Mmm, creo que es demasiada mi imaginación…. … bueno, mi tercer Fanfic SasuNaru... yaa~y… sip, sé que no he terminado mis otros dos proyectos de esta pareja, pero que le voy a hacer, la verdad es que no tenía planeado escribir este Fanfic hasta haber terminado DECISIONES, pero la idea no me dejaba tranquila por lo que aquí les traigo este primer capítulo… Disfrútenlo porque posiblemente no escribiré el segundo hasta después de dos semanas que avance con los otros Fics…

Aclaraciones:

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Sasuke vive para vengar a su clan, asesinando al hombre que destruyo su vida… su hermano… pero ¿qué pasa cuando su mirada topa con los ojos celestes de ese nuevo chico?... Este fic es basado en el manga (como mis anteriores proyectos… mmm, no sé porque es que me gusta más el manga que el anime… -.-), es tomado desde un punto de vista en donde Naruto no soportó los abusos de la gente y cuando vio una oportunidad de irse de la aldea lo hizo…

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Todos los personajes de Naruto, desafortunadamente, son propiedad de Masashi Kishimoto-sensei.

-blablabla- conversación normal

"blablabla" pensamientos

+.+.+.+.+ cambio de escena

.---- Flash Back ----.

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Capitulo 1: Ryu

Existían cinco países en aquel continente… países que se encontraban regidos principalmente por el código ninja, dentro de cada país había una aldea oculta que mantenía control sobre las demás que existieran en el país al que pertenecieran; pero de los cinco países existía uno que estaba por encima de los demás y ese era el país del Fuego.

El País del Fuego contaba con un extenso grupo de Shinobis, entre los que podían contarse gennin, chounnin, jounnin y AMBU, cada grupo poderoso a su manera, todos provenientes de la aldea oculta de Konoha. Era por esa razón por la que ese país recibía una gran cantidad de solicitudes pidiendo la ayuda de sus ninja para realizar tareas que iban desde pintar una casa hasta brindar protección contra asesinos, lo que a la opinión de cualquiera que no supiera su historia les parecería que aquella aldea nunca habría pasado por ningún tipo de calamidad… pero Konoha, como cualquier otra aldea, había tenido sus momentos de crisis y la última para ella había sido doce años atrás, cuando un demonio zorro de nueve colas conocido mejor como Kyuubi, llegó hasta la aldea intentando destruirla, pero siendo detenido por el mejor Shinobi de todos los tiempos y considerado el genio de su generación… el Yondaime Hokage… Lo que él había hecho para desaparecer al Kyuubi, la mayoría de los adultos lo sabían… tomando a un bebe recién nacido, realizó un jutsu prohibido con el que logró arrebatar parte del espíritu del demonio e introducirlo dentro del cuerpo del pequeño, sellándolo en el proceso y evitando así que pudiese escapar… todo eso, sin embargo le costó la vida, haciéndolo caer muerto al instante de haber sellado al zorro. De eso ya eran doce años… años en los cuales todos ellos se habían olvidado de la existencia del niño que poseía en su interior al demonio zorro de nueve colas, eso más que nada había sido gracias a que casi cuatro años atrás, ese niño había desaparecido de la aldea de Konoha sin dejar rastro de su existencia ni de lo que hubiese sucedido con él…

+.+.+.+.+.+.+

El pequeño niño rubio de no más de ocho años, corría lo más rápido que sus piernas le permitían… lágrimas descendiendo de sus ojos por las mejillas sonrojadas, demostraban el sufrimiento que sentía en esos momentos. Corría… corría en un intento por escapar de la dura realidad que lo envolvía… no entendía las razones de los aldeanos, no comprendía que es lo que había hecho para recibir todas esas miradas, palabras y golpes llenos de desprecio y odio… su mente no podía encontrar una explicación a eso, ¿Por qué lo trataban así, si él no había hecho nada malo?, él nunca había herido a nadie, nunca insulto a ninguna persona… él solo buscaba tener un amigo con el cual jugar, platicar y reír… él solo quería ser reconocido por uno de ellos, sin importar quien fuese la persona que lo viese… él solo quería conocer lo que se sentía ser visto como cualquier otro niño de su edad… solo quería que alguien lo amase…

