Disclaimer: Los personajes de Naruto no nos pertenecen, esta historia es hecha como mero entretenimiento y sin fines de lucro
Hola, hola, bienvenidos al primer fanfic en conjunto hecho por The Society of Silver Sharingan, este reto nos ha rondado en la cabeza por un tiempo y me alegra informar que por fin ha visto la luz XD, en una explicación breve, cada integrante escribirá un capítulo de esta historia ¿Cuántas veces no hemos querido tomar las riendas de una historia y continuarla como quisiéramos? Pues bien, cada miembro de la sociedad verá realizado ese pequeño deseo, nada está planeado (salvo la selección de parejas) y para su disfrute todos tenemos un mismo objetivo, que es hacer esta historia lo más entretenida posible, impregnando el capítulo que nos corresponda con nuestro estilo particular ¿Quién seré yo? ;)
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OPERACIÓN KAKAHINA
Capítulo 1: Aquí
Todo su cuerpo dolía. Podía recordar imágenes muy vagas de los últimos momentos vividos antes de cerrar los ojos ante el cansancio inminente que se hacía presente en su cuerpo una vez que el chakra del sabio de los seis caminos lo había abandonado. Recordaba la inexplicable carencia de dolor una vez que tocó el suelo, la imagen de Sasuke cayendo agotado a su lado al igual que él; quedando solos, sintiendo cómo la oscuridad de la noche se cernía sobre ellos, y después en su piel sintió los primeros rayos del sol.
Intentó levantarse, moverse o tan siquiera abrir los ojos, pero el dolor era tan insoportable que le resulto imposible conseguirlo. No supo cuanto tiempo pasó hasta que escuchó varias voces acercarse a donde estaban; y gritos, muchos gritos. Los más lejanos celebraban el hecho de verse libres del jutsu de Kaguya, pero aquellos que estaban cerca de él gritaban de dolor.
Y no podía negar que más que su cuerpo, era su corazón, su alma, la que dolía.
"El héroe naranja"… "El jinchuriki con corazón"… "El Hokage sin título"...
Desde donde estaba podía escuchar lejanamente como la gente se debatía en cuál de esos sobrenombres era el adecuado para el gran Naruto Uzumaki. Le incomodaba el hecho de no poder agradecerles sus atenciones y sobre todo el hecho de llamarlo héroe cuando él hace mucho dejó de considerarse como tal. Sólo había protegido con su vida aquello que mas amaba: Konoha y sus habitantes, sus amigos, aliados, y el mundo shinobi en general. Un peso muy grande para un muchacho que apenas había cumplido 17 años ese día…
¡Dios!
¡Cómo dolía su cabeza! La sensación palpitante y constante era insoportable y podía respirar un aire tan tenso como si… como si…
–¡Deja de patearme!– gritó exasperado al reconocer la sensación que martillaba cerca de su nuca.
–Llevas demasiado tiempo acostado en esa posición tan lamentable– la voz profunda que le respondió le erizó el vello de la nuca. No podía ser él, no quería creer que fuera él –¿Qué otra cosa podía hacer?
Con lentitud, abrió los ojos, no reconociendo el lugar que lo rodeaba, pero sí a su interlocutor, una sensación deprimente le oprimió el corazón, no había duda, era él. Él, y esos ojos que lo miraban de manera acusadora, reclamándole, culpándolo de algo que ni siquiera sabía qué era.
–Entonces si eres tú– murmuró bajando la vista, se miró las manos nervioso, asimilando lo que la presencia de él representaba.
–¿Esperabas a alguien más?
–Ni siquiera sabía que tendría que esperar a alguien… ¿Cuánto ha pasado?
–Cuarenta y nueve días– le respondió cruzando los brazos sobre el pecho, por cuarenta y nueve días no había hecho otra cosa que observar al rubio en su estado inconsciente.
–Ya veo– se levantó despacio del suelo, sacudiendo un polvo inexistente de sus pantalones. Le sonrió nuevamente a su compañero de batalla, sin importar las circunstancias que los tenían a ambos frente a frente, le agradaba poder verlo –¿Cómo has estado, Neji?
El castaño lo miró, apenas conteniendo una pequeña sonrisa, no podía negar que después de tantos días era reconfortante poder conversar con alguien.
–Muerto– respondió el Hyuga, encogiéndose de hombros tratando de restarle importancia al asunto.
–Como ahora yo, supongo– agregó con una sonrisa triste, mirando a su alrededor –No esperaba que… tú sabes, la muerte fuera así, ¿Dónde estamos?
–El infierno– respondió rápidamente Neji, observando con diversión como las facciones del otro se tornaban pálidas.
–¡¿Qué?! ¡El infierno!– su grito provocó un eco en el lugar, un espacio blanco y nada más –¡No puede ser! Yo me porté bien toda mi vida… bueno, de niño hice muchas travesuras, y tal vez maté algunos ninjas… ¡Pero eran malvados! ¡No merezco estar en el infierno!... ¡Tú sí! Pero yo no– insistía con lágrimas en los ojos
–Aghh, ya cállate… sinceramente yo tampoco sé que es este lugar– se frotó la sien de manera circular, hacía años que nadie le provocaba una migraña en segundos, ni siquiera Lee fue capaz de tal logro, y cabe decir que lo intentó más de una vez.
El silencio que precedió a los gritos de Naruto le resultó mucho más incómodo aún. En ese gran lugar, el vacío y el silencio podrían enloquecer a cualquiera y aunque pudo resistir una semana sin saber nada, sólo escuchando lo que serían susurros del mundo que acababa de dejar, no se negaría a sí mismo que la repentina llegada del rubio le provocó una sonrisa pasajera, (cosa que nunca admitiría desde luego) pero después algo parecido a la tristeza comenzó a invadirlo ya que el que se encontrara a su lado en ese momento sólo podía significar una cosa: Naruto Uzumaki, había muerto.
No podía negar que al principio más que sorprendido estaba furioso con él, le había hecho una promesa y su presencia ahí significaba que jamás la cumpliría. Observó de nuevo el lugar, intentando prestar atención a aquellos susurros que venía escuchando desde hace tiempo. Naruto a su lado, hizo lo mismo.
–También los escuchas ¿verdad?– preguntó con seriedad el rubio, volteando hacia todas direcciones, intentando encontrar alguno que fuera claro.
–Si– Neji a su lado relajó los brazos.
–Me pregunto qué serán– se alejó un poco, intentado con atención aquella voz que más sobresalía, sintiendo una gran pena en su corazón.
… por favor
Escuchaba.
Esa voz, él conocía esa voz… Se volvió a mover, siendo seguido por Neji, que fruncía el ceño intentando escuchar lo mismo que su compañero
… yo también… llévame a mí también.
–¿Esa… esa es?– preguntó Neji, reconociendo el tono tan cristalino y casi infantil.
–Hinata… chan– afirmó Naruto, sus ojos estaban abiertos por la impresión.
–¡Es tu culpa!– gritó Neji levantándolo de las solapas, sus ojos furiosos se concentraron en los azules frente a él –Prometiste que la protegerías ¿y lo primero que haces es morir? ¡Ella sufre! ¡Desea la muerte!
–¿Crees que quería dejarla sola?– respondió Naruto, soltando el agarre con apenas una mano. Por supuesto que eso no era lo que quería –Morí, Neji… No me suicidé ¡morí! Intentando protegerla a ella y a todo el mundo, tú deberías saber lo que es eso, ya que estás aquí por la misma razón.
–¿Eso crees?– cuestionó el castaño, apretando los puños para evitar el impulso de volver a lanzarse sobre él –¿Qué estamos aquí por el mismo motivo?
Naruto cerró los ojos, respirando profundamente –Alguna vez, Ero sennin me contó que las personas que mueren dejando asuntos pendientes no encuentran la paz y se convierten en fantasmas que sólo descansarán hasta que resuelvan aquello que no pudieron.
–Naruto… Un fantasma es un espíritu, una entidad no física atrapada en un espacio físico– señaló con su mano alrededor –Y no creo que esto sea precisamente un lugar físico, esto es… Nada.
–Lo que quiero decir, es que parece que tú y yo tenemos el mismo asunto pendiente.
–Hinata sama– respondió Neji, intentando nuevamente escuchar los susurros de su prima, pero estos se habían apagado, se sentó en el piso de manera desganada, no podía negar que Naruto tenía muchas probabilidades de haber encontrado su motivo para estar ahí, pero no es como si en ese lugar pudieran hacer algo para solucionar su asunto pendiente.
–Dices que has estado aquí 49 días, ¿has buscado una manera de salir?
–No, Naruto, no lo he intentado– respondió con sarcasmo, sintiendo como la migraña volvía ¿los espíritus sufrían migraña? Al parecer sí.
–Pues debiste hacerlo– exclamó con seriedad Naruto, sin entender el sarcasmo o el porqué Neji se llevaba la mano a la sien. Se llevó una mano a la barbilla, meditando al mismo tiempo que empezaba a caminar de ida y vuelta en cortos pasos –Está claro que debemos ayudar a Hinata chan, pero no es como si fuera por el mismo motivo, tú tenías que protegerla y me relevaste esa misión a mí…
–Que no cumpliste– interrumpió Neji.
