—!Acéptalo, solo serás un estorbo! !Nunca perteneciste a este lugar!— un hombre con capucha negra te decía mientras lanzaba golpes a diestra y siniestra en tu contra, tú los esquivaba y bloqueabas, pero la batalla anterior te dejo bastante agotada y tus esfuerzos eran casi nulos. Entonces uno de sus golpes impacto en tu estómago, normalmente uno golpe de estos no te hace daño pero este era diferente, sentiste claramente como iba atravesando lentamente tu piel, una sonrisa diabólica se creó en el rostro de tu contrincante —vuelve a donde perteneces— te dijo al oído después de sacar su mano de tus adentros.

Todo comenzó a hacerse borroso, sentías las miradas de tus camaradas pero ya no podías distinguirlos, miraste hacia tu estómago, en el un agujero negro se acababa de formar y de sus orillas podías ver como tu ser se desprendía como si fuera papel quemándose, te ardía como si te estuvieran quemando por dentro, te estabas ¡¿desintegrando?! Una risa te saco del trance y miraste a lado tuyo —buen viaje— fue lo último que dijo tu atacante antes de desaparecer.

— ¡(TN)!— la voz que en algún momento gritaba tu nombre con alegría, ahora estaba llena de temor y desesperación, intentaste buscar al dueño de la voz, pero tu vista ya estaba completamente boros y solo veías siluetas a tu alrededor, tus ojos se llenaron de lágrimas, y usando tu último aliento lograste decir la única palabra que pasaba por tu mente.

—PERDÓN—