Esta historia se desarrolla en un mundo ficticio, los personajes son creación de Isayama Sensei. No olviden visitar los otros fic que se encuentran en esta página y disfruten de la lectura.

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¿Hacia dónde escapar?

Una niña corría a toda prisa atravesando la aldea, -agh.. agh.. - sus propios jadeos y respiración agitada era todo lo que se escuchaba, el sonido de su corazón palpitante era cada vez más intenso, si paraba sería su fin, adentrándose entre calle y calle confiaba en perder a aquellos que le seguían.

Ella era muy conocida en esos rumbos, sin padre, sin madre, sin familia, nadie sabía su nombre, nadie conocía su pasado, todo lo que sabían de ella era que robaba, robaba para vivir.

-No escaparás esta vez!- se escuchaba a la distancia, todavía no podía creer que después de tanto tiempo robando y con la experiencia de los años la hubiesen descubierto justo antes de tomar unas piezas de pan

-Oye tú- fue todo lo que oyó, pudo tomar una sola pieza de pan para después escapar a toda prisa entre la aldea que tan bien conocía

Muy pocas veces eran las que había sido descubierta gracias a su agilidad, velocidad y a sus largas y fuertes piernas, pero esta vez fue distinto, solo bastó un segundo para perder lo que sería la comida de todo el día

-Tch- rechinó para sí mientras recordaba sin bajar la velocidad No había podido evitar distraerse al notar la presencia de una pequeña y linda niña rubia parada al otro lado de la calle, quedó tan embobada que perdió la noción y no notó que sus intenciones de robar a aquella pequeña panadería se volvieron tan obvias y torpes alertando inmediatamente al dueño y a los que pasaban por ahí, todo lo que supo después era que iba corriendo mientras era perseguida por un furioso panadero y gente harta de aquella niña ladrona que siempre hacía de las suyas

-TACAÑOS!- Alcanzó a gritar con su voz altanera de siempre antes de perder a sus perseguidores mientras se escabullía dentro de un hueco en una cerca dejando atrás y con las manos vacías a sus perseguidores.

Esa actitud era la que molestaba cien veces más a la gente del pueblo, como si robar no fuese suficiente, era bien sabido que esa pequeña niña tenía un enorme ego que ponía de mal humor a cualquier adulto que se quisiera dar a respetar, siempre gritando, siempre confrontándolos, esa pequeña niña parecía más bien una pequeña bestia peligrosa llena de orgullo, se había ganado su apodo de TITAN DANZANTE completamente, tan salvaje y fuerte, tan ágil y tan rápida, tan rebelde y tan orgullosa, en definitiva, esa niña no tenía remedio. No había duda, todos la odiaban

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Después de tantos años alejada de esa aldea, por fin regresaba nuevamente, al paso del tiempo la aldea se había convertido en un lugar de transición, el territorio se había expandido enormemente y ya se vislumbraban construcciones no tan pequeñas en diversos lugares, en poco tiempo aquel lugar había prosperado tan milagrosamente que apenas podía reconocer si realmente ese había sido su hogar de tiempo atrás.

Así como el tiempo cambia a nuestro entorno, también lo hace con las personas, ya no había rastro alguno de esa pequeña niña que robaba para sobrevivir, Ymir ya era una joven de 19 años, el tiempo la había tratado bien, se había convertido en una joven atlética, alta, delgada y bien parecida, aún permanecía en ella esa mirada desafiante y ese rostro lleno altanería que siempre la había caracterizado, cada peca seguía en su lugar en aquel rostro así como también el sitio secreto dentro del bosque en el que había vivido, era un sitio de difícil acceso, una casa tan grande abandonada en medio del bosque claramente sería muy obvia, pero curiosamente, nadie sabía de su existencia lo que había ayudado a Ymir a tener un techo en donde dormir mientras era una niña, aunque la casa estaba desgastada por los años todavía emanaba la misma nostalgia que Ymir sentía cada vez que llegaba en ella.

A partir de hoy todo sería distinto, ya había puesto aquella casa a su nombre, ahora le pertenecía, durante estos años de ausencia había trabajado duramente para poder regresar con la cabeza en alto. Ahora era una renombrada escritora, cada libro que escribía resultaba en un rotundo éxito así que cuando anunció su cambio de residencia, su editorial no estuvo nada contenta, y después de tanto insistir la dejaron marcharse con la condición de ser puntual con las fechas de entrega.

Sus compañeros y amigos la conocían como "La joven escritora que se ganó al mundo de la noche a la mañana". . . le gustaba como sonaba eso, más sin embargo nadie le quitaría el único apodo que le pertenecía y el que más le gustaba, aquel nombre de TITAN

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Ymir no perdió tiempo, bajó al pueblo para empezar inmediatamente las reparaciones de la casa en donde a partir de hoy viviría, con anticipación había mandado a construir un pequeño cuarto junto a esa enorme casa pues deseaba ver con sus propios ojos el estado en el que se encontraría el lugar después de tanto tiempo, había ordenado a sus trabajadores que dejaran intacta aquella casa con la excusa de querer supervisar el trabajo personalmente cuando llegara.

Bajo la mirada de curiosos el cuarto fue construido, los lugareños quedaron sorprendidos de ver que un lugar así hubiese pasado desapercibido por mucho tiempo, pero gracias a las construcciones y a la urbanización del pueblo ahora el lugar era más notorio

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Ya en el pueblo, Ymir se dirigía tranquilamente tienda por tienda comprando lo que necesitaría de momento, comida, utensilios y cosas básicas mientras terminaba de mudarse, una que otra persona le daba la bienvenida al pueblo, pues era bien sabido que una persona influyente llegaría a vivir en la casa que se encontraba dentro del bosque.

Nadie parecía recordar a la chica Titán, ella solo podía ver lo mucho que habían cambiado los aldeanos, no solo el modo como ahora la trataban sino en la actitud que parecían tener, tenían una mirada más apacible, y las personas que habitaban ahí parecían más relajados alejados de problemas, Ymir no pudo evitar sentir escalofríos por lo que ahora veía, no daba crédito a lo que ahora tenía enfrente, en realidad esa gente parecía feliz, y eso la hacía enfurecer por dentro.

-Todo es gracias a la familia Reiss- Escuchó decir a un hombre mientras charlaba con otras personas dentro de la tienda donde se encontraba

-Desde que la hija de la cabeza de la familia se empezó a hacer cargo de los negocios familiares todo mejoró para el pueblo-

-Aunque solo tiene 17 años parece ser muy capaz, es un milagro lo que han hecho con la economía del lugar- Comentarios así se escuchaban por todo el pueblo, al parecer gracias a una sola familia las cosas iban de maravilla para todos en el pueblo.

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-Así que esto ganaron a costa de mi sufrimiento eh?- se dijo Ymir al llegar a su habitación – Juro que no dejaré a nadie de la familia Reiss con vida- gruñó con rabia para sí entre el silencio de la noche mientras el sueño embargaba su ser, la noche había caído, las preparaciones estaban casi listas, en definitiva, mañana sería un día difícil.