¤ Prompt: Ducha.
¤ Extensión: 614.
¤ Advertencia: Spoilers del libro, ¿angst? (creo que más bien hurt o drama).
¤ Notas: Idea basada en el hecho de que son niños, de 8, 10, 12 y 13 años. Si a los adultos las guerras les afectan mucho, ¿cómo no les va a afectar a unos niños? Por muy rudos y maduros que quieran parecer. Para el DTM de Crack&Roll.


―¿Peter? ―Llamó Edmund, tocando la puerta a la vez que la entreabría. Pero no recibió respuesta y eso, inevitablemente, terminó por preocuparlo.

Desde que habían llegado a Cair Paravel, después de terminada la lucha contra la Bruja Blanca, Peter no había salido de su habitación. Susan decía que era algo normal, que el pobre había tenido que soportar demasiadas presiones en muy poco tiempo. Lucy no estaba del todo convencida, ¿y si estaba lastimado y no había querido decirlo? Así que, al final (y luego de varias horas de discutirlo), Edmund fue a buscarlo. Más que nada para acallar las preocupaciones de sus hermanas –aunque esa excusa ni él se la creía.

Terminó por entrar en la habitación y la miró extrañado. La cama seguía impecable, señal de que Peter no la había tocado. Le llamó la atención ver su ropa por el piso y fue cuando escuchó el ruido que provocaba el agua al caer. Asustado por la posibilidad de que Lucy hubiera tenido razón, se acercó al baño y empujó la puerta, ésta abriéndose fácilmente, pero solo un poco, lo suficiente como para observar dentro del cuarto de baño sin ser visto.

Peter se encontraba bajo el chorro de agua que salía de una piedra con forma de cabeza de león. Por como tenía su cabello y las pequeñas arrugas que se extendían a lo largo de su piel, Edmund dedujo que llevaba demasiado tiempo en el agua. Y aún así no se movió ni dijo nada. No podía. No después de ver así a su hermano.

Y es que Peter se tallaba con fuerza las manos y el torso, incluso podría decirse que con algo de desesperación, pasándose una y otra vez la esponja enjabonada por esas partes de su cuerpo, al grado de tenerlas enrojecidas.

―No desaparece ―murmuraba el próximo Gran Rey de Narnia, con un tono de voz que le hacía verse como un niño indefenso (que lo era realmente)―. El olor, la sensación, no desaparece. ¡¿Por qué?! ―gritó, asustando a Edmund, quien dio un paso hacía atrás. La puerta se abrió un poco más, dejando ver como Peter golpeaba la pared y se dejaba caer, hincado, recargando su frente sobre la fría piedra frente a él―. ¿Por qué no logro quitarme la sangre?

Edmund abrió y cerró sus puños repetidamente, sin ser consciente de ello. Nunca había visto a Peter así. Y, aún así, lo entendía muy bien. Bajó su vista a sus propias manos y recordó la batalla librada. Él, a diferencia de su hermano, no tuvo la oportunidad de mancharse con otra sangre que no fuera la suya. Cerró los ojos y apretó con fuerza los puños, antes de marcharse de la habitación. No se sintió capaz de encarar a su u hermano.

Llegó a la estancia donde se encontraban sus hermanas con Aslan, quienes le miraron interrogante. Edmund se quitó los guantes, dejándolos en una mesita que tenía al lado.

―¿Y bien? ―preguntó Susan.

―¿Cómo se encuentra Peter? ―Edmund le sonrió, de manera queda, a Lucy.

―Está cansado. Sólo eso ―mintió. Ambas se le quedaron viendo, no del todo convencidas.

―Fue un día muy difícil para todos ―habló el león, haciendo que los tres hermanos le miraran. Edmund sintió una presión en su pecho cuando esos ojos dorados se fijaron principalmente en él―. Lo mejor será que todos descansen. La coronación será hasta pasado mañana.

Los tres asistieron. Las chicas se marcharon con Aslan, mientras Edmund regresaba por el pasillo por el cual había venido. No entendió muy bien el porqué lo pensó, pero sintió que, en esos momentos, Peter no debería de estar sólo.

Se mordió el labio inferior, inquieto. Definitivamente detestaba las guerras.


¿Review? :3