Disclaimer: Los personajes no me pertenecen.

Este fic participa en el "Mini-Reto del mes de Marzo: Drabbles" del foro de InuYasha: Hazme El Amor.

Llegar a este pequeño pueblo no fue tan horrible como yo lo pensaba, la abeja reina del único instituto, había desaparecido y lo único que se hablaba era de ella.

Kikyo era su nombre… Decían que ella era singularmente hermosa, pero algunos también me dijeron más que hermosa, era venenosa.

Había heredado ese encanto incomparable, no era extraño que fuese tan popular, lo más extraño y destacable en era su grupo de amigas, no parecían ser como ella, una era Kagome (muy tímida) , Sango (la inteligente) y Ayame la (rara), uno esperaría a unas perras venenosas como decían que era Kikyo, pero ninguna siquiera se le parecía.

Increíblemente me tocó en la misma clase a las que Kikyo iba, tuve que hacer equipo con Kagome, Sango y Ayame y así supe él lado humano de Kikyo.

-Muchas dicen que Kikyo era una Perra, pero era sólo envidia- comentó Sango- Cualquiera hubiera dado cualquier cosa por ser ella, el mundo la idolatraba, hablan de ella como si la hubieran conocido demasiado, no saben nada.

-Era una buena persona a pesar de todo, nadie me había hablado nunca en este instituto desde que llegué, sólo ella, ella fue la única que quiso ser mi amiga-Agregó Kagome.

-Podrías confiar en ella plenamente, ella sabía todos nuestros secretos, era una tumba, además, siempre trató de ayudarnos, en sí, ella ayudaba a todos, no era una perra, sólo decía la verdad y daba críticas constructivas- apoyó Ayame.

Cuantos misterios rondaban a aquella chica, algunos incluso decían que ser venenosa era parte de su encanto y picardía, como si fuese una hiedra venenosa que adoraban por inercia, era raro, parecía como si hubiese nacido para ser adorada.

El instituto no era lo mismo sin ella, aseguraban todos, hasta se habría vuelto aburrido, las chicas sospechaban que andaba en una isla riéndose y disfrutando, así era ella…

A pesar de todo, todos esperaban a que volviese, incluso yo, quería conocerla, y quien no querría, si hablaban de ella como si fuese la reina de Inglaterra.

La mañana del 15 de septiembre, todos despertamos como siempre, con la esperanza de que ella hubiese regresado, y ese día fue diferente, ella si volvió pero en la primera plana del periódico, anunciado su muerte.

En su funeral nunca había visto a tantas personas, incluso vi a las que la llamaban Perra… estaban llorando, con el poco tiempo que llevaba en ese pueblo pude ver que la hipocresía y el veneno no sólo era de Kikyo, la enterraron alrededor de muchas flores a las que le debía el nombre y tal vez la belleza, ahí se enterraba uno de los misterios que jamás llegaré a conocer por completo, se enterraba así mismo lo único que había hecho a ese pequeño pueblo interesante, se enterraba a Kikyo con todos sus secretos y misterios.