Sin darse cuenta, sus pies lo habían guiado al único lugar que él no había tenido oportunidad de conocer… el barrio de ese clan tan reconocido como respetado en toda la aldea. Fue entonces que dejo de correr, y limpiando las lágrimas que habían quedado en sus mejillas, observo el lugar con gran curiosidad con sus grandes y expresivos ojos azules… la tarde estaba cayendo y por lo tanto el color naranja de las luces del ocaso hacían ver el lugar de un modo muy… imponente y hermoso… Camino por aquellas calles, observando los edificios del lugar, los colores oscuros y los banderines con el paipái rojo y blanco que tenían bordado… él reconocía ese símbolo, puesto que su compañero de clases lo llevaba grabado en la parte trasera de su playera… siguió caminando por el lugar, notando de un modo extraño la falta de gente en las calles ni en las casas; pero eso lo intuyo a que posiblemente lo hubiesen visto entrar a su barrio y no quisiesen mantener contacto con él, lo que lo hizo sentir sumamente triste en ese momento… quitando esos pensamientos de su cabeza, continuo con su recorrido del lugar, después de todo era la primera vez que estaba ahí y posiblemente fuese la última; así que no pensaba desaprovechar la oportunidad que se le presentaba…

Fue así que prontamente, llegó a las cercanías de lo que parecía ser una mansión muy hermosa, posiblemente el lugar donde viviera una familia muy rica… estaba dispuesto a pasarla de largo cuando un extraño sonido junto con un gemido de dolor llegaron a sus oídos… su primera reacción fue de temor, ya que esos sonidos habían llegado desde detrás de él; y fuese lo que fuese algo le decía que no era nada bueno… se mantuvo en su lugar completamente estático, mientras escuchaba pasos acercarse a él, cerrando los ojos cuando sintió la presencia de alguien o algo detenerse a menos de un metro de él… y entonces, escucho el choque de dos armas, eso lo hizo abrir inmediatamente los ojos y darse cuenta de que un joven más estaba de pie frente a él; y levantando la vista pudo darse cuenta de que el sonido que escucho unos momentos atrás, fue por el hecho de que ese joven había utilizado lo que parecían dos Katanas para detener el Kunai que indudablemente se dirigía hacia él.

- Itachi, ¿Qué estás haciendo? – preguntó el hombre que cabello negro alborotado, que era el que pensaba dañarlo.

- … Eso debería de preguntarte yo… - contestó simplemente el joven que observaba fija y seriamente al otro.

- Este niño ha visto lo que hemos hecho… no puedes esperar dejarlo con vida… podría causarnos problemas… - declaró el hombre.

- Es un niño… como todos los otros que has matado… tú eres el único que tendría problemas si el sobrevive… - declaró con voz rasposa Itachi, notándose en ella el enfado que sentía en esos momentos.

- ¿Pretendes dejarlo con vida en esta aldea?... lo mejor para este niño sería morir a tener que estar recordando una y otra vez lo que ha visto – continuo el hombre, hablando calmadamente.

- Yo me haré responsable de él y de que no diga nada… y si no quieres que nadie te involucre en esto, será mejor que te largues de aquí – el joven parecía cada vez más irritado.

- ¿Piensas que te dejaré solo, con el riesgo de que puedas traicionarme? – preguntó el hombre, en esta ocasión haciendo notar la molestia que sentía.

- Aún si me diesen la oportunidad de explicar, ¿crees que ellos creerían una palabra mía?... pero si te quedas es posible que lo hagan – dijo simplemente Itachi.

- … - el hombre puso entonces una expresión muy seria, sin dirigir ni un vistazo al pequeño rubio guardo su kunai dentro de sus ropas y en menos de un segundo desapareció de la presencia de ellos dos, dejando completamente sorprendido al niño.

- ¡Sugoi! – exclamó el pequeño con sorpresa y en cierto modo alegría; sintiendo después de eso como es que un golpe llagaba a su nuca. – Oww – se quejó por el dolor.

- Estaban a punto de matarte – le dijo de forma severa Itachi, para después girarlo y agacharse hasta estar a la misma altura del rubio… siendo ese el momento en que por fin el pequeño pudo observar mejor y más detenidamente al chico que lo había salvado. Itachi –por lo que había escuchado del hombre, ese debía de ser su nombre- tenía el cabello de color negro, largo y atado en una cola baja, con dos mechones a los lados de su cara, ojos negros y unas ojeras que aunque no eran muy pronunciadas, sí que podían notarse a simple vista; su edad no siendo mayor a los catorce o quince años.

