Por el gusto de los mosqueteros y de la pintura barroca holandesa, me han inspirado a escribir este fan fic, incluso me inspire en el comic español El mosquetero azul de Manuel Gago García. Los personajes solo pertenecen a Rumiko Takahashi.
Capítulo 1: Rescatados por el enmascarado
A primera mitad del siglo XVII, las Provincias Unidas de los Países Bajos holandeses estaban luchando contra el poderoso ejército español por su independencia. Esta naciente nación de Europa se caracterizaba por la libertad de comercio, de culto y de expresión, teniendo bases republicanas.
Esto ocurrió cuando los tercios españoles, comandados por el capitán Naraku, estaban asolando una pequeña aldea, y en una de las casas resistían una joven de 16 años llamada Kagome, junto con su amiga Sango, el niño Shippo y el pastor calvinista Miroku, este último mantenía a raya al enemigo con su arcabuz, aunque Sango daba de su parte, y este le dijo:
-¿Si salimos de esta, saldremos de paseo?
-No es hora de responder esa pregunta-Le respondió.
Pero Kagome trataba de disparar con las armas que tenía, del cual Shippo se las cargaba y les dijo a los dos:
-No es momento de hacer preguntas tontas, debemos contener al enemigo.
-Si llegan a entrar me encargo de ellos-Dijo Sango.
-Cuenta conmigo-Le dijo Miroku.
-Pero no te sobrepases-Le dijo mostrándole la mano.
En ese momento, el calvo sargento Yakotsu le indico a su jefe, quien estaba en compañía de su alquimista Byakura, sobre los que estaban resistiendo:
-Están en esa casa, y hay un pastor calvinista.
-Han matado a algunos de los nuestros-Dijo uno de los soldados.
-No importa, sacadlos de ahí como sea, ya veré el castigo que les impondré si sobreviven-Ordenó el malvado oficial.
Cuando los piqueros y arcabuceros estaban a punto de sacarlos, y que otro iba a ingresar por detrás, de la nada, apareció un sujeto vestido de rojo oscuro, con capa, sombrero y antifaz que atacó al que iba a ingresar por detrás. Los que estaban adentro lo llegaron a ver:
-¿Vieron eso?-Dijo Kagome.
-Sí, y tiene un antifaz-Dijo Shippo.
Mientras que el enemigo intentaba tirar la puerta abajo, apareció aquel enmascarado que los enfrentó con su espada y hasta acabó con ellos:
-Es el-Dijo un soldado.
-No importa, el capitán dijo que si lo viéramos debemos acabar con el-Le dijo un compañero.
El enmascarado retenía a los soldados, y le dijo a los que estaban adentro:
-Salid, yo me encargo de ellos.
Con la ayuda de Sango y de su gata Kirara, pudieron enfrentar a algunos soldados, hasta que el enmascarado logra dejar fuera de combate a sus contrincantes.
Mientras se iban de allí, este les dijo:
-Venid conmigo, yo podré ayudarles a salir de aquí.
-Como usted diga-Le dijo Kagome.
Finalmente, lograron salir de la aldea al montar en algunos caballos que el enmascarado le quitó a los dragones.
Mientras tanto, el sargento le dijo a su jefe que los que resistían se escaparon con ayuda del enmascarado y al saberlo, Naraku frunció el ceño y le dijo:
-¿Y no hicieron nada para capturarlo?
-Fue difícil enfrentarlo-Le dijo un soldado.
-Maldita sea, pero sea como sea lo capturaré y acabaré con él.
Al llegar a un lugar apartado, Kagome y sus amigos recuperaron la calma, pero sobre todo, agradeció al enmascarado de haberles ayudado:
-Te debo la vida, si no hubieras aparecido, hubiéramos caído en sus garras-Le dijo la joven.
-Ahora que ustedes parecen amistosos, les mostrare mi secreto.
En ese momento, el sujeto se quitó su sombrero y el antifaz para mostrarse quien era en realidad: era un joven de cabello negro y largo. Los presentes quedaron impresionados y este les dijo:
-Oculto mi identidad solo a los españoles.
-¿Cómo te llamas?-Pregunto Miroku.
-Mi nombre es Inuyasha, y combato a los españoles desde que mi padre se unió a las milicias urbanas.
Volviendo a montar a sus caballos, Sango le dijo:
-Debemos volver a la ciudad y decirles lo que paso.
-Si quieren voy con ustedes-Dijo Inu.
-Está bien, te llevare para que conozcas a mi familia-Le dijo Kagome.
Aceptando su propuesta, el joven de vestimenta de rojo oscura se fue con sus nuevos amigos y montando en su caballo.
