- Te imaginas un mundo donde no tengas miedo a soñar, donde tus pensamientos sean escuchados, donde puedas descansar sobre la hierba a observar la luna como hace 5 años?

+ Las cosas cambian, Minerva, no podemos aspirar a tener un presente diferente pero si trabajar para un mejor futuro

- Lo sé, pero me encantaría poder convertir este suspiro en realidad y convertir el mundo en lo que fue, borrando cicatrices como si no hubiera habido heridas, sanar la tierra y devolver la vida a tanta gente perdida...

+ Algún día, cuando ya no duela tanto, podremos contar su historia, la historia de cientos de personas, miles si acaso, que lucharon con fervor por sus ideales, sus pensamientos, por no dejar atrás a las personas que amaban, por la fuerza del amor.

Podremos contarles a nuestros pequeños cómo su futuro fue sembrado con los sueños de ilusiones de gente que hizo un puente para que ellos tuvieran el futuro que tendrán. Y no dejaremos que se pierda, porque ya hemos perdido suficiente. Así que levanta del pasto, no es hora de lamentarse sobre lo que no se tiene, si no de trabajar en que se consigan nuevos logros.

- Estoy cansada, Albus.

+ Lo sé querida, pero quedan pocos pasos, mira todo lo que han avanzado, tenemos que ayudarles desde este lado para que su sudor y su esfuerzo no sea en vano, con la ilusión y las ganas de todos podremos hacer un futuro mejor, un futuro para el que han estado trabajando y por el cual tanto hemos luchado.

- ¿Crees que volverá a repetirse?

+ Jamás, puede que vengan tiempos malos, pero nada se comparará a la segunda guerra mágica, no es posible que se cometan los mismos errores de la misma manera y al mismo paso, porque entonces habremos perdido nuestra esencia como ser Humano.

*Mientras, al fondo, el castillo se erguía reflejando las heridas entre los ladrillos, como si aquellas imperdonables fueran imposibles de ocultar, como si aún se notara el hedor a sangre y muerto acompañado de los tonos rojizos y verduzcos de cada impacto.*

+Puede que tardemos 100 o 200 años, pero de recuperar hemos recuperarnos, no hay nada en este mundo que pueda detener al ser humano de levantarse sobre sus pies una vez ha sido arrodillado, no hay nada que nos detenga, que nos congele, que nos quite las ganas de seguir adelante. Porque es eso lo que nos convierte en lo que somos: nuestra alma.

Somos fuego y esencia, somos sueños encerrados en un pequeño habitáculo luchando de forma incesante por conseguirlos, somos como el suspiro tras el abrazo a un ser querido, somos la sonrisa de un recién nacido. Si hay algo que puede detenernos somos nosotros mismos, pero ya hemos tenido ración más que suficiente de desesperación, ansiedad, tristeza y sueños rotos. No es época de rendirse, es tiempo de reunir el coraje y dar un paso adelante, porque entre todos podemos sanar las heridas.

Por nosotros, por respeto a las personas que se quedaron en el camino y por sus sueños, no es opción el detenerse ahora. Tenemos que seguir adelante, paso tras paso, continuando caminando y solo así conseguiremos llegar a la meta. Quizás antes, quizás después, pero ten por seguro que llegaremos.

Porque no hay nada más valioso que nuestros sueños, y es gracias a esos sueños, a la esperanza vertida en ellos, que pudimos ocasionar el milagro y aún cuando parecía que todo estaba perdido conseguimos ganarlo.