- ¿Por qué me salvaste? – preguntó el pequeño, después de unos segundos; su mirada tornándose triste.

- … ¿Acaso querías morir? – preguntó el moreno con seriedad.

- … No… pero no entiendo porque me ayudaste… todos en esta aldea parecen odiarme… - dijo simplemente el rubio bajando su mirada para no encontrarse con la oscura del otro… y de pronto sintió como es que su cuerpo era elevado y sujetado por unos fuertes brazos.

- … Te sacare de aquí, no es bueno que estés en este lugar… sostente y no mires a tu alrededor… - dijo Itachi mientras sentía como es que el niño lo rodeaba con sus brazos y piernas, y ocultando la cabeza rubia en su pecho para evitar que viese alrededor del barrio.

Cuando el pequeño sintió que era dejado en el suelo nuevamente, vio como es que se encontraba en un lugar que parecía ser un parque o un pequeño bosque… fue dejado ahí solo juntó con unas palabras que Itachi le dirigió… "No te muevas de aquí, regresare en unos minutos"… y no supo exactamente porque, pero eso fue lo que hizo, se acerco a uno de los árboles y se sentó en el suelo recargando su espalda en el tronco, rodeo sus piernas con sus brazos y espero… espero por eternos minutos a que Itachi regresara, en medio de la oscuridad y con el tenue frío que comenzaba a existir en el ambiente…

Los ojos azules se abrieron en sorpresa al tiempo que obligaba a su cuerpo a levantar la mitad superior de su cuerpo, quedando de esa forma sentado en el suelo que hacía de su cama… nuevamente había tenido ese sueño… llevó una de sus manos a su frente, quitando un poco el sudor que comenzaba a aparecer en ese lugar; respiro profundamente y desvió su mirada a su alrededor, queriendo reconocer el lugar donde se encontraban, topándose su vista solo con arboles a su alrededor y una pequeña fogata cerca de donde estaba… claramente la noche ya había caído… La silueta de una persona encontrándose sentado frente a la fogata, dándole la espalda, pudiendo observar que utilizaba una capa negra que cubría gran parte de su cuerpo.

- Teniendo pesadillas de nuevo. – afirmó la persona, haciendo notar con eso la voz grave y seria de un hombre.

- … lo siento, niisan… por quedarme dormido… - se disculpó el chico de ojos azules, quitándose la manta –que no era más que su propia capa color café oscuro- que tenía sobre su cuerpo y acercándose a la fogata hasta quedar sentado al lado del otro, dejando así al descubierto su vestimenta, que consistía en un pantalón negro –un poco holgado- y una chaqueta color vino. El chico observó de reojo a su compañero, pudiendo apreciar cómo es que su 'niisan' no había cambiado demasiado en ese tiempo en que estuvieron separados, el cabello negro si acaso había crecido un poco, sus ojos negros seguían mostrando la seriedad y nostalgia que desde un principio llegó a conocer, así como las ojeras debajo de sus ojos seguían manteniéndose.

- Deberías dejar que te ayudara con eso – comentó su compañero al tiempo en que con la mano que estaba más cerca del chico, revolvió cariñosamente los cabellos negros que poseía.

- … Estaré bien, no quiero olvidar como te conocí… por muy extraña que haya sido la ocasión… - declaró el rubio girando su rostro para observar con una enorme sonrisa al moreno que se encontraba a su lado.

- … - el otro no dijo nada, sólo pudo observar seriamente el rostro feliz que se le presentaba ante sus ojos… felicidad que era real y no falsa, como muchas veces llegó a notar en el chico a su lado. Sin poder evitarlo recorrió atentamente las facciones que el chico poseía, los ojos azules como el color del cielo, tan transparentes a sus emociones a pesar de todo lo malo que había pasado, su pequeña nariz, un poco respingada, su boca que la mayoría del tiempo se encontraba soltando palabras por muy ilógicas que fuesen… y esas tres marquitas en sus mejillas… lo hacían ver un chico hermoso, a pesar de que aun tuviese once años.

- ¿Qué sucede, niisan? – preguntó el rubio inclinando un poco la cabeza a la izquierda; después de notar el silencio que se extendió entre ellos.

- … Naru… esta será la última vez que venga a visitarte… - declaró el moreno con extrema seriedad.

- ¿Qué?, ¿Por qué? – preguntó un poco temeroso el oji azul… temeroso de que su niisan ya no lo quisiese y pretendiera abandonarlo.

