Nota de la traductora: Siempre había querido traducir este fic, pero no me atrevía por las escenas NC-17. Me costó mucho poder buscar las palabras precisas para expresar esas escenas, ustedes serán jueces si quedo bien. Este fic cuenta de 3 partes y es de la GRAN cacophonylight, creadora de ACITW. Advertencias: Consumo de marihuana e infidelidad. Link original: (cacophonylights).(livejournal).(c)om(/)4013.(html)
Respírame
Parte I
Era extraño, Sebastian pensó, como desde que empezaron esta cosa la única vez que se sentía volar era cuando más quería estar estable en la tierra. Cuando necesita estar atado firme y seguro en esta… cosa… entre ellos.
Era extraño y un poco inquietante y probablemente una bomba de tiempo que lo dejará con dolor y angustia, pero.
No puede parar.
No quiere parar.
Ya es un adicto.
Lo necesita, no sabe qué sucederá cuando termine, así que se asegurara de aferrarse a esto cada maldito minuto hasta el fin.
Sebastian puede sentirse completamente ido, pero se siente como algo más.
Se siente como si fuera todo.
La primera vez que sucedió estaban descansando en la habitación de Sebastian y era igual que cualquier otro sábado.
Eran amigos ahora, aunque Kurt no podía determinar el cuándo o como había sucedido.
No eran la clase de amigos que iban a ver películas, o al centro comercial, o quienes iban a tomarse un café a chismear después de la escuela. No eran la clase de amigos de quien hablas con tus otros amigos, y en su mayor parte nadie se había dado cuenta que la situación había cambiado.
Kurt estaba de acuerdo con eso. Algo sobre este nuevo… lo que sea que fuese. Se sentía sagrado y algo privado, y Kurt no estaba interesado en que el mundo lo sepa, sepa de ellos.
Blaine sabía, por supuesto Blaine sabía. Porque no puedes salir con alguien casi la mitad de la semana sin que tu novio se dé cuenta, y Kurt estaba tratando de que no hubiera secretos entre ellos. Secretos, que él sabía muy buen a causa de sus amigos y compañeros de clase, eran como veneno a una relación.
Así que Blaine sabía, pero en realidad no sabía, no entendía que cuando eran solo Kurt y Sebastian en vez de KurtYBlaine y Sebastian las cosas eran diferentes.
No era como si Kurt estuviera escondiendo cosas, en realidad no, porque no había nada que esconder. Incluso aunque a veces Kurt tenía que hacer una pausa cuando alguien mencionaba lo lindo que sería que tu mejor amigo sea tu novio. O cuando, después de un mal día, el número de la primera persona que Kurt marca en su teléfono no es siempre Blaine. O incluso que cuando Kurt está sentado en la habitación de Sebastian, solo los dos relajados, se siente como si fuera más KurtySebastian que Kurt y Sebastian.
Pero no estaba ocultando nada, porque todas esas cosas realmente no significan nada. ¿Cierto?
Así que solo era otro sábado.
Kurt estaba extendido en la alfombra de Sebastian, estirado como un gato bajo un bloque de luz solar cayendo desde una de las gigantes ventanas en el muro occidental, tarareando vagamente una canción que sonaba bajo en la habitación.
Sebastian estaba en la cama, medio reclinado contra la cabecera, sus piernas relajadas y su pelo desordenado. Le estaba sonriendo a nada en particular, esa mueca media arrogante solo estaba naturalmente establecida en sus características de una manera que solía irritar a Kurt y que ahora le hacía sentir… otra cosa. Algo que no podía nombrar, algo que no nombraría.
No habían estado hablando de nada en particular – y no hablando por largos periodos – toda la tarde y Kurt se sentía relajado y cálido, cómodo con el mundo de una manera que no siempre sentía. Apenas se movió de su posición bajo el sol cuando Sebastian se desplazó, inclinándose sobre la cama para llegar a la mesita de noche y sacar algo del cajón. No fue hasta que escuchó el distintivo sonido de un encendedor que Kurt abrió sus ojos.
Levantó la mirada, solo inclinando la cabeza hacía atrás haciendo que todo luciera al revés y vio a Sebastian sosteniendo algo – su mente inmediatamente lo identifico como un cigarro de marihuana – lo coloco en sus labios fruncidos, agitando el encendedor con una mano tratando de tomarlo. Cuando la llama se mantuvo estable levantó el porro, succiono en un flujo constante hasta que el extremo era una brasa cereza brillante con un fino hilo de humo azulado encrespándose en él y cayendo a la nada cerca del techo.
Kurt observó, fascinado por esta imagen de cabeza, mientras Sebastian sostenía la respiración por lo que parecía ser eterno, con el pecho lleno y apretado y sus labios presionados, antes de soltarlo.
Solo había visto a una persona fumar marihuana antes, Puck en la desastrosa fiesta el año pasado, y no lucía para nada así. Puck había estado con su rostro rojo y tenso tratando de mantener el humo en sus pulmones y su exhalación había sido un duro estallido de aire acompañado con algo de tos y ojos llorosos. Sebastian por otro lado, hacía que toda la actuación luciera casi elegante.
Cuando exhalo, el humo parecía curvarse entre sus labios, como si no se atreviera a abandonar el calor y la humedad de su boca. No hubo toses, no hubo lágrimas en los ojos, de hecho Sebastian lucía más relajado que nunca. Estaba inclinado mucho más, con los ojos cerrados con una expresión pacifica en su rostro. Kurt sintió algo agitarse en sus entrañas, protectoramente, dolorosa y creciente.
No se dio cuenta que había estado mirando fijamente hasta que Sebastian abrió los ojos y le arqueó una ceja. Se ruborizó, sus ojos se alejaron en vergüenza de haber sido sorprendido mirando así. Aunque no era la primera vez que sucedía, las miradas, no era algo de lo que por primera vez había sido sorprendido haciendo.
"¿Quieres un poco, tigre?" Sebastian preguntó, arrastrando las palabras con un tono vagamente desafiante.
Kurt sacudió su cabeza rápidamente incluso aunque estaba mirando fijamente de nuevo, fascinado, los ojos muy abiertos.
"No, no gracias. Yo, um – yo nunca… no sé cómo," admitió, ruborizándose aún más y sintiéndose infantil y tonto.
Sebastian no se rio de él como había esperado, no se burló de que Kurt fuera 'puro' o 'tierno'. En vez de eso miró a Kurt evaluándolo, sus ojos verdes se oscurecieron con algo que hizo a Kurt estremecerse y retorcerse.
Sebastian se quedó así cerca de un minuto, tomando otra calada del cigarrillo mientras lo miraba. Era como si estuviera debatiendo algo internamente. Kurt tenía el sentimiento de lo que sea que Sebastian estaba decidiendo había sido una elección que había construido hace un largo tiempo.
Eventualmente los ojos de Sebastian se centraron en el rostro de Kurt, y la intensidad de su mirada fue suficiente como para que su próximo suspiro saliera entrecortado.
"Ven aquí," Sebastian le dijo levantando una mano.
Kurt no dudo.
Se arrastró por el suelo, sintiéndose como si flotara un poco, y luego se encaramó en la cama al lado de Sebastian. Su cabeza se sentía ligera sobre sus hombros, y no estaba seguro si era la sangre en su cabeza por la manera en la que estaba recostado un momento atrás, o el comienzo de algún contacto con el humo del ambiente, o solo el extraño revoloteo en su estómago que siempre aparecía al estar así de cerca.
"No, ven aquí," Sebastian repitió, "más cerca."
