros, que somos hombres brutos y sin modales, el moreno me observo al igual que la castaña con cara de pocos amigos y se quedaron fijamente mirándome, hasta que sin más, se echaron a reír.

-Ha pasado tiempo, hermana- se guardó la daga, ya va ¿Hermana?

-Ya lo creo, Tai- hizo lo mismo que él y se acercó a rodearlo por los brazos

-¿Qué demonios?

-Lamento no haberlo contado antes Matt- se rasco la nariz con suavidad, mientras aun abrazaba a la castaña con su otro brazo- Ella es Hikari Kamiya, hija de Susumu Kamiya y Yuuko Kamiya, mi hermana, mi pequeña hermana- parpadee un par de veces y luego sentí la ligera risa de Lady Mimi al fondo, se veía radiante riendo. Había algo en ella completamente cautivante, pero no podía centrarme ahora en ella

-¿Hermana?

-Hai, veras Lord Yamato, mi hermano y mis padres son de aquí, cuando Lord Hiroaki se llevó a Lady Natsuko, mis padres fueron enviados cuando Takeru nació; quizás en ese momento recuerde poco de Tai.

-¿Pero cómo es que tu estas aquí y no con tu familia?

-Mis padres no querían exponerme a tal viaje, así que me dejaron aquí.

-Es bueno ver que te ha ido de maravilla, hermana- dijo el castaño sacudiendo el cabello de la joven.

-No te ha ido nada mal a ti Tai, aunque tu cabezota sigue igual de grande- casi me rio ante el comentario espontaneo salido de la cabellos rojo

-¡Vamos! ¿Tu también? Ya suficiente tengo con Matt molestándome por lo mismo- parece ser que aquella chica Sora y Tai se conocen también. Pude observar como la castaña miraba entretenida al trio reírse como los viejos amigos. Realmente se sentía ligereza en el ambiente, era gratificante.

Aun cuando sabía que esta paz no duraría mucho, ya que pronto la gente del Sur vendrá a atacar esa paz y dudo mucho que Lady Mimi, sepa cómo defenderse de tal. Se sentía bien poder respirar un poco de aire fresco. Tan solo espero que Padre este bien. Mire hacia el jardín con tranquilidad, sería una lástima que un sitio tan maravilloso como este, caiga en ruinas, voltee a mirar nuevamente al cuarteto, aun si esta gente no esté preparada para guerra, y yo no estuviera tan seguro de cómo hacerlo. Hare todo lo posible por proteger a esta tierra que con tanta ilusión Padre y Madre hablaban de ella, quizás…

Y Quizás… por ella y sus ojos.

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Bueno, esta es una nueva historia que ando desarrollando, espero no me maten y odien, será desde la perspectiva de Yamato, será algo difícil imaginarse por completo la personalidad de Yamato pero hagamos de cuenta que es un universo alterno, tendrá su dureza y quizás altanería que conocemos, pero este Yamato es el mismo que conocemos a través de digimon

No dejare las otras historias atrás, es solo que mi inspiración ha estado regada en muchas partes

A los lectores que me siguen con "Cronica: El quinto elemento" y "Luna Azul", no se preocupen esos los seguire con certeza.

Espero sus Reviews y aceptación, no sean malos xO Leave Reviews NOW!

Palabras no entendidas:

Hai= Si

Ie= No

Arigato= Gracias

Soka= Entiendo

Baka= Tonto, Estupido

Minna= Todos

Maah Maahh= expresión usada para tranquilizar a alguien, algo como Ya calmate, o tómalo con calma

Gaia= La madre tierra como la conocemos, ella es quien da y quita la vida, Mimi mas adelante se ira sabiendo mas acerca de las habilidades de la misma y porque el Norte, medio y Sur se separaron.

Preview

"Una hermosa ave, pensé que estaban extintas"

"Yo no estoy tan seguro de querer casarme con ella"

"Tu padre está bajo los dominios del Sur"

"Solo porque no puedes ver más allá, no significa que no exista algo más"

"¿Te atreverás a pelear en mi contra?"