El amor que perdurar:

Era una noche oscura de luna llena, los aullidos de un hombre lobo se escuchaban en la casa de los gritos, pues un furioso hombre lobo estaba allí dentro junto a sus amigos animagos, pero en un ataque de rabia escapo de la casa. Huyo hacia el pueblo de Hogsmeade, corría y corría a dos patas como si el mundo se fuera acabar. Cuando llego a el pequeño pueblo cercano a Hogwarts, el hombre lobo de espalda torcida, mucho pelo y ojos blancos, vio a una pequeña niña que tendría unos cuatro años. El pelo de la niña cambia de color contantemente y como Remus la hacía reír, su boca cambia y se convertía en algo parecido a la boca de un cerdo y un pato, sus ojos eran azules como el mar y como las nubes, están llenos de belleza.

-Hoa- Dijo la pequeña niña.

Pero Remus no respondió, no podía ni moverse pues la belleza de la pequeña era tanta, que el hombre lobo se había calmado. La pequeña Nymphadora se acerco, al lobo con una pequeña muñeca que tenía en la mano, la niña puso en la mano del lobo la muñeca y luego le pellizco en la barriga, el lobo aulló y salió corriendo de regreso a Hogwarts. La muñeca que le había dado la niña, se la había llevado como un recuerdo de aquella belleza, sin igual que tenía una pequeña niña. Eran altas horas de la noche cuando Rumes, aun seguía vagando por las montañas y por todos sitios sin parar, alejado de la población humana. Cuando comenzó amanecer Remus corrió a la casa de los gritos con sus amigos, aun conservaba la muñeca cuando llega a la casa de los gritos.

-Me calme- Dijo Remus con una sonrisa en la boca y les mostro a sus amigos la muñeca-había una niña muy pequeña y creo que me enamore.

-¿Cómo recuerdas eso?- Pregunto Sirius quien tenía agarrado por la cola a una rata.

-Creo que es por la muñeca- Dijo Remus entonces miro la muñeca y recordó cómo era la niña-buscare a esa niña en un par de años, lo juro.

Aquella noche por primera vez Remus había conocido el amor y ese amor perduraría para siempre, aun que es otra historia.