Agarró el brazo de Kurt ligeramente, en un gesto como de pregunta. Kurt lo siguió de buena manera, dejándose ser guiado. Se subió en el regazo de Sebastian, presionado muy cerca de él justo encima donde Bas se extendía sobre la cama debajo de él. Era íntimo y cálido, y Kurt nunca se había sentido con más miedo y seguro al mismo tiempo.
La cercanía física no era nueva entre ellos, aunque la posición si lo era. Su amistad siempre había incluido alguna clase de afecto manifiesto, y muchos días juntos terminaban estrechamente pegados uno al lado del otro en la cama mientras se recostaban con sus espaldas observando el techo y tratando de nombrar la tensión entre ellos.
Entonces era extraño, sentir esta familiaridad al tener el cuerpo de Sebastian presionado contra el suyo, y a la vez sentir esta embriagadora sensación ante la novedad de esto.
Ninguno de los dos dijo o hizo nada por un largo momento. Kurt no podía dejar de mirarlo, el rostro de Sebastian estaba tan cerca del suyo ahora, sus mejillas estaban ligeramente sonrojadas, sus brillantes ojos verdes un poco más pequeños y acristalados. Sus labios estaban separados y respiraba superficialmente y rápido y Kurt no podía alejar su mirada de ellos.
Podía sentir las manos de Sebastian, una sosteniendo el humeando cigarrillo cuidadosamente entre sus largos dedos, descansando sobre sus muslos - sus muslos que se posaban tensos sobre el regazo de Sebastian, dejándolo abierto y expuesto, sintiendo como si cada uno de sus nervios estuviera ardiendo más que la brasa del cigarro. Los pulgares de Sebastian dibujaban pequeños círculos sobre él y no podía dejar de mirar.
"Okay," Sebastian dijo finalmente, rompiendo el silencio. Su voz era suave, calmada e íntima. "Dado que nunca has hecho esto, voy a ayudarte ¿okay?"
Kurt asintió, y su voz era entrecortada y alta cuando preguntó "¿Cómo?"
"Va a ser… bueno… como un beso," Sebastian dijo. Sus ojos se posaron en los labios de Kurt, su lengua se asomó para lamer los suyos inconscientemente. "Pero no es real. Voy a tomar una calada, y luego voy a empujar el humo en tu boca. Y tú, bueno tú, solo respiraras, ¿sí? Solo tienes que tomar lo que te doy."
"Okay," Kurt se las arregló para decir, sintiendo como sus mejillas se calentaban con algo que definitivamente ya no era vergüenza.
"Okay," Sebastian respondió, confirmando.
Levantó la mano que no sostenía el cigarro de marihuana hacia el rostro de Kurt, acariciando un momento, dejando que su dedo pulgar acariciara la mejilla de Kurt como si trazara el rubor en ellos. Luego bajo un poco su mano y la avanzó hacia atrás, sus largos dedos se enroscaron en su cabello y se ubicaron en la parte de atrás de su cabeza. Sebastian solo lo sostuvo ahí, su dedo meñique acariciaba suavemente el cuello de Kurt, mientras la otra mano iba a su boca, colocando el cigarro alrededor de sus labios una vez más.
Kurt se dio cuenta que la vista era aún más intoxicante así de cerca. La manera en que los labios de Sebastian se envolvían alrededor del torcido papel, el sutil hundimiento es sus mejillas mientras succionaba. Observó fascinado mientras los ojos de Sebastian se cerraban brevemente, manteniendo sus labios apretados mientras sostenía todo por unos segundos.
Luego sus ojos se abrieron perezosamente y se encontraron con los de Kurt, la mano en la parte posterior de su cabeza presionaba gentilmente y lo atrajo hacía él, acercándolo. Los propios ojos de Kurt se cerraron mientras inclinaba su cabeza automáticamente. Cuando sus labios se encontraron no hubo la sacudida o golpe que había esperado. En vez de eso se sintió natural, familiar y cálido, y todo eso lo asusto más.
Casi olvido el propósito de eso, y sin duda había olvidado por un momento que allá afuera, en el mundo exterior tenía un novio, un novio que claramente no era Sebastian, un novio a quien amaba. Cuando los labios de Sebastian se abrieron bajo los suyos, Kurt abrió su boca por instinto y su lengua se movió gentilmente en anticipación de un beso, pero entonces Sebastian empujó el aire de sus pulmones, cargados de humo y Kurt inhalo automáticamente, y recordó de una sola vez donde estaba y lo que estaba haciendo.
Sus lenguas se encontraron, solo una vez, cerca del final, y ahí-ahí estaba la sacudida que había esperado. Casi dejo salir todo su aliento ante la sensación, ante el crudo poder de un pequeño contacto, pero se las arregló para controlarlo. Presiono firmemente sus labios y se alejó para poder mirar porque repentinamente necesitaba desesperadamente ver la cara de Sebastian, necesitaba ver que no estaba solo en la intensidad de este íntimo momento.
Sebastian le devolvió la mirada, su expresión de anhelo y de tristeza hizo que el corazón de Kurt doliera.
Entonces Kurt exhaló, rápidamente y sin nada de la elegancia que Sebastian había mostrado pero no importaba porque su corazón estaba acelerado y todo era demasiado, demasiado, demasiado. No confiaba en él en ese momento, no sabía qué hacer con la fragilidad de todo.
Entonces Kurt respiró aire limpio, registrando muy poco lo diferente que se sentía, era frio y más profundo del que había tomado de los pulmones de Sebastian. Lo que lo hacía pensar en el hecho de que quizás no se habían besado, pero lo que había hecho era casi más íntimo. Habían compartido aire, aliento, de lo que depende una criatura viviente para sobrevivir.
Todas las inhalaciones y exhalaciones que Kurt había tenido en su vida, de ahora y para siempre no serán completamente suyas. ¿Qué más cerca puedes estar de una persona, cuando tomas vida directamente de ellos, y la compartes con la tuya?
Era demasiado pero no suficiente.
Casi habló pero lo pensó mejor, ¿Qué es lo que diría? En vez de eso alcanzó el cigarro, lo arrancó de los dedos de Sebastian y lo envolvió en los suyos, acercándolo a sus labios temblorosos. Sus ojos nunca abandonaron los de Sebastian mientras exhalaba profundamente.
El ardor del humo en sus pulmones era más fuerte esta vez, directamente de la fuente en vez de ser suavizado por los pulmones, garganta y lengua de Sebastian. Su garganta se sintió en carne viva y cosquilleante, sus pulmones estaban llenos y por un momento tuvo miedo de desmoronarse en tos asfixiante y jadeos buscando aire. Pero entonces la otra mano de Sebastian – la que recientemente había sostenido el cigarro ahora estaba presionado entre el dedo pulgar e índice de Kurt – se movió más arriba de su muslo para posicionarse firme en su cadera. Sosteniéndolo.
Kurt aguantó la respiración.
Cuando fue demasiado, la necesidad de oxigeno prevalecía el equilibrio del momento, Kurt se inclinó sin ser instado esta vez. Presiono sus labios con los de Sebastian, manteniéndolos ahí por unos extra segundos y luego los abrió.
La mano de Sebastian se aferraba firme a él, aflojándola de nuevo cuando su boca se abrió. Kurt exhalo lo más lento que pudo dentro de la boca de Sebastian, empujando su lengua un poco más adelante al final, acariciando valientemente la de Sebastian mientras las últimas volutas de humo se extraían de un pulmón a otro.
No se estaban besando, Kurt pensó. No se estaban besando porque todo esto se trataba del humo, todo era por la marihuana y la experiencia y volarse. No se estaban besando, pensó de nuevo, volviendo su lengua de nuevo a su propia boca. Cuando el humo ya había pasado no había más excusa para seguir presionando y saboreando la boca de Sebastian, porque no se estaban besando.
Sebastian lo estaba mirando fijamente de nuevo, sus ojos entornados y oscuros y llenos de una necesidad que hacía eco en los huesos de Kurt.
Se sintió eterno antes que Sebastian exhaló, soltando un anillo perfecto de humo antes de soplar el resto en un flujo constante. Kurt observó el anillo flotar y ampliarse a medida que se elevaba, atrapada en los rayos del sol que ahora se derramaban más arriba sobre la cama. Lo observó hasta que se extinguió, entonces se volvió y encontró a Sebastian contemplándolo de nuevo.
"Deberías enseñarme a hacer eso," dijo suavemente.
Sebastian le arqueó una ceja, inclinando su boca en una media sonrisa.
"Eso es para una clase avanzada, bebe," dijo, moviendo sus dedos para engancharlos en el cinturón de Kurt, tirándolo un poco, y su pulgar aun acariciando la cadera de Kurt ligeramente.
Kurt quería tanto en ese momento, ni siquiera sabía lo que quería, solo que lo hacía.
"Para la próxima vez entonces," dijo, su voz aún era tranquila. Ambos hablaban en un tono bajo, como si tuvieran miedo de romper el hechizo que había caído en ellos esa tarde.
"Para la próxima vez," Sebastian respondió, como si fuera la respuesta a una pregunta que no se había atrevido a preguntar.
Se miraron por un rato más, ambos absorbiéndose como si nunca hubieran tenido la oportunidad antes de mirarse. Kurt podía sentir el sol en su espalda, a su lado. Podía oler el tenue olor al humo impregnándose en la habitación, aferrándose a su piel, en Sebastian. El aire aún era confuso, lleno de luz dorada, y podía sentir la droga hundirse en el como una manta, haciendo que toda la escena fuera un tanto irreal. Se sentía suave y cálido, y era mucho más placentero que el mareo que había sentido cuando se había emborrachado y había vomitado en la Sra. Pillsbury.
Kurt pensó que era mejor que uno de sus más agradables sueños.
Sebastian volvió a buscar el cigarrillo después de un minuto, y los dedos de Kurt comenzaron a aflojarse a su alrededor, ofreciéndolo. Sebastian sin embargo lo apretó firme contra él, tirando la mano de Kurt hacía su boca. Guio los dedos de Kurt hacía sus labios, tomando una calada del cigarrillo que aun sostenía la mano de Kurt, su propia mano se envolvía en la de él, con sus dedos enredados acariciándose.
Esta vez ninguno de los dos es el que se inclinó cuando llegó el momento de pasar el humo de boca a boca. Esta vez fue una urgencia mutua, sus labios chocaron como una ola golpeando la orilla.
Kurt pudo sentir el labio superior de Sebastian posicionado perfectamente entre el suyo y lo succiono, sintiéndolo completo y suave y justo para él como si estuviera destinado a ser así, desde siempre. Cuando los labios de Sebastian se separaron esta vez fue con un suave gemido, su lengua inmediatamente salió y empujó dentro de la de Kurt. Forzó el humo en la boca de Kurt, pero el aliento era casi una idea de último minuto para enfrentar la fuerza del castigo del que su lengua este acariciando el interior de la boca.
Sebastian besó – no, no besó, no se estaban besando – con avidez esta vez, recorriendo su lengua dentro de la boca de Kurt como si no tuviera suficiente, saboreando su lengua, su suave paleta, detrás de sus dientes. Estaba lamiendo a Kurt incansablemente y Kurt se aferraba a sus hombros, el cigarro caído, olvidado, quemándose contra la colcha que seguro dejara un agujero ennegrecido.
Cuando Sebastian se dé cuanta más tarde no le preocupará.
Kurt olvido que supuestamente debía inhalar primero, estaba arrastrado por el torrente de su propia sangre en sus oídos, en sus venas. Su corazón latía con fuerza y su cabeza daba vueltas. Solo fue cuando los dedos de Sebastian se aferraron casi dolorosamente contra él, haciéndolo jadear y aspirar una gran bocanada de aire lleno de humo, que recordó.
Sostuvo el aliento, y se alejó. Tuvo que hacerlo porque si no lo hacía ya no iban a seguir 'no besándose' y no podía manejar eso. No aun.
Estaba mirando a Sebastian ahora, con los muy abiertos y un poco asustado. Todo se sentía tenso y repentinamente enfocado, agudo de una manera que contrastaba directamente con la pesada liviandad de un momento atrás. Su cerebro estaba aún un poco atontado, sentía como si estuviera tratando de pensar a través de una melaza, pero en vez de estar calmado se sentía un poco en pánico y fuera de control.
Más que nada sentía como si quisiera volver, quería seguir 'no besando' hasta que su cuerpo estuviera zumbando y quemando más fuerte que el humo en sus pulmones. Por la manera en que Sebastian lo estaba mirando, era claro que no era el único que se sentía así.
"Kurt," Sebastian dijo finalmente ahogado, su mano estaba firme donde se encontraba atrapada en el cuello de Kurt. "Kurt,"
Kurt entonces exhaló, duro y rápido, desesperado por tomar aire limpio de vuelta en sus pulmones mientras se forzaba por romper el contacto visual, alejando la mirada.
"Kurt," Sebastian dijo una vez más, lo más cercano a una súplica que jamás Kurt había escuchado de Sebastian, pero no podía. No podía.
"Yo-" comenzó, deteniéndose. Lo intentó de nuevo. "Debo irme."
Se levantando del regazo de Sebastian, sus piernas se sentían flojas e inútiles, todo era liviano y pesado a la vez. Sebastian lo dejó alejarse, no lucho para nada, y Kurt sintió como si se estuviera rompiendo.
"Debo irme," dijo de nuevo cuando estuvo fuera de la cama, de pie a un lado sintiéndose perdido e inestable sobre sus pies.
Las manos de Sebastian habían retrocedido, estaban aferradas en las sabanas a cada lado de él como si tuviera que sostenerse a algo para no tener que aferrarse a Kurt.
"Okay," Sebastian dijo, con la voz un poco rota y exactamente como los sentimientos de Kurt se sentían. "Yo- nos vemos más tarde."
No era una pregunta pero sonaba como una.
"Sí," Kurt dijo, esperando poder calmar algo de la incertidumbre en la voz de Bas.
Odiaba sentirse tan inseguro sobre sí mismo, pero al menos eso era algo de lo que no estaba. Ver a Sebastian de nuevo no era una pregunta. Necesitaba demasiado a Sebastian como para no hacerlo, incluso aunque aún no esté listo para definir esa necesidad con mayor precisión.
"Pronto," añadió, porque sabía que incluso aunque se estaba dirigiendo a la puerta no sería capaz de alejarse mucho tiempo.
"Pronto," confirmó.
Esas palabras sostenían más promesa de la que Kurt quería pensar. De alguna manera 'pronto' repentinamente sonaba como un plazo inminente y se acercaban a él, sin poder o querer reducir la velocidad, quizás ambos.
Kurt no sabía que decir, no había nada más que decir ahora que el hechizo de la tarde se había roto, así que Kurt huyó – lentamente, quizás, saliendo de la habitación callada y sedada de Sebastian – pero estaba huyendo, eso era cierto.
Sabía que probablemente no debería estar conduciendo, dada la manera en que su cabeza no se sentía firmemente atada a su cuello y hombros. Sabía que debería volver adentro y sentarse con Sebastian hasta que esta extraña nueva sensación se difuminara, pero no podía hacerlo – era demasiado peligroso. Mejor probar oportunidades en la carretera.
Aun así se sentó en el asiento por cerca de quince minutos antes de partir, esperando sentirse más firme.
Kurt iba a mitad de camino de su casa y la sensación ya estaba comenzando a desvanecerse (recordaba haber escuchado que la primera vez ni siempre te toma, no siempre dura de la manera que lo hará la próxima vez. La próxima vez.) Cuando cambio de idea sobre querer ir a casa.
Giró en una intersección, acelero un poco tratando de llegar a su destino, repentinamente necesitando estar ahí más que nada en el mundo.
La puerta se abrió rápidamente cuando tocó, como si hubiera estado siendo esperado, y fue recibido con una cálida sonrisa y unas bienvenidas manos.
"Hey," Blaine dijo, "No pensé que iba a verte hoy."
"Si," Kurt respondió, inquieto pero dejándose caer en un abrazo. Se veía firme por fuera aunque por dentro sentía que se estaba rompiendo, "Solo quería verte. Supongo que te extraño."
"Bueno, me alegro que vinieras," Blaine dijo, dando un paso atrás para dejarlo pasar a la casa, "Coop y yo estábamos tratando de decidir qué película ver y ahora que tu estas aquí, será dos contra uno."
Kurt se rio, o intentó hacerlo. No estaba seguro si había tenido éxito, sonaba falso en sus oídos aunque Blaine pareció aceptarlo y sonrió de vuelta.
"Yo también te extrañe," dijo, rozando un beso en la mejilla de Kurt. "Has estado pasando demasiado tiempo con Sebastian últimamente siento que ya he olvidado como luces."
"Lo siento," Kurt murmuró, la culpa se revolvía en sus entrañas aunque el tono de Blaine era cariñoso y nada acusatorio.
"No tienes que disculparte," Blaine le dijo, sonriendo suavemente. "Sé que son amigos."
Kurt hizo un sonido vago, pero si es que Blaine se dio cuenta de la incomodidad de Kurt no lo menciono.
"Vamos," dijo, tirando de nuevo a Kurt para hacer que se mueva hacia la sala de estar, "Si no nos apresuramos Cooper colocara algo sin darnos la oportunidad de elegir."
Kurt se dejó arrastrar en la rutina de saludar a Coop y discutir sobre la película, su conciencia y su mente se estaban reinstalando en él mientras se acurrucaba en el sofá y comenzaba a mirar la película. Cooper solo lo miró extraño una vez, sus ojos barrieron su rostro inquisitivamente. Pero entonces solo sonrió, disparándole a Kurt una guiñó conspirador, y se volvió a enfocar en la película.
Casi se sentía como si toda la tarde hubiera sido un sueño, algo de lo que acaba de despertar y necesita olvidar.
No es hasta que Blaine se inclinó a mitad de la película y susurró "Hueles diferente" (No era una acusación, ni siquiera una pregunta, solo una observación inocente) que la culpa lo volvió a aplastar.
En el fondo de su mente el repiqueteo constante del Pronto, Pronto, Pronto giraba una y otra y otra vez.
Sebastian casi se volvió loco los tres días que le tomo a Kurt llamarlo, después de esa primera vez.
Al principio estaba impaciente, nervioso y saltaba cada vez que el teléfono sonaba, aunque iría al infierno antes de confesarlo.
Pasó todo el primer día esperando una llamada que no llegó, y todo el segundo día convenciéndose que no le importaba si llegaba.
El tercer día solo se lanzó en la cama, tocando el negro agujero en su colcha que le recordaba que esa tarde había sido real.
Cuando el teléfono sonó de nuevo había renunciado a la anticipación, pero su corazón aun dio un salto extra, dando un golpe duro y enfermizo contra su pecho cuando vio el nombre parpadear en la pantalla.
Para cuando contestó estaba escondiendo cualquier rastro de nervios en lo más profundo de él.
"Hey," dijo," ¿Tienes ganas de volarte?"
Kurt tomó un gran respiro antes de tocar la puerta.
Cuando finalmente se había armado de valor para llamar a Sebastian, cediendo ante el dolor de su pecho al extrañarlo, había tenido miedo de que todo iba a sentirse diferente, extraño. Y aunque Sebastian sonaba bien en el teléfono, la familiar broma, el tono casual arrogante en su voz al preguntarle a Kurt si quería volarse, Kurt aún se sentía inestable.
Cuando Sebastian abrió la puerta sonriendo un poco de esas preocupaciones desapareció.
Más tarde, cuando estaban recostados en el piso de la habitación de Sebastian revisando revistas (Kurt Vogue, y Sebastian Rolling Stone) Kurt se preguntó porque pensó que no volverían a ser lo que siempre habían sido. Era intensamente reconfortante, darse cuenta que no importaba que más podría cambiar, aún seguían siendo capaces de esto - de esta simple amistad, de estar juntos.
Kurt casi se había olvidado la proposición de Sebastian cuando el otro chico se giró y se levantó, moviéndose hacía la mesita de noche. El corazón de Kurt dio un fuerte golpe, latiendo el doble cuando se levantó, sin moverse inmediatamente a la cama.
Estaba debatiendo consigo mismo, tratando de convencerse de que debía decir que no esta vez, cuando Sebastian se sentó en la cama con una pequeña bandeja en su regazo. La curiosidad de Kurt ganó y se encaramó en el colchón para poder ver mejor que era lo que Sebastian estaba haciendo.
Esparcidos en la bandeja había unos brotes verdes de marihuana y unos papelillos. Kurt se encontró de nuevo fascinado, observando como Sebastian esparcía los brotes con las yemas en pequeños trozos, presionándolos en una línea en el centro del papelillo. Sus largos dedos maniobraban ágilmente, girando el papelillo con sus prácticos dedos, haciéndolo parecer todo fácil.
Cuando Sebastian lo levantó a su boca, lamiendo el borde antes de volver a hacerlo girar aún más firme, el aliento de Kurt se atoró en su garganta. Bas torció los extremos, y luego coloco el porro rápidamente entre sus labios como si estuviera sellándolo. Kurt estaba bastante seguro que apenas pestañeaba, mirando fijamente donde la lengua de Sebastian había pasado, pero no podía preocuparse en esos momentos.
Finalmente para alejar su mirada de la boca de Sebastian, la levantó para encontrarse con el chico sonriéndole.
Se sonrojo, odiando a su pálida piel por la incapacidad de esconder la vergüenza, pero Sebastian no le dijo nada, aunque su sonrisa creció aún más.
"¿Quieres ir primero?" preguntó, ofreciendo el porro a Kurt quien estaba sacudiendo su cabeza.
La sonrisa de Sebastian se desvaneció un poco ante eso, y lucía un poco inseguro.
"Tú, um- ¿Quieres que empiece yo?"
Kurt quería decir que no, quería decirle a Sebastian que no había ´primero´ porque él no fumaría. Pero como dicen, el camino hacía el infierno esta pavimentado de buenas intenciones.
En vez de eso dijo, "No. Quiero- quiero shotgun."
Sebastian lo miró con una sorpresa pintada en su rostro, aunque si era por el hecho de conocer ese término o por pedirle repetir la experiencia, Kurt nunca lo supo. Se miraron fijamente por unos segundos que se sintieron como una eternidad, pero luego Bas sonrió de nuevo.
"Si, okay," dijo, "Podemos hacer eso."
Kurt se movió un poco más cerca, repentinamente sintiéndose inseguro y torpe. Se arrodilló al lado de Sebastian en la cama, esperando nuevas instrucciones. La sonrisa de Sebastian se suavizo solo un poco, y acercó a Kurt.
"Vamos, como el otro día," dijo.
Kurt no necesito más estimulo que eso, balanceó una pierna sobre Sebastian y se sentó en su regazo. La posición era un poco más diferente que la última vez, Sebastian estaba sentado más verticalmente, con su espalda apoyada contra la cabecera en vez de estar reclinado contra los cojines como la última vez. Casi los dejaba frente a frente, Kurt solo tenía que inclinarse un poco para ver directamente a los ojos de Sebastian.
Sebastian pego el porro entre sus labios, moviéndose a un lado para conseguir un encendedor, aunque sus ojos nunca abandonaron los de Kurt. Le dio un giro rápido a la rueda y la llama apareció, brillante y caliente. Kurt observó con la misma muda fascinación que lo había acompañado en casi todas sus aventuras ilícitas mientras Sebastian lo levantaba a la punta del cigarrillo y aspiraba.
Cuando el fuego tomo el papel, con un rápido toque de calor, y Sebastian había soplado la primera bocanada de humo, volvió a colocarlo en su boca y lo abrazo entre sus labios. Sus manos, ahora libres, se apoyaron en los lados de Kurt, subiendo un bajando un momento antes de posicionarse firmes sobre su cintura. Acercó a Kurt un poco más, haciendo que sus caderas se alinearan y Kurt se sintió casi desnudo ante la intimidad de todo aunque estuvieran completamente vestidos.
Sebastian presiono, de una sola vez y luego una mano tomo de nuevo el cigarrillo, alejándolo después de haber inhalado profundamente.
Kurt estaba mirando la boca de Sebastian de nuevo, sabiendo que lo estaba haciendo pero no le importaba porque aunque no había tenido una calada ya se sentía ligero en anticipación. Los labios de Sebastian se elevaron en una sonrisa incluso aunque aún estaban firmemente presionado, y sus ojos bailaban por el rostro de Kurt como si supiera que Kurt estaba esperándolo, y estaba disfrutando haciéndolo esperar.
Aunque finalmente incluso Sebastian necesitaba respirar, y se inclinó lentamente, más lentamente que la última vez como si le estuviera dando a Kurt la oportunidad de retirarse. Se detuvo cuando su boca estaba a un escaso centímetro de la de Kurt y se mantuvo ahí. Kurt se dio cuenta que estaba esperando que Kurt viniera hacia él.
Kurt no lo hizo esperar.
Se inclinó solo un poco y sus labios se rozaron, suavemente el uno contra el otro. Luego presiono un poco más firme, dejando que su boca se sellara contra la de Sebastian. Sebastian se abrió debajo de él lentamente (todo era tan lento esta vez, intenso y distinto) y los propios labios de Kurt se abrieron con avidez antes que Sebastian incluso comenzara a exhalar.
La corriente de humo que Kurt inhaló esta vez era casi una idea de último minuto después del beso – era definitivamente un beso, no podía ser nada más que un beso con la manera en que sus labios y lengua trabajaban juntos – pero Kurt aun así succiono y lo sostuvo incluso aunque su boca trabajaba fervientemente contra la de Sebastian.
Después de todo, el humo era la única cosa en su mente que excusaba esto, que lo hacía de alguna manera correcto. Incluso si ahora definitivamente no era 'no besarse', Kurt se justificaba a sí mismo. Aún era por algo más además de KurtYSebastian, porque no existía KurtYSebastian. Solo era la marihuana y drogarse juntos, lo otro que sucediera no contaba mientras hubiera eso.
Kurt sostuvo la calada en sus pulmones por el máximo que pudo, luchando con la urgencia de toser y distraerse del beso. Cuando finalmente tuvo que exhalar ni siquiera fue capaz de alejarse por esos segundos, así que dejó que el humo se fuera en contra la boca de Sebastian. Se arremolino, mezclo y desvaneció entre ellos mientras sus bocas seguían encontrándose en un deslizamiento de presión, humedad y calor que hacía a los pies de Kurt curvarse contra la colcha.
Comenzó a sentir que flotaba un poco después de un minuto, los efectos de la marihuana eran más rápidos y pesados que la vez pasada. Cuando se alejó vio que los ojos de Sebastian lucían un poco vidriosos también, colocándose un poco rojo en los bordes. Se rio ante la imagen incluso aunque no sabía que eso era divertido.
Sebastian sonrió de vuelta, una sonrisa floja y enorme y entonces se estaba riendo también. Se controló antes que Kurt, acercando el cigarrillo a sus labios de nuevo para respirarlo profundamente y sostenerlo. Cuando su lengua salió para humedecer sus labios, incluso mientras sostenía el humo en sus pulmones, la risa de Kurt se paró.
Kurt se mordió su labio, succionándolo dentro de su boca mientras miraba fijamente el labio brillante de Sebastian, húmedo, grueso y tentador. Luego lo estaba presionando antes que Sebastian pudiera moverse, prácticamente succionando el aire de la boca de Sebastian en la suya, tragándose el dulce olor a marihuana y el humo dentro de su boca con pequeños gemidos de necesidad.
Cuando Sebastian se alejó un poco, coloco una mano sobre la boca de Kurt, atrapando su nariz también, Kurt hizo un sonido de pregunta en su garganta.
"Tienes que sostenerlo, bebe," Sebastian murmuró, dejando caer su mano cuando Kurt se calmó un poco debajo de ella. "Estoy a favor de los besos, créeme, pero si de verdad quieres drogarte tienes que sostenerlo un poco más."
Kurt asintió, se mordió el labio otra vez mientras se forzaba a sostener la respiración cuando todo lo que de verdad quería era soltarlo contra la piel de Sebastian.
Finalmente Sebastian asintió, y sopló en un flujo constante, el blanco intenso del humo disminuido a un gris brumoso por el tiempo pasado en sus pulmones. Kurt casi se distrajo de nuevo, observándolo esparcirse y desaparecer en la nada, pero la mano de Sebastian en su mandíbula atrajo su atención de nuevo.
Bas estaba presionando el cigarrillo contra su boca esta vez, sus dedos presionaban los labios de Kurt, la sensación era mucho más intensa y también vagamente acolchado de una manera completamente nueva. Kurt podía sentir el papel doblado contra sus labios, abriéndose alrededor de ellos automáticamente. Era extraño pero de alguna manera se sentía casi tan íntimo tomar la calada así, desde los dedos de Sebastian, como lo era desde sus labios.
Aspiró profundamente, y estaba tosiendo y escupiendo antes de poder evitarlo, el ardor directo era mucho más fuerte de lo que había esperado. Colapsó contra el pecho de Sebastian, recostándose en él tosiendo violentamente por un momento mientras Sebastian fritaba círculos contra su espalda.
"Solo respira, Kurt," dijo, "Suave y lentamente, lo más constante que puedas. Eso es."
Lentamente la respiración de Kurt se calmó, aunque su cabeza aún se sentía liviana y espaciosa sin saber si era por haber tosido tanto o por la marihuana. Cuando no se desvaneció el efecto después de un minuto, se dio cuenta a través de su languidez que estaba muy drogado.
Sebastian se rio de él, sonriendo a Kurt quien debía estar con los ojos muy abiertos y aturdidos observando la nada. Luego volvió a colocar a Kurt sobre su regazo, levantando sus rodillas contra la espalda de Kurt para soportarlo y apoyarlo en ellas. Kurt sintió un tirón bajo en su estómago cuando el movimiento causo que su trasero se deslizara sobre la entrepierna de Sebastian y pudo sentir que Sebastian estaba medio duro bajo él.
