Demasiado tentada con la idea como para no hacerlo he quebrantado mi regla autoimpuesta de no publicar otra historia (al menos hasta terminar las que tengo pendientes). Sin embargo esta historia será corta, no creo que alcance a tener mas de tres o cinco capítulos, y se trata de un universo alterno donde tratare de no utilizar los elementos que creo abundan en mis historias (nada de identidades secretas, peleas, espías, planes intricados para la destrucción y/o dominación lo cual significa nada de sicópatas y sociópatas).
Sin más, les dejo esta nueva historia.
…
Su trabajo era aburrido y monótono. Durante más tiempo del que quisiera permanecía sentada detrás de un mostrador recibiendo los pasaportes y verificando su validez además de recitar preguntas cuyas respuestas siempre eran tan similares que ya se las sabia de memoria. De esa manera pasaba hora tras hora y día tras día atendiendo interminables filas. Nunca pensó que algo interesante podría pasarle hasta que un día la vida le mostró que estaba equivocada porque a pesar de que habían pasado más de cuatro días, Temari todavía era capaz de recordar ese corto momento de su vida que le hizo cambiar su forma de pensar.
Esa mañana fue como cualquier otra, había terminado de revisar otro de los cientos de pasaportes que recibía y cuando se dispuso a devolverlo levantó la mirada permitiéndole verlo por primera vez. Hasta ese día creyó que no existía el amor a primera vista, pero hubo algo en esos ojos marrones que la mantuvo cautivada durante varios segundos.
– ¿Me los devuelves?
Tuvo él que decirle para hacerla despertar de su ensoñación y tratando de disimular su vergüenza ella le devolvió sus documentos, no sin antes grabarse en su mente el nombre del dueño de aquellos ojos: Shikamaru Nara.
Desde entonces mantenía la mirada siempre al frente observando atenta a las personas que hacían fila frente a ella como también las filas a su alrededor y la multitud de personas esperando volver a verlo. Quizás se debiera al eterno aburrimiento de su vida, quizás porque en esos ojos pudo leer algo que le fascinaba, pero lo cierto era que deseaba volver a encontrarlo y cruzar con él algo mas que las frívolas palabras que su trabajo le imponía decir.
"Tiene visa de turista, esta obligado a irse hoy y este es el único aeropuerto de la ciudad"
Se decía para convencerse de que su búsqueda no era inútil. Incluso verificó los vuelos disponibles y cambiado de turno con sus compañeras para asegurarse de estar presente cuando él vuelva.
Sin embargo su turno estaba a punto de terminar y él no había vuelto a aparecer mostrándole lo infantil que se estaba comportando. Perfectamente podría haber renovado su visa o haberse ido a otra ciudad para tomar su avión, incluso pudo cambiar el destino al cual regresaba por lo que pudo haberse ido sin que se diera cuenta.
Así, el último día y la última oportunidad de volver a verlo terminó con un desalentador resultado. Solo esperaba que con esa información sus ojos dejaran de buscar inconscientemente entre el mar de personas del aeropuerto y entre las que se cruzaba en su camino a casa al dueño de aquella mirada, de esos ojos cafés que parecían haberle hablado a su corazón con un sencillo mensaje: Búscame porque cuando me encuentres te recompensare.
