Disclaimer: Todos los PERSONAJES/LUGARES/NOMBRES de la serie HARRY POTTER son propiedad de Joanne K. Rowling, Warner Bros, etc

Pensando en ti

Summary

Capítulos independientes de mi pareja favorita y mi humilde homenaje a para los mejores autores Hr/Gn; el título es porque lo hice pensando en todos y cada uno de ustedes. Espero que lo disfruten.

¡Hola a todos los interesados! Les cuento que los nombres de estos capítulos serán a títulos de fics que me gustaron mucho, sin embargo la trama será mía, aunque puede que tenga ciertos "guiños" del fic en cuestión. No es necesario que lean los fics para poder entender estos capítulos, ya que serán escenas al azar, que tendrán diferentes géneros según la ocasión.

Los dejo con el primero:

Atado a ti

(Nattyta)

Porque es una historia de drama y son mis favoritas,

porque el Harry que hizo me apasiona y

porque Natty me tiene "atada a él" desde el comienzo.

Este es mi homenaje a este maravilloso fic...

Espero que te guste "la sorpresa".

¡Te quiero mucho!

-¡Me estás haciendo daño! – Aulló indignada- ¡Deja de moverte idiota!

-¡No me grites, Ginevra! ¡Eres tú la que se está moviendo! - contestó él más enojado que ella.

-¿Qué haremos?

-¡Cállate y déjame pensar! – le espetó el joven.

Ginny guardó silencio intentando no confrontar con el imbécil de Harry Potter. Justo en esa situación tenía que estar. Justo ella, que detestaba tenerlo cerca, mirar sus penetrantes ojos verdes destilando rabia y ofensas varias contra su persona. Ginny Weasley era una mujer que parecía tenerlo todo: amigos, buen empleo. Su pesadilla había empezado el pasado lunes por la mañana. Es que amanecer con la noticia de en adelante sería la secretaria de su ex novio no era lo que se puede decir "saludable" para una chica de dieciocho años, que solo buscaba la felicidad… Cerró los ojos, recordando aquel nefasto momento en que lo supo.

-Como yo me estoy retirando del cuartel, Harry pasará a ser tu nuevo jefe…- había dicho Kingsley a lo que Ginny intentó sonreír pero no pudo. La verdad era que la noticia no le agradaba un carajo. El energúmeno la esquivaba su mirada… y Ginny se lo agradeció. No soportaba la indiferencia que le transmitía.- ¿Qué te parece la noticia?

-¿Tengo alguna otra opción? – masculló inaudiblemente.

-¿Cómo dijiste? – mugió Harry frunciendo las cejas.

-Nada… señor.-recalcó la última palabra con rabia.

-Me alegro que se lleven bien.- dijo irónicamente Kingsley, porque el ambiente entre los dos jóvenes era más que tenso-Estoy seguro que harán una buena dupla…

-Yo solo soy secretaria, aún no me he recibido de Auror- dijo Ginny lo más cordial que pudo.

-Lo sé, Weasley. En cuanto te recibas, podrás tener tus preparación para entrar al cuartel.- Harry carraspeó- Por lo pronto, seguirás trabajando aquí.

-Está bien señor… - contestó, aparentando una inexistente felicidad.

¿Felicidad? Ginny Weasley se había olvidado de qué era eso, desde fatídico día en que Harry había decidido dejarla para protegerla de los mortífagos. Por culpa de ese desgraciado el funeral de Albus Dumbledore significaba algo doblemente desgarrador para la joven. Y permanecía atada a ese día, al recuerdo de sus frescos ojos verdes y su maldita frase "no podemos seguir juntos…hay cosas que debo hacer y debo hacerlas solo". ¿Cómo reaccionó? En ese momento no le quedó otra que aceptar… al fin y al cabo era una decisión de él. ¿Pero cuánto había pasado desde el momento que el regresó, luego de destruir a Voldemort? ¿Por qué no le pidió de volver? Porque nunca te quiso, Ginny, porque nunca le importaste de verdad. pensaba en esos momentos. Entonces, por temor, ella rehizo su vida junto a Dean Thomas, su antiguo amor. En realidad eso le hizo creer al mejor Auror de Inglaterra, porque Dean y ella solo eran muy buenos amigos. De hecho, ese joven tenía novia y era muy feliz con ella. Ginny se sentía horrible de utilizarlo, pero la verdad es que por orgullo se dejó llevar. Y ahora ya estaba tan atada a la mentira como para contar semejante estupidez que toda adolescente de dieciséis años es capaz de hacer. Se había aferrado a ese personaje de chica superada, con novio y feliz. Pero, en el fondo no tenía nada de todo eso. Ginny lo seguía amando como aquel día en lo conoció en King´s Cross. Fue lo único que pudo hacer para acallar su resentimiento… frente a él. ¿A quién engañaba? Por dentro seguía atada a él y a todos los besos que le habría dado en Hogwarts… De hecho estaba tan atada que parecía sentirse enredada en el pasado.

Desde que era su secretaria – hacía nada menos que siete días- las peleas no tardaron en llegar… Ginny pensaba que en pocos días, se arrojarían con ceniceros. Su integridad física era lo que estaba en juego… Harry sacaba lo peor de ella, como en sus tiempos juntos había sacado lo mejor. Tendría que haberse dado cuenta que lo mejor era renunciar a ese trabajo insalubre… pero no quiso darle el gusto de darle a entender su presencia la cohibía. Era capaz de comerse un hipogrifo crudo antes de admitirlo frente a Harry. Además había motivos ocultos para no renunciar a su puesto: deseaba seguir atándose a su mirada, a sus ojos, no soportaba la idea de verlo completamente fuera de su vida… Sacudió la cabeza, intentando evaporar el recuerdo de sus labios en los suyos. Su pesadilla no terminaba en eso, claro que no…

Esa misma mañana, todo se había complicado. Los mortífagos que estaban persiguiendo averiguaron la sucursal del Cuartel de Aurores, que quedaba afuera del ministerio por razones de seguridad. Esos inescrupulosos seres enmascarados no dudaron en entrar para hacer de las suyas… Habían pillado a Harry y Ginny distraídos en una picante discusión, y los malvivientes, después de llevarse importantes documentos de las misiones, no tuvieron mejor idea que esposarlos y atarlos a dos sillas diferentes, con fuertes cuerdas. ¡Esposarla y atarla junto a su ex! Malditos mortífagos, saben muy bien como provocar dolor. Como sino fuera suficiente estar atada sentimentalmente a él, como para que ahora lo hagan de forma literal – Pensaba Ginny dramáticamente- Ahora tengo que estar amarrada a esta silla, de espaldas a él, sintiendo su perfume y su roce. Maldita sea, sea dará cuenta como tiemblo cuando estoy cerca de él, se dará cuenta que aún no lo he olvidado…¡Estoy jodida!

-¿Has tenido tiempo en pensar, Potter? – Expulsó Ginny con vehemencia- Entiendo que te cueste mucho, pero no tengo todo el día, ¿sabes? ¡Hace dos horas que estamos atados y no haces nada!

-¡Tampoco es que colaboras mucho, Weasley! – gritó él desencajado.

-El Auror eres tú, se supone que deberías…

-Nos confiscaron las varitas Weasley – la interrumpió Harry. Ginny cerró los ojos, odiaba que la interrumpieran y mucho más si se trataba de ese desagradable pero buen mozo hombre.

-¡No me interrumpas! – Siseó como una loca- ¿Para qué has estudiado de Auror? ¿Para que estemos atados de por vida?

-No digas estupideces. Demasiado tengo que aguantarte todos los días aquí… me produces repulsión.

-No soy feliz por eso, pero necesito el empleo. Muy pronto seré Auror y…

-¡Seguiré siendo tu jefe! – la atajó Harry.

-¡No te muevas, me duelen las muñecas!- dijo Ginny dolorida.

-¡Eres tú la que no se queda quieta! ¡Parece que tienes hormigas en el…!

-¡Cállate! ¡Y has algo! Esto es lo peor que me pudo haber pasado.

-Y yo estoy pasándola bomba – dijo Harry con sarcasmo- No me interesa estar cerca de ti…

La última frase le dolió mucho a Ginny, pero logró disimularlo.

-A mi tampoco – mintió tras un suspiro, que fue doloroso en opinión de él.- ¿Qué haremos?

-Intentemos, al menos, cortar las cuerdas de la silla – propuso Harry.

-¿Con los dientes? – se burló ella malhumorada.

-Con las manos – dijo intentando no sucumbir a la provocación.- Mueve las manos…

-¡No podemos hacer nada, estamos atados! – razonó ella con poca paciencia.

-Si puedes, busca las cuerdas, están cerca el respaldar - Harry tocó las patas de las sillas y las cadenas de las esposas tintinearon erráticamente.- Aquí están…- comenzó a moverlas.

-Esto es…- se interrumpió. Sus dedos se mezclaron con los de Harry y el estómago le dio una violenta sacudida. Siempre le pasaba, perdía la compostura al estar cerca de él. Se alegró de que él no la estuviese mirando en aquel momento de debilidad. Sus ojos chocolate se empañaron con tristeza… ¿por qué lo amaba tanto?

-¿Qué haces? ¡Sigue intentando mover las cuerdas inútil! – Harry estaba ansioso por rozar sus dedos, era lo único que le había quedado de esa pelirroja. Ese sublime casualidad de tenerla cerca, el adiós de sus labios cuando las fantasías caducaban y las cercanías morían con una crueldad filosa y desgarradora, pero el joven no era capaz de renunciar a ese preciado momento en el que se rozaban, al movimiento de sus finos labios pronunciando su nombre y no el de su novio, Dean Thomas. Cerró los ojos, imaginarlos juntos lo violentaba hasta límites insospechados y el campeón que aparentaba ser ante los demás, se desmoronaba con el correr de los suspiros. Su perfume a manzanillas lo embriagó, solo pensar en que sus pieles se junten por un momento era emocionante para él, lo ataba como un caramelo a un niño chiquito… Se sentía el adolescente que hubiera sido en Hogwarts cuando descubrió todo lo que sentía por ella, era muy parecido a la sublime sensación de enredar sus dedos en el cabello. Carajo, como extrañaba hacer eso, desnudarla con la mirada y apropiarse de los instantes con un solo roce… Pero los sueños a su lado habían renunciado después del amargo sabor de la derrota…Harry Potter había ganado la batalla de Hogwarts, pero en el amor el fracaso fue infinito: Ginny había vuelto con su amor, Dean Thomas. Ron, su hermano favorito, insistía en que solo eran amigos, cosa que el auror no creía ni una sola palabra. Entonces, desde hacía dos años, se dedicó a repudiarla y maldijo el momento en que supo que trabajarían juntos.- Quizá si hacemos un diffindo… - soltó por fin para rellenar el amargo silencio.

-¡No tenemos varitas, Potter! – le recordó Ginny, torciendo los ojos.

-Me refería a hacer un diffindo no verbal, imbécil.

-No me llames imbécil.

-Es lo que eres.

-Vete a la mierda.- Ginny se movió bruscamente.

-¡Quédate quieta!- Intentó calmarla Harry.- ¿No te das cuenta que…?

-¡No! ¡Tiraré de las cuerdas hasta que se rompan! – estaba realmente enojada y eso no era buena señal

-No seas tonta Weasley, estamos atados por las esposas…

-¡Por lo menos podemos movernos para pedir ayuda! – razonó ella.

-¡Haz un no verbal y no digas más estupideces!

-No me des órdenes, mi horario de trabajo terminó.- le soltó Ginny enojada- Y todo esto es por tu culpa…

-¿Mi culpa?

-Si, te haré un juicio por daños y perjuicios en el trabajo – dijo segura. Harry soltó una risotada amarga.

-Perderás Weasley…

-Ya vamos a ver quién pierde – lo desafió Ginny

-No me provoques, pendeja…

-No me llames pendeja ¡y has algo de una jodida vez! – escupió harta. Harry soltó un improperio y se movió bruscamente… las dos sillas perdieron estabilidad y cayeron al suelo. Ginny se golpeó la frente contra la madera del suelo - ¡Ay! – Gimió de dolor.- ¿Qué…?

-Lo siento…- se excusó él. Entonces pensó… "diffindo" y las cuerdas se soltaron, pero las esposas los mantenían atados. - ¿Ginny estás bien?

-Me golpee la cabeza… - contestó ella quejosa.

Harry sacó las cuerdas y se puso de pie. La frente de Ginny sangraba copiosamente…Las esposas los mantenían unidos. Él la miró a los ojos y con la mano libre le secó la gota de sangre que, como una lágrima, recorría su mejilla. Ginny enrojeció y de repente el dolor en la frente se fue hacia otro lado. Tragó en seco, su mirada la atravesaba como un cuchillo filoso…

-Deberíamos hacer algo para salir de aquí – dijo desesperada, intentando evadir sus brillantes ojos. ¡Deja de mirarme así, maldito comprador! – Es tarde y…

-¿Se te hace tarde para asuntos personales? – dijo Harry sin contenerse. Ella chascó la lengua.

-No es asunto tuyo – le contestó severamente- Así que no…

-Tampoco es que me interese…

-¿Y entonces, para que preguntas? – Harry enrojeció.

-Lo único que te importa es volver a tu casa. ¿No te das cuenta en el problema que estamos metidos? Son las nueve de la noche, nos asaltaron unos mortífagos, robaron importantes informes y…

-Ya sé muy bien lo que nos pasó, Potter. ¡No hace falta que me lo recuerdes!

-¡Entonces enfócate! ¡Deja de pensar en follar con tu noviecito! – Ginny abrió los ojos grandes y preparó la mano derecha. Desafortunadamente ésta permanecía unida a la de Harry entonces no pudo dar el golpe. El auror hábilmente jaló de su muñeca y la miró desafiante- ¿Me ibas a pegar, desgraciada?

-¡Es lo que te mereces por irrespetuoso!

-¿Qué? ¿Acaso nadie te atiende? – se burló Harry, con gran placer-

-¡Cállate la boca, infeliz! ¡Y no hables de lo que no sabes!

-¿Qué es lo que no sé? -dijo metiéndose en un terreno peligroso en opinión de Ginny- ¿Qué es lo que no sé de ti, Ginny? – ella le sostuvo la mirada, no iba a achicarse frente a su soberbia.

-¿Quién te crees Potter? – lo remendó- ¡Me tienes harta con tu maldita arrogancia!

-¿Quién soy? –fingió reflexionar- El primer hombre con el que estuviste…¿tal vez?

-¡No me recuerdes eso! – gritó furiosa.

-Te encantó que haya sido el primero…

-¡Cállate la boca!

-Te encantó que bese frente a cincuenta personas en la Sala Común… - Ginny se sorprendió. De todas las veces que había pensando en él, jamás hubiera pensado que el aún pensaba en el mejor día de su vida…

Harry miró alrededor; Ginny corría hacia él con expresión radiante y decidida, y al llegar a su lado le rodeó el cuello con los brazos. Y sin pensarlo, sin planearlo, sin preocuparle que hubiera cincuenta personas observándolo, Harry la besó.

-¡Te dije que te calles!

-¡Solo digo la verdad!

-¡Dirás tu verdad, pero no la mía!

-Te encantó que después, en los paseos por el jardín, te pida que seas mi novia… -Los ojos de Ginny brillaron y ella ya no pudo negarlo-

La fiera que albergaba en su pecho rugió triunfante; Harry miró a Ginny; sonriente, y sin decir nada señaló el hueco del retrato. Le pareció que lo más indicado era dar un largo paseo por los jardines, durante el cual, si les quedaba tiempo, podrían hablar del partido.

-Y por último te encantó que, ese día –particularmente feliz- después del almuerzo, nos perdamos en los rincones de Hogwarts…

Se suponía que estaba terminando sus deberes de Botánica, pero en realidad estaba rememorando un rato particularmente feliz que había pasado con Ginny en el lago a la hora de comer…

-¡BASTA! – Chilló Ginny ya cansada- ¿Qué pretendes con todo esto? ¿Humillarme?- el se le rió en la cara.

-¡Es increíble como te gusta hacerte la víctima Ginevra!- dijo indignado.

-¿Qué yo me hago la víctima? – lo inculpó entrecerrando los ojos. Harry sintió unas terribles ganas de besarla, pero se contuvo.