Aunque Sebastian no hizo nada al respecto, no se movió ni se arqueo contra él, solo dejo que sus ojos se cerraran y respiro profundamente antes de forzarse a abrirlos de nuevo. Acercó un brazo a la mesilla de noche, con un brazo alrededor de la cintura de Kurt para mantenerlo firme y quieto, y volvió con una vaso de agua en su mano libre. Se la tendió a Kurt, diciéndole que tomara unos pequeños sorbos.
Kurt lo hizo, sosteniendo firme el vaso con ambas manos porque cada musculo de su cuerpo se sentía flojo y tenía miedo de dejarlo caer. Tomo pequeños sorbos, el agua relajó y enfrió su garganta y ayudo a humedecer su boca seca. Sebastian lo observaba, sus ojos vagaban perezosamente a la garganta de Kurt donde veía el movimiento mientras tragaba, levantando el cigarrillo a sus labios mientras observaba y tomaba una larga calada.
Golpeó con un dedo el cigarrillo contra el cenicero que aún descansaba en la cama, coloco ambos a un lado, y luego inclino su boca al cuello de Kurt.
Kurt se sacudió un poco ante el movimiento inesperado, y probablemente hubiera volteado el vaso en sus manos si no fuera porque Sebastian lo estaba agarrado y dejándolo a un lado antes de volver a colocar su boca sobre la piel de Kurt.
Era un sensación extraña, todo era suave casi adormecedor a su alrededor mientras flotaba mezclado con la pesada conciencia de cada parte de su cuerpo que estaba tocando a Sebastian, que Sebastian estaba tocando de él. El roce de unos dientes en lo largo de su garganta suavizado rápidamente por la presión firme y húmeda de la lengua de Sebastian, creo gemidos en él y movimientos presionándose contra el regazo de Sebastian sin pensarlo.
Sebastian estaba vez siguió sus movimientos, deslizando sus caderas para poder rozar su dureza contra el trasero de Kurt dejando escapar un gemido en respuesta. Kurt podía sentir un cosquilleo caliente de humo contra su cuello mientras el sonido liberaba la última calada de los pulmones de Sebastian. La sensación de eso lo hacía temblar de deseo, presionándose otra vez en lentos y perezosos movimientos de sus caderas.
Se dio cuenta que estaba duro en sus pantalones, luchando contra la mezclilla, y no tenía idea de cuando eso había sucedido, solo que así era. Sebastian estaba completamente erecto también ahora, y se sentía enorme presionándose contra el culo de Kurt empujando con insistencia. La mente de Kurt nadaba en el hecho, se sumergía en él, y repentinamente necesitaba mirar.
Se empujó rápidamente hacia atrás con poca coordinación, forzando a las rodillas de Sebastian a caer sobre la cama en un golpe.
"Hey espera, no, vuelve," Sebastian se quejó, tratando de alcanzarlo y tirarlo de nuevo contra él, pero Kurt tenía una misión.
Una vez que se había alejado lo suficiente de los muslos de Sebastian, podía ver claramente el bulto del pene de Sebastian contra la cremallera. Sin pensarlo sus manos se acercaron y una palma moldeó alrededor de la forma mientras la otra trabajaba en el botón de los pantalones de Sebastian. Sebastian se estaba arqueando contra el movimiento, gimiendo de nuevo ante la fricción de Kurt rozando y apretando contra él.
Kurt hurgó el botón por un minuto, sus manos se sentían menos coordinadas que de costumbre, y casi comenzó a reírse de nuevo pero había cosas más importantes en mano (literalmente). Finalmente tuvo que alejar su mano que frotaba el bulto del pene de Bas para ayudar con el botón, y con dos dedos y pulgares finalmente fue capaz de deshacerlo. La cremallera era lo siguiente, deslizándose con mucho menos alboroto, y entonces estaba luchando contra la tela, cansado de ir lento y solo queriendo ser capaz de tocar y sentir y mirar todo lo que quería.
Sebastian se acomodó debajo de él, levantando sus caderas y ayudando a bajar sus pantalones hasta la mitad del muslo. Debajo de ellos estaba usando unos calzoncillos azul claro que se ajustaban como una segunda piel, y la mano de Kurt recorrió el algodón, frotando con el pulgar el punto húmedo de la tela a lo largo de la cabeza del pene de Sebastian donde un poco de semen había empapado.
"Kurt," Sebastian gimió, sus caderas se movían lánguidamente ante el toque. "Mierda, Kurt,"
Kurt podía sentir como su respiración se volvía rápida, casi jadeando mientras sus dedos se deslizaban dentro de la cintura de sus calzoncillos y los bajaba. No llegó muy lejos, pero lo suficiente como para meter su mano bajo las bolas de Sebastian y mostrar la longitud de él.
El pene de Sebastian era largo y grueso, de un rojo oscuro y húmedo en la punta. Sobresalía contra su estómago, moviéndose a ritmo con su respiración apresurada, casi de color purpura cerca de la cabeza. Kurt recorrió exploratoriamente unos dedos sobre él, jadeando un poco con temor cuando Sebastian se empujó contra el toque.
"Mierda, Kurt, dios mío," gimió, una mano enredada en su pelo tiraba como si fuera lo único que lo sostenía a la realidad. Su otra mano tocaba lo que podía alcanzar de los muslos de Kurt,
Entonces Kurt enrosco su mano en toda la erección de Bas, sosteniéndolo en un agarre suelto, y deslizando su mano de arriba abajo como lo hacía a sí mismo en las noches bajo las mantas. Los ruidos que Sebastian hacía eran rotos y cortantes, se oían mudos bajo la sangre latiendo en los oídos de Kurt.
Entonces sintió ser volteado, aterrizando con un sólido golpe chocando su espalda contra el colchón, con las piernas arqueadas y su cabeza girando. Se rio, sintiéndose desorientado, ligero y feliz, sintiendo un tirón en la cadera. Cuando miró a Sebastian vio que le estaba sacando los pantalones y calzoncillos por sus piernas y Kurt rio de nuevo cuando se atascaron en los tobillos haciendo que Sebastian soltara unas groserías.
Finalmente los saco, y se levantó sin mucha estabilidad para sacarse los suyos. También se quitó la camisa, y la risa de Kurt murió en su garganta cuando Sebastian estaba completamente desnudo frente a él.
Sabía que su mirada era enorme y fija, pero no podía evitarlo porque Sebastian era tan hermoso que dolía mirarlo. Sebastian le sonrió, sus ojos estaban inyectados en sangre y nebulosos. Tomó el borde de la camisa de Kurt.
"Sácatela," dijo simplemente, y mientras Kurt luchaba contra la última pieza de ropa entre ellos Sebastian se movió a la mesilla de noche – el misterioso contenedor de todas las cosas buenas – y sacó una pequeña botella de lubricante y un condón del cajón.
Kurt observó los artículos, dejando caer su camisa al borde de la cama. Estaba vagamente consiente que sobrio jamás hubiera tratado su ropa con tan poco cuidado pero definitivamente no estaba sobrio y los artículos en la mano de Sebastian eran más importantes que estarse preocupando por unas arrugas en la seda.
Por segunda vez en esa tarde Sebastian lucía un poco nervioso, levantando el lubricante y el condón.
"Uhm, esto – no saque conclusiones erróneas, ¿cierto?" preguntó, incluso aunque ya estaba cruzando la cama hacia Kurt, con movimientos sueltos y simples. "¿Vamos a hacerlo?"
"Oh si," Kurt dijo, con voz profunda y un poco áspera a causa del dedo y el ardor en su garganta por el humo.
