El clima estaba mucho mas frio de lo habitual, después de esparcir las cenizas de madre parecía que el clima se había entristecido, el adiós final se había echo y el la naturaleza que los rodeaba parecía entenderlo.
Kratos no era un insensible a estos acontecimientos, pero sabía de sobras el ánimo que rondaba por Atreus. Seguía con sus que haceres diarios y se esforzaba por seguir entrenando con él para controlar sus poderes diariamente, pero notaba que aunque su obediencia y esfuerzos eran los mismos de siempre, se empecinaba por quedarse solo cada vez que tenía la oportunidad.
Las ramas caían mientras el fuerte hombre cortaba el árbol y divagaba en sus pensamientos como hacer ante la situación. El no era un tipo emocional, ni le preocupaba demasiado que pasara a su alrededor si él y Atreus podían vivir en una relativa paz. Pero con el niño era diferente, lo veía delgado y muy frágil a pesar de haber demostrado su valía en el largo viaje además de cometer grandes hazañas con su arco que ni el creía posible. Dándole el último golpe al árbol para derribarlo pensó que como acercarse a su cría para que intentará abrirse emocional mente, o por lo menos que le contara sus preocupaciones, algo le rondaba la cabeza y no sabía exactamente que era.
Las ramas le arañaron cuando se agacho a recoger el tronco, pero casi ni se enteró recordando las pesadillas que el muchacho ha tenido noche tras noche. Se despertaba agitado y con sudor, a veces sollozaba y él mismo lo despertaba. Confuso, el niño solía meterse mecánicamente en su cama acurrucándose entre temblores. Kratos simplemente se dejaba hacer haciéndole sitio y abrazándole sin decir palabra. Cuando este se dormía él mismo le acariciaba el pelo intentando prevenir nuevas pesadillas y parece que lo conseguía. Lo malo era por la mañana, solía despertar sin su pequeño al lado y dejando un pequeño vacio en su pecho. Además que su frustración crecía aun más cuando Atreus no abría la boca para contarle sus sueños y su razón por aislarse. Estaba muy frustrado y ese sentimiento iba a acabar hoy.
Tomo rumbo hacia su casa con paso lento pero firme. Podía oír a lo lejos como su huevo (nunca lo reconocerá pero ese comentario del enano le hizo gracia en su momento) encendía la fogata para la cena. Olía bastante bien, tenía que reconocer que el joven hacia unas comidas dignas de un rey, incluso ha superado a su madre.
Alcanzó la cima nevada de la pequeña colina y lo vio en la distancia, mientras avanzaba vio como removía el caldero y probaba cuidadosamente con una pequeña cuchara su contenido. Se fijó en su figura, delgada pero esbelta, su piel era blanca como la nieve y sus pecas cian graciosamente sobre su rostro, era tan delicado, tan frágil...De repente Atreus alzo la mirada y vio la claridad azul de sus ojos. Había algo mal en ellos, estaban asustados.
Se dio encuentra enseguida de porque, estaba parado en frente del con un tronco gigante al hombro y mirándolo embobado. Se repuso enseguida.
-He traído madera para este invierno, parece que hace más frio del habitual-Explicó dejando el tronco a un lado de la valla.
Su hijo asintió aturdido y sirvió la cena en los cuencos dándole uno a su padre. En el cual hubo un roce entre sus manos y Kratos pudo tocar su suave piel. Estaba embotado con Atreus desde que acabaron la última voluntad de su madre y no quería pensar en ello. Solo quería cuidarlo y protegerlo y eso haría. Comenzando con la pregunta:
-Atreus- llamó suavemente intentando tantear el terreno
-Si padre- contestó temeroso mirando su plato al saber lo que iba a preguntar
-Necesitamos hablar- continuó lentamente-Que pasa en esas pesadillas- su mirada podría atravesar hasta el metal en ese momento de los nervios que llevaba encima, pero su voz se oía firme y dura como siempre.
Atreus se puso más pálido si podía pero se atrevió a callar
-Mira, he considerado no presionarte para que hablaras por ti solo, pero esto se esta lleno de las manos- dijo seriamente acercándose más a su hijo-Dime lo que sueñas o juro que te pasarás el invierno en la casa- No quería ser tan contundente pero no sabía que más hacer, era un negado socialmente.
Atreus tragó y empezó a temblar. Esto preocupo al padre quien le puso las manos sobre los hombros dejando atrás el cuenco de comida.
-Mírame chico- El pequeño posó lentamente los ojos sobre Kratos, el dolor que emanaban fue un duro golpe para Kratos, y sintió culpa por ser tan descuidado-Dime
Sin remedio, el pequeño tomo aire y empezó a confesar:
-Desde que volvimos tengo el mismo sueño, se repite una y otra vez, se siente tan real. Estoy en una habitación, parece de un rey o algo así. Siempre estoy atado a la cama y un hombre parecido a los que encontramos como Modi se acerca a mí y y...-Comienza a sollozar, Kratos nota que lo que va a venir no le va a gustar ni un pelo, nota como la sangre empieza a hervirle, porque sabía que los sueños del niño no eran solo sueños-empieza a tocarme raro, se pone encima mío y me quita la ropa y..snif..a veces me da arañazos y me muerde y me toca en sitios donde me siento raro, in-intento despertarme pero no puedo porque me dice cosas al oído como que soy su yegua o que me va a comer... y luego me muerde hasta hacerme sangre- las lagrimas ya eran visibles en sus sonrojadas mejillas- Entro en pánico cuando intenta bajarme los pantalones- entonces mira a su padre desesperado- ¡pero yo lucho padre, chillo, muerdo y hago todo lo que puedo¡...pero al final el...el...-se le cae la voz y estalla en el llanto y derrotado se quita lentamente el berro de su ropa, dejando ver chupetones por su delgado cuello.
Kratos está congelado, no sabía que significaba todo aquello, ¿significaba que su pequeño era violado por las noches en sueños?. Estaba claro que otras fuerzas o algún ser mágico estaba por medio de todo aquello. Un dios, un dios estaba abusando de su hijo, solo necesitaba saber una cosa más antes de cogerlo en brazos y llevarlo velozmente a que lo inspeccionara Freya y le diera una solución.
-¿Por qué no me lo dijiste Atreus?¿ibas a dejar que ese repugnante ser te tomara noche tras noche?- dijo desesperado zarandeándolo un poco.
Atreus negó frenéticamente al cabeza- Al principio pensé que solo eran sueños, pero luego empecé a verlas- enseñó uno de sus brazos, el cual había unos cuantos arañazos y un moretón en una muñeca- Luego me dio miedo, como reaccionaras y como me mirarías al saber que... que...-pero de su boca solo salió más llanto.
Kratos lo acogió al segundo en sus brazos, casi escondiéndolo completamente de la visión, acurrucándolo lo más que pudo en su pecho. Esperando que se calmara un poco, el también lo necesitaba, sentía su ira espartana intentar florecer y romperlo todo. Ese malnacido iba a morir con su hacha entre ceja y ceja, por cada día que Atreus fue violado, aunque fuera en el mundo de los sueños, nadie tocaba a SU pequeño. Nunca imaginó una situación como aquella.
En cuanto los dos se calmaron levantó a Atreus entre sus brazos y lo llevo como si fuera un juguete, era tan liviano como una pluma. Atreus saco un jadeo de sorpresa ante el gesto y lo miró interrogante.
-Vamos a que te vea Freya y nos dé una solución- dijo como respuesta- No sé qué daños habrás recibido- su cara se ensombreció asustando un poco a Atreus- por lo que no pienso dejar que te muevas un musculo más.
El niño solo asintió resignado y cayó en el pecho de su padre casando, agarrándose a su cuello con los brazos. Dejando a Kratos embobado por dentro por su perfume, a la vez que luchaba por mantener la cordura y no matar todo que se le pusiera por delante.