- … Akatsuki ha comenzado a buscar a los nueve bijuus… si sigo visitándote, llegará un momento en que ellos sospechen sobre tu identidad… - contestó el mayor.

- Pero… - intentó reclamar.

- Escucha, si Akatsuki te encuentra y te captura, te mataran; ellos necesitan a los Jinchuuriki con vida, pero solo para extraerles sus bijuus y si eso sucede tú morirás...- declaró sin titubeos el de mirada oscura.

- … Pero ellos no saben que yo estoy aquí, no tendrían porque sospechar… - quiso convencer al mayor de que estaría bien que siguiese visitándolo.

- … Ellos sospecharían… recuerda ese día, yo prometí que te cuidaría y es seguro que él estuviese viéndonos para asegurarse de que te sacaba de la aldea… y él está detrás del mando de Akatsuki; así que sospechara en cualquier momento de que eres tú a quien visito – declaró el mayor.

- Entonces… ¿qué debo hacer? – preguntó el menor, adquiriendo de pronto una enorme seriedad en su rostro.

- … Lo que hemos estado haciendo estos cuatro años, esconde tú apariencia, las marcas que te reconocen y trasládate a otra aldea… la mentira debe de proseguir hasta que logre destruir a Madara… - contestó el oji negro, transformando su seriedad a una tenue sonrisa al tiempo en que la misma mano que había revuelto los cabellos del chico, ahora procedían a acariciar tenuemente las marquitas de una de las mejillas del chico. - … puedes ir a donde desees, siempre y cuando ocultes tu verdadera apariencia bajo la identidad falsa que te entregue… confió en que puedes hacerlo solo, pues has aprendido mucho en estos años, tienes toda la información que te he dado y la madurez necesaria para saber coo cuidarte.

- … - los ojos azules se humedecieron, esas palabras le decían que esa era su despedida… que después de que terminaran esa platica él se marcharía… - ¿Te volveré a ver? – preguntó tomando la mano del otro entre las suyas, no queriendo separarse.

- … - y el mayor solo pudo mantener su sonrisa en su rostro, para un segundo después desaparecer en una nube de humo, dejando en su lugar el tronco de un árbol y a un muy triste niño de ojos azules, derramando lagrimas.

- …. Itachi… - y ese fue el único sollozo entendible que dejo salir el chico de sus labios, para después dejarse llevar por la tristeza que sentía en su corazón…

Se quedó en ese lugar por muchos minutos más, desahogándose del dolor, hasta que estuviese calmado nuevamente… y cuando lo estuvo, Naru se levanto de su lugar, tomo la capa que había dejado de lado y se la coloco sobre su cuerpo… utilizando la tierra suelta del lugar, logró apagar el fuego que lo alumbraba y después simplemente comenzó a moverse por el bosque. Brincaba ágilmente por las ramas de los arboles, siendo enteramente cuidadoso y silencioso… había aprendido todo sobre habilidades ninja, aunque debía de admitir que eso le costó un poco de trabajo y resistencia haciendo sido su niisan quien lo entrenó. Mantuvo la velocidad durante casi media hora, hasta que por fin llego a una pequeña cabaña en medio de ese bosque, entrando a ella lo más rápido que podía, tomo lo necesario y lo introdujo en un morral –no demasiado grande-, tomando un espejo de mano y lo que parecía ser maquillaje, comenzó con colocarse un poco de eso en el rostro, justo en el lugar donde se encontraban las marcas de sus mejillas… una vez terminado el trabajo revisó todo el lugar asegurándose que no olvidaba nada que pudiese delatar su estadía y salió nuevamente, introduciéndose en el bosque y perdiéndose entre la oscuridad.

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Cerca de la Frontera del País del Fuego.

Una cruenta batalla se estaba llevando en las regiones de ese País, ninjas de la aldea de Konoha habían recibido órdenes de hacer retroceder a quienes se habían identificado como ninjas invasores de la aldea del sonido… la batalla llevaba algunas horas llevándose a cabo, Konoha había perdido ya a doce de sus ninjas, mientras que el sonido parecía haber perdido a la mayoría de sus ninjas… fue así que llegado un momento ninguno de los ninjas invasores pudo seguir adelante, teniendo que hacer una retirada estratégica para salvar los pocos ninjas que quedaban de su lado; dándose así por rendidos y vencidos por los shinobis de Konoha.

