Déjame ser parte de ti

Tenía tan solo 10 años cuando la conoció. Exactamente en la escuela, el único día de toda su vida en el que había asistido ha dicho establecimiento. Además, era hermana de una de sus mejores amigas.

Nunca lo había admitido a nadie, ni siquiera a Peach, pero estaba locamente enamorado de ella, Kuriko Akatsutsumi.

Amaba todo de ella, desde sus coloridos ojos anaranjados llenos de vida, hasta su forma de ser. Alocada, simple, divertida…

Él, Ken Kitazawa, solo esperaba el día para poder confesar su amor hacía aquella chiquilla que reinaba en sus sueños y que lo hacía olvidarse de todo por un momento.

-Ken –Llamó la menor de las Akatsutsumi al ver que su amigo se había vuelto a perder en sus pensamientos… Otra vez. No es como si odiara que no le hiciera caso pero… Simplemente no le gustaba que tuviese la mirada perdida y se sonrojara levemente.

-¿Si? –El chico salió de sus pensamientos.

-¿En qué piensas? O mejor dicho, ¿En quién piensas? -Pudo notar como su amigo comenzaba a sonrojarse de nuevo. Sí pensaba en alguien.

-Eh... Kuriko… Olvídalo –Suspiró- No lo entenderías.

-Si no me lo dices obviamente no lo entenderé –La castaña comenzaba a desesperarse. No quería saber si el chico pensaba en otra chica, es más, no quería saber ni siquiera el nombre de esa chica. ¿Estaba celosa? Sí. A ella le gustaba él.

Eran todo un caso. Momoko siempre le decía que cuando él la veía, su mirada se iluminaba. Pero… ¿Qué iba a saber su hermana? Si con mucho trabajo se había dado cuenta de que le gustaba a Brick, y ahora le salía con que a Ken le gustaba. Y bueno, Peach siempre le decía a Ken que ella estaba enamorada de él.

Ni siquiera se dio cuenta de cuando él se puso frente a ella.

-¿Estás segura de que quieres saberlo? –El pequeño científico miraba hacia otro lado.

-¡Si! –Se cruzó de brazos con el ceño fruncido.

-Bien… La chica en la que tanto pienso… -No pudo terminar la oración porque una tercera "persona" los interrumpió.

-¿Quién es? Ken, no nos dejes con la duda –Peach se había posicionado a lado de Kuriko, que seguía con el ceño fruncido y los brazos cruzados.

-¡Peach! Estaba a punto de decirlo –Dijo la castaña en tono de reproche.

-Bueno, igual yo ya sé quién es, wan, solo quiero que lo admita –Peach miraba con algo de picardía a Ken y Kuriko sucesivamente.

-¿A si? ¿Quién es?

-Ehm… Kuriko –Ken la llamó- Eres tu –Su cara se había puesto igual de roja que la gorra de Brick, o al menos eso pensaba Kuriko.

-¿Y-yo? –La pequeña quería soltar grititos de emoción, pero sabía que si lo hacía solo conseguiría ganarse miradas de confusión de Ken y Peach.

-S-si… -Ken la miro, ella estaba igual de roja que él.

-Al fin se lo dijiste, Ken. Y bueno… ¿Kuriko? Wan –El pequeño perro robot miraba a la castaña que no hacía nada más que ver a Ken.

-¿En serio soy yo? –Un brillo intenso en los ojos de Kuriko le dio una esperanza a Ken… La oportunidad que había estado esperando.

El pequeño científico asintió.

-Ehm… ¿Kuriko?

-Ah… ¿Si? –La pequeña estaba tan en su mundo que no sintió cuando Ken tomo su mano.

-Te quiero –Esas simples palabras bastaron para hacer que el sonrojo de ambos creciera más, y para sacar a Kuriko de su mundo.

-Yo también te quiero, Ken –Sonrió y beso la mejilla del chico.

Ahora solo hacían falta azúcar, flores y muchos colores y esperar a que las cosas se dieran por si solas.

Fin.


Holaaa!^^

Les traigo mi primer fic de esta pareja asdasdsd

Creo que el titulo no tiene nada que ver pero bueno:'v

Espero que les haya gustado(: