Descargo de responsabilidad: Bueno, ya sabemos que Skip Beat no es mío… Y que jamás lo será… *buaaah*
TERCERA CITA
PRIMERA
Por algún milagro de los que estadísticamente tienen que existir, Tsuruga Ren se había atrevido a pedirle una cita-cita a Mogami Kyoko. Y por otro milagro, totalmente fuera de la escala, ella había dicho que sí.
De resultas de esta conjunción cósmica de imposibilidades astronómicas, tenemos a dos bobos volviéndose locos de la cabeza.
Porque Ren nunca antes había tenido que preocuparse en interesar a una chica, y Kyoko era la primera vez que tenía una cita.
Ah, pero es que no era una cita cualquiera, no…
Era La Primera Cita, con mayúsculas.
Porque La Primera Cita no era solo una cita y ya. Nooooo. En la primera cita tenía que decidirse si la otra persona te resultaba lo bastante interesante para que hubiera una segunda cita. Y no es como si ellos dos fueran dos extraños tratando de impresionar al otro. Se conocían demasiado bien para eso. Ya pasaba el año y medio largo desde aquella vez que Ren puso a Kyoko de patitas en la calle, y casi un año que cada uno de estos dos tontos había reconocido que se moría por el otro… Pero sí… Era una cita-cita… Ren por una vez le había echado valor y se había dejado de verdades disfrazadas, y ni siquiera a alguien como Kyoko le había quedado ninguna duda. Sería una cita formal. Romántica.
Aunque le había llevado dos patéticos intentos, y para que quedara bien claro, Ren acabó soltándole a Kyoko lo siguiente:
—No es una cena. Aunque comeremos. Tampoco es un compromiso social. Aunque espero que no faltes. En ningún caso y de ninguna de las maneras, es una cena senpai-kohai. Es una cita. Tú y yo… A solas… A la luz de las velas… Con música de violines…
—Ah —respondió ella. Más que nada porque su cerebro había entrado en combustión espontánea.
—¿Saldrás conmigo? —pero hasta las neuronas fritas de Kyoko notaron cómo la voz le falló al final.
Veinte eternos segundos de silencioso suplicio más tarde, ella despegó la vista de los cordones de sus deportivas, alzó la cabeza y susurró:
—Sí…
La sonrisa de Ren fue tal que pensó que iba quedarse ciega.
Incomodidades aparte, manos sudorosas, bocas secas, nudo en la garganta (Kyoko) y más de una copa de vino temblequeteante (Ren), la cena transcurrió bien, velas y violines incluidos. Ren comió (sí, de verdad), Kyoko también. Más que nada por llenar con comida los tensos silencios del principio. En el fondo, ninguno de los dos se creía que esto (La Primera Cita) estaba pasando de verdad… Ninguno quería fastidiarla y estaban más callados que de costumbre. Ni el educado encanto de Ren ni la verborrea nerviosa de Kyoko se lucían esa noche. Pero no podían seguir callados todo el rato o esto sería un desastre… El trabajo era un tema seguro. "Nada de asustarla, Ren", se decía, "Trabajo, pues".
Si lo miras bien, parecía su charla de siempre, pero que en otro contexto totalmente inusual, se revelaba diferente. Y partiendo de la seguridad de hablar de sus profesiones, pronto Ren (un casi desconocido Ren) le estaba contando anécdotas del trabajo, a cada cual más loca. Kyoko se llevaba las manos al vientre, o se tapaba la boca, incapaz ya de disimular las carcajadas, olvidándose del maldito muro que ella había erigido entre los dos, porque su senpai era un payaso. Que era un bromista (normalmente a sus expensas), no era nuevo. Pero que se le diera tan bien contar tonterías, gesticulando e impostando voces, era toda una novedad. Le contó de una actriz demasiado pegajosa, inmune a las miradas petrificantes de Yashiro, y que no tenía ningún respeto ni consideración por el espacio personal. Su paciencia y su cortesía rozaban ya sus límites y Ren se vio obligado a tomar medidas desesperadas. Pues bien, dado que el ajo japonés quedaba descartado porque ni repite ni causaba mal aliento, Ren había recurrido a la cebolla, mucho más fácil de conseguir en cualquier tienda de abastos. Diez minutos antes de entrar al set, sentado en el coche, ante los ojos abiertos como platos de Yashiro, le pegó un buen mordisco a la cebolla. Cruda. Los vapores picantes le llegaron inmediatamente a los ojos, pero le dio otro mordisco. Valiente él. Y lloroso también. Porque las lágrimas le salían solitas mientras se la comía. Yashiro le animaba y alzaba el pulgar mientras con la otra mano se tapaba la nariz. Ese día, ciertamente hubo más NG's de la cuenta por parte de la mencionada actriz, que no cesaba de recular para atrás en cuanto se acercaba a Ren, pero bien valían los retrasos, porque en cuanto terminaban de rodar, la loca se mantenía a respetuoso metro y medio de él… O puede que dos…
También le contó de la vez en que estaban grabando, y su compañero, resfriadísimo, se mantenía en pie por un esfuerzo semi-consciente de voluntad. Pues al desdichado se le empezó a resbalar un moco por la nariz. Lentamente… El pobre la tenía ya tan en carne viva (bajo el maquillaje) que ni cuenta se dio… La cosa es que tomó a Ren por sorpresa y no pudo evitar la cara de asco. Era horrible ver esa cosa verde y viscosa saliendo de su guarida, haciéndose cada vez más larga… Y mientras tanto, él intentando decir sus líneas… Pero al final, quedó bien y todo, porque al director le gustó la escena grabada. De espaldas a los demás, Ren le pasaba disimuladamente un pañuelo a su compañero…
La cena termina y Ren acompaña a Kyoko a la puerta del Darumaya. El corazón de la muchacha va a mil por hora sin tener ni idea de que al de Ren le pasa lo mismo. Porque ahora viene la despedida. ¡La despedida! Ah, pero es una primera cita, y Ren no quiere arriesgarse ni asustar a Kyoko con la intensidad de sus sentimientos. Al menos, no todavía. Quiere asegurarse de que habrá una segunda cita. Así que de un manotazo mental, Ren descarta todas las posibles despedidas en las que se involucre la posibilidad de besar a Kyoko y se despide con un arco, una sonrisa que Kyoko pudo ver en la oscuridad y un "Buenas noches, Mogami-san" que Kyoko acertó a corresponder con un bajito "Buenas noches, Tsuruga-san".
Ren no tiene forma de saber que Kyoko se sintió en parte aliviada y en parte ¿decepcionada?
Ah, demonios, ¿pues no quería que la besara?
Primera cita, hecho.