-¡Si, tú! – repuso enérgico.

-¡Estás demente! ¡Vienes y me refriegas el pasado en la cara justo cuando yo estoy…!

-¿Estás qué?

-Atada a ti – contestó con vehemencia, levantando la voz.- ¡Atada a ti, maldita sea! ¡Los mortífagos definitivamente nos odian! – o leen mis deseos…

-¡No me digas!-resolló molesto - ¿Por qué no admites que todo este escándalo es porque Thomas te está esperando en tu departamento?

-Si, es por eso ¿y qué? – Harry frunció la boca intentando expulsar los celos que lo acongojaban.- ¿no puedo extrañar a mi pareja? ¿No tengo derecho a tener mi intimidad?

-¡Cállate!

-¿Está prohibido ansiar que llegue la noche para estar el hombre de mi vida? – bravuconeó sacada.

-¡Ginny, deja de decirlo, cállate! – le gritaba Harry cada vez más enfadado.

-¡No me callo nada! ¡Si tú has decidido tener una vida vacía, allá tú!

-¡Yo no tengo una vida vacía!

-¿Le llamas vida a estar atado a tu trabajo todo el santo día? – escupió Ginny con una sonrisa irónica. A lo único que estoy atado es a ti, pensó Harry lastimeramente.

-¿Quién te dijo eso? – adoptó un tono de voz seguro o eso intentó.

-Es lo que veo, solo eres un maldito obsesivo.

-Tú no eres ejemplo de nada, Ginevra. Te revuelcas con ese don nadie…

-¿Tengo que revolcarme contigo para ser alguien? –Hizo una seña con la mano-¡No seas tan idiota, Potter! No necesito tener un tipo famoso a mi lado para ser feliz…

-… y por eso te fuiste con Thomas hace un año – siseó Harry.

-¿Qué dijiste?

-Nada.- se acobardó.

-¡Repite eso, infeliz!

-¡Lo escuchaste de todos modos!

-¿Me acusas de que me fui con Thomas? ¡Tú fuiste quién me dejaste! – Harry abrió la boca lleno de indignación.

-¡Lo hice para protegerte! ¡Era peligroso que estuviéramos juntos!

-¡Fue una pésima decisión! – ahora el sorprendido era Harry. Se hizo un silencio en donde dejaba ver las verdades de ambos por fin.- Lo siento… no quise… tenemos que buscar una solución a…

-Ginny…- dijo Harry con la voz ronca de tanto gritar- Ginny por favor…

-Ginny nada… no sigamos con esto, no quiero seguir hablando de… No sé cómo llegamos a este punto…

-Después de la batalla de Hogwarts… te vi con Thomas y…

-¿Qué? – Dijo volviendo a su estado de furia- ¿Que me viste con Dean?

-Si, en La madriguera- contestó presuroso-y yo iba a hablar contigo pero…

-¿Me estás cargando? – Dijo molesta- ¡Eso fue cinco meses después de la batalla de Hogwarts!

-¡Lo sé! – exclamó Harry con un hilo de voz- Pero antes yo… debía…

-¿Irte con otra? ¿Pensar si realmente querías estar o no conmigo? – lo increpó con odio.

-No, Ginny, no digas estupideces. Yo siempre he pensando en ti yo…- un calor se le subió a la cara- pero te vi con él y Ron me comentó que estaban empezando algo… yo no me quise meter en el medio… - ella no podía creer lo que oía. Mataré a Ron.

-¡Eres un infeliz, Potter!

-¡Tu eres la que no me esperó!

-¡Yo te esperé! ¡Hubiera aguardado años esperándote, pero tú no diste ninguna señal de que querías estar conmigo! – Explotó Ginny exasperada- ¡Y ahora estás aquí y me refriegas en la cara que fuiste el primer hombre con el que me acosté! – Harry quedó pasmado- ¡y encima me dices que me hago la víctima, eres el colmo Potter!

-Te recuerdo que Dean Thomas es tu novio…

-No lo es…- se le salió a Ginny.

-¿Cómo?

-Nada…

-¿No es tu novio?

-¿Te importa? – dijo alzando las cejas.

