Roces

Lea no sabia lo que era sentir plenamente su piel contra la de Dianna. Y no sabia eso porque cada vez que la rubia la rozaba, sus sentidos se nublaban y sobrevolaba las nubes. No sabia como había empezado esto, tan solo sabia que se había vuelto adicta a ella, a sus besos, a sus caricias, a sus roces…

Como ahora, que sentía que Dianna comenzaba a rozarla suavemente, como el aleteo de una mariposa, el cuello. No pudo mas que girar la cabeza, para dejarle libre acceso a la boca de Dianna.

-Di… Tenemos que salir de aquí… No creo que sea el mejor momento, ni el lug…-

-Ssshhh…-

Sintió como Dianna la dio la vuelta y la empujo contra la puerta del baño en el que estaban encerradas. Dos metros cuadrados que se veían reducidos a uno por el WC. Sus manos subieron por encima de su cabeza y quedaron sujetas por una de las manos de Dianna, mientras que sentía como su pierna se colaba suavemente entre las suyas, separandolas.

Suspiro, subiendo su mirada, y observando esos ojos verdes que la volvían loca y se veían oscurecidos por la sexualidad que destilaba ese momento. Dianna se acerco, y rozo su nariz con la suya, notando como el aliento la inundaba y provocaba que se marease. Inconscientemente cerro los ojos y subió su cabeza en busca de los labios de Dianna, pero no logro alcanzarlos por lo que volvió a abrir los ojos y vio su pequeña sonrisa picara. Emitió un quejido y dejo caer su cabeza contra la puerta del baño. Dianna sonrió aun mas y se volvió a acercar, haciendo lo mismo que antes, añadiendo su mano que suavemente jugaba con el borde de la camisa para después colarse traviesa para tocar la piel de su vientre.

Lea se retorció entre la mano de Dianna, buscando liberarse para poder dar rienda a su necesidad, pero no lo consiguió, por lo que volvió a gemir de nuevo.

-Por favor Di…-

-Si? Que es lo que quieres Lea?- Susurro acariciando con su nariz la piel del cuello de Lea.

-Por favor… Por favor, bésame… No aguanto más…-

Dianna subió su cabeza y sonrió mirándola.

-Tus deseos son ordenes para mi…-

Y la besó. El mundo entero se movía de arriba a abajo cada vez que sus labios se encontraban. Dianna bajo su mano hasta que alcanzo el borde de la ropa interior de Lea, metiéndose suavemente dentro, haciendo a la morena abandonar el beso para arquear la espalda y gemir ruidosamente, haciéndola enloquecer con esos roces, que cada vez necesitaban con mas urgencia cada dia.


Aquí dejo otra historia, si tenéis algo que decir ya sabéis, o review o me agregáis a twitter (Ire_21) y me decís lo que sea. Saludos!