Hola fanáticas: aquí les traigo una historia de amor y sexo un poco diferente. Espero les guste y me dejen algún RR para saber como va. Será corta así no quedarán mucho tiempo a la espera de las novedades jejeje. Besos y que la disfruten!
CAPÍTULO 1: MIS LOCAS HORMONAS
Mi matrimonio se ha terminado. Eso era lo que continuamente me decía a mí misma desde hacía tres meses atrás cuando Sasuke, mi marido, se había ido de la casa. El problema es, que dos meses atrás me había dado cuenta de que estaba embarazada. Y todo producto de la descontrolada noche de pasión que había compartido con mi marido unos días antes de que se fuera. ¿A que esto no era irónico?
Nuestro matrimonio había tenido algunos altos y bajos durante los cinco años que había durado y siempre lo habíamos logrado sacar a flote gracias a la química sexual que teníamos; cada vez que hacíamos el amor parecía que todo alrededor nuestro se incendiaba. Pero casi medio año atrás las cosas entre nosotros eran cada vez más complicadas, y no todas las discusiones podíamos calmarlas con horas de sexo alucinante. Hasta que unos tres meses atrás, luego de haber decidido por última vez darnos una oportunidad y tener una semana de vacaciones para los dos solos, se había producido el inesperado accidente de quedarme embarazada. Claro que en ese momento no lo sabíamos ninguno de los dos; menos sabía que al final de esa semana idílica de incontables orgasmos me enteraría que mi marido me había engañado con una de las meseras que trabajaban en el restaurante que él manejaba. Eso había hecho que yo lo echara de la casa.
Ambos teníamos una sociedad de negocios. Yo dirigía un café – bar y el dirigía un restaurante. Ambos éramos dueños de ellos y realmente nuestros negocios iban bien. Había sido un poco difícil ponernos de acuerdo cuando nos habíamos separado de aquella manera pero ambos entendíamos que no podíamos dejar que todo se fuera por la borda por culpa de no llevarnos bien durante el matrimonio. Así que cada uno se ocupaba de su negocio, reuniéndonos los martes de cada semana para comentar los avances, impuestos, facturas y bueno, ahora el bebé que venía en camino. No nos preguntábamos nada acerca de la vida privada de cada uno, ni de cosas personales o de estado de ánimo. Ninguno de los dos quiere tocar un tema complicado, me justificaba.
Pero en estos tres meses, el embarazo había comenzado a obrar sus primeros cambios en mí teniéndome con las hormonas un tanto descontroladas y a mí caminando por las paredes del apartamento donde habíamos vivido con Sasuke, sudando como loca en las noches y sufriendo de mucha insatisfacción sexual. A pesar de masturbarme y jugar con mi cuerpo, no era suficiente; éste me pedía algo duro entre mis piernas. Estaba caliente, muy caliente. Y quería un hombre. El joven que había contratado para la cocina hacía una semana había empezado a colmar todas mis fantasías de jugosas imágenes y eso solamente contribuía a que mi excitación a veces no solo se presentara por las noches sino durante horas de trabajo mientras lo veía trabajar o cuando me hablaba con su voz varonil que simplemente al saludarme ya me hacía mojar. Neji, ese era su nombre. Muy respetuoso y educado, trabajador y con ese aire de misterio y sensualidad alrededor que me atraía espantosamente. Sabía que de vez en cuando me echaba miraditas cuando pensaba que no lo estaba viendo, eso sólo servía para aumentar mi ego; sabiendo que al menos no era yo la única que quizá fantaseaba.
Era martes al final y esta vez le tocaba a Sasuke venir a mi local para poner los reportes de los locales al día esta semana. Ya había despachado al personal y el lugar estaba cerrado al público. Y yo estaba sobrecargada de tensión sexual. Genial Sakura, me dije, pon en marcha tu plan de emergencia si no quieres terminar explotando de pura frustración. Había estado pensando en una idea para por lo menos salir del paso por un tiempo, no podía seguir así de irritable por no tener sexo, eso era patético; sin embargo, sabía que Sasuke no se resistiría a la idea tampoco. Sabía que él seguramente no se había mantenido célibe todo este tiempo que habíamos estado separados pero el siempre había sido insaciable, y yo también. Por eso era que nos llevábamos tan bien juntos en el dormitorio. Aún no me sentía preparada para salir con nadie, por no decir que no conocía a nadie como para acostarme esporádicamente, así que a quien podía recurrir para obtener gratificación sexual era a Sasuke, al menos sabía que obtendría lo que quería, el era muy bueno en eso. Unas campanas sonaron avisando la entrada de alguien al local y supe que era él. Sonreí. Plan en marcha.
- Hola Sakura, ¿cómo estás?
- Muy bien gracias, y tú? – el asintió y eso me dijo que estaba igual que yo. Nos sentamos y estuvimos un rato metidos en los papeles hasta que se hizo cerca de medianoche. Finalmente me decidí a sacar el tema en cuestión. – Necesito hablarte de algo – le dije intentando sonar casual. Él me miró y esperó que comenzara – El embarazo me tiene un poco… descentrada… - vaya manera de describirlo, pensé – así que necesito que me ayudes con algo… - el simplemente levantó una ceja, aún esperando – Necesito tener sexo, me estoy volviendo loca por culpa de las condenadas hormonas, así que… te apuntas? – lo miré expectante mientras se notaba bastante sorprendido por mi petición. Inmediatamente se recompuso y sonrió sensualmente. Yo sabía que no podría resistirse; como dije antes, Sasuke y yo nos llevábamos muy bien en la cama.