Cuando los ninjas de Konoha vieron el retroceso de sus enemigos, se tuvieron que dividir en dos grupos… uno de ellos dirigiéndose en persecución de los enemigos y el otro grupo quedándose en la zona donde fue la batalla para asegurarse de que todos estuviesen muertos y en caso de encontrar a algún herido llevarlo como prisionero a su aldea… así un grupo de 9 ninjas se dio a la tarea de revisar cada uno de los cuerpos que había en el lugar, y amontonando en un solo lugar los cuerpos de los ninjas que estaban sin vida. Y así, en medio de todo ese trabajo fue que encontraron algo completamente extraño a sus ojos y que los dejo completamente preocupados… porque entre un par de cuerpos encontraron el menudo y pequeño cuerpo de un niño no mayor de doce años, estaba protegido por una capa color café oscuro, su cabello era negro -un poco alborotado- y lo que pudieron identificar como tres marcas en cada una de sus mejillas. El ninja médico del equipo entonces se acerco a revisar los signos vitales y el estado físico del chico… respirando aliviado cuando el único rasguño que encontró, fue una leve cortada en uno de los brazos, sin signos de daños internos ni mucho menos algún tipo de veneno en su cuerpo… y la razón por la que estuviese inconsciente se lo atribuyeron a un posible golpe en la cabeza.

Tomando al chico y llevándolo a un área alejada del lugar bajo la vigilancia del ninja medico, los otros terminaron con la revisión de los cuerpos; encerrándolos a todos dentro de varios pergaminos para que les fuese más fácil trasladarlos a Konoha a ser revisados… y esperando a sus compañeros para poder regresar a su aldea, llevando con ellos los pergaminos y el cuerpo aun inconsciente del chico… a quien le encontraron además, un morral donde portaba algunas armas, una manta y un estuche de maquillaje… un hecho que los sorprendió y los puso a pensar acerca de la identidad de ese chico, pero más aún de las razones por las que pudiese haber estado en medio de la batalla…

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Aldea Konoha. Dos días después.

Konoha, una aldea llena de tranquilidad, con sus edificios de hermosos colores y los aldeanos ayudándose los unos a los otros… el día era soleado y un aire de frescura se sentía en el ambiente, haciendo con ello que la mayoría de la gente lo tomase como un signo de que algo muy bueno sucedería en poco tiempo.

- ¡Sasuke-kuuuun! – el grito de algunas niñas se escucho en ese momento, logrando con eso que varias de las personas que se encontraban cerca del lugar de donde procedía el grito, girasen a ver el alboroto.

- ¡Déjenme en paz! – en contestación, se escuchó la orden de un joven… parecía ser que el chico de aproximadamente doce años, cabello negro con destellos azules –acomodado en un peinado extraño y desafiante a la gravedad-, ojos oscuros, teniendo piel de un tono extrañamente blanco; portando pantaloncillos cortos de color blanco, polera azul oscuro, muñequeras blancas y las típicas sandalias ninja… y sobre su frente llevaba una bandana con el símbolo de la aldea de Konoha grabada.

Sasuke corría velozmente por las calles de la aldea… "Demonios… desde que me gradué de la academia parece que han aumentado el número de admiradoras…" pensaba el chico mientras que giraba un poco su cabeza hacia atrás deseando haber perdido de vista a todas las locas que lo perseguían… desafortunadamente para él, la suerte no parecía estar de su lado… desde que ese día había salido de su casa, había estado eludiendo a todas sus admiradoras; pero cuando se hicieron más había optado por salir corriendo por las calles de la aldea… tuvo la vaga creencia de que entre tanta gente podría llegar a perderlas… un mal plan, al no tener en cuenta de que al ser el único que llevaba sobre su espalda el símbolo característico de su clan lo delataría de inmediato… "… ahora no me dejarán en paz, hasta que me alcancen y me manoseen… Grrrr… ¡¡Te odio Itachi!!, es tú culpa que ellas no me pierdan de vista… si no hubieses matado a todo el clan podría camuflarme en algún lugar… pero nooo, yo tenía que ser al único que dejaras con vida… ¡¡Bastardo!!..."… mientras que Sasuke se iba quejando y maldiciendo a su hermano mentalmente, siguió corriendo mientras que daba un giro en una esquina… y paso lo inevitable… chocó fuertemente con alguien, provocando que ambas personas fuesen a caer fuertemente al suelo.