–Pero no creo que a Hinata chan le falte gente que la proteja– volteó a ver al jonin sentado en el suelo –¿Eras su único guardián?
–Era el principal guardián– explicó con el ceño ligeramente fruncido –Al morir yo, el segundo en rango toma mi puesto, ese sería Ko.
–Entiendo, nuestro asunto pendiente no es protegerla, así que no seremos sus ángeles guardianes o algo por el estilo ¿qué otra cosa podrá ser? No sé que más me pueda unir a Hinata chan.
–Héroe y todo, sigues siendo un retrasado ¿verdad?– se levantó del suelo, sin dejar de mirarlo –Hinata sama está sufriendo tu muerte, pero no del mismo modo que la mía. Ella no esperaba que la protegieras, ella esperaba que algún día abrieras los ojos y te dieras cuenta de sus sentimientos.
–¿Sus… sentimientos?– repitió el rubio, bajando despacio los brazos. Ahora recordaba la confesión de ella en el campo de batalla. Debía admitir que todo ese tiempo atribuyó esas palabras a un sueño que pudo tener antes de liberar las ocho colas del Kyubi, todo lo relativo a esa vez seguía muy confuso, y cuando ella no volvió a tocar el tema, el realmente creyó que todo fue producto de su imaginación –Ella me amaba– susurró más para sí mismo que para Neji.
–De no haber muerto, y si te hubieras dado cuenta de sus sentimientos y los correspondieras, ella tendría a alguien a quien amar y que la amara – dejó de hablar de inmediato, sintiendo la profunda mirada de Naruto –¿Qué pasa?
–Neji… Acaso tú…
El Hyuga sonrió de lado, entendiendo el punto –Estoy tan muerto como tú, cuales quiera que hayan sido mis sentimientos por ella ya no importan.
–¡Claro que importan!– gritó Naruto, colocando sus manos sobre los hombros del shinobi –¿Es que no lo ves? Tú mismo lo dijiste, al morir tú, otro te reemplazaba como guardián ¿Qué tal si es lo mismo con el corazón de Hinata chan? Si tú la amabas ella podría haberse enamorado de ti en un futuro, así como me pudo pasar lo mismo a mí en algún momento de la vida…– su sonrisa se borró lentamente –Pero ahora ambos estamos muertos. Ese es nuestro asunto pendiente…
–Hinata– completó Neji, olvidándose de los formalismos –Se quedó sin alguien a quien amar.
–Exacto– respondió Naruto en el mismo tono triste.
–Parece que no eres tan retrasado como creía– sonrió Neji, intentando romper el momento tan tenso –Debemos encontrar a alguien para Hinata sama pero…– se calló inmediatamente al ver como el jinchuriki rebuscaba entre sus ropas, sacando un pergamino y un bolígrafo, instintivamente llevó las manos a sus bolsillos ¿cómo era posible que Naruto trajera cosas así y él no? Observó al rubio tirarse boca abajo en el piso y comenzar a escribir algo. Se sentó a su lado, leyendo lo que iba escribiendo – "Operación restaurar los sentimientos de Hinata chan y hacerla volver a creer en el amor con…" ¿Qué… qué rayos se supone que haces?
–¿No es obvio? Una lista de candidatos– respondió con toda naturalidad, no podemos emparejar a Hinata chan con cualquier debilucho o shinobi insignificante– comenzó a escribir números para la lista –Veamos… podemos empezar con sus compañeros de equipo ¿tienes problemas con ellos?
–Esa no sería mi decisión– respondió al ver como escribía los nombres de Shino y Kiba –Shikamaru Nara– agregó, sentándose a su lado, no dispuesto a que se pudieran nombres raros en esa lista –Es un vago pero es inteligente y serio.
–Shikamaru, listo ¿Qué hay de Choji?
–¿Choji?– lo pensó detenidamente, no es como si fuera a despreciarlo por su peso. –¿Por qué no?– el nombre del Akimichi fue anotado en seguida –¿Sasuke sigue vivo?
–Lo ignoro, pero antes de morir me pareció que aún respiraba– apuntó su nombre entre signos de interrogación –Son los hombres de los nueve novatos de Konoha– sonrió ante el recuerdo de sus tiempos en la academia – ¿Tienes problemas con los extranjeros?
–Para nada pero…
–Entonces serán Gaara y su hermano ¿no importa que sean mayores?
–No en realidad pero…
–Entonces agregaré también al cejotas y a ese guardián que dices...
