The Spirits Snippets.
ICE BREAKER.
Stephen se acomodó en las gradas, observando con un libro en mano para ocultar sus ojos a Belial y Oliver haciéndose mimitos antes de un partido de quidditch, descaradamente a la vista de todo el mundo en la barrera. Que Oliver fingiera inocencia era una cosa, pero que el platinado Malfoy fingiera no saber lo que provocaban exhibièndose de esa manera... pues era una boludez. Casi se echó a reír, al ver a Bill en exactamente la misma ocupación. Pero solo casi. Stephen no miraba a la parejita con lujuria, como la mayoría, amor, como Bill, o odio, como Hugh. Podia odiar a Oliver por el amor que Ariadna le tenia, pero su mente fría y pragmática sabía que de todas las opciones, Oliver era la más improbable, aunque ni él reconociera que tenía dueño. No, observaba a Belial. Ari era su mejor amiga, y los dos se parecían lo suficiente para ser parientes, lo que de un modo u otro todos los Slyths eran. Y si alguien sabía lo que Ari sentía, era él.
Así que Stephen estaba dispuesto a sacárselo.
- Te han dicho que eres patético?- saludó, cerrando su libro y sentándose tras Belial en la grada, mientras el platinado Malfoy observaba a Oliver elevarse, sus delgados muslos apretando el palo de la escoba de un modo sensual. Ariadna volaba tras él, la sedentaria asistente de pociones una feroz beater protegiendo a Oliver de todo daño.
- No hoy.- dijo Belial sin volverse.- Qué verdes están las uvas hoy, no, Steffie?- - Oliver no es más gay porque no se levanta más temprano. Lo único que necesitas es hacer tu movida, Malfoy, y Oliver caerá derecho del cielo a tus brazos-
- No voy a asaltarlo ni a forzarlo a nada sólo para que tú tengas una chance con Ari, White-
Stehen dejó el libro en la banca con un gesto seco. Sus ojos relampaguearon, mirando a Belial, que se volvió, el sol tras suyo, mientras las gradas chillaban una atrapada del keeper. - No crees que ya han sido cinco años de verla llorar por Oliver, que no le corresponde ni le corresponderá nunca, más que suficiente?- susurró ásperamente.
- No que tú hayas hecho mucho.- dijo Belial inclinando la cabeza a un lado pensativamente.- Tú no sabes nada de ella. Yo sí-
Era imposible saber si Belial sólo quería hacerlo rabiar o no. Dentro de los genes Malfoy debían estar los del inventor de la expresión " yo sé algo que tú no".
- Y si sabes tanto, porqué no la consuelas-
- Lo hago.- Belial sonrió.- lamentablemente, yo sí soy gay. Si no sería mía-
- qué seguro que lo dices.- la voz de Stephen se había vuelto acero.
- Lo digo porque lo sé. Ella y yo somos… idénticos, en muchos sentidos.- agregó, mirando a la barra de Slytherin aplaudir como locos un arriesgado giro de Oliver, su pelo flameando.- Qué te hace pensar que ella sería feliz contigo? Yo no podría aguantar tu cara de pescado congelado ni diez minutos…-
- No es a ti al que quiero seducir-
- Oh, si no lo logras conmigo, que soy la versión fácil…- Belial se rió perversamente.-Mal te va a ir con la versión fría. Apuesto que besarte es más aburrido que leer epitafios… y qué hablar del resto-
Stephen se levantó, sus ojos endurecidos.- Por suerte, Ari no es una puta como tú.- - Despierta, Steffie. Ari es una mujer, pero tú no eres un hombre ni de cerca-
Si Belial esperaba un ataque de ira de Stephen, estaba muy defraudado. El calmado Ravvie, si bien tenía las cejas fruncidas, no hizo ningún gesto brusco, limitándose a mirar con esos ojos azules de rayos X que eran su poder secreto, apenas amortiguados por los lentes. - No creo que puedas opinar.- dijo un segundo después, mientras en el cielo el equipo de Slytherin felicitaba a Oliver por un hábil foul incobrable contra el otro keeper. – Tú no sabes nada de mí-
- Oh si sé. Todas las noches juegas un partido de ajedrez contra ti mismo, pierdes, relees tu número mensual de la Arithmancer's Magazine y te tomas una tacita de chocolate caliente antes de irte a la cama. Una pajita pensando en Ari y buenas noches. Y si querías saber, Ari usa bragas color mantequilla con encaje blanco-
- Estás equivocado-
- No. Lo sé, se las regalé yo-
- No, estás equivocado en lo otro-
- Qué, no te gusta el chocolate?- En el cielo, Oliver vio la snitch y se lanzó como una ave de presa, en línea recta. Mientras, Stephen dejó el libro en la banca y cuando todos los fans de Slytherin se levantaron para corear la atrapada de Oliver, tomó a un sorprendido Belial de los hombros y los atrajo rudamente a él.
Belial abrió la boca para gritarle, pero se encontró con la boca ocupada, y una lengua que no era suya, eléctrica y caliente, deslizándose para dominarlo, presionando su propia lengua abajo, luego frotándose sobre su paladar como si quisiera abrirlo, unos labios duros y fuertes tomando posesión de los suyos, con hambre y pasión. Stephen lo presionó contra su cuerpo, que era sólido bajo el insípido uniforme, y sus manos lo palparon sin dudar, su espalda, sus nalgas, haciéndolo gemir en su boca, mientras las manos de Belial se aferraban torpemente a los hombros de Stephen.
Que tan pronto como lo oyó gemir, lo soltó, los labios húmedos y enrojecidos.
- Estás equivocado. No soy un pescado congelado. – -…-
- Dile a Ari que soy un buen besador, quieres-
-…-
Stephen dio media vuelta y se fue entre la multitud que celebraba, su paso calmo como siempre, limpiándose con el dorso de la mano los labios húmedos, como al descuido. Y Belial se quedó boquiabierto, sintiendo el comienzo de una risotada nacerle en la garganta.