Disclaimer: Obviamente (y por desgracia) a mí no se me ocurrió el concepto del maravilloso mundo de Harry Potter sino a Rowling, y no conforme con ello decidí hacer otro fic, sin embargo esta vez reniego de la desaparición de Sirius Black y escribo sobre él.
ARRÁNCAME LA VIDA
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De Añoranzas y Pesares
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La gente corría agitada tratando de evadir los innumerables hechizos que surcaban el aire, los que eran aurores atacaban con todo a la horda de encapuchados que se abría paso violentamente en el Ministerio, matando a todos sin compasión.
Tres amigos se encontraban entre las filas de los aurores cubriéndose mutuamente las espaldas, uno de ellos era un joven pelirrojo de estatura considerable, con un cuerpo atlético cubierto por su túnica rojiza, su rostro pecoso había perdido la inocencia anterior y expresaba un frío temor como aquellos condenados a muerte... Otra era una joven de rizos castaños y ojos color ámbar que mostraba una complexión delgada pero vigorosa, enfundada también en la túnica roja, su semblante era de concentración total procurando enviar los hechizos adecuados, pero había algo más, un aire de tristeza la envolvía, sabía que debían llegar a ese punto en la guerra y su amigo moreno moriría o mataría….El último era un ojiverde de lentes redondos con una cabellera negra azabache, también alto y musculoso debido al entrenamiento al que él mismo se había sometido desde su séptimo año en Hogwarts, al cual finalmente volvió sin detener la búsqueda de los horcruxes, ahora, 3 años después, no quedaba ninguno y era hora de acabar con todo, su cara expresaba coraje y odio, aún más cuando entre la multitud distinguió el rostro blanquecino de su peor enemigo, inmediatamente se tensó enterando a sus dos amigos de su hallazgo.
- Aquí no Harry, hay demasiada gente- razonó su amiga sin bajar la guardia, provocando que el aludido le dirigiese una rápida mirada para luego asentir.
- ¿Vamos al lugar?- musitó su amigo pecoso.
- Sí Ron, vamos allá- dijo el moreno acercándose a ellos para correr hacia el Departamento de Misterios procurando ser visto por Voldemort. Legaron al lugar que tan malos recuerdos le traía al joven Potter, hacia ya cuatro años había perdido a su padrino en aquél sitio, en el velo…aún no superaba el no verle nunca más, todo por culpa de Lestrange, pero él ya la había asesinado hacía apenas un año como justa venganza, ahora solo faltaba su némesis para cumplir su cometido.
Las castaña observó la expresión de su amigo ojiverde, descubriendo tristeza mezclada con odio en ella, lo comprendía, desde aquél día del 'acontecimiento', como preferían llamarlo, él no había puesto un pie ahí, pero ella propuso que ese sería el lugar ideal para la batalla final, puesto que en dado caso tratarían de tirar a Voldemort por el velo si Harry no…bueno no pensaría en eso, de cualquier manera mejor ir preparados.
El pelirrojo también distinguió la expresión de su amigo, compartiendo su pena, él jamás lo dejaría solo, lo acompañaría hasta la muerte, ahora mismo se dirigían a la sala del velo donde su amiga aconsejó ir, aunque él sabía las ventajas también sabía que ellos mismos corrían el peligro de caer en él…pero no importaba, había perdido ya a dos de sus hermanos en la guerra, primero Ginny con un ataque a Hogwarts y a Percy que salvó la vida de su madre ante un avada…ya quería que todo terminara para tratar de curar poco a poco las heridas de su corazón.
Cuando estuvieron frente al velo, pararon pensativos hasta que escucharon un chasquido tras de ellos obligándolos a ponerse en guardia, listo para enfrentar su destino, para dar su vida o dar muerte, para salvar al mundo mágico o destruir su última esperanza, nada más importaba que acabar con el mago oscuro, nada….ni siquiera sus propios temores ni mucho menos sus sentimientos, para este preciso momento se prepararon durante tres años y el elegido lo daría todo.
- Hola niños¿listos para morir?- inquirió una siseante voz llena de desprecio, esa era la voz de Lord Voldemort, erguido frente a los jóvenes magos con suprema arrogancia, portando su túnica negra y en la mano su varita blanca, ahora estaba nuevamente en su apogeo, ya habían cerrado Hogwarts, el mundo mágico temblaba a su paso, estaban tomando el Ministerio y él cumpliría su objetivo de una vez por todas, asesinar a Harry Potter.
- Después de ustedes- retó el joven de la cicatriz en forma de rayo que selló su destino, con una mirada decidida.
