Holitas ^^ ¿Qué decir? Hoy termine de jugar a The Gray Garden, un juego de RPG Maker que recomiendo mucho, y me he lanzado de cabeza a fanfiction para darme cuenta de que este fandom necesita hamor (sí, acabo de escribir amor con h, ¡sufran! (?) )

Así que escribí esto, a los que esperaban una actualización de mi otro fic... sorry D.


Gray Garden: Reborn

Quietud

Un suspiro cansado se escapo de los labios de Etihw. Los últimos tres días habían sido agotadores, incluso para una Diosa como ella. Su cuerpo se sentía entumecido por todo el esfuerzo mental realizado para la reconstrucción del mundo, por no hablar de las heridas físicas que había recibido en la semana anterior, durante la que esperaba que fuera su última batalla, al menos en un tiempo.

La verdad, todo había sucedido muy rápido, tanto que aún se sentía extraño tener delante al causante de todo su malestar físico y mental y no estar tratando de matarse mutuamente. No pudo evitar esbozar una fugaz sonrisa ante la ironía de la situación, ella, la "omnipotente" Diosa creadora de este mundo, tomando té con el mismísimo Diablo en persona. Era cuanto menos, surrealista.

Pero era cierto, ahí estaba él, la misma persona que hace apenas tres días había devastado el mundo, convirtiéndolo en un yermo sin vida. La misma persona que había estado a punto de matarla en diversas ocasiones. La misma persona que había aceptado su propuesta de paz sin dudar... desmontando los tópicos que pintaban a los demonios como criaturas con las que era imposible negociar... Desbaratando sus propias excusas para posponer la paz...

Lo cierto era que desde hacia ya mucho, mucho tiempo, la idea de formar un pacto, una propuesta de paz, había estado rondando por su cabeza, pero nunca la llevaba a cabo pensando que sería rechazada en el acto, y era demasiado orgullosa para dejar que la humillaran de esa forma. De este modo, por su orgullo y testarudez, miles de vidas se habían perdido sin motivo. Ella alargó el conflicto hasta el punto en que se volvió insostenible, no fue hasta que Kcalb destruyó el mundo hace apenas tres días que se dio cuenta de que esto no podía seguir así. ¿Qué sentido tenía reconstruir un mundo el cual podría ser destruido con la misma facilidad? Por supuesto, ambos tenían el poder para repetir el ciclo destrucción-creación un insano número de veces, pero, ¿qué pasaría con su gente? ¿Cuánto podrían sus respectivos pueblos aguantar en un mundo tan inestable?

La idea de seguir causando tanta desgracia y desesperación por un mero capricho, por mero orgullo, por continuar avivando un odio irracional que ya nadie, ni siquiera ella, recordaba de donde venia.

Si con eso podía evitar más pesar y sufrimiento, daría incluso su vida, y no le importaba lo que otros Dioses dirían de ella, si la llamaban hereje o traidora, poco le importaba ya.

Nunca imagino que Kcalb estaría de acuerdo. Nunca espero que aceptara a la primera. Por eso, no puedo evitar sorprenderse a sí misma estrechando su mano en medio del campo de batalla, ante la atónita mirada de ángeles y demonios por igual. Y por el mismo motivo aún se sentía sumamente surrealista el hecho de estar en la misma habitación de él, de compartir el mismo techo. En efecto, ambos habían acordado que si querían que la paz prosperara, ellos debían ser los primeros en dar ejemplo, y por tanto, ahora vivían juntos en el Castillo BlancBlack, que había sido creado con ese fin.

No obstante, aunque la guerra hubiera terminado, ella sabia que lo peor estaba por venir, conseguir una paz duradera sería algo muy difícil, y ni siquiera ella, a la que muchos consideran omnipotente puede lograr que los ángeles y los demonios actúen como si nada hubiera pasado después de tan largo conflicto. A fin de cuentas, ella misma tenía grandes problemas para llevarse bien con Kcalb, sin ir más lejos. Es difícil confiar en quién a sido tu mayor enemigo durante millones de años, y estaba segura de que él pensaba lo mismo de ella. Pero eso era de lo único que estaba segura. Ella nunca tenía la más mínima idea de que pasaba por la mente del Diablo, y no podía simplemente obligarle a hablar, eso sin duda pondría en peligro la débil paz que habían forjado. De hecho, le era incluso difícil mantener una conversación trivial con él, y eso la frustraba. Ella era una persona usualmente alegre a la que le gustaba gastar bromas, charlar, y, por que no, meterse con la gente, dentro del ámbito meramente humorístico. Se preguntaba si en algún futuro lejano, podría ser ella misma con el demonio que estaba sentado frente a ella, suponía que solo el tiempo lo diría. Por ahora, lo único que podía hacer era esperar y hacer todo lo posible para que Kcalb confiara en ella, y viceversa, ella también tendría que esforzarse por confiar en él.


Y eso fue todo, tengo pensado escribir al menos dos capítulos más, luego de eso ya veré que hago :P

Nos leemos, kyrukyru