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- Silencio, silencio, Thomas, toma asiento.
El silencio se hizo presente en el salón de clases.
Bien, sé que no es normal que se integre un alumno nuevo a estas alturas del ciclo escolar- continuó la profesora- así que hagamos que nuestra nueva compañerita se sienta como en su casa.
La profesora camino hacia la puerta.
Vamos linda, entra- dijo con una sonrisa muy tierna para inspirarle confianza a la pequeña que esperaba afuera.
Después de que los demás niños dieron unos cuantos aplausos para que la pequeña se animara a hablar la chica se aclaro un poco la garganta.
Mi nombre es Matsumoto, Akira- dijo la niña de cabello rojo encendido y rasgos asiáticos.
Bienvenida- dijo la profesora- ¿y cómo te gustan que te digan?
Mis amigos me llaman Aky- dijo la niña con una sonrisa.
Bienvenida Aky- dijo la profesora- ¿Por qué no ocupas tu lugar?
Había un lugar desocupado junto a la ventana justo enfrente de la última banca.
Aky se acomodo su mochila y tomó asiento.
Aky… Aky… ¡Aky chan!- dijo una niña haciendo saltar a Aky cuando la pico con los deditos en las costillas.
La pequeña se giro.
Una niña de cabello degrafilado color avellana le sonreía a Aky.
¿Te conozco?- preguntó la pequeña en voz baja a la niña del cabello degrafilado.
La profesora explicaba algo de geografía.
Nop- dijo la otra- pero tu nombre es japonés sino me equivoco y creí que chan sonaría bien.
Aky se sonrió.
¿Cómo te llamas?- preguntó Aky mientras sacaba su lapicera.
Vólkov- dijo la profesora- no distraigas a tu compañera.
Sí señorita Palace- dijo la niña detrás de Aky.
Mi nombre es –dijo en voz baja- Ksyusha Vólkov, pero puedes decirme Usha.
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La mejor parte de ir a la escuela, es el recreo y después la salida.
Era el primer recreo de Aky en esa escuela. La pequeña sacó un emparedado de su lunchera.
¿Puedo?- preguntó Usha.
Claro- Aky le hizo un espacio en la mesa del patio que estaba ocupando.
¿Te gustan los tranformers?- preguntó Usha viendo la lunchera de su amiga.
Aky afirmo con la cabeza.
También a mi- dijo la otra sacando otro emparedado- pero a mi padre no le gusta.
Aky se sonrió, si Usha tuviera idea… De pronto reparo en que su amiga tenía puesta una bufanda muy vieja alrededor del cuello.
¿Tienes frío?- preguntó la pequeña.
Cierto que estaban en invierno pero no hacía tanto frío como para traer puesta la bufanda, al menos la bufanda de Aky se había quedado en el salón.
Yo siempre tengo frío- dijo Usha- desde que recuerdo siempre he tenido frío.
Y tus manos están heladas- dijo Aky con una risilla traviesa.
No me retes, o te congelo- molestó Usha
Las dos niñas se rieron de sus ocurrencias.
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El timbre sonó indicando que las clases habían terminado.
Bien, para mañana quiero el resumen de la primera guerra mundial- dijo la profesora- sólo la parte que habla de la llegada del Ejército Americano a Europa.
Aky salió con su mochila al hombro. En verdad se alegro mucho cuando vio que no estaba el auto negro que siempre iba por ella seguido del otro auto del mismo color con los guardaespaldas que daban miedo; en lugar de esos vehículos estaba estacionado un porshe blanco con adornos azules que Aky adoraba.
Adiós Usha- dijo la niña despidiéndose de Usha que estaba unos cuantos pasos atrás.
Adiós Aky- dijo Usha enfundada en su bufanda.
Era la primera amiga que Aky hacía, aunque no pareciera, era su primera vez en una escuela pública, antes había estado en escuelas particulares, o tomando clases en su casa con maestros privados hasta ahora que su madre había intervenido para que la niña pudiera tomar clases con otros niños de su edad. Últimamente su padre parecía estar exagerando acerca de la seguridad de su hija hasta tal punto que la pequeña debía salir con escolta para todo, bueno tal vez la intervención de ciertos amigos había logrado que un porshe y no el auto negro fuera a recogerla a la escuela.
¡Usha!- gritó Aky antes de cruzar la calle.
Usha se giro hacia su nueva amiga.
¿Quieres que te llevemos a tu casa?- preguntó Aky.
¡Me encantaría!- dijo Usha
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¡Vaya!- Usha aun tenía la boca abierta- ¡tu auto es un transformer!
Y no cualquiera princesita- dijo el automóvil- mi nombre es Jazz, y muy pocas han tenido este privilegio.
¡Que maravilla!- Usha no dejaba de ver desde el asiento de atrás como el volante del auto se movía sin un conductor que lo manejara.
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Aky estaba feliz, nunca le decía a nadie que conocía a los autobots ya que más de uno hubiera pedido desde un autográfo hasta una visita guiada por el Arca.
Usha había prometido no andar contando a otros sobre los amigos de Aky, vaya que era extraordinario estar en el interior de Jazz. Usha siempre caminaba a casa y nunca había visto de cerca a un autobot.
A mi padre no le gustan los autobots- dijo Usha
Tienen mucho en común tu amiga y tú, linda- dijo Jazz con una especie de risilla
¿A qué se refiere?- preguntó sin entender Usha.
Te explico después- dijo Aky- es una larga historia.
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La casa de Usha estaba en las afueras, era una casa grande. El padre de Usha era un científico muy reconocido y había preferido un tanto la soledad para continuar con sus investigaciones.
El doctor Vólkov Vladimir estaba parado en la puerta de su casa con su bata blanca puesta.
Oh oh-dijo Usha cuando cerró la puerta de Jazz.
¿Qué pasa, Usha?- preguntó Aky
Papá está enojado- dijo Usha enfundandose en la bufanda- Te veo mañana en la escuela.
Claro, nos vemos Usha- dijo Aky despidiéndose de su amiga- vamos a casa Jazz.
Sí- dijo el autobot- además no queremos que tu padre se entere que no esperamos a su guardia yakuza...
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Ksyusha- dijo el doctor Vólkov
¿Si, papi?- preguntó Usha con una sonrisita.
Entra a la casa, te he dicho que no quiero que traigas a nadie- dijo el doctor en un tono cortante.
Lo lamento, papi- Usha parecía triste.
La puerta de la residencia Vólkov se cerró.
Continuara...