- Insolente- escupió otra figura que estaba a la derecha de su Señor, un hombre de largo cabello rubio-platinado con la mirada acerada nula de sentimientos, llevaba una gastada capa negra que en algún pasado fue de la más fina calidad, sostenía su varita con la elegancia característica de su persona, no podía ser otro que Lucius Malfoy.
- Vaya, no creí que para enfrentar a tres "niños" necesitaras refuerzos- se mofó la joven castaña tratando de aparentar una seguridad que no tenía.
- Cierra tu apestosa boca, asquerosa sangre sucia- calló otra figura de capa negra parada al otro lado de su amo, era un joven también de cabello rubio-platinado pero mucho más corto, que la miró con sus ojos grises llenos de odio. Desde aquella vez a finales de su sexto curso, Draco Malfoy fue obligado a unirse a los mortífagos pero falló en su primera misión, no obstante el objetivo fue cumplido y gracias a eso no lo mataron, sin embargo ya no pudo retornar a su colegio convirtiéndose en un prófugo de la justicia, desde entonces su padre se había encargado de su educación para ser una máquina sin piedad, llena de odio y leal a su Señor, había sido tal su éxito que un día le ordenó liquidar a Severus Snape porque, según él, mantenía fresca su deshonra, así lo hizo son el más mínimo miramiento, ahora le joven se transformó en uno de los mortífagos más importantes reemplazando a la fallecida Bellatrix, por eso estaba ahí, frente a Potter y compañía, para ayudar a su amo a alcanzar su gloria y presenciar el fin de la esperanza.
- Tu cállate hurón repugnante- intervino el pelirrojo- A estas alturas pensé que estarías muerto o huyendo como el cobarde que eres- dijo, pero lo único que obtuvo como respuesta fue una sonrisa retorcida por parte del ojigris, calándole los huesos.
- No pierdan tiempo discutiendo, mejor empecemos la pelea- ordenó el Lord sonriente, de inmediato los rubios se colocaron frente a su oponentes- No olviden la caravana- indicó el hombre inclinándose con burla frente al joven moreno que no se molestó en corresponder.
- Inclínate pobretón- escupió Draco a su oponente sin siquiera moverse.
- Primero muerto hurón- retó Ron dispuesto a ganar.
- Será como gustes Weasley- sonrió con malicia.
- Es una pena que deba ensuciar mi varita contigo sangre sucia- dijo Lucius con fingida tristeza.
- No te angusties Malfoy, te acabaré antes de que lo hagas- sonrió Hermione haciéndole una graciosa caravana en forma burlesca, lo que puso furioso al hombre.
- Varitas arriba- siguió el Lord a lo que todos levantaron su arma- Empieza!- y la batalla comenzó, los rayos de los hechizos volaban en muchas direcciones, cada pareja corría por toda la sala procurando mantenerse lejos del velo por precaución, cada uno estaba inmerso en su duelo, luchando por su propia vida ya que, estaban seguros, no todos saldrían del lugar al final, mas nadie quería representar ese papel. En el lugar solo se escuchaban los conjuros pronunciados y para algunos los susurros de los muertos, pero nada más, la lucha exterior les era ajena en esos momentos ya que todo dependía del resultado de esta, en la que participaban.
Harry pensaba solamente en matar al hombre que tenía frente a sí, buscaba la oportunidad de lanzarle un Avada en un descuido o hacer una conexión del priori incantatem, pero era imposible, Voldemort no se lo permitía, sabía que mejoró considerablemente desde su último enfrentamiento en Hogwarts cuando ese ser asesinó a la mujer que quería, no se lo había perdonado aún, si tan solo hubiese sido más fuerte…pero ya no podía revivirla, tan solo vengarla con ayuda de sus inseparable amigos que ahora luchaban a su lado, al principio no quiso involucrarlos pero fueron tan tercos que finalmente accedió, después de todo habían sido sus pilares durante esta maldita guerra. Echó una rápida mirada a su mejor amiga, sabía que era lo suficientemente capaz de ganarle a ese hombre rubio, sin embargo le preocupaba su seguridad. En esa distracción de milésimas de segundo, un hechizo lo derribó bruscamente.
- No te distraigas Potter- rió el Señor Tenebroso- Un parpadeo de más puede costarte la vida- declaró dándole tiempo para incorporarse, estaba muy confiado.
- No te preocupes, no pienso morir sin antes matarte Voldemort- contestó el joven reprendiéndose mentalmente su descuido, decidiendo confiar en su amiga.
- Eres un engreído- escupió el Lord- A mí nadie me matará, soy inmortal!- afirmó arrogantemente.
- Eras…- musitó el ojiverde continuando con el duelo con nuevas fuerzas, ahora sabía que el monstruo no se había percatado de la destrucción de sus horcruxes, eso le daba una ventaja enorme.