- Oye, fíjate por dónde vas – exclamó Sasuke con tono irritado a la otra persona, aún a pesar de que había sido su culpa el haber chocado… comenzando a levantarse sin siquiera mirar a la persona con la que había chocado.

- Teme, fuiste tú quien no se ha fijado por donde va… - devolvió el otro personaje con molestia.

- Mira, no tengo tiempo de pelear… - fue ahí que levanto su vista, topándose con una mirada completamente única, de un color tan azul como el cielo mismo y tan profundo que fue incapaz de despegar la mirada de ella por unos segundos… lo que indudablemente hizo que todas aquellas niñas que lo perseguían le dieran alcance.

- ¡Sasuke-kuuuun! – gritaron todas cuando lo vieron, abalanzándose sobre él; quien apenas tuvo la oportunidad de mantener firme en el lugar, pero sin poder evitar que todas ella lo rodearan.

- … ¡Si querías evitarlas, debiste de huir por los tejados!... – Sasuke, escuchó la 'propuesta' de aquel chico con el que había chocado, girando inmediatamente en dirección donde debía de estar viendo cómo un chico de cabello oscuro caminaba dándole la espalda -en dirección de donde escapaba- vestido con una capa café, que le cubría por completo el cuerpo… percatándose de esa forma cómo es que la capucha que llevaba la capa era colocada sobre la cabeza por el mismo chico moreno, al tiempo en que esté se acercaba a algunos shinobis que parecían esperarlo.

Sasuke siguió al chico con la mirada hasta el momento en que dobló en una esquina y dejó de estar en su rango de visión… fue ahí donde regreso a la realidad y se percato de la forma tan descarada en que se le pegaban las chicas que lo rodeaban… su paciencia no tardo en desaparecer, por lo que haciendo uso de sus habilidades ninjas, realizo el Kawarimi no jutsu (N/A: … jutsu de suplantación… n.n), dejando en su lugar un tronco de árbol, mientras que él apareció en uno de los tejados de su alrededor, quedándose escondido en ese lugar hasta que estuvo seguro de que ninguna de las chicas que lo seguían permaneciera en las cercanías. Fue entonces que continuo su camino hasta el campo de entrenamiento número tres… el mismo que utilizaba desde hace un tiempo para entrenar en soledad los días en que no tenía misiones o cuando su sensei se encontraba fuera por alguna misión –lo que era el caso en ese día-… cuando llegó al lugar, rápidamente se puso a realizar un calentamiento y después a ejercitarse en sus habilidades ninjas; hasta que siendo las dos de la tarde se tomó un descanso estirando por completo su cuerpo en el pasto, debajo de la sombra de un árbol, observando absorto el cielo despejado de ese día, que dejaba a la vista un hermoso color azul… Y eso le hizo recordar aquellos ojos que había observado en ese día, podía verlos claramente frente a él, brillando en ese azul intenso y transparente... y tuvo que admitir para sí mismo que esos ojos eran los más hermosos que había conocido jamás…

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Torre Hokage. Unas horas antes.

El Tercer Hokage, la máxima autoridad de la aldea de Konoha y líder de clan Sarutobi… había obtenido ese poder hace más de veinte años, poder que había sabido mantener con el paso del tiempo a base de tomar buenas decisiones, salvaguardar vidas y por sobre todo, ser un hombre amable y de buen corazón con la gente que más lo necesitaba; aunque no se podía decir que era igual en los momentos en que algún enemigo intentaba dañar a su amada aldea. Pero lo que en esos momentos lo mantenía en una pose de seriedad y de genuina preocupación no era ningún enemigo a quien se enfrentaba o por lo menos es que de todo corazón esperaba… pues a quien tenía frente a sí no era otro que aquel niño que en alguna ocasión llegó a pertenecer a la aldea de Konoha, un niño que a pesar de que hubiese cambiado mucho en apariencia, seguía poseyendo aquellas marcas tan características en él. Lo habían llevado ante él inmediatamente que llegaron a la aldea, y hasta ese momento lo único que había obtenido de él era un eterno silencio…

- ¿No piensas hablar? – preguntó nuevamente el Tercero sentado frente al niño, que se mantenía inmutable.

