Capitulo 1: el contacto.

Twilight caminaba solitaria en medio de ponyville atravesando la oscuridad de la noche, el sonido del viento cantaba una melodía inquietante y sombría mientras la potra recorría el centro del pueblo. La luna estaba cubierta por un manto de nubes que apenas y dejaba filtrar un poco de luz.

-¿Por qué todo esta tan callado?, parece que como si todo el mundo abandono el pueblo- pensaba nerviosa.- pero que tonterías estoy diciendo- dijo con tono burlón –seguramente todos duermen, creo que debería hacer lo mismo- hubiese dado vuelta y regresado a su hogar, de no ser por un murmullo inquietante.
-¿Qué es este lugar?, no puede ser… de nuevo estoy aquí…- escucho una voz agitada a lo lejos, camino por la calle hasta llegar a la esquina de una casa, asomo la pequeña cabeza y vio una extraña silueta. Era una sombra que deambulaba de un lado a otro. Twilight no veía con claridad, pero pudo percatarse de que se desplazaba sobre sus extremidades traseras como si buscase algo. No era normal que un poni anduviera de esa manera, ¿acaso seria otra creatura?
-¿Qué quieres de mi?, esto dejo de ser gracioso hace mucho, ¿porque me traes aquí?- grito la extraña criatura bípeda cubierta por la sombra de la noche, mas sin embargo no hubo respuesta.

Un minuto después aprecio una segunda sombra que pudo reconocer más fácilmente, era la silueta de un poni que se acercaba a la extraña criatura. -Proteger deberás… La muerte te seguirá…cuidado con las memorias…- comenzó a decir la silueta del poni con una voz sollozante y dramática, entrecortándose entre palabra y palabra con un jadeo inquietante, como si le faltara el aire. –El tiempo se acerca... Aprender ha sido importante, y lo seguirá siendo…- continuo la voz desgarrada.-¡Deja de decir cosas sin sentido!- grito enfurecida la creatura mientras se acercaba sobre sus dos extremidades - ¡deja de traerme a este sitio!-

Las nubes se comenzaron a despejar. La luna hizo una aparición atravez de una nube desgarrada. La luz callo cual reflector de ese escenario dejando ver más detalladamente aquel poni extraño que decía cosas sin sentido.
"No puede ser…. ¡simplemente no puede ser!". Pensó asombrada Twilight al ver aquello. Sus cascos comenzaron a temblar de la impresión.

La luz de luna reveló que la parte izquierda del rostro de aquel poni carecía de piel, como si la hubieran arrancado con pinzas. Uno de los ojos inyectados en venas y sin pupila se movía erráticamente mientras el otro observaba a la otra criatura, "el dos cascos", como Twilight clasifico a ese ser misterioso, pues no se le ocurría otra forma de nombrarlo, pese a que no aparentara tener cascos como los demás ponis, que le gritaba furiosamente al repulsivo poni. Las orejas mullidas y carcomidas, su costado ausente de carne exhibían unas costillas corroídas, el resto de su cuerpo era de un color rosado pálido producto de una evidente descomposición.

-solo una noche mas... ¿no es así…Twilight?- dijo el poni tornando su mirada carente de vida directamente sobre la poni violeta que ya había asomado la mitad de su cuerpo sin darse cuenta. La creatura "de los dos cascos" volteo hacia donde estaba ella y gritando le dijo

-¡Aléjate de aquí, huye!- pero el cuerpo de Twilight no respondía. Al ver que no reaccionaba a sus palabras se dirigió hacia aquella abominación -debo terminar esto de una vez por todas- dicho esto arrojo un pequeño objeto al poni putrefacto, este gimió y berreo terriblemente. De pronto la carne podrida comenzó a derretirse y mezclarse como si se tratara de barro. Esta melaza de carne creció frenéticamente hasta tomar el tamaño de una casa creando un ser amorfo, de este comenzaron a salir unas largas púas irregulares sobre toda la masa, y finalmente un largo brazo similar al de una mantis que terminaba, como si de una lanza se tratara, en una enorme púa afilada. -¡corre!- grito la sombra al ver como esa cosa seguía creciendo cada vez más. Cuando por fin pudo reaccionar se dio cuenta de que la abominación se dirigía hacia ella con la intención de clavarla al piso con aquella enorme púa. Twilight intentó retroceder pero era tal el pánico causado por aquella bizarra visión, que cayó de lomo viendo como se elevaba la púa apuntando directo a su vientre. Cuando esta tuvo suficiente altura, al igual que la hoja de una guillotina, descendió veloz hacia ella. Twilight solo pudo cerrar los ojos y cubrirse el rostro con sus temblorosos cascos. El silbido de la púa al caer sonaba como el mismo grito de la muerte, que la reclamaba ferozmente. La púa atravesando la carne hizo un sonido aterrador. Sin embargo algo extraño sucedía. Por su mente un pensamiento cruzó - ¿Por qué no me duele?, seguramente ya voy camino al paraíso de los ponis.

Una lluvia tibia comenzó a bañar el cuerpo del poni violeta, que yacía sobre un charco carmín, al abrir los ojos observo que aquella sensación cálida, era sangre sobre su vientre , sin embargo este estaba intacto -¿pero como…?- al elevar su vista vio un rostro ensombrecido y difuminado completamente. -debiste haber huido- dijo el rostro al mismo tiempo que unas pequeña gotitas escarlata caía y se mezclaban con las lagrima de Twilight. Al mirar más detenidamente, la unicornio vio como la púa había avanzado a través del torso de aquel "dos cascos", quien se había interpuesto entre la abominación y ella con el fin de protegerla. Apoyado sobre sus cuatro extremidades y arqueando el torso para evitar que la púa siguiera avanzando. El sonido de huesos rotos comenzó una sinfonía macabra.
-¿por…por que lo hiciste?- gimió Twilight al punto del colapso.
-no… lo…se- la estocada que acababa de recibir apenas y le permitía hablar. La abominación movía la púa para zafarla del aquel escudo viviente sin tener éxito.
-una noche más….- se escucho en el viento y la abominación comenzó a desmoronarse hasta quedar reducida a nada en un abrir y cerrar de ojos.

No importa cuánto examinara al "dos cascos", no lograba ver detalle relevante de su cuerpo, o naturaleza, lo único que distinguía era su silueta delgada con sus "cascos" largos. El cuerpo de aquella creatura cayó sobre Twilight quien gimió de dolor y tristeza y lo rodeo con sus cascos , para después soltar un alarido que retumbo en la obscuridad.

-¡Twilight!, ¡despierta Twilight!- escucho una vocecilla que la llamaba - ¿estás bien?, ¡despierta!- al abrir los ojos se dio cuenta de que quien la llamaba era el pequeño Spike. Sus cascos abrazaban una almohada y su rostro estaba bañado en llanto
-tu cuerno estaba brillando, acaso ¿tuviste ese sueño de nuevo? – Murmuró el dragón
- Si, pero esta vez fue diferen….- no pudo terminar la oración, las imágenes del poni descarnado y la abominación en la que se transformó llegaron a su cabeza, no sin antes causarle una revolución en el estomago. Corrió al baño y vomito todos los muffins que había cenado la noche anterior con pinky.
-creo que deberías dejar de comer tantos dulces antes de dormir. ¿Pero que fue esta vez diferente en el sueño?- twiligth salió lentamente con un tremendo dolor de estomago. – pues veras…- comenzó a contarle el sueño detalladamente mientras Spike tragaba saliva al escuchar aquellas visiones…

En un sombrío callejón nevado, un joven dormía en una caja de cartón entre basura, su respiración era agitada y estaba bañado en un sudor frio. Todavía era de noche y la luz de la luna estaba opacada por unas nubes. Sus dedos se apretaban fuertemente.

-¡Canek despierta, malas noticias, tenemos que largarnos de aquí!- susurro una voz apresurada mientras lo sacudía con una mano- los centinelas no tardaran mucho en venir. Se han dado cuenta de que les robamos parte del cargamento de comida, tenemos que regresar al refugio.- Le susurro una persona cubierta de pies a cabeza de un atuendo negro que solo le permitía ver un par de ojos negros a través de un pasamontañas, este cargaba una gran maleta sobre uno de sus hombros. El joven que dormía despertó agitado y con el rostro bañado en lágrimas y los ojos levemente hinchados.
-¿Qué sucede, estas bien? - dijo la persona de la maleta.
-Estoy bien, no pasa nada…- dijo Canek mientras se colocaba un manto negro que había usado para protegerse del frio, y el pasamontañas en su lugar, después se coloco la capucha del manto quedando completamente cubierto al igual que su compañero.
-¡salgamos cuanto antes de aquí!, no podemos darnos el lujo de perder ese cargamento.- Ambos salieron corriendo atravesando una red de andadores abandonados entre los grises y devastados edificios, resultados de un conflicto interno en la ciudad. A mitad de camino se escucho el grito de una niña a pocos metros de distancia ocasionando que se detuvieran en seco.
-¿escuchaste eso Canek?
-si… continua adelante entrega la comida, yo iré a ver qué sucede.-
-¿estarás bien?-
-descuida, mi padre no me ha abandonado- Le respondió mientras levantaba un poco el manto revelando un cinturón de piel con un juego de 6 pequeños cuchillos de unos 10cm aproximadamente, dispuestos a lo largo del cinturón y del lado derecho colgaba, de este mismo cinturón, una funda con de una daga de 30 cm cuya empuñadura blanca sobresalía.
-entiendo...ve con cuido- acto seguido, el sujeto de la maleta desapareció en las sombras de la noche. Cuando Canek llego al lugar, vio como un centinela ebrio sujetaba a una pequeña niña de unos 11 años intentando desnudarla.

Los centinelas eran una especie de policía adiestrados en el brutal arte de someter y suprimir cualquier insurrección civil. Ir en contra de un centinela era lo mismo que ir en contra del gobierno.
-no te preocupes…. Seré delicado… ¡jojojojojo!- grito el guardia ebrio mientras la niña lloriqueaba y se resistía desesperada. Un silbido partió el gélido aire seguido de un grito de dolor por parte del centinela.
-¡Mi pierna, maldición!- un trozo de metal sobresalía de un costado de su pierna mientras este se retorcía en el suelo del dolor. El guardia levanto poco a poco su mirada buscando el origen de la agresión. Ambos se quedaron de piedra al ver ante ellos aquella aparición, un ser de tinieblas con un pequeño cuchillo de metal entre sus dedos forrados de cuero negro. El centinela deslizo su mano rumbo a su revólver que descansaba en su funda, pero otro cuchillo silbó y cayó entre su mano y el mango del arma. Haciendo que el guardia se paralizara. -asi que de verdad existen…-gimoteo el centinela aterrorizado - ¡los monjes negros exis….!- no pudo terminar la frase pues Canek se le había abalanzado con una patada justo en el cuello dejándolo inconsciente. De un movimiento veloz recupero ambos cuchillos y los coloco de nuevo en su cinturón, no sin antes sacudirlos, tomo el revólver y la munición que el centinela tenia. Cuando volteo a ver a la niña, esta se había desmayado de la impresión. Se quitó el manto para cubrir el cuerpo de la víctima, la tomo en brazos y se dirigió al refugio…

Twilight había estado muy distraída pensando acerca de aquel sueño, inclusive tropezó y cayó de lleno en la fuente de la plaza principal de ponyville mientras daba un paseo para despejar su mente.
-creo que deberías ir con un medico, no te he visto muy bien últimamente- dijo Spike mientras caminaba a su lado- creo que ese sueño no es normal.
- tienes razón, pero no creo que un médico me sepa decir algo acerca de un sueño…- suspiró Twilight profundamente- ¡Lo tengo!, si el sueño continua persistiendo iré con Zecora para que me de algún remedio para poder dormir tranquila y alejar esa pesadilla de mi mente.
-Lo que tu digas Twilight- respondió Spike- pero deberíamos volver, hoy no es precisamente tu día, mejor que descanses, ya le enviare una carta a la princesa Celestia justificando tu falta de reporte.
-Gracias Spike, será lo mejor, todavía me duele el estomago de lo de hoy en la mañana. De pronto Pinky apareció con una canasta de pastelillos en la boca dirigiéndose a ellos con pequeños saltitos.
-¡Cupcakes para todos!, traje una canasta entera como la de anoche, solo para ti y para mi, ¿que dices, he?, además podemos invitar a los demás y hacer mas cupcakes juntos y comerlos hasta que vuelva a amane… ¿he?, Twilight a dónde vas, hey espera - se quedo sorprendida Pinky al ver a Twilight correr sin siquiera dejarla terminar la frase. – ¿Que le habrá pasado?
-Resiste Twilight, el baño esta cerca- gritó Spike apurándola.
Ese día, las cinco ponis visitaron a Twilight quien descansaba en cama, llegando una a una. Todas fueron avisadas por Pinky de que ella estaba actuando raro. Fluttershy se ofreció a quedarse a cuidarla, pero Twilight se negó.
-Se los agradezco chicas, pero, si no fuera mucha molestia, me gustaría estar sola un momento, les aseguro que no es nada grave, solo es… un leve dolor de cabeza, mañana por la mañana estaré mejor.- Todas quedaron extrañadas por aquellas palabras, mas sin embargo hicieron caso de la petición de su amiga.

El sol comenzaba a ocultarse y las luces de las velas a apagarse una a una en ponyville.
-¿Por qué les mentiste?, pensé que te dolía el estomago- refunfuño Spike.
-No es mentira, realmente tengo un leve dolor de cabeza, y el estomago lo tengo hecho un desastre- le contestó - además, creo que ya es un poco tarde, espero poder dormir bien esta noche, dado que con todas las visitas, no pude dormir en el día- le respondió mientras se envolvía en su manta.
-de acuerdo- contesto Spike apagando una vela- buenas noches Twilight.
-buenas noches Spike…

Canek corrió hasta llegar a una casa abandonada y maltrecha donde tocó fuertemente la puerta.
-¡Abran rápido, soy yo, Canek!
-¡Canek!, ¿qué sucedió?, ¿quién es ella?, ¿nadie te siguió?
-Descuida Oscar, después de que te fuiste, vi a esta niña siendo atacada por un centinela.- Oscar lo dejo pasar sin perder tiempo. La casa parecía caerse a pedazos, la madera podrida dejaba descubierto algunos agujeros del techo. Caminaron hacia unas escaleras rumbo al sótano, en este una puerta de metal solido y pesado se abrió silenciosamente.
El refugio era el sistema de alcantarillado de la parte vieja de la ciudad. Desde la última rebelión quedo inhabilitado y fue olvidado por el gobierno de ese lugar. Al estar secas estas cloacas, se convirtió en el refugio de unos jóvenes, que eran conocidos como "los monjes negros", por el atuendo que usaban. Esta pequeña organización estaba formada por niños y jóvenes de entre 3 y 22 años, todos victimas y huérfanos de la brutalidad del gobierno actual. Se dedicaban a rescatar niños y jóvenes de las calles así como de darles asilo. Los "monjes" en servicio, eran un grupo multidisciplinario austero. En sus filas habían personas que habían sido hijos de médicos y que por consiguiente se encargaban de los enfermos y heridos, algunos otros tenían dotes para la cocina, otros tenían habilidades para construir refugios en las alcantarillas a partir de desperdicios, otros como Canek y Oscar, tenían un poco de habilidades de combate, Oscar era un buen estratega, Canek era un poco diestro en pelear cuerpo a cuerpo así como lanzando pequeñas dagas. Otros usaban armas punzo cortantes o de fuego que robaban a los centinelas. Entre los centinelas corrían muchas leyendas que giraban en torno a ellos. Se decía que era imposible atrapar a un monje, estos azotaban con puño de hierro y aplastaban a los centinelas descuidados. También se decía que eran los espíritus de aquellas víctimas de las guerrillas, este joven grupo que tenía poco más de 6 años de haberse formado. Sin embargo la realidad en torno a ellos era desoladora, pese a que tenían gente que sabían cómo tratar heridas, no eran médicos en forma, ni cirujanos expertos, habían tenido heridos por arma de fuego que morían a las pocas horas de haber llegado al refugio.
La comida era muy escasa y duraban periodos largos sin comer. Los refugios eran insuficientes e improvisados. La electricidad era robada del sistema eléctrico local, el cual había sido habilitado dando luz a todo el complejo, el agua potable era nieve derretida, la comida era hecha en viejas ollas, las cuales colocaban sobre tambos oxidados de acero llenos de basura en llamas, al más puro estilo de los vagabundos. Ese lugar era un calvario, pero sin duda era mucho mejor que el infierno de la superficie.
-¡Pensé que moriríamos de hambre!, pero hemos hecho un buen trabajo, todas esta raciones instantáneas de los centinelas nos servirán de sustento mientras que llega un nuevo cargamento de alimentos para esos bastardos- dijo Oscar victorioso mientras olía las ollas de sopa que comenzaban a hervir- ¡Ven Canek!, toma un gran plató, te lo has ganado.
-Alimenten primero a los más pequeños y a los refugiados, yo puedo esperar, por cierto encontré esto con el guardia- dijo Canek sacando el revólver y las municiones.
-un calibre .38, con 15 tiros hábiles- dijo otra voz acercándose al lugar donde estaban reunidos Canek, Oscar y otros refugiados- con esto acabaremos con esos perros si se nos interponen.
-¡escucha tu desgraciado!, quítate esas tontas ideas de la cabeza, recuerda esto muy bien, ¡no somos ni asesinos, ni mercenarios, ni militares , no somos igual que ellos!, ¿quedo claro?- lo tomo por la camisa y levantándolo hasta hacer parase sobre las puntas de los pies- ¡no quiero volverte oír decir eso!, las armas son solo para defendernos, no para quitar la vida, las armas son solo las usamos como medio disuasivo, y como última estancia, para silenciar al enemigo en un caso de vida o muerte!- miró severamente al joven armero de 16 años, que había perdido la vista en uno de sus ojos y parte de su dentadura, debido a una golpiza propinada por un centinela- ¡no me hagas arrepentirme de sugerirte como el encargado de armas!.-
-¡Lo siento Canek!, no era mi intención…- se disculpo enseguida el joven mirándolo fijamente a los ojos- pondré esto en un lugar seguro, confía en mí- tomo el arma torpemente y se dirigió al almacén.
-¡Fuiste muy duro con el Canek!- le reprocho Oscar- después de lo que vivió en aquel interrogatorio, de no haber sido por nosotros, no solamente hubiera quedado ciego del ojo.
-Tienen que aprender que no somos asesinos, solamente intentamos sobrevivir y ayudar, eso es todo… por cierto Oscar, mañana al medio día iré a visitar a mi familia despiértame por la mañana para prepararme por favor. No puedo ir con estas fachas.
-Descuida, te avisare- le dijo guiñándole el ojo- vete a descansar, daré la orden para que sellen el refugio y los guardias vallan a sus posiciones. Canek se dirigió a la parte más alejada del refugio, un lugar oscuro y libre de las miradas de sus compañeros, un lugar para estar a solas donde el cansancio lo atrapó y recargándose en una húmeda pared durmió profundamente. El joven armero se acerco sigilosamente a Canek mientras dormía y dejo a lado de él una taza con un poco de sopa, después se retiro para permitirle seguir durmiendo.

A media noche se escucho un gran ruido, como el de un par de cables de alumbrado público que se juntan en medio de un gran viento, haciendo caer una lluvia de chispas, seguido una explosión pequeña.
Oscar despertó alarmado -¡¿que sucedió? -
-Canek, señor... ¡Canek no está!- le gritó a lo lejos el armero que venía corriendo hacia él, cuando llegaron al lugar donde Canek dormía, solo estaba la sopa esparcida por el suelo, pared y techo, como si esta hubiese explotado, pero no había rastro de él, ningún guardia lo vio salir por la única entrada del lugar.
Susurro incrédulo Oscar.-no puedo creerlo… Canek ha desaparecido…

Twilight estaba de nuevo en ese sueño donde ponyville estaba sumergida en las sombras. Comenzó a caminar hacia la fuente de la plaza central, mientras el sonido de sus cascos resonaba con sordo eco. Al acercarse a la fuente, vio a aquel ser bípedo sentado en la fuente, pero por alguna extraña razón Twilight decidió acercarse.
-¿no perteneces a este lugar?- dijo Twilight acercándose hasta quedar a pocos metros.
-¿Puedes ayudarme a salir de este lugar?, ya no quiero vivir más en estas tinieblas, estoy arto de eso, no hay luz en este lugar, aunque encienda una antorcha, no durara mucho antes de apagarse -dijo la silueta gimiendo. Después se paro y se acerco a Twilight. Era curioso, ella no sentía miedo, era más bien como lástima. El ser se arrodillo para quedar a su nivel y la abrazo por el cuello, después le susurro al oído implorante como si fuera un pequeño potro –sácame de este lugar por favor…- A Twilight se le rasaron los ojos sintiendo una gran ternura y contestando su abrazo le dijo sin saber porque –descuida, esta será la última noche -dicho esto, su cuerno comenzó a brillar con una luz violácea llenando todos los rincones de ese lugar con una luz cálida y acogedora.

Faltaban pocas horas para el medio día en ponyville. A pesar de la nevada de esa noche, los comercios ya habían abierto y los ponies ya se veían en las calles, algunos charlando mientras arrastraban mercancías, otros limpiando la acera con palas, inclusive las cutie mark crusaders estaban reparando el letrero de sugar cube corner a escondidas de los dueños, saliendo disparadas y dejando el trabajo incompleto al ver a la applejack acercándose al lugar. Todo parecía ser un día común y corriente en aquel bullicioso pueblo.

Canek despertó y tallándose los ojos a través del pasamontañas, al ver a su alrededor se dio cuenta de que estaba en otro lugar, vio como apenas y se veía un rastro de luz a través de una gruesa cortina que tapaba una ventana redonda, comenzó a explorar la zona levemente con las manos buscando obstáculos hasta que topo con algo duro y alto, siguió subiendo hasta llegar a un lugar más blando "¿un sofá?" se pregunto Canek mientras se quitaba un guante para sentir mejor la textura, siguió recorriendo el "sofá" hasta encontrar un objeto cálido y suave.
-¿Cogines de piel?
Twilight estaba media despierta sintiendo que algo le pasaba por una de sus patas - "Spike ya debe haberse levantado y esta buscando el camino al baño como siempre"- pensó Twilight mientras intentaba reconciliar el sueño, sin embargo notó que algo no estaba bien cuando esa sensación comenzó a subir hasta llegar cerca de "aquellas partes intimas" haciendo que esta diera un grito indignada.
-¡Sucio Spike! ¡¿Qué diantres crees que haces?- abrió la cortina con su magia para dejar al sol pasar y ver mejor que sucedía.
-¿Qué ocurre Twilight?, ¿acaso moje la cama?- contesto Spike adormilado sin saber muy bien que era lo que decía. -¿Que sucede Twilight?, ¿porque tienes esa cara?- al voltear a ver a donde ella, vio la razón.
El grito lo había hecho caer hacia atrás, contra la pared haciendo que Canek y Twilight cruzaran miradas, los dos estaban anonadados por la supresa.
-¡¿Quién eres y que quieres?- grito Twilight sin saber de dónde había sacado el valor, aunque posiblemente era por la indignación que le provoco aquel "toqueteo".
Canek volvió su mirada a la ventana y corrió hacia ella rompiéndola con una de sus botas, asomó su cabeza por la nueva ruta de escape y al ver que no estaba muy lejos del suelo saltó. Amortiguado por la nieve rodo y salió corriendo en dirección a sugar cube corner.
-¡Twilight! ¡Se escapa!,!¿ que era esa cosa?- grito Spike atemorizado por ese bulto negro.
-¡no lo sé Spike!, pero no lo podemos dejar andar suelto por ponyville- dijo Twilight mientras se colocaba una bufanda y corría hacia la puerta para detener la bestia negra.

bien este fue el primer capitulo de mi primer fic, espero les haya gustado, proximamente el capitulo 2, acepto criticas y sugerencias para la proximo capitulo.