Nada de esto es mio!

Espero que les guste... gracias por leer

Pau Ruby Malfoy


Padre:

- ¿Puedes quedarte tranquila? - dijo Narcissa en tono calmo. - Mi hijo te ama y esto lo pondrá muy feliz, ya verás, no tienes porque estar así de nerviosa.

- Ojala tengas razón. - respondió Astoria.

Al instante escucharon un leve crack en la sala.

- Ve. – dijo la rubia animándola.

Astoria asintió y se dirigió a la sala.

- Hola querido. – dijo acercándose a su esposo.

- Hola ¿Cómo te sientes? ¿Se te pasó el mareo de hoy en la mañana? – preguntó mientas tiraba su capa en un sillón.

- Si. – respondió. – De hecho tu madre me convenció para ir a San Mungo. – agregó.

- ¿Fuiste? – preguntó interesado.

- Si, ella misma me acompañó.

- ¿Qué te dijeron? – volvió a preguntar.

- Me dijo que estoy bien pero que los mareos tal vez duren un par de meses. – Draco puso cara de sorpresa, estaba sorprendido y asustado. – Dijo que tal vez también tenga nauseas, pero que es completamente normal. – agregó.

- No me asustes, dime ya que tienes. – exigió, tratando de no sonar tan preocupado como estaba.

- Estoy embarazada. – soltó casi sin pensar.

Draco la miró sorprendido, bajo la vista y se sentó pesadamente en uno de los sillones.

- ¿Estas loca mujer? – preguntó con voz muy gruesa. – ¿No lo entiendes? ¡Yo no puedo ser el padre de nadie! Lo sabes. – su voz ahora sonaba cortada. Miraba fijo su brazo.

Ella sabía cual era la razón por la que el reaccionaba así.

- Draco, tu no eres como él. No eres como tu padre.

- No soy como él pero soy muy parecido. – comentó.

- No lo eres, esta marca – dijo levantando la manga de la camisa de su esposo. – no te hace iguala él.

- Esta marca me hace un Mortífago. Eso es lo que soy y lo que siempre seré. Todo el mundo me ve así. – replicó enojado.

- Yo no te veo así. ¿Tu crees que a mi me interesa como te ven los demás? – ahora ella era la que estaba enojada. – ¡No me interesa! Yo sé que tu no eres como los demás piensan, sé que no eres como tu padre y también sé que eso es lo que te da miedo. No trates de negarlo porque es verdad. – agregó al ver que él intentaba replicar sus palabras. – Los errores de tu padre son los que te llevaron a esto. – continuó señalando nuevamente la marca. – Y tu tienes miedo, pánico de cometer los mismos errores, de repetir la historia y de hacer sufrir a tu hijo como él te hizo sufrir a ti, pero eso no pasará. – la voz de la mujer sonaba dulce, demasiado dulce para ser una persona tan dura como ella lo era.

- ¿Cómo lo sabes? ¿Qué pasa si aún sin quererlo cometo los mismos errores? – preguntó amargamente.

- Si lo haces estaremos ahí para ayudarte a repararlos a tiempo. – una voz mucho más calma y melodiosa se unió a la conversación. Narcissa había aparecido en la sala sin que ellos lo notaran. – Sé que no fui una madre ejemplar para ti y que podría haber detenido o, al menos, retrazado lo que sucedió, pero, te juro hijo, que no dejaré que eso vuelva a ocurrir. – dijo. Los ojos de las dos mujeres estaban completamente rojos. Draco no sabía a cual de las dos mirar primero. - ¡Vamos hijo! Vas a ser padre. Deberías de estar feliz. – dijo su madre tratando de disimular, ella odiaba que le vieran así de débil.

- Lo estoy. – respondió mientras se acercaba a su esposa y la abrazaba. – Lo estoy.