Los personajes pertenece a veronica roth

POV LYNN

"No entiendo te gusta si o no, marlene" pregunté casi exasperada.

" pues es muy tierno y me trata muy bien, pero no se" contesto marlene sonriendo como una imbecil, " entonces te gusta " ella me miro todavía con esa sonrisa de maniaca , " no creo que lo entenderías lynn" por supuesto que no lo entiendo esas cosas de chicas jamás se me an dado bien. " donde esta uriah? " pregunté intentando cambiar ese estupido tema de los enamorados, " probablemente comiendo pastel " sonreí, uriah era la única persona que me entendía, a diferencia de shauna y marlene que siempre están hablando de ropa y chicos, el siempre estaba hay para mi y hacíamos cosas que nos interesaban a los dos en vez de estar escuchándolas a ellas y su cosas estupidas, jugábamos video juegos o hacíamos concursos de quien puede tomar mas sin embriagarse.

" y quizás también tomando cerveza " dije en un tono desinteresado, marlene y yo soltamos una risita, antes de seguir caminado en silencio hacia el abismo.

" y hablando del rey de roma mira quien esta hay " dijo marlene señalando a una esquina, uriah se estaba besando con una hermosa chica rubia.

"Salió igual que su hermano" asentí , zeke y uriah tenían la misma forma de actuar con las chicas, se besaban y tenían relaciones con cualquiera, ja bueno eso hasta que zeke empezó a salir con mi hermana.

" pero esta esta vez es la misma chica de ayer" uriah jamás estaba con la misma chica dos días seguidos, " quizás por fin encontró a su media naranja" nos los quedamos mirando un segundo antes de seguir caminando directo al dormitorio.

Me acosté y cerré los ojos pero lo único que podía pensar era en uriah y esa chica besándose, empece a sentir algo en mi pecho, ¿era celos?, yo jamás había pensado en el de ese mondo, bueno prefería estar con el que con otras personas y era como un diario al que le podías contar todo sin preocuparse de que fuera a decirle a nadie.

Además el era muy guapo era alto estaba muy bien formado y tenía esa sonrisa que iluminaba hasta el día más oscuro, sacudí esos pensamientos de mi cabeza.

No podía creer que quizás me estuviera enamorando, o pudieron a ver sido esas dos cervezas que me había tomado, si eran las cervezas .

Cerré los ojos de nuevo esta vez si para dormir, por que no hay nada que un bueno sueño no ayude