"¡Aah, qué hermoso día!" se dijo Kamina a sí mismo, mientras descansaba recostado a la sombra de un gran y frondoso árbol. "Nada puede arruinarlo."

"¡KAMINAAAAAAAAA!" Se escuchó un grito de Yoko a lo lejos. "¿¡Puedes explicarme el significado de esto!"

Kamina se levantó y se dirigió hacia donde estaba Yoko. "¿Qué es tan importante como para interrumpir el tiempo a solas de un hombre?" preguntó Kamina. Yoko, casi instantáneamente, soltó un puñetazo contra la cara de Kamina con su mano izquierda, con la cual estaba sosteniendo lo que parecía ser ropa interior.

"¡¿Podrías explicarme porque estaba tu ropa sin lavar en mi habitación?"

"¿Mi ropa? Pues que voy a saber yo, un hombre no se preocupa por cosas como esas." Respondió Kamina.

"¡No te hagas el tonto conmigo! ¡Sé muy bien que estuviste en mi habitación, tu ropa es prueba de ello!" le gritó Yoko.

"¿Segura? ¿No se te ha ocurrido que tal vez los agarraste por equivocación cuando entraste a MI habitación?" le preguntó Kamina de manera desafiante, con una sonrisa burlona.

"Pe-pero qué… ¿quién te lo dijo?" preguntó Yoko, un poco espantada, a lo que Kamina respondió: "Soy el líder de la Gran Brigada, obviamente tengo que saberlo todo."

"Bueno… quizás… si entré…" dijo Yoko, bastante apenada.

"¿Quizás? No querrás decir "Entré y me emocioné tanto que me robé su ropa interior"?" preguntó sarcásticamente Kamina.

"¡AGH! ¡Cállate!" gritó Yoko, y acto seguido, comenzó a perseguir a Kamina, tratando de dispararle con su rifle.

"¡Hey! ¡Calmate!" le gritó Kamina.

"¡No hasta que te disculpes por eso!" contestó Yoko.

"¡Un hombre no debe arrepentirse por sus acciones, así que no! ¡Además, tú fuiste la que entró a mi habitación!"

"¡¿Eres imposible, sabías?" le dijo Yoko.

Y la verdad era esa, Kamina era una persona bastante compleja. Pero a pesar de eso, todos lo querían y lo apreciaban mucho, en especial Simon y Yoko Era su líder, y su modelo a seguir.