Por otro lado el pelirrojo esquivaba con cierta dificultad los ataques del rubio, al principio se confió pensando que era el mismo slytherin mimando y bravucón, pero ahora se reprochaba eso pues su contrincante resultó ser un excelente duelista, apenas podía seguir su ritmo pero no flaquearía, debía vivir para ayudar a su mejor amigo, debía aguantar a pesar del miedo que aprensaba su corazón, temor de no volver a ver a sus seres queridos, rogaba que todos estuviesen con vida. Se tiró al suelo sorteando un rayo escarlata que casi le pega, se apresuró a restablecer su posición de ataque.
- Te dije que lamerías el suelo comadreja- dijo el rubio triunfante.
- Cállate mortífago!- se enfureció el pecoso iniciando su oleada de ataques, siempre lo regañaban por ser tan impulsivo, en especial su mejor amiga, pero no podía evitarlo cuando toda su sangre se concentraba en su cabeza en un acceso de furia, sin embargo aumentaba su adrenalina y aprovecharía eso para acabar con el otro, si no era con el cerebro, lo haría con la fuerza bruta, le asestó un puñetazo al estómago.
Mientras tanto la única mujer de la sala luchaba incansablemente contra el patriarca Malfoy, era claro que el hombre era más experimentado y su extrema frialdad lo hacía más ágil pero la castaña conocía muchos más hechizos, era más joven y más astuta, además a ella no la movía el odio ni el miedo, si no el amor, ella peleaba para ayudar a sus seres queridos, como sus padres que ahora estaban en un refugio vigilado por la Orden, sus amigos que siempre veían a ella a la voz de la razón, por todas las personas que merecían vivir en un mundo mejor, sí ese era su móvil…uno de sus rayos lastimó al otro en su brazo izquierdo sacándole una maldición.
- Cómo te atreves sangre sucia inmunda!- espetó el ojigris mirándola con asco.
- Ups, lo lamento- fingió arrepentimiento- La otra sí te dará en el corazón- esbozó una sonrisa burlona pero de pronto puso una expresión inocente agregando- Lo siento de nuevo, olvidé que los mortífagos como tú no tienen corazón- el rubio enfureció atacando de nueva cuenta sin piedad.
Harry derribó a Voldemort finalmente encontrando la oportunidad para terminarlo de una vez por todas, lo apuntó directo al pecho preparando la maldición asesina pero algo inmenso rodeó sus pies provocando su caída, era Nagini…Voldemort sonrió complacido tomando su tiempo para incorporarse y tomar su varita mientras su fiel mascota apresaba a su enemigo. El ojiverde estaba desesperado tratando de quitarse al reptil pero cuando el animal lo enrolló más, inmovilizó la mano donde portaba su varita, dirigió al hombre una mirada pensando que era su fin…pero repentinamente una luz verdosa impactó a la serpiente dejándola inmediatamente sin vida, identificó a Hermione a lejos apuntando en su dirección, había mandado un perfecto Avada liberando al chico.
- No! Maldita niña!- rugió el Lord con sus orbes rojas furioso- Avada Kedavra!- conjuró hacia su enemigo sin querer perder más tiempo pero el moreno se desprendió del cadáver de la serpiente con rapidez blandiendo su varita.
- Avada Kedavra!- exclamó también al mismo instante sintiendo la conocida conexión entre su varita y la del otro, ambos rayos verdosos chocaron con increíble fuerza.
El pelinegro comprendió que esto era ya decisivo, escuchó la maldición asesina de la voz de su amiga y el ruido de un cuerpo al caer, supo entonces que Lucius Malfoy había muerto, se permitió una sonrisita al pensar en el "magnífico" hombre siendo derrotado por lo que él llamaba alguien inferior…puso más fuerza en su hechizo tratando de hacer retroceder el rayo del otro pero estaba muy cansado, sintió de pronto un calor en su espalda, un calo sumamente reconfortante, reconoció en él una esencia familiar, demasiado…así comprendió que su amiga estaba brindándole poder mágico, restableciendo su energía, aumentó la potencia de la maldición poniendo todo su coraje, todo su ser y con un grito de derrota el Mago Oscuro calló al frío suelo de piedra fulminado, con la expresión propia de la maldición, es decir, de completo terror.
Harry Potter sonrió satisfecho permitiéndose derramar lágrimas de felicidad porque al fin vengó a sus padres, a todos los que perdieron la vida amándolo…finalmente cumplido la profecía y acabó con el estigma que no lo dejaba respirar plenamente, giró para ver a la joven castaña hincada mirándolo con ojos llorosos pero desbordantes de alegría, alivio…iba a abrazarla cuando escuchó otra voz.