-No pero…

-Entonces no preguntes...- zamarreó las esposas, intentando soltarse.- ¡Has algo, quiero alejarme de ti!

-No puedes. Estamos atados – torció los ojos- ¿Es tu novio?

-No te interesa- levantó la mano libre y se tocó la frente herida.- Ouch…

-¿Te duele? – dijo acercándose.

-Un poco… - se miraban a los ojos.- Harry… - el sonrió- ¿Ya te estás riendo de mí?

-No seas perseguida.- le susurró suavemente- Yo solo…- puso una mano en el cuello y Ginny se estremeció- Lamento haber llegado tarde… luego de lo de Fred…pensé que lo mejor esperar un tiempo para volver y…

-Harry…

-Me equivoqué… -su nariz rozó la de ella- Me equivoqué al tardar tanto, me equivoqué…

-No se si me estás diciendo la verdad… - dijo ella parpadeando- Pero te juro que quisiera creerte… cuando estabas buscando los horrcruxxes junto con Ron y Hermione, no aparecías, estabas…

-Pensando en ti-completó él- Pensando en ti en cada misión, cada vez que arriesgaba mi vida…- ella se quedó de piedra. Harry tomó su mano atada a la de él y la envolvió suavemente, ansiando capturar el momento en su retina- Cuando vi el recuerdo de Snape, en donde por fin supe que parte del alma de Voldemort estaba en mí…

-No sigas…

-Déjame terminar…cuando supe que tenía que morir, en ese instante que me paré frente a Voldemort; gracias a la piedra de la resurrección aparecieron mis padres, Sirius, Remus…- se le aguaron los ojos- Tenía tanto miedo… minutos antes, pasé cerca de ti con la capa invisible, tú estabas curando a un herido… nunca en toda mi vida había deseado tanto que notaras mi presencia…

Al pasar por su lado, le pareció que Ginny miraba alrededor y se preguntó si habría notado algo, pero él no dijo nada y no volvió a mirar atrás.

-La noté…- dijo de pronto maravillada ante aquel pequeño pero fortalecedor dato- Noté que alguien pasaba, y me rozaba… -parpadeó y dos lágrimas salieron. Harry sonrió.

-Era yo. Los espectros o lo que fueran de mis padres Remus y Sirius desaparecieron…- relató Harry – y yo tenía tanto miedo, Gin, entonces, pensé en ti… -la atravesó sin perderse detalle de su delicado rostro- En tu luminosa mirada, en el roce de tus labios…- lo acarició.- pensé en ti antes de morir…

..y Harry, sin saber por qué, pensó en Ginny, en su luminosa mirada, en el roce de sus labios…

-Harry…

-Y no supe porqué, pero después de meses lo entendí lo ciego que fui… lo ciego que fui durante años, ¡te tenía en frente pero no te miraba…! – Murmuró con impotencia- Me arrepentí tanto Ginny, de no haberme dado cuenta de lo que sentía por ti…

-¡Harry! – el volvió a ignorarla.

-y soy un maldito imbécil, tienes razón… tienen que venir un par de mortífagos y atarme a ti para que por fin me digne de decirte lo que tendría que haberte dicho hace meses…

-Harry…

-Se que ahora estás con Dean…

-¿Puedes dejar de interrumpirme? – el no pudo evitar sonreír encantadoramente- Dean no es mi novio… el y yo solo somos amigos…

-¿Amigos? – Repitió escéptico.- Pero Ron me dijo que…

-Olvídate de Ron, les hice creer a todos que salgo con él- descartó Ginny avergonzada, pero decidida- Fui una idiota, pero tú tenías muchas mujeres a tu alrededor. Lo cierto es que Dean accedió en la mentira… Pobre, lo terminé usando… y en cuanto a lo otro…- el la miró, temeroso de la respuesta- Yo pensé que tú… ya no querías estar conmigo.

-He sido un imbécil…-repitió Harry.

-Estas esposas no significan nada para mi…- levantó los brazos.

-¿Por qué?

