Hola a todos!

Este es mi primer fic así que espero que os agrade. Quiero por eso aclarar varias cosas antes de que empiecen a leer: primero de todo aunque algunos de los personajes si sin de creación propia, los personajes de digimon no me pertenecen. En segundo lugar, esta historia no estaba pensada para ser un fic pero a medida que la voy escribiendo me estoy dando cuenta de que podría funcionar así que si encuentran el nombre de Marc, Ryan o Eric que sepan que corresponden a Matt, Tai y Tk en el mismo orden jeje (Más adelante iré incluyendo los nombres que vayan apareciendo ya que en mi ordenador voy a seguir escribiendo ambas versiones). Por último lugar, he intentado corregir el texto al máximo por lo que me disculpo por adelantado si encuentran alguna falta de ortografía que se me haya pasado.

Muchísimas gracias y espero que les guste :)

Prologo:

Cuando la madre de Matt murió, todo su mundo pareció desmoronarse. Su relación con su padre nunca había sido mala pero nunca había sido igual que con su madre y ahora que ella no estaba… esa poca relación que tenían casi había desaparecido. Matt se había encerrado en su mundo desde entonces y apenas pasaba tiempo en casa, se saltaba clases y se metía en algunos problemas. Lo único que parecía hacerle algún bien era la música, exactamente su música y el grupo donde tocaba.

Matt cogió su cazadora y se dirigió a la puerta del piso pero su padre lo detuvo antes de que volviera a desaparecer durante gran parte de la noche.

-Matt, ¿Puedes esperarte un momento?

-Claro papá, ¿Estas bien?-preguntó el chico preocupado.

-Sí, es solo que… Siéntate por favor.

Matt asintió y se sentó en una pequeña butaca de cuero negro que había cerca del sillón del mismo estilo donde estaba sentado su padre. Desde que su madre murió, su padre parecía haber envejecido varios años y estaba siempre cansado y desanimado, apenas comía o dormía y trabajaba turnos extras para poder olvidarse de todo su alrededor.

-Dime papa-preguntó el chico aún preocupado.

-Sé que desde que murió tu madre yo… Siento no haber sido el padre que necesitabas y no haber estado allí para ti hijo…

-Papa, no te preocupes. Sé que has hecho lo que has podido en serio-empezó Matt con un tono reconciliador-tú también lo has pasado muy mal…

-Si… Matt hijo, quiero preguntarte una cosa aunque sé que no te va a gustar pero me gustaría y ayudaría mucho saber tu opinión antes de decidir nada-dijo el hombre algo dudoso.

-Dime papá.

-Me han ofrecido trabajo en Portland, Maine… En el barco de tu tío, tenemos casa allí y todo si acepto… Sería un cambio de aires pero, sé que sería difícil para ti dejar todo esto, la banda, tus amigos… Piénsatelo.

-No hace falta que me lo piense papá, me parece bien, va a ser difícil despedirme de los chicos pero bueno, creo que un cambio de aires nos va a ir bien a ambos.

-Siempre puedes invitar a los chicos a pasar un par de semanas con nosotros, la casa es enorme y hay espacio de sobras para todos, a tu madre… a tu madre le encantaba esa casa…

-¿Cuándo nos iríamos?

-Contra antes mejor. Mañana llamaré a tu tío y seguramente en un par de días ya empezaríamos la mudanza…

-¿El sábado?-preguntó Matt sin esperar respuesta- Bufff, va a ser difícil despedirse de los chicos tan rápido… Bueno papá, yo me voy ya que tengo mucho que contarles.

El padre de Matt asintió y dejó que su hijo se fuera.

Las calles de Chicago estaban iluminadas cuando el chico salió de su apartamento y estaba empezando a llover. La gente iba de un lado para otro metiéndose en las tiendas o portales para refugiarse de la lluvia mientras que otros abrían sus paraguas y seguían su camino con tranquilidad. Matt, a pesar de mojarse, ando unas cuantas manzanas en silencio mientras escuchaba música hasta quefinalmente llegó a un pequeño local al lado de un bar musical donde trabajaba algunos fines de semana.

El local era más espacioso de lo que parecía por fuera. Tenía las paredes acolchadas como un intento de insonorización de este pero más de una vez se habían quejado algún vecino. No tenía ventanas y la puerta era negra de metal macizo. Tenían un pequeño sofá y unas sillas en una esquina y una nevera donde guardaban refrescos y alguna cerveza para "las fiestecillas".

-Llegas tarde Matt-empezó uno de los chicos que estaban allí-¿Al final has caído en las redes de Lorena? Hoy parecía muy convencida en atraparte-preguntó riéndose.

-Nah!-respondió Matt sonriendo-No voy a caer como tu Tai.

Una risa colectiva llenó el local. Matt cogió la guitarra eléctrica azul marino que había apoyada en un caballete al lado de la batería y se sentó en una de las sillas tocando algunos acordes al azar.

-Tengo que contaros una cosa chicos...-Empezó Matt ya con otra expresión.

Tai y los otros tres chicos se miraron entre ellos. Ya sabían que algo no iba bien y se acercaron dónde estaba y se sentaron a escucharle.

-¿Qué pasa Matt?-preguntó uno de los chicos mientras dejaba su bajo al lado del sofá-¿Ha pasado algo malo?

-Bueno... Depende de cómo lo mires Nick-respondió Matt mirando al chico mientras su gemelo se acercaba para ponerse a la misma altura-He estado hablando con mi padre hoy, que por eso he llegado tarde Tai, y hemos decidido mudarnos a Portland.

-¡¿Qué?!-preguntaron Tai y el chico rubio a la vez sorprendidos.

-¿Por qué?-Preguntó ahora el chico rubio solo.

-Tk, mi padre realmente lo necesita, aquí no es capaz de salir adelante después de lo de mi madre y... creo que yo tampoco.

Matt consideraba a Tk como si fuera su hermano pequeño y le estaba costando mucho explicárselo y saber que iba a dejarlo solo allí. El chico era un par de años más pequeño que el resto y había perdido a sus padres cuando era muy pequeño. Desde entonces iba de una casa de acogida a otra ya que nadie quería adoptar a un chaval de 17 años cuando pueden adoptar a un recién nacido y menos si es problemático. Matt se lo encontró un día en problemas en unos callejones cerca del local y lo defendió unos años atrás y desde entonces lo aceptó en su grupo y lo protegió como si fuera su hermano pequeño consiguiendo que el chaval no se metiera en problemas y mejorara algo la relación con sus últimos padres de acogida.

-¿Lo entendéis no?

-Claro hombre-dijo el otro gemelo-claro que lo entendemos. Tu padre necesita esto y es normal que queráis iros de aquí, fue bastante duro lo de tu madre, necesitáis despejaros y es lógico que aquí no podáis.

-Más te vale invitarnos a menudo-empezó Tai pasando un brazo por el hombro de Matt-Y más te vale dejarme alguna chica para mí cuando vaya.

-Pues claro Tai-exclamó Marc riéndose-Pero no hace falta que os invite, podéis venir siempre que queráis, ya sabéis que sois de la familia-dijo Matt mirando a Tk con una sonrisa fraternal-Os voy a echar mucho de menos chicos...

-No puede ser-dijo uno de los gemelos exagerando mucho-Matt se está poniendo ñoño.

Matt sonrió y le tiro una bola de papel que se encontró en el suelo mientras los otros reían ambas bromas.

-¿Y cuándo te vas?- preguntó Tk muy serio.

-El sábado seguramente...

El local se quedó en silencio. Ninguno de los chicos se esperaba que fuera a ser tan rápido. Matt se levantó de la silla, enchufó la guitarra y empezó a tocar una melodía para romper el silencio. Con los primeros acordes, Tai ya supo que canción era y se levantó para unirse a él con la batería. No matters what de Papa Roach. El resto de los chicos también se unieron y estuvieron tocando hasta altas horas de la noche sin volver a hablar del tema.