–Naruto…
–Y si la edad no es problema quizá podamos agregar a alguien un poco mayor, conozco buenos jonins y no creo que sean feos, veamos… Yamato taicho, Genma, quizá también Iruka…
–Ya que estás con los mayores, ¿por qué no agregas también a Kakashi?– exclamó Neji, ocultando su rostro tras la mano.
–Como quieras– respondió Naruto, encogiéndose de hombros y escribiendo el nombre de su ex sensei –Pero no pienso poner al cejotas mayor, ese tipo me da miedo, aunque haya sido tu maestro.
–No es como si te lo fuera a sugerir– realmente el jinchuriki no entendía de sarcasmos, y ahora Hatake estaba en la lista.
–Y creo que el viejo Bee es demasiado Bee para Hinata chan.
–Naruto– lo llamó, no estando seguro a que se refería con "demasiado Bee" pero tampoco quería averiguarlo –Podemos extender esa lista tanto como quieras pero de nada servirá si no podemos salir de aquí.
–¿Quieres decir que debemos continuar la lista una vez que estemos en el mundo físico?
–Quiero decir que nuestra prioridad debería ser llegar junto a Hinata sama– se puso en pie, seguido de Naruto, que doblaba el pergamino y lo guardaba en uno de sus bolsillos.
–¿El chakra funciona en un lugar como éste?– frunció el ceño ligeramente, le pareció haber escuchado un susurro en dirección contraria a la que estaban.
–Sí, pero no importa que técnica emplees, si no hay nada que golpear, no sirve de nada– se paró a su lado, prestando atención a su entorno, él también escuchaba un lejano susurro.
–¿No hay paredes?
–Ninguna, he extendido mi chakra tanto como me fue posible y no hay nada, ni paredes, ni techo.
–¿Qué hay del suelo?
–Acabas de acostarte en él– una idea llegó a su mente, ¿cómo era posible que lo haya pasado por alto durante 49 días? –Naruto, ¿si te pregunto dónde está el cielo, qué responderías?
–Arriba– dijo con naturalidad.
–¿Y si estás en el cielo, dónde responderías que está la tierra?
–Abajo– respondió con una sonrisa, entendiendo las palabras de su compañero, se puso en cuclillas –Este lugar se siente lleno de energía… quizás si…– cerró los ojos un momento, intentando concentrarse.
Neji tragó despacio, entendiendo lo que el Uzumaki intentaba hacer, y rezaba internamente por que lograra su cometido, él también sentía una extraña energía rodeándolos, pero no estaba seguro si le sería de utilidad a Naruto.
–Lo tengo– exclamó el rubio después de unos minutos, sus pupilas amarillas cambiaban por momentos a sus ojos azules, evidenciando lo difícil que era mantenerse en estado ermitaño en un lugar tan inestable –¿Susurros… dónde?
Neji cerró los ojos, intentando encontrar algún susurro, aunque sea el más pequeño…
"… ruto niichan…"
–¡Por allá!– exclamó el Hyuga, corriendo antes de perder el rastro, escuchando los pasos de Naruto atrás de él.
"Comeremos ramen"
–¡Izquierda!– indicó antes de girar abruptamente, no podía perder ese susurro. Un poco más, sólo un poco más…
"Te extraño, jefe"
–Es aquí– hincó una rodilla en el piso, efectivamente, el susurro parecía venir de algún lugar bajo sus pies, bastó una mirada con su ahora compañero para entender sus indicaciones –Gran rotación celestial de los ocho trigramas… ¡Hakkesho Dai Kaiten!
Naruto se colocó en cuclillas lo más cerca posible de Neji, resistiendo con dificultad el salir expulsado por la liberación tan poderosa de chakra. Se concentró únicamente en el suelo, prestando atención a cualquier indicio.
"Hasta mañana"
El último susurro lo hizo voltear a la derecha, encontrando el punto de unión con aquel mundo que habían dejado atrás; el chakra de Neji rotaba a su alrededor, forzando ese pequeño espacio a abrirse, apenas al tamaño de un alfiler.
–¡Rasengan!
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–Konohamaru chan– le llamó la joven de cabello naranja, sonriendo a su lado –Yo también extraño a Naruto niichan.
–Hemos venido a su tumba cada día desde que murió– agregó Udon a su lado, limpiando una lágrima discretamente al acomodarse la montura de los anteojos.
–Si ya no quieren venir, pueden irse– exclamó Konohamaru, intentando no levantar la voz. –Pero yo no lo haré… ¡No dejaré que Naruto niichan piense que lo hemos olvidado! Algún día nos encontraremos de nuevo… No quiero que me reclame por haberlo olvidado.