-Porque de cualquier manera, siempre he estado atada a ti. Desde ese día en que te conocí, en la estación de trenes… y no sabías como atravesarla… - hizo una sonrisa nostálgica- Cuando me salvaste de la Cámara de los Secretos… Cuando te ayudé a hablar con Sirius…- Harry la miró desorientado- ¿No recuerdas ese día en la biblioteca, que comimos huevos de Pascua? – el sonrió.

-Vagamente… - la miró- Me preguntaste si quería hablar con Cho… - Ginny asintió.- Y tú, salías con Michael Corner…

-Así fue…- sonrieron estúpidamente.

-¿Y por qué te peleaste con él?

-¿A qué viene esa pregunta? – Harry sonrió, estaba nerviosa. La curiosidad lo embargó doblemente…

-Jamás te lo pregunté y bueno ya que yo te conté algo de mi vida… ¿podrías decirme no?

-Bueno…- se aclaró la voz. Harry se mordió el labio inferior, era adorable.- Después de atrapar la Snitch en el partido contra Ravenclaw…

-¿Corner se enojó porque le ganaste a su casa? – sugirió Harry.

-No… - cada vez estaba más colorada- Terminó el partido y yo fui a hablar con Chang y le dije que…

-¿Qué?

-La escuché hablando de ti y… -lo miró como disculpándose- Tu sabes, los celos… no pude controlarlos… - sonrió tímidamente- Le dije que así como había atrapado la Snitch…- irradiaba calor por su cara- iba a robarle a su novio… (1)- Harry abrió los ojos grandes.

-¿En serio?

-Si –esquivó sus ojos- Entonces ella no tuvo mejor idea, que contarle a Michael que yo le había dicho eso… y bueno, él me vino a preguntar si era cierto – esta vez lo miró- y yo no dudé en admitirlo…

-¿Pensabas en mí cuando estabas con Corner? – dedujo Harry con efusividad. Quería saltar en una pata de lo feliz que lo ponía la noticia…

-Nunca renuncié a ti… ya lo sabes.-levantó las esposas, y ambos sonrieron.

-En realidad, nunca renuncié a ti- dijo- Aunque no lo parezca. Siempre albergué esperanzas. (…)Harry creyó que no podía mantenerse firme en su propósito si seguía sentado al lado de Ginny.

Otro silencio secundó al anterior. Permanecían muy cerca… Harry le corrió un mechón detrás de la oreja.

-Siento haber tardado tanto…

-Harry, sino me besas ahora yo…- pero no terminó la frase y los dos se besaron efusivamente. Las lenguas se encontraron y Harry la aprisionó contra la pared.- ¿Por qué perdimos tanto tiempo? – susurró ella, con cierta congoja.

-No lo sé…- se besaron apasionadamente, y el beso se tornó más sexual- Maldita seas, me vuelves loco Ginny…- recorrió su cuello con la boca, oliendo su perfume.

-Te amo…- el la miró. Su estómago parecía una gelatina.

-Yo también te amo… -le sonrió.

-¿Y si nos quedamos atados? – le propuso con ilusión Ginny.

-No es necesario, ya estamos unidos – dijo él dulcemente- Pero si lo sugieres con esa miradita…

El monstruo que convivía en el pecho saltaba triunfante de alegría. Volver con Ginny era algo que lo hacía especialmente feliz. Ya no importaba el tiempo perdido… si al fin y al cabo, estaba atado a ella desde que la vio besarse con Dean Thomas detrás del tapiz…


Nota: Las palabras en negrita son citas de Harry Potter y el Príncipe Mestizo.

(1) Es un fact: "Corner no dejó a Ginny por Chang, sino que al finalizar el partido, después de arrebatarle la Snitch, Ginny le soltó a la chica: 'Así como te arrebaté la Snitch, lo haré con Harry' Cho le contó a Corner y a Ginny no le costó admitirlo." La autoría del mismo es de la página de Facebook Hanny's Army, completamente recomendable (tiene cosas increíbles) para todos los fans de esta pareja. ¡Gracias por prestarme tu increíble fact! Te mando un saludo.

Sin nada más que decir, espero sus apreciaciones, y nos vemos en el próximo capítulo-homenaje.

Gracias por todas los lindos mensajes recibidos en Facebook y Twitter! Los quiero mucho!

Joanne.