"Si," gimió de nuevo cuando Sebastian se posó sobre él, en caso de que no hubiera sido claro. Realmente quería ser muy claro.
"Bien." Sebastian murmuró contra su boca, sus labios se deslizaban fácilmente.
Sebastian lo estaba distrayendo tanto con los besos, su lengua entraba profundamente en la boca de Kurt para golpear, presionar y saborear, que no se percató cuando la botella de lubricante había sido abierta, no se dio cuenta que Sebastian se había movido hasta que dos dedos húmedos estaban circulando su agujero.
No se había dado cuando que sus muslos se habían abiertos, separándose por instinto para dejar a Sebastian entre ellos. Sebastian estaba mirando donde sus dedos estaban frotando la entrada de Kurt con la boca floja y respirando con dificultad.
"Oh mierda," Sebastian susurró, presionando solo un poco con ambos dedos a la vez, la punta apenas cruzo en anillo de musculo antes de volver a retirarlo. "Estas muy relajado Kurt, déjame entrar así."
Kurt se quejó en voz alta y desesperada, sintiendo como si en otra vida se debería sentir avergonzado ante esa declaración, pero ahora todo lo que podía sentir era un desesperado deseo por ser llenado. Dejó que sus muslos se abrieran aún más, sus músculos se sentían flojos y se doblaban fácilmente.
"Jesús," Sebastian soltó en un suspiro, levantando su mano libre para presionarla contra el muslo de Kurt para intentar abrirlo más. Cuando Kurt lo siguió sin pausa Sebastian gimió de nuevo.
"Mierda, eres tan flexible," dijo, "mírate."
Un Kurt sobrio podría haber hecho una broma sobre Pilates y yoga, o burlarse de las antiguas conquistas de Sebastian de no ser capaz de saber satisfacer. Pero Kurt seguía drogado y se sentía flotar y todo era tan perfecto que solo hizo un sonido de asentimiento, doblando sus rodillas para abrir sus piernas y extenderlas contra el colchón a cada lado, dejándose completamente al descubierto para Sebastian.
Podía sentir su propio duro pene contra su cadera, y aunque se sentía adolorido y caliente de necesidad, la agudeza de su deseo se veía mitigado por el cannabis recorriendo su sistema. Lo que se sentía con más fuerza era la presión de los resbaladizos dedos de Sebastian contra él, y el dolor de ser llenado era más grande que el dolor en su pene.
"Mierdamierdamierda," Sebastian murmuraba, era la única palabra que repetía una y otra vez como si ni siquiera se diera cuenta que la estaba diciendo. Sus ojos se comían a Kurt y esos dos dedos húmedos aún seguían circulando y apenas presionando mientras su mano libre acariciaba los muslos y el vientre de Kurt, rozando su pene brevemente una y otra vez.
Kurt no podía soportar la casi perfección por más tiempo, y comenzó a mover sus caderas en círculos lentos contra la mano de Sebastian. Esos dos dedos juguetones presionaban cada vez más profundo ante el movimiento y gimió fuerte presionándose hacia abajo, en busca de la sensación.
Sebastian no se movía, todo lo que hacía era enfocarse en el trasero de Kurt. Sumergió sus dedos de nuevo, más profundo presionando, sacándolos solo un poco para volver a presionar cada vez más profundo.
Kurt seguía gimiendo y girando sus caderas. Estaba tan enfocado en la perfección de los dedos en su culo, ahora presionando completamente dentro de él, que le tomo varios minutos darse cuenta que estaba hablando, un torrente de palabras y suplicas.
"Mierda, Bas, oh dios, hazlo por favor," gemía, sus caderas se empujaban hacia abajo en duros movimientos tratando de forzar a los dedos de Sebastian a ir más rápido y con más fuerza. "Por favor, cógeme, cógeme, cógeme, cógeme."
Sebastian seguía maldiciendo en voz baja y se acercó para besar a Kurt y callar sus plegarias. Sus dedos seguían moviéndose hacia adentro y afuera más rápidamente ahora, un tercero se les unió con solo otra punzada y una placentera quemazón. Besó descuidamente la boca de Kurt, ninguno de los dos era capaz de mostrar verdadera finesa con la pesadez a causa de la droga y del deseo.
Lamía la boca de Kurt, dentro de ella, su lengua entraba haciendo mímica de esos dedos debajo de él.
"Dios Kurt, tómalo," susurró, volviendo su lengua dentro de su propia boca y mirando entre sus cuerpos donde Kurt se estiraba alrededor de esos dedos enterrados en su interior. "Mira como los tomas."
Kurt se quejó, tratando de hacer girar sus caderas mientras simultáneamente se inclinaba por otro beso. Su boca no encontró la de Sebastian, pero aterrizó en su pecho el cual era un excelente lugar por lo que respectaba a Kurt. Lamió sobre la planicie de sus músculos bajo sus labios, chupó su bronceada piel y enterró sobre ella sus dientes. Cuando Sebastian se desplazó ligeramente, en busca del condón, la boca de Kurt se movió sobre uno de los pezones de Sebastian y lo succionó dentro de su boca con avidez.
La aguda sensación hizo a Sebastian soltar un grito, se pecho se arqueó hacia adelante para presionarse con más fuerza contra la boca de Kurt. Los brazos de Kurt estaba enrollados alrededor de la espalda de Sebastian, recorriendo sus músculos y huesos mientras succionaba el pezón y cada pedazo de piel que alcanzaba.
Sebastian sacó los dedos del trasero de Kurt, y el repentino vacío era demasiado como para que Kurt pudiera soportarlo aunque en su estado relajado apenas podía entender que podía hacer para mejorar eso.
No tuvo que preocuparse sobre el tema por mucho tiempo porque Sebastian se estaba sentando en su talones y desgarrando el pequeño paquete de aluminio, sacando el condón y enrollándolo en su pene con facilidad. Cuando levantó la mirada y se encontró con los ojos de Kurt, su propia mirada era pesada y deseosa.
"¿Vamos – podemos… dios, vamos a hacerlo, okay?" dijo, tropezando con sus palabras y preguntas antes de poder soltarlo.
Kurt asintió frenéticamente, sus propios brazos se enlazaron en sus muslos – extendiéndose aún más para abrirse mientras se espalda se inclinaba en invitación.
"Mierda," Sebastian maldijo una vez más ante la visión, "Vas a matarme, bebe."
Kurt gimió y se arqueó de nuevo, y la boca de Sebastian repentinamente se secó mucho más que con cualquier humo que haya consumido.
Se deslizó hacia adelante entre el espacio de los caprichosos muslos de Kurt, recostando su pecho contra el de él, con sus brazos sosteniendo la cabeza de Kurt. Una mano se escabulló hacia abajo para afirmar su pene, alineándolo contra la entrada de Kurt y sosteniéndolo ahí mientras comenzaba a presionar.
Kurt se quejó de nuevo, empujándose contra la presión que lo estaba llenando como si estuviera desesperadamente necesitado. Sus ojos se cerraron mientras el placer caía sobre él, pero la voz de Sebastian rompió su bruma para traerlo de vuelta.
"No, mírame." Le murmuró desesperadamente, y Kurt abrió sus ojos otra vez para encontrar a Sebastian observándolo con anhelo y necesidad en su mirada incluso mientras continuaba lentamente e implacablemente empujándose dentro de Kurt.
"Por favor, bebe, mírame. Quiero ver tus ojos cuando este dentro de ti."
Kurt gimió, parpadeo pesadamente, queriendo desesperadamente dejar a sus parpados cerrarse y flotar lejos en la sensación que se agitaba dentro de él, pero no podía ignorar esa voz.