- Noooo!- gritó Draco mirando los cuerpos de su padre y amo tendidos en el suelo sin vida, estaba furioso, no pudo deshacerse del Weasley para ayudarles, no pudo…miró con ira al pelirrojo golpeándolo en el rostro sorpresivamente pues el imbécil había dejado de atacarlo para alabar al estúpido de Potter, lo derribó apuntando al morocho desprevenido- Te voy a matar!- gritó preparando su hechizo rápidamente- Avada Kedavra!- soltó.
- Expelliarmus!- gritó al tiempo otra voz dándole primero al ojiverde para así apartarlo del trayecto de la maldición.
Harry sintió el impulso del hechizo mandándolo a volar unos metros golpeándose con una pared, se levantó observando que su amiga lo había vuelto a salvar, se preparó para acabar con el último de los Malfoy, pero algo inesperado provocó que su corazón dejara de latir unos eternos segundos.
El blondo miró cómo su rayo fallaba a causa del otro hechizo, identificó rápidamente al culpable contemplando con los ojos inyectados de sangre a la inmunda de Granger, ahí, a unos metros de él aún con la varita en alto respirando trabajosamente.
- Pagarás por esto maldita!- gritó apuntándola directamente- Crucio!!!- rugió lleno de odio, la maldición surcó velozmente el aire sin darle tiempo de reaccionar, la impacto de lleno y en vez de comenzar a retorcerse en el suelo, fue impulsada hacia atrás por la potencia del rayo, lo que nadie esperaba fue que ella estuviese justo frente al velo…
De un instante a otro los de la Orden del Fénix aparecieron en la sala justo para ver cómo el cuerpo de la joven se adentraba en el velo desapareciendo por completo mientras el moreno se llenaba de cólera al saber que había perdido a su mejor amiga para siempre.
- Avada Kedavra!- exclamó el ojiverde asesinando sin escrúpulos a Draco Malfoy que esbozaba una cínica sonrisa antes de caer sin vida- Hermione!- gritó el joven con desesperación acercándose al velo que ondeaba siniestramente, escuchando el murmullo de voces lejanas.
- No! Hermione!- gritó también el pelirrojo levantándose del suelo con sangre en la cara para alcanzar a su amigo frente al maldito velo, se culpaba por haber caído ante el golpe de Malfoy, por haberse distraído, por no haberlo matado antes…
- Harry- pronuncio la triste voz de Remus Lupin que venía herido pero vivo, se acercó al chico.
- Hermione no me dejes!- gritó sin escuchar más, dispuesto a pasar el velo pero unas manos lo retuvieron.
- No Potter- calmó la triste voz de Minerva tomándolo del hombro- Ella ya se fue- pronunció con pena, llorando mudamente la pérdida de la alumna que era casi como una hija para ella.
- Mentira! Hermione!- llamó una vez más tratado de liberarse, derramando innumerables lágrimas mientras su amigo se derrumbaba a llorar en el suelo sin atreverse a hablar.
- Apártenlo de ahí! –ordenó Moody.
- Suéltenme! Hermione! Hermione!! Hermione!!!- sollozó desesperado siendo apartado del velo que ya se había llevado a dos de sus seres más queridos.
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La chica sintió cómo atravesaba un manto extremadamente suave, sintiendo luego un frío desgarrador, para después abrir los ojos encontrándose con una oscuridad absoluta, no tenía ni idea de dónde estaba, no veía nada, se sentía flotar en medio del vacío, llegó el momento en que se desesperó, no sentía su varita en ningún lado, estaba sola, el silencio era brumador, se revolvió histérica tratando de sentir algo, de avanzar hacia algún lado, pero nada… eso veía nada…en eso estaba, en la nada.
Después de un tiempo incalculable, distinguió una motita de luz que cada vez se hacía más y más grande, la observó atentamente descubriendo la silueta de una persona, más cerca reconoció a un joven hombre de cabello negro ligeramente largo y levemente rizado, con unos ojos grises familiares, cuando lo tuvo a unos cuantos pasos lo reconoció abriendo muy grandes sus ojos miel.
- Sirius?- preguntó sorprendida.
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Bueno hasta aquí llega el primer capítulo del nuevo fic que se me ocurrió!
Me gustó la idea de usar el velo para unir a estos dos personajes, además, como se habrán dado cuenta, eliminé a varios personajes desde ahorita P…bueno espero sus opiniones con REVIEWS!!! Por favoorrrrr, me gustaría saber si la continúo o no… Gracias a los que se tomaron el tiempo de leer esto.
Atte.
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