–No lo hará– Udon se colocó a su lado, poniendo una mano sobre el hombro de su compañero.
–Siempre estamos pensando en él– completó Moegi, recargando su rostro en el hombro libre de Konohamaru, había anochecido y aunque el cementerio de Konoha no era su lugar favorito, jamás dejaría a su amigo hundirse sólo en su dolor –Vendremos mañana.
–Pasaremos por Ichiraku y comeremos ramen aquí en su honor– Udon intentaba levantar un poco el ánimo de Konohamaru, desde la muerte de Naruto parecía que toda su alegría se había esfumado. –Nos vemos, Naruto niichan.
–Te extraño, jefe– susurró Konohamaru, negándose a soltar la unión con sus compañeros, los tomó a ambos de las manos.
–Hasta mañana– se despidió Moegi, cerrando los ojos y derramando esa lágrima que se negó a dejar salir desde que encontraron a Konohamaru rezando como cada día.
Se dieron la vuelta al mismo tiempo, caminando apenas unos pasos, el ambiente de pronto se sentía extraño, agudizaron sus sentidos, atentos a cualquier ataque que pudiera haber. Konohamaru, volteó rápidamente y lanzó un kunai, ensartándose en el árbol que daba sombra a la tumba de Naruto.
–Eso no funcionará ahora, Konohamaru– habló despacio Naruto, rozando con las yemas de sus dedos el lugar donde el kunai lo había atravesado.
–Nii… chan– era mentira, era producto de su imaginación y del desvelo seguramente.
–¿Neji san?– escuchó a su lado la exclamación de Moegi antes de sentir como se desmayaba llevándose a Udon en la caída. Konohamaru miró con atención a los personajes traslucidos frente a él ¿genjutsu?
Realizó con sus manos el sello que le enseñara alguna vez Kurenai a cambio de dejarlos solos a ella y a su tío Asuma, pero las figuras seguían frente a ellos.
–Así que fueron ustedes tres– la voz de Neji se escuchaba con claridad, tal como si aun estuviera ahí.
–Gracias, Konohamaru– la sonrisa de Naruto… ¡era su sonrisa! Había vuelto, ¿cómo o por qué? No lo sabía, pero Naruto y Neji habían vuelto, miró a su alrededor, Udon miraba a los dos shinobis frente a ellos con la misma impresión y desconcierto, unos metros más allá el guardia hacia su recorrido de rutina y lo saluda con la mano. Aparentemente sólo ellos tres podían verlos. Sus ojos se llenaron de lágrimas, quería correr y aventársele encima, pero probablemente acabaría igual que su kunai. –¿Crees que debamos agregarlo a la lista?
–¿Qué… que lista?– preguntó Udon con dificultad, intentando quitarse de encima a su inconsciente compañera de equipo.
–No– respondió secamente Neji –Es un niño.
–Es verdad– aceptó Naruto, antes de volverse a mirar a esos tres chiquillos que solían seguirlo a todos lados.
–Jefe… ¿cómo…?
–Tenemos un asunto pendiente– volteó su rostro hacia Neji, que miraba con los brazos cruzados a los tres gennin frente a ellos –¿Crees en las casualidades, Neji?
–Para nada– su voz era seria, estaba analizando la situación tal como lo hacía Naruto –Gracias a ellos tres estamos aquí, fueron sus palabras las que nos guiaron al punto de encuentro.
–Es por eso que ellos pueden vernos– completó antes de comenzar a caminar hacia ellos –Equipo Konohamaru, vamos a necesitar su ayuda en una misión súper especial
–¿Misión?– Konohamaru estaba dividido entre la impresión y la emoción de volver a ver a su amigo de nuevo, no importaba lo que sea que haya hecho que Naruto regresara, el lo ayudaría.
Para eso estaba aquí.
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¡Sorpresa a todos! Estoy muy feliz y con emoción al saber que este proyecto ya está en línea, tengo demasiados sentimientos, pero les aseguro que todos ellos son buenos :D en la Society of Silver Sharingan hemos estado hablando de este enorme proyecto en conjunto y realmente deseamos que sea del agrado de todos ustedes, tuve el privilegio de ser quien escribiera el capítulo uno y espero que haber podido capturar su atención, nuevamente los personajes se adueñaron de la historia y han aparecido para ayudar ¡el equipo Konohamaru!… No sé quien vaya a escribir el segundo capítulo XD pero seas quien seas, te deseo suerte en manejar la sorpresa que de seguro te has llevado.
Gracias, mil gracias por aventurarse a leer :D
¿Ya sabes quién soy?...