"Mírame," Sebastian dijo de nuevo y Kurt lo hizo.
Sus miradas seguían enlazadas, intensas y conectadas, hasta que Sebastian entro completamente en él, su cadera presionaba contra el trasero de Kurt firme. Kurt nunca se había sentido tan perfectamente llenado antes y parte de él quería quedarse así, saboreando el sentimiento, pero no era suficiente.
"Muévete," susurró con voz ronca, levantando sus caderas un poco más para que Sebastian pudiera entrar un poco más profundo, "Por favor, muévete."
Sebastian cumplió, sus caderas se echaron para atrás y luego hacia adelante, sus ojos nunca dejaron los de Kurt. Eso era exactamente lo que Kurt quería, la cálida y rápida presión – aun extendiendo casi demasiado – y gimió y levantó sus caderas para alentar el movimiento.
Pronto se estaban moviendo juntos en un continuo giro de caderas y tensos muslos, Sebastian estaba entrando en Kurt casi lánguidamente al principio, lenta y profundamente se arrastraba dentro de él y lo hacía sentir como si fuera a llorar por la intensidad de todo. La droga aún divagaba en su mente y su cuerpo haciéndolo sentir suelto y abierto, haciendo que todo se sintiera intenso y como un sueño.
Después de lo que podían haber sido minutos, podían haber sido días por lo que Kurt podía decir entre la neblina del placer en su mente, las embestidas de Sebastian comenzaron a aumentar velocidad, sus propios ojos se cerraban por un segundo cada vez. Kurt podía ver sudor a lo largo de la frente de Sebastian entonces recorrió sus dedos gentilmente a través de su desordenado pelo, suave bajo sus manos. La cabeza de Sebastian se inclinó contra la palma de Kurt presionándose en el toque, un movimiento que era tierno contra el contrapunto de las embestidas que ahora eran casi violentas contra el culo de Kurt.
Kurt se arqueó hacia arriba, para alinear el pene de Sebastian perfectamente dentro de él arrastrándolo a ese encantador lugar una y otra vez. Sus dedos se aferraron al pelo de Bas, su otra mano escarbaba la espalda de Sebastian y con una embestida final Sebastian profundamente dentro de él, su pene pulsante se vino casi en silencio.
Presiono su frente pesadamente en el hombro de Kurt mientras se venía, respirando jadeante. Mantuvo sus caderas presionando, su pene aun no comenzaba a colocarse blando, y presionó profunda y perfectamente mientras movía un brazo entre ellos para tomar el pene de Kurt que aún seguía duro.
Kurt se sobresaltó ante el movimiento, la perfección de tener a Sebastian dentro de él lo hizo olvidar momentáneamente su propia erección y necesidad de venirse. Pronto se encontró moviéndose a ritmo con la mano de Sebastian, empujándose en el cálido canal de la mano de Sebastian y luego hacia abajo contra el ya más blando pene de Sebastian.
Su orgasmo se construyó casi lánguidamente, pero lo golpeó repentinamente antes de esperarlo. Grito mientras se derramaba en el puño de Sebastian, sus caderas aún se movían en pequeños círculos que no podía detener, incluso cuando se sentía sobre estimulado y en carne viva.
Sebastian alejó su mano antes de que sea demasiado, su ahora suave pene salió completamente de Kurt, y presiono pequeños besos su rostro mientras este se desplomaba.
"Hermoso," murmuraba. "Totalmente maravilloso, Kurt."
Kurt murmurada en respuesta, no palabras reales solo sonidos sin sentido de aprobación y elogios mutuos. Besó en respuesta cuando podía, pequeñas y suaves presiones de su boca en los labios de Sebastian, mejillas y barbilla. Todo se sentía saciado y pesado, sentía como si pudiera dormir por una semana mientras no tuviera que moverse un centímetro para hacerlo.
Sebastian se alejó después de unos minutos, el aire frio recorrió el cuerpo de Kurt repentinamente expuesto, y se quejó y buscó a Sebastian incluso con sus ojos cerrados.
"Shhh, bebe, solo un segundo," Sebastian murmuro, y Kurt se dejó ir a la deriva.
Sintió el roce de un paño húmedo y caliente sobre su vientre un momento después, y luego el arrastre de unas sábanas antes que el cuerpo de Sebastian se deslizara a su lado. Fuertes brazos lo arrastraron más cerca, alrededor de él acunándolo a salvo, arropándolo en calor contra su musculoso torso y largas piernas enredadas en las suyas. Sintió a Sebastian cubrir a ambos con las matas, metiéndolos en ellas y se sentía cubierto, cálido y saciado, y aun un poco drogado.
Murmuro un gracias con un beso en sus labios lo mejor que pudo y durmió.
Kurt despertó más tarde, y no sabía cuánto había pasado desde que se había quedado dormido. Solo sabía que la habitación estaba oscura y se sentía lucido de nuevo. Sebastian aún estaba enredado alrededor de él mientras dormía, sus labios abiertos y respirando suavemente por su boca. Kurt se desenredo, luchando con el creciente pánico y la culpa interior, y se movió temblorosamente alrededor de la habitación en la búsqueda de su ropa y vistiéndose lo más silenciosamente posible.
Llegó a la puerta, con los zapatos en la mano y estaba a punto de hacer su escapada cuando Sebastian se movió, volviéndose hacia él.
"Kurt," dijo, con la voz aturdida y espesa por el sueño.
"Shh, vuelve a dormir Bas," Kurt susurró, tratando de esconder el temblor en su voz.
"Ven aquí," Sebastian murmuró, "Vuelve a la cama bebe."
Kurt negó con la cabeza, no puedo. No puedo.
"Tengo que irme," dijo suavemente, avanzando hacia atrás. "Tengo que ir a casa."
Sebastian pareció despertar un poco más ante eso, recorrió su mano por su cara mientras se sentaba en la cama. Las sabanas se posaron en sus caderas y los ojos de Kurt no pudieron evitarlo pero siguieron mirando. Un golpe de culpa volvió.
"Tengo que irme." Repitió.
"Está bien." Sebastian dijo, aunque sus ojos estaban oscuros de nuevo con una emoción sin nombre. "¿Cuándo volverás?"
Cualquier otro día la respuesta hubiera sido simple, algo como 'tan pronto como despierte' o 'más tarde, tengo que almorzar con Blaine primero' o una del millón de respuestas.
"Pronto," Kurt dijo. La culpa en sus entrañas resurgió, porque sabía que era verdad.
"Está bien," Sebastian dijo de nuevo. Se miraron por unos segundos, ambos inseguros de una manera que nunca se había sentido entre ellos, incluso antes de ser amigos.
Kurt sonrió brevemente, lo mejor que pudo, y se marchó.
Todo el viaje a casa intento consolarse con la mentira de que solo era la marihuana, que era solo algo que hicieron mientras estaban drogados así que no contaba, no realmente.
Para cuando se estaba estacionando en la entrada estaba casi convencido de ello y aferrándose desesperadamente a la idea como a una balsa salvavidas en su mar de emociones.
Mientras sea algo que solo hacen mientras están drogados, no cuenta como engaño.
Era una lógica defectuosa, una mentira que inventó para creérsela, mientras buscaba su teléfono y escribía un mensaje antes de dormirse.
Para Sebastian:
Volveré mañana en la noche después de mi cita con Blaine. Fumaremos de nuevo, ¿okay?
Horas más tarde, cuando Kurt seguía aún dormido, su teléfono vibró con la llegada de una respuesta.
Para Kurt:
Claro bebe. Lo que sea que necesites.
