Hola! Este es el primer fic que posteo en Fan Fiction. Tengo muchos relacionado con Johnny Depp y éste es el primero que he hecho del Sombrerero Loco. Está basado en la película y está localizado tiempo después de que Alicia volviera de Infratierra y comenzara a ser aprendiz en la compañía que fuera de su padre.

Espero que les guste:

DEMENTE Y MARAVILLOSO AMOR

Alicia…25 años son los que lleva a cuestas…pero no sólo eso.

Desde que salió de Londres aquella mañana en el Wonder y "Absolem" parecía haberla ido a despedir al muelle…en realidad no era tal…no era un despedida…ella debió haber entendido entonces que se trataba de una "Bienvenida".

El viaje duró mucho tiempo…el suficiente para que su memoria guardara no en la mente sino en el fondo del corazón detalles especiales…de una visita…de un lugar…de algo que conmocionara su carácter y su forma de ver la vida….pero de lo cual recuerda muy poco.

Lord Ascot con sus ocurrencias y su capacidad de razonamiento y visión le han abierto muchas puertas…ha madurado mucho ...y eso no lo ha notado solamente ella…sino también la gente con la que trabaja. Hombres importantes del sitio de Hong Kong la aprecian…en recuerdo de su padre, Charles Kingsley…ese hombre visionario que le enseñó tantas cosas y compartió con ellos los momentos más dulces de la infancia.

Pero ahora se siente un poco sola…Hamish Ascot aún no se ha casado…pero afortunadamente ha salido de su lista…aunque no es su prioridad el matrimonio, pero sí afianzar los puestos comerciales que ha conseguido con la Compañía que Lord Ascot comprara al morir su padre.

Sin embargo…hay un hueco en su mente…el cual está a punto de llenar…sólo que ella todavía no lo sabe…aún no sabe que un demente y maravilloso amor está en espera de ella..desde los 19 años…en Infratierra…¿acaso?

Capítulo 1 Fairfarren...

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By [URL= .us/user/sra_sparrow]sra_sparrow[/URL] at 2010-04-10

- Fairfarren, Alice…-resonaron esas palabras en su memoria sin poder evitarlo.

Despertó sobresaltada. Entreabrió los ojos con bastante pesadez…tenía todavía algo de aquel sueño…pero todo era confuso…nada tenía lógica ni orden…su propia mente desechaba ciertas ideas que le parecían insufribles o completamente…¿dementes?

Tal vez esa era la palabra correcta. El día anterior había sido de mucho trabajo. El clima de Hong Kong era agradable, cálido y a la vez refrescante; había firmado un par de documentos sobre la compra-venta de especias, sedas y porcelanas hacia Europa. Los cargamentos iban y venían repletos de mercancía valiosísima y las ganancias se repartían de forma equitativa entre quienes pertenecían a la Compañía.

Ella se encargaba de administrar algunos de los negocios que su padre comenzara. A pesar de todo, por momentos lo extrañaba demasiado…sobre todo cuando comenzaba el día y tenía que pensar en seis imposibilidades. Si no lo hacía, era señal de que su día comenzaría mal.

Así que forzó a su mente a intentar comenzar a pensarlas.

Dejó la calidez de las sábanas y se dispuso a darse un baño. Entonces comenzó la lista de imposibilidades. La primera…pensar que en lugar de agua pudiera bañarse con ¿miel? Era clara, cristalina, pura y limpia…con propiedades curativas según los chinos…así que…podría ser. Rió ante la consideración de esa situación y decidió apresurarse si no quería que la mañana se le fuera de manera inesperada. Tardó en decidirse qué ropa usar. Su madre se habría confundido si hubiera descubierto que le había perdido el miedo al corsé…pero ni ella misma entendía a qué se debía. No podía entender muchas de las cosas que antes habían sido tan difíciles de aceptar…¿y ahora? ¿Era acaso mucho más valiente que antes?

Una de las chicas que le servían le llevó el desayuno. Pan tostado y té…el sabor del té le despejó la mente…¿té? Sabía que había probado un té delicioso en alguna parte…pero…¿dónde? Degustó el sabor del té…delicado y sustancioso…con poca azúcar…de pronto se detuvo en los grabados de la taza…china…con líneas ligeramente arqueadas…dibujos de dragones decoraban el servicio…sin quererlo sintió nostalgia…una necesidad de acariciar cada pieza del juego de té…recorrió con sus manos cada parte de los platos y tazas…si no es por una de sus sirvientas que la llamó no habría salido de aquella meditación.

- Lady Kingsley…tiene visitas- dijo la mucama.

- Voy, Charlotte…-dijo Alice suspirando fuertemente

Salió de aquella habitación y se dirigió hacia el vestíbulo de aquella casa. Descendió por las escaleras contando los escalones…uno, dos…tres…pero no pudo terminar de contar…entonces vino a su mente la segunda imposiblidad: creer que encontraría a algún animal animando el desayuno…un conejo…una liebre o…de pronto se encontró frente a ella nada menos que a Lord Ascot.

- Querida Alice…¡qué gusto de encontrarte tan hermosa hoy!- susurró mientras besaba la mano de quien una vez hubiera podido ser su nuera.

- Señor…¿cómo está usted?- dijo con su acostumbrada sonrisa.