- … -

- …ahhh… ¿Qué es lo que quieres para que te decidas a hablar? – preguntó el esta ocasión el Hokage… para él era importante que el chico le contestase a sus preguntas, él necesitaba saber todo lo que había rodeado al niño durante esos años de ausencia… y si tenía que ceder a sus demandas lo haría.

- … sin testigos… - fue lo único que dejo salir entonces, viendo directamente a los ojos del Hokage y diciéndole así que hablaba completamente en serio.

- … - el Tercero entendió perfectamente a lo que se refería, pues en la oficina no estaban solo ellos dos… no, además dentro había dos miembros del AMBU y dos de los shinobis en los que más confiaba, todos ellos presentes por su seguridad.

- … No puedo hacer eso; lo que podría hacer es ordenar que tres de ellos nos dejen, pero es necesario que por lo menos uno se quede – declaró el Tercero con seriedad, no dejando dudas de que lo que decía era verdad.

- … - el chico ante eso lo miró fija y escrutadoramente por eternos segundos, hasta que al final bajo un poco su mirada, volviéndola a subir un segundo después - … que se vayan los AMBUS, y que se quede uno de los otros shinobis – aceptó entonces con decisión.

- … Ya escucharon, será mejor que salgan y que se alejen… Kakashi, tú te quedaras… - ordeno el Hokage sin dejar a dudas, segundos después los tres ninjas que se les ordeno salir ya habían desaparecido de la oficina, dejando solos al Tercero, al chico y al nombrado Kakashi, este ultimo siendo un hombre de aproximadamente 25 años de cabello plateado y con una máscara en su rostro que le cubría todo a excepción de su ojo izquierdo - … Muy bien, ya estamos solos, dime ¿Cuál es tu nombre? – quería asegurarse de que el chico le respondería con la verdad.

- Creo que usted lo sabe… - contestó el chico manteniéndose impasible.

- Quiero que me lo confirmes – comentó el Hokage.

- … El nombre con el que me conocían era Naruto… - dijo simplemente el chico.

- … ¿Te conocían?, ¿Cómo te haces llamar ahora? – preguntó el Tercero un poco confundido por esa respuesta.

- Soy Ryu. – fue la corta contestación de Naruto.

- ¿Por qué el cambio?, no solo en el nombre sino en tus rasgos físicos – preguntó Sarutobi.

- … Principalmente porque mi aspecto atemorizaba a la gente… - contestó Naruto.

- ¿por qué pensaste eso? – preguntó nuevamente el Tercero.

- … Después de irme de la aldea, en poco tiempo me di cuenta de que las personas se alejaban de mí tan solo por ver mi rostro; aunque no tenía pruebas de que eso fuese cierto, decidí cambiar mi apariencia… los resultados afirmaron mis deducciones… - respondió Naruto.

- … Naruto… conozco muy bien la vigilancia de la aldea, sé que tan difícil puede resultar salir de las murallas sin que sepas los puntos débiles… ahora, tú pudiste escapar, pero estoy seguro de que recibiste ayuda, ¿Quién te ayudo Naruto? – preguntó el Hokage.

- … oh, esa es una pregunta demasiado comprometedora, ¿sabe?... – fue la respuesta que dio el chico, mostrando una sonrisa un tanto burlona.

- Con eso me confirmas que alguien te ayudo… y creo tener una sospecha de quién es. – aseguró Tercero.

- ¿En serio?, ¿y quién es? – preguntó Naruto sin borrar su sonrisa.

- … Itachi Uchiha… - respondió el Hokage.

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Al día siguiente.

El puente central del parque de Konoha, era el lugar de reunión que utilizaban los integrantes de su equipo… el equipo siete o como muchos los conocían, el equipo Kakashi… Sasuke Uchiha era el genio del equipo, con su potencial al máximo, con sus deseos de triunfar, pero sobre todo por ser el más fuerte de la aldea para así un día cumplir con su venganza… Sakura Haruno, la chica del equipo, cabello rosa y ojos verdes, vistiendo usualmente un vestido de color rojo sin mangas y con el símbolo de su clan en la espalda; ferviente fan de Sasuke Uchiha y su eterna enamorada –por mucho que él la rechazase-… Yahiro Terada, un chico un poco lento, cabello castaño corto y ojos color café, usualmente siendo un chico un tanto impulsivo y torpe en el ataque; pero a pesar de todo, los tres formaban un buen equipo cuando se trataba de completar misiones, los tres siendo puntuales y obedientes en los entrenamientos… sin embargo, ese día en particular sólo había dos de ellos en el mencionado puente, sólo dos de ellos esperaban a que su sensei llegase… y el Uchiha ya se estaba hartando del comportamiento acosador de su compañera, pensando seriamente en darle una lección…

- ¡Que tal pequeños saltamontes! – se escuchó el saludo alegre de alguien, haciendo con eso que el intento de homicidio por parte del Uchiha hacia la peli rosa no se llevase a cabo y que ambos jóvenes girasen a observar al recién llegado.