- Claro gatita… - y dicho eso nos encontramos en un mar de besos, caricias, y caliente desesperación sexual. Oh sí, cantaban mis hormonas, al fin.
Sasuke tiró los papeles de la mesa y me colocó sentada allí colocándose entre mis piernas. Mi vestido se levantó un poco revelando mis piernas, y Sasuke lo levantó casi completamente enrollándolo en mi cintura; podía sentir su erección detrás de su pantalón de tela, refregando contra mi centro húmedo. Me bajó los tirantes del vestido mientras ponía mis senos antes su boca y los chupaba en ella. Yo trabajaba abriendo su bragueta para liberar su miembro y sentirlo adentro, lo necesitaba adentro en ese mismo instante. Sasuke también estaba impaciente porque sacó mis manos de su pantalón y finalmente sacó su miembro guiándolo hacia mi entrada y penetrándome de una vez. Agarró mis manos y las sostuvo contra la mesa detrás de mí mientras me cogía con fuerza y me succionaba los senos de vez en cuando. Yo sólo podía gemir y apretar mis piernas alrededor de su cintura para llevarlo más adentro. Sentía la tensión en mi vientre, las cosquillas del orgasmo formándose hasta que estallé jadeando por la intensidad, mientras Sasuke siguió un poco más y terminó también. Ambos estábamos agitados, apoyados el uno contra el otro. Había sido un interludio rápido pero intenso, Justo lo que me recetó el doctor, pensé y sonreí para mis adentros.
Sasuke se retiró de mí y yo alcancé unas servilletas que había cerca para limpiarme la evidencia del encuentro. Nos arreglamos la ropa y le ofrecí una bebida. El aceptó y ordenamos el caos de papeles que se había formado anteriormente. Después de tomarnos un café y sentir que al menos un poco mi libido había menguado me sentí más tranquila. Quizá podía mantener un poco bajo control las hormonas deseosas de satisfacción con un poco de sexo casual con mi esposo… Quién lo diría… Hablamos un poco antes de que se fuera y esa noche dormí con una sonrisa en mi rostro.
A partir de ese momento, todos los martes además de poner al día toda la contabilidad de los locales teníamos sexo y luego bebíamos y charlábamos un poco como si fuéramos amigos, y es que se sentía como cuando Sasuke y yo habíamos empezado a salir y no estuviera presenta la tensión del matrimonio en sí. Se sentía bien. Relajado.
Con Neji, mi sexi cocinero nos habíamos conocido un poco más, aunque seguía teniendo fantasías con él, por supuesto pero al menos ahora podía controlarme un poco más gracias al desahogo de los martes. Eso sumado a mis diarias masturbaciones me tenía mucho más bajo control. Era un martes a un mes de comenzado con mis encuentros sexuales con Sasuke cuando sucedió algo. Sasuke y yo habíamos terminado por fin con el papeleo correspondiente de los locales, y él estaba arrodillado entre mis piernas mientras yo me apoyaba en el escritorio de la pequeña oficina de la parte de atrás cuando me pareció ver una figura en la ventana que daba al patio trasero. Por un momento me congelé pero después me perdí en las sensaciones que mi marido me estaba provocando con su lengua. Finalmente llegué al orgasmo y una vez que Sasuke estuvo en sus pies de nuevo me penetró con fuerza e intensidad; últimamente le veía más salvaje cuando nos encontrábamos, un par de veces había llegado y me había tomado contra la pared antes siquiera de poner la contabilidad al día. No sabía muy bien que pensar de eso.
Estaba llegando a mi segundo orgasmo cuando ví a Neji en la ventana con los ojos ardientes. Y eso me disparó más allá aún. Era muy erótica la idea de él observándonos mientras nosotros teníamos sexo. Lo miré fijamente mientras me corría sabiendo que se vería como una provocación de mi parte. Después lidiaré con las consecuencias, pensé en ese momento. Sasuke acabó unos segundos después y me obligué a mirarlo nuevamente mientras me agarraba la cara entre sus manos y me daba un dulce beso. Qué fue eso?, me pregunté desconcertada. El no se había mostrado de esta manera antes desde que habíamos comenzado con nuestros interludios amorosos. Cuando salió de mi y fue al baño pude ver que Neji ya no se veía.
Después de eso, cada vez que Neji me miraba o hablaba conmigo podía notar su mirada conocedora y sensual sobre mí, como si fuera una caricia. Conversamos algunas cosas personales en algunas ocasiones y fuimos de a poco transformándonos en amigos. Desde ese día que él nos había visto, solamente vi a Sasuke en términos sexuales unas semanas más antes de terminar con eso. Y cada vez Neji había estado presente en la ventana como observador. Sasuke cada vez se encontraba más posesivo y en mi fuero interno sabía que estaba volviendo a enamorarse de mí, lo cual no estaba sucediendo conmigo ya que mis sentimientos por él no iban más allá de una amistad. El matrimonio entre ambos había terminado de matar el romance pero no la camaradería. Claro que a mi marido no le gustó nada el hecho de no volver a tener relaciones; sin embargo no podía reclamarme nada ya que estábamos separados. Y ambos sabíamos que seguir así era lo mejor. Al menos yo lo sabía. Así como también sabía que Sasuke podía ponerse muy insistente cuando quería.
Hasta aquí el primer capi, en unos días subiré el otro.
Saludos!