- Alice…me preguntaba cómo estabas…desde hace dos meses no sabía nada de ti…y el vapor que llega a Hong Kong se retrasó bastante…tuve que quedarme varado en Nueva Delhi hasta esperar el siguiente.

- Le entiendo- respondió Alice con vivacidad- supongo que vendrá usted algo cansado.

- No tanto como yo hubiera creído…creo que tu vitalidad me contagia, eso es innegable, hija…

Aquella forma de llamarla le recordaba mucho la manera de hablarle de su padre…aunque ya tenía tanto tiempo que lo había perdido…pero la confianza en aquel hombre era perfecta. Le parecía estar escuchando a Charles dar consejos o escucharla comentar las novedades.

- Si he de serle franca- añadió Alicia- le esperaba hasta dentro de un mes…

Lord Ascot bajó la mirada y dijo con algo de preocupación.

- Es verdad…te dije que hasta dentro de un mes nos veríamos…lo que sucede es que…tu madre está preocupada por ti…¿sabes? No se ha sentido bien y deseaba que pudiera decirte que necesitaba saber de ti solamente.

Alicia se tornó preocupada y preguntó:

- ¿Está acaso enferma? Margaret no me dijo nada en el telegrama que me envió hace una semana…

- No lo está del todo…es una dolencia que comenzó a aquejarla…pero es pasajera…se sentirá mejor cuando le diga que te he visto…contenta y bien posicionada en este lugar.

- Sí, señor…no puedo quejarme…el lugar es excelente…la comida es exquisita…la gente ha sido muy cordial…me han consentido mucho.

- Eso me alegra- añadió Lord Ascot- llegué a temer que no te recibieran bien…pero tú te has ganado el apoyo de la gente y eso es muy loable…así que…podemos pensar en un puesto más importante para ti en la compañía.

El rostro de la joven se iluminó:

- ¿De verdad, señor? Eso es…estupendo!

Lord Ascot sonrió también…quería a Alicia como a una hija…la había visto crecer al lado de su hijo Hamish, aunque ella fuera mucho más inteligente y despierta que su hijo…tenía que reconocerlo…no era fácil lidiar con un hijo tan prepotente…hecho un verdadero caballerete por su madre.

De esos pensamientos salió repentinamente cuando notó que Alicia miraba hacia el mantel de la mesa…lo revisaba con afectación y luego trataba de reconocer cada uno de los decorados…de forma casi obsesiva.

- ¿Te ocurre algo?- preguntó Lord Ascot.

- No, milord- dijo ella- es que…me parece reconocer algo en éstos grabados…un lugar…un tiempo…algo que pasó hace mucho tiempo…

- Una vez me dijiste que me hablarías de lo que sucedió el dia que…rechazaste a mi hijo como esposo…

Alice miró con ternura a Lord Ascot.

- Milord…su hijo siempre fue mi amigo pero…no era el hombre para mí.

- Lo sé…no me refiero a eso…si no a lo que pasó antes…¿por qué nunca me has contado?

El rostro de Alice se tornó serio y triste…¿cómo contar algo que…realmente no recordaba del todo?

- No sé qué pasó, milord…pero…me temo que con el golpe en la cabeza olvidé muchas cosas que pasaron en…

De pronto llegó la tercera imposiblidad.

- La tercera…viajar al fondo de la tierra…¿sería posible? Imagínese…conocer lo que hay en el fondo de la tierra…donde los mapas terminan…donde no podríamos saber que hay más abajo.

- Algo me intriga de tus imposiblidades…que las dices con tanta convicción que uno termina por creerlas..

Alice sonrió.

- Es verdad…pero hay veces que me da miedo creerlas con tanta convicción…es como si presintiera que se harán realidad…como mi padre decía…

Entonces vino la cuarta imposiblidad.

- ¿Qué pasaría si…uno pudiera creer cualquier cosa que alguien le contara…sólo porque alguien más lo dijo? Y aún hay más…¿por qué no pensar que no somos los únicos en el universo? Y más aún…¿por qué no creer que los mapas no han encontrado un lugar especial…donde nada es como aquí…donde todo lo que parece ser…no es…o lo que aquí no puede ser…allá es posible realizar?

Lord Ascot sonrió agradado:

- Me has demostrado tantas cosas con esa forma tuya de pensar que ya no puedo dudar de nada de lo que digas…sólo no lo hagas costumbre porque entonces creeré que los gatos sonríen y…

Alice sintió una punzada en el corazón. Lord Ascot había inventado una imposibilidad más…una número siete que no había considerado. Pero no le parecía imposiblidad…más bien…era como un vago recuerdo.

- ¿Dijo usted…gatos que sonríen?

- Sí…eso dije…no me digas que hay siete en lugar de seis por el día de hoy…

Alice añadió:

- Milord…usted dijo que lo imposible puede parecer posible…¿por qué no pensar entonces que…¿pueda haber una número siete por hoy?- sonrió.

Lord Ascot soltó una leve carcajada. Terminó el desayuno y se dispusieron a hablar de negocios.

Sin embargo, el ánimo de Alice cambió repentinamente. Estaba más segura que antes de algunas cosas…pero…tal vez no tenía mucha idea de qué tanto era capaz de creer en más imposibilidades a la vez.