- … ¡¿Kakashi-sensei?!... – exclamó la chica con extremada sorpresa, señalando con el dedo al nombrado - …. ¡Llega temprano!, ¿por qué llega temprano?...

- … - el de cabello plateado solo sintió como una gota caía por su nuca, claramente indignado y avergonzado por las palabras de su alumna - … no siempre llegó temprano a mis citas… además hoy es un día especial… - terminó diciendo mientras se cruzaba de brazos y colocaba rostro serio –o eso es lo que aparentaba-.

- ¿qué tiene de especial? – se atrevió a preguntar -hablar- Sasuke, con su pose seria.

- Bueno, como habrán notado Yahiro no se ha presentado el día de hoy… - comenzó el sensei y viendo el asentimiento de sus alumnos continuo - … eso se debe a que Yahiro por ordenes del Hokage fue colocado en otro equipo que lo ayudará a mejorar en sus habilidades ninja… - terminó declarando.

- ¿Qué?, pero ¿no se supone que los equipo deben de ser de tres? – preguntó la chica con cierta confusión.

- Así es… por eso es que hoy se integrara un nuevo miembro al equipo siete… ¡Acércate por favor!… - confirmó el sensei y llamó en voz alta a alguien. Ambos gennin de equipo se miraron un tanto confundidos entre sí, para después girar su vista al frente en espera a que apareciese su nuevo compañero… y entonces al lado de su sensei se colocaba aquel chico.

Sakura no pudo evitar sonrojarse, el chico que se integraría con ellos le pareció sumamente apuesto, con su cabello negro y sus ojos azules… ojos que la cautivaron desde el comienzo, por ser de un color exótico… Sasuke en cambio, no pudo evitar que su corazón comenzase a latir más rápido de lo normal, al reconocer aquellos hermosos ojos que lo habían atrapado el día anterior, teniendo la oportunidad en esta ocasión de poder apreciar el rostro al completo del chico, las facciones delicadas demostrando que aún no había cruzado la etapa de la niñez –lo cual extrañamente le parecía muy atractivo- y el cabello oscuro que brillaba un poco a la luz del sol.

- Mucho gusto, soy Ryu Utada – se presentó el chico mostrando una tenue sonrisa.

Y fue ahí donde Sasuke finalmente se dio cuenta de lo que significaba que ese chico se integrara a su equipo… y no pudo evitar que una imperceptible sonrisa aflorara en su rostro; por qué Ryu era su nuevo compañero, pero más que nada el que él estuviese ahí significaría que tendría la oportunidad de poder observar diariamente aquellos bellos ojos…

-.-.-.-.-.-.-.-

Continuara…

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Fin del capítulo 1…

Terminado… wow… me parece increíble que haya podido acabar este primer capítulo después de tanto tiempo de tenerlo planeado… Bien, como les había dicho este es mi nuevo proyecto, y como habrán notado es un fic un tanto diferente… muy diferente a los dos anteriores… en primer lugar por el hecho de que Naruto no convivio demasiado con Sasuke, segundo él no estará enamorado de Sakura, tercero tampoco se enamorará rápidamente de Sasuke y cuarto Naruto no se presenta ante ellos con su verdadera identidad… Como también pudieron observar la plática que Naru mantuvo con el Hokage quedo pendiente, así como la situación que llevo a nuestro querido kitsune a encontrarse inconsciente en medio de una batalla como en la que fue encontrado… y por supuesto muchos otros secretos alrededor de la partida de Naruto fuera de la aldea y su vida en esos cuatro años… bueno, creo que eso es todo por ahora, espero sus comentarios de este primer capítulo, ayuden a que continúe escribiendo este Fic… Nos escribimos pronto!!! (Y por supuesto, fic nuevo es igual a Frase nueva!!)

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La gloria o el mérito de algunos hombres es escribir bien; la de otros no escribir nada.

Jean de la Bruyere

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