Chica mala

"...vio a Tomoyo alejarse como una sombra solitaria."

-¡Déjalo! – grito corriendo hacia ella -… ¡Déjalo! – volvió a repetir con mas enfado, pero ni siquiera reparaban en su presencia.

No fue muy difícil derribar a Jiru, él era de una contextura normal, y para su mala suerte no era rápido, ni ágil; así que solo tenía que esperar el momento indicado, eso hizo. Le dio un fuerte golpe en la mejilla derecha pues era zurda, él tomado por sorpresa no reacciono rápidamente, (era culpa de su mala suerte), ella lo empujo con fuerza y él pobre muchacho perdió el equilibrio y cayo como costal al suelo. Y mucho antes de cualquier reacción, Daidouji le dio una dosis de múltiples patadas, fuertes e intensas, le eran aplicadas a su estomago, costillas y bueno la primera parte de su cuerpo que se encontrase frente a frente con sus zapatos de puntas de acero, podría adivinar sin mucho trabajo Jiru. ¡Estaba encolerizada, golpeándolo sin piedad! de seguro había sido un mal día y en casi todos los grados se estaba desquitando con Jiru, pero al menos ahora sabría cuales eran las consecuencias de afrontarla y llamarla ladrona en un mal día. Lo único absurdamente bueno es que estaban en un pasillo vació, todos estaban en clases y se encontraban al final de este, frente a la puerta del laboratorio, y los lunes el laboratorio permanecía cerrado y las salas contiguas solas, estaban en reparación; así que nadie vería que una mujer lo estaba golpeando hasta desear la inconciencia.

Pero como siempre dice la historia debe haber un desafortunado, uno que no había entrado a clases después de pedir permiso para ir al baño, uno que eligiera aquel rincón frente a la puerta del laboratorio, un lugar ideal para fumar y calmar los nervios; no era muy difícil pasar desapercibido el olor; una hilera de ventanas iluminaba el lugar y se podrían abrir, así que cualquier cosa con tal de no estar congelándose afuera.

Aquel día, ni siquiera alcanzo a sacar el cigarrillo de su chaleco. Vio a Jiru en el suelo siendo pateado como si solo se tratara de un muñeco de trapo, y el impulso de ayudarlo fue mayor que su adición.

No es que Jiru le cayera demasiado bien, era un idiota que fanfarroneaba su dinero por todas partes, pero en ese instante algo nació en él, algo que solo ocurriría por primera y ultima vez, porque se suponía que Eriol era de esas personas que si escuchaba la palabra ayuda él solo esperaría a que alguien mas la oyera para así irse sin remordimientos. Talvez, era el rostro sudado y la mueca grotesca de Jiru lo que le hizo correr hacia donde ellos estaban.

-¡Ya déjalo! – al no ver reacción alguna se coloco detrás de ella y rodeándola con sus brazos la levanto y alejo eso zapatos con puntas de acero del pobre Jiru

-¡Suéltame! – grito enfurecida al ser tomada por sorpresa – ¡Que me sueltes!

Eriol tuvo que aplicar mas fuerza, porque la sacudidas de la chica eran bruscas y cualquier movimiento mal calculado podría soltarse y abatir contra él… y cuando pensaba en eso… se arrepentía de haber ayudado a Jiru quien ahora con dificultad trataba de reponerse, lo que le hacia plantearse un ¿Y ahora que? ¿Era el turno se Eriol; estar en el suelo recibiendo las patadas? Y principalmente siendo un testigo de la violencia que ella empleaba ¿Estaría muy mal si se defendía a golpes igualmente? Suponía que no, porque todos sabían que Tomoyo no era una mujer a la que se pudiera tratar con delicadeza.

-¡Eres ridículamente fuerte! – exclamo él, una frase que pensó hace momento atrás cuando la vio por primera vez como golpeaba, al pobre Jiru

-Te dije que me sueltes… - advirtió por última vez, sintiéndola jadear cansada, lo que provoco en Eriol presionarla con mucha mas fuerza

Tomoyo, que siempre a sido una mujer… y que por lo demás también lo seguirá siendo, se había acostumbrado y admitido que la fuerza física no era lo suyo, aunque reconocía que salía de los parámetros normales comparados con las otras chicas, pero siendo realistas, ella había aprendido a lidiar con ese problemas siendo mucho mas rápida y ágil, algo que no era Jiru. Por lo cual, para su orgullo, Tