Summary: Thor y Loki regresan a Asgard después de los hechos ocurridos en la película de Los Vengadores. El juicio inminente del hijo menor de Odín se aproxima, pero hay un peligro más allá que acecha al reino de Asgard y esta vez el culpable no es el dios de las mentiras. Aunque sin lugar a dudas se aprovechara de la situación para lograr sus objetivos. Versión personal sobre lo que pasara en Thor 2, y hechos que ocurran después. Aunque todos sabemos cuál es el final de esta historia: Ragnarök, tan solo falta conocer los hechos que llevan a aquel desenlace.
Si el destino ya está escrito… Un deseo de un dios despojado de su inmortalidad y conocedor de la verdad ¿Será capaz de cambiarlo?
Disclaimer: Los personajes de Thor, Marvel y demás universos que se vean mencionados en este fic son propiedad de sus respectivos autores en todos los campos.
La historia escrita es propiedad de mi demente, retorcido y alucinante cerebro. Así que pido excusas por si escribo fatal. Se hace lo que se puede :/
Importante: Puede que en algunos momentos (o en todo el fic) me salga del contexto del personaje, de alguna u otra manera. Pero me gusta ver a dioses como el propio Odín desprovistos de sus títulos y toda la parafernalia que tienen encima, creo yo que al final todos somos iguales, humanos, sentimentalistas, débiles, atormentados, algunas veces felices otras veces tristes. Todo dios o humano se ve regido por sólo una ley. Nada se crea nada se destruye, todo se transforma. Y el destino es un simple juego universal que puede ser alterado de maneras inimaginables e infinitas.
Nuevamente disculpas si escribo fatal, lo mío no es esto, son las ciencias xD.
Odín, el viejo y sabio padre de los dioses se mantenía con su típica expresión, inundada de la calma y la sabiduría de los años. Combinando aquella sensación de que el estuviese allí presente, pero a la vez ausente, perdido en sus pensamientos, en la infinidad de acontecimientos que presenciaba y tenía conocimiento, en las acciones que debía emprender día a día por el bien de Asgard… y también perder esa calma frente a los problemas que se presentaban pero sobre todo, lo que ahora llenaban sus pensamientos era la locura de su querido segundo hijo, su fracaso como padre y evidentemente que el destino era algo que estaba escrito. Y, que por más que desease cambiarlo, para el ser más poderoso en todos los nueve mundos, era una empresa totalmente imposible. Tanto Odín, como Loki y todos los residentes de Asgard tenían un futuro preestablecido… o mejor una propia condena.
El padre de todo se encontraba en una de las torres del enorme palacio dedicada a la Astronomia, era circular, y poseía un techo abierto hacia el firmamento, como de costumbre leer las estrellas se convertía en el refugio ante aquellos sentimientos de culpa y la impotencia que sentía, la soledad era una buena compañera cuando Odín no deseaba que sus verdaderos sentimientos fuesen leídos por el brillo opacado de sus ojos. Pero hubo algo que definitivamente alteraba aquella noche, pasos acelerados y agitados, los gritos de un hombre joven, y la guardia que pedía cortésmente que el deseo del rey era no ser molestado.
- ¡Es algo urgente! – grito un muy agitado Thor, abriendo las puertas de par en par, en su mirada había una mezcla de emoción, tristeza, ira, decepción y alegría. No se sabía cuál era la sensación mas predominante en el dios, tan solo se podía discernir que lo que fuese lo que causara aquella reacción en el, tenía relación con Odín, o mejor que este conociera lo que sucedía. – Padre, debemos hablar urgentemente. –
Odín movió ligeramente su mano, indicándole a los guardias que podían retirarse, cerrando tras de sí las puertas del observatorio, luego de posar su mirada sobre su hijo por unos instantes volvió la vista a la bóveda celeste.
- ¿Desde hace cuanto lo sabías? – un ahora muy enojado Thor se acerco a Odín colocándose frente a este mirándole fijamente. - ¡Es increíble padre! Loki está vivo y no planeabas decírmelo ¡Qué demonios te pasa! ¡Es mi hermano! Tantas noches sintiendo tristeza por su supuesta perdida y me vengo a enterar que está con vida… ¡Y su padre no es capaz de hacer nada! – bufo Thor.
- Hace un par de días me enteré de que efectivamente se encontraba con vida. Supongo que al igual que a mí, Heimdall te lo comunicó. – Odín aun se mantenía con la vista de su único ojo sano sobre el cielo, ignorando el contacto directo con Thor. Y sí, Heimdall fue quien hace un par de días se encargó de contar la noticia de que el segundo hijo de Odín, llorado y creído muerto por su familia se encontraba con vida al padre de todos. Pero como era de suponerse de Thor, quien volvía a aquellos arranques de impulsividad de su época de inmadurez, al conocer la noticia salió corriendo sin escuchar todo lo que el guardián de Bifrost tenía que contarle.
- Padre… ¿Lo tomas con tanta calma? ¡Vamos por el traigámosle de vuelta a casa! – el corazón de Thor saltó de alegría con aquella idea, recuperar a su hermano perdido, hacerle entender lo mucho que valía para él y sus padres. Borrar de su mente aquel sentimiento de inferioridad que el mismo se había forjado. Thor sabía que en parte inconscientemente ayudó a que en Loki creciera aquel resentimiento, pero tenía que recordarle a su hermano lo mucho que le estimaba y respetaba. Él lo recuperaría y volvería a ser aquel hermano del pasado que era su compañero en batallas, los buenos y malos ratos. Sí, Thor estaba decidido y su voluntad no se quebrantaría ante nada… pero la mano de Odin sobre su hombro derecho seria un vaticinio de que sus expectativas eran tan débiles como un castillo de naipes.
- Supongo que no escuchaste todo lo que Heimdall tenía para decir. – el ojo bueno de Odín, por fin vio directamente a Thor y un destello de melancolía pasó fugazmente por su mirada a pesar de que el padre de todo aun mantenía su apariencia de serenidad encima. – Sí, él está vivo. Pero está causando graves desastres en Midgard. Su ambición le ha llevado a poner en grave peligro a sus habitantes… - Odín suspiro pesadamente – Ahora es una amenaza -.
La sonrisa de alegría que llevaba Thor en su rostro desapareció como cuando una vela es apagada por una ráfaga de viento, el dios del trueno observó a su padre, tratando de hallar una respuesta, no podía creer que a pesar de todo lo sucedido, de su perdida y del dolor, nuevamente la sombra de la guerra le atrapara. Thor no creía que Loki fuese capaz de volver a dañar, volver a buscar aquel poder, ese ideal estúpido que le corroía la cabeza como ácido y le hacía perder la cordura. – Yo creí… que el… - Thor bajó su mirada, entendía perfectamente que el ataque a la tierra no era más que un hecho para provocarle y causar daño a los seres humanos. Thor se convirtió en uno de los protectores de aquel lugar, no se quedaría con los brazos cruzados. Todas las acciones de Loki, en el fondo eran su culpa, ya que el odio que su hermano sentía por él era lo que le impulsaba a tomar las acciones bélicas contra los humanos. Ellos no debían pagar por él, la única forma de evitar que sangre inocente se derramara seria detener a Loki.
Odín le dio la espalda nuevamente a Thor volviendo a la lectura de las estrellas. – Posee el Teseracto. Y será un peligro total si aquel objeto cae en malas manos, no las de Loki, sino de quienes andan detrás de él. Los chitauri desean el poder del Teseracto, con una fuente de energía tan poderosa, los nueve mundos están en un terrible peligro-
Thor aun no podía creer lo que escuchaba, la última confrontación con su hermano causó graves estragos en un pueblo de Midgard, el cual quedó destruido después de su pelea con El Destructor. Loki llevó al líder de los gigantes de hielo hasta la cámara de su padre, con el único objetivo de enseñarle a Odín que era una persona digna también para dirigir Asgard, sus acciones trataban de ganarse el reconocimiento y aceptación de su padre… ahora Loki perdió tal propósito y por lo visto su ambición creció y se re-direccionó hacia la destrucción. Thor fue a hablar para pedir a su padre ir a salvar Midgard, pero una señal de este con su mano le hizo permanecer en silencio. Aún no terminaba.
- Thor… debes detener a Loki. – sentenció Odín
El recuerdo de aquella noche permanecía muy fresco en la mente de Odín, quien ahora vigilante en la torre de Astronomía, esperaba el arribo de Thor. Desde el día en que marchó, el padre de todo, rara vez se alejaba de aquel lugar y en su ausencia quedaban sus dos fieles cuervos, siendo guardianes por si algo ocurría, o más bien alguien llegaba.
El hecho de mandar a Thor a Midgard implico el uno de unos artefactos mágicos tan poderosos y tan recelosamente guardados por el padre de todos, que eran capaces de realizar la labor de Bifrost y enviar al propio Thor a Midgard, con el puente aún destruido.
- ¿Qué es eso padre? – preguntó Thor observando el pequeño cofre que tenia Odín en sus manos, dentro de aquel objeto se encontraban varias piedrecillas de tamaño irregular, planas y grises, con varias runas grabadas en estas. Las cuales desprendían magia o eso era lo que sentía el dios del trueno.
- Son las piedras de Norn, al igual que tu martillo guardan parte del poder de Asgard. – las piedras empezaron a irradiar un brillo dorado y flotaron en el aire alrededor de los dos hombres, a la vez que una ligera resonancia se escuchaba por el lugar. Las piedras por sí mismas tenían vida y ese ruido era una especie de comunicación entre las mismas. – Y son las que te ayudarán a llegar a Midgard, hijo. –
Thor observó asombrado lo que ocurría, quizá en algún pasado escuchó algo de aquellos artefactos, pero él no era quien colocaba atención en las clases de historia, lo hacia Loki. El dios del trueno suspiro profundamente y se ubicó en el centro de la habitación. – Padre, quiero pedirte algo… - la voz del dios del trueno alcanzó a apagarse con el final de la frase. – Sé que tu y yo somos los únicos, bueno aparte de Heimdall que sabemos lo que ocurre con Loki. Por favor padre, no comuniques nada por el momento al concejo hasta cuando regrese con Loki. El aún es mi hermano y es tu hijo. – el dios del trueno a pesar de todo, aun intercedía por su hermano y las terribles cosas a las que aún era capaz de hacer.- Debemos salvar aquella parte buena que aún reside en él… confía en mi … Por favor. -
Odín se mantuvo en silencio observando a su compasivo hijo, muchos dirían que Thor es demasiado estúpido, otros que el amor que profesaba por Loki creó una venda que nadie podría quitarle al dios del trueno. Sea cual fuera la verdad, no se escuchó alguna respuesta. Ya que inmediatamente las piedras se movieron agrupándose en grupos de tres en ciertas posiciones alrededor del dios del trueno, para luego unirse las unas a las otras por haces de luz dorado, inundando toda la sala y causando que la resonancia fuese más fuerte y armónica. Cuando todo estuvo listo Thor fue inundado por aquella misma luz y una columna dorada cayó desde el cielo, llevándose al dios del trueno hasta la tierra.
Todo lo demás es historia…
Loki sentía aquel sabor amargo de la sangre, una combinación de sal con hierro. Desde el momento en que le colocaron aquella mordaza en la boca, el dios de las mentiras no paraba de apretar y hacer rechinar los dientes, tanto para hacerse daño a sí mismo y estar tragando su propia sangre sin rechistar. Sus ojos se clavaban en cada uno de los presentes como dagas envenenadas, no podía ocultar el odio y la humillación que sentía en aquellos momentos, mientras estaba rodeado por el grupo de bobalicones que se hacían llamar lo Vengadores y que contra todo pronóstico defendiendo a la tierra de su invasión, recuperaron el Teseracto y finalmente le derrotaron. Los odiaba a todos, deseaba su muerte, quería hacerlos sufrir lenta y dolorosamente, haciéndoles pagar su burla, eran patéticas y pobres criaturas. Insectos, basura, la escoria que debía estar bajo sus pies rogándole misericordia, si antes Loki estaba lleno de rencor ahora rebosaba y se envenenaba más con aquel sentimiento. Claro que se vengaría, claro que aplastaría cada una de sus patéticas vidas y disfrutaría hacerlo mientras se revolcaban en la derrota. Antes de que el poder del cubo los llevara a él y a Thor de regreso a Asgard, su mirada con un leve destello de magia se clavó en la persona que encerraba el poder de Hulk, no sería la última vez que se cruzarían sus caminos… Loki lo juró.
Una nueva columna de luz, esta vez de tonalidades azules y blancas, que desprendía mucha más energía que la que invocaron las piedras de Norn, cayó sobre la torre de Astronomía. El viento se arremolinó violentamente, causando que los objetos de la habitación se movieran y que algunos cayeran de las repisas. En el centro de la habitación, el mismo lugar desde el cual hace un par de días Thor partió solo, este regresaba triunfante y acompañado del hombre que fue capaz de causar un terrible daño sobre la tierra, puso en peligro la existencia de los humanos, casi mata lo mata y por poco abre las puertas para lo que podría ser el principio del caos en todos los nueve mundos. Por poco Loki condenaría al universo a una fuerza que con el poder del Teseracto sería el verdugo de los mundos de universo. El dios de las mentiras cegado por su ambición de poder, en aquellos momentos no comprendía el tamaño de sus acciones, pero en algún futuro lo haría y el conocimiento de aquello no le haría cambiar de opinión para nada. Ya que al final Loki siempre seria el sinónimo de caos.
Thor y Loki, al igual que las personas que se encontraban en la habitación estarían cegados momentáneamente por la intensidad de la luz, en Asgard el velo de la noche ya había caído y las estrellas brillaban con intensidad sobre el cielo. En la torre de Astronomía, Odín se encontraba empuñando su lanza y vistiendo su uniforme de guerra, a su lado un grupo de diez miembros de la fuerza élite de los Einhenjar le escoltaban, con sus armaduras doradas manteniendo empuñadas sus espadas y escudos en señal de alerta por si algo ocurría al regreso del dios del trueno.
Thor se mantuvo en silencio observaba de reojo a Loki, sentía pena por su hermano, ¿En qué momento se convirtió en lo que es ahora? Le dolía verlo con aquella mordaza, parecía un perro, ahora Loki, para Thor era la sombra del hombre inteligente, astuto, el consejero, el hermano, el amigo y todas las cosas buenas que fue en un pasado. Detestaba ese ser arrogante que perdió todo el rumbo en su vida tan sólo porque le cegaba el hecho de sentirse la sombra de Thor. Si estuviese en sus manos Thor y conociera desde un principio lo que ocurría con su hermano, estaba seguro que hubiese sido capaz de abdicar por su derecho al trono a favor de Loki, bien su padre en algún momento se los dijo, ambos nacieron para ser reyes, ambos tenían la misma probabilidad de ser unos brillantes gobernantes y llevar a Asgard a la gloria. Ellos podían construir un futuro brillante juntos, como hermanos… pero a veces la realidad y la verdad son asuntos que se encargan de romper sueños y labrar otros destinos. Thor sabía que Odín no era el padre de Loki, que no compartían la misma sangre y que aquello fue el detonante de que el dios de las mentiras se lanzara a un abismo de oscuridad del cual le estaba costando a Thor sacarle. Pero por otro lado bien sabio que a pesar de no compartir la misma sangre, algo si era seguro: en su corazón, en su mente, en su alma, él era su hermano. Su adorado hermano, su mejor amigo y por quien estaría dispuesto a luchar hasta el final de sus días. Thor quería salvarle, quería extenderle su mano para que no se dejara ahogar más en la oscuridad. Pero con situaciones como esta, donde la seguridad de un lugar como la tierra estaba comprometida, cada vez más y más constantemente la imagen de su hermano soltándose y dejando ser tragado por el oscuro y abismal espacio se repetía cada vez más en su mente.
Por su parte ahora Loki se divertía con observar al anciano Odín, altanero como siempre a pesar de haber sido derrotado en uno de los cuantos planes que ejecutaría no se arrastraría como un perdedor, ni mucho menos se humillaría ante su derrota. Puede que los humanos y Thor le ganaran esta batalla, pero no la guerra. Un par de soldados se acercaron a los dos príncipes y de una forma rápida y quizá un poco descortés, tomaron el contenedor del Terceracto para llevarlo a la cámara de tesoros, custodiado por los más altos sistemas de seguridad, que tanto Thor como Loki conocían perfectamente. La tensión en el ambiente era palpable, ninguno de los hijos, bueno sólo Thor quien tenía la posibilidad de hablar no emitía alguna palabra, Odín permanecía impasible, mirando a el par de muchachos frente a sus ojos. Analizando cada movimiento, cada gesto, cada mirada esperando el momento propicio para hablar. Pero en el fondo sentía que aquel sentimiento de culpabilidad que le acompaño desde aquel día cuando Loki se arrojó al vacío le estaba carcomiendo de una forma más punzante y dolorosa. Y nuevamente una pesada e inamovible verdad se presentaba frente a él: todo estaba escrito y todo se cumpliría.
Por su parte en la mente de Loki, el único sentimiento que afloraba era el odio, sabía que el silencio de Odín tan solo era una forma más de humillarle, esa forma en que le observaba, sintiéndose como un padre decepcionado por el comportamiento errático de uno de sus hijos. Si pudiese hablar le gritaría a Odín que dejara aquel estúpido y superficial espectáculo. Si al mostrarse así era capaz de engañar a todos los habitantes de Asgard le importaba un bledo, a él no lo engañaba, sabía que Odín se regocijaba en el fracaso de Loki. Que se moría de ganas de felicitar a Thor, "Bien campeón salvaste la tierra ahora toma una galleta". Loki sentía asco y repulsión por tan solo ver a Odín, estúpido y manipulador viejo, el debería ser llamado el verdadero dios de las mentiras, hacia que todo el pueblo de Asgard comiera de la palma de su mano ya que se encargo de esconder la propia verdad y hacer que todo quedara de tal forma que el único condenado fuese Loki. No tenia deseos de ver aquella falsa tristeza de padre, no deseaba tener sobre él aquella mirada de melancolía de Thor, esa falsedad, todas aquellas mentiras, rodeado de engaño, de bases de arena que se desmoronaban una y otra vez… era algo ridículo, pero la única verdad o mejor el único conocedor de la verdad era a quien le otorgaban el titulo de mentiroso y embaucador ¿Irónico, no?
- Llévenlo a la prisión que se le ha dispuesto. – Por fin hablo Odín sacando de su letargo a Thor a la vez que Loki levantaba su cabeza en señal de orgullo cuando un par de guardias se acercaron a él – Loki hijo de Odín, en una semana serás juzgado por los crímenes de traición, conspiración y poner en peligro los nueve reinos con el uso de Artefactos prohibidos. - la única vez que Loki se vio alterado desde el momento de su captura fue justo cuando Odín le reconoció como su hijo, llenándose de ira y jalando el agarre de los guardias, intentando gritar a pesar de tener aquella mordaza que no era el hijo de Odín, palabras que se escucharon como jadeos, pero que el padre de todos escuchó perfectamente. A pesar de todo lo ocurrido y para sorpresa del propio Odín aun lo consideraba uno de sus hijos, un ser amado.
Loki se marchó acompañado del resto de guardias, hacia una de las prisiones del palacio dejando a Odín y Thor solos, a sus propios modos consternados y preocupados por quien en algún futuro sería algo más que un dolor de cabeza. Thor por su parte observo a su padre, estaba cansado no físicamente pero si mentalmente, aunque momentos antes de volver a Asgard la compañía de sus amigos humanos levanto su ánimo, ver a su hermano en tales condiciones era como una abrupta caída. - Desearía arreglar todo esto, me siento demasiado culpable… - exclamó el guerrero de cabellos rubios, deseaba dormir y meditar todo con más calma, se inclino levemente ante su padre y se marchó del lugar.
Odín vio como su hijo se retiraba, caminó hacia el lugar desde el cual observaba las estrellas, sus pasos eran lentos mostrando que el paso del tiempo hacia mella en su vitalidad, pero más que nada situaciones como esa atacaban su corazón. Amaba a Thor y Loki por igual, pero debía mostrarse como un rey y una de las reglas como gobernante es que nadie te viese débil o afectado por alguna situación. El era la cabeza y el ejemplo de Asgard, el era los pilares que mantenían a todo el reino unido y lleno de la paz, que se ha disfrutado desde hace tantas eras. Pero también él era un hombre, en eso se convertía cuando se despojaba de todos sus títulos, un hombre que tenía en sus manos una de las más terribles de las tragedias.
- Yo también Thor… yo también… - susurro al viento nocturno Odín.
Yo creo que Odín no es de piedra, por esa razón es que en este capítulo me he tomado la libertad de ver un poco en sus pensamientos y en el hecho que se siente culpable por lo que ha pasado con Loki. Así que disculpas si ha salido demasiado fuera de contexto, pero quiero verle sufrir, quiero que de alguna forma pague por ser tan rata con Loki. Pero más que nada él quería cambiar las cosas con su hijo, evidentemente él conoce lo que se dijo acerca del fin del mundo, pero tenía el deseo de cambiar las cosas. Lo que sucede querido viejo Odín es que cambiar el orden del universo requiere una gran fuerza de voluntad, cosa que carece Odín con Loki, si le hubiese puesto más entusiasmo obviamente algo hubiese cambiado, pero Odín es demasiado tranquilo para tomar las cosas.
Las piedras de Norn si existen, están en uno de los comics Ultimate Thor, y han sido una base importante para todo lo que vendrá de aquí para arriba. Asgard es un lugar lleno de misterios y secretos deliciosamente explotables para una trama, especialmente para lo que tengo de teorías que sucederá en Thor 2. También tengo planes para unir la película con lo que sucederá en los Vengadores en su segunda entrega. Muchos planes… planes y más planes, hay que esperar como se dan.
Sé que el fic está enfocado en Loki, pero al ser una historia que encierra a todo un universo y hechos que afectaran a todo Asgard y Midgard, puede que en momentos me distancie del personaje, pero lo que tengo guardado para el dios del engaño es genial y para los fans de Loki y Sigyn ella obviamente aparecerá, tan solo tengo que hacer que las cosas encajen.
Y nada mas por el momento… disfrutad de mis desvariaciones mentales y desde ya pido disculpas por alguna tontería que escriba mal. Hay un puesto de tomates al lado para que me los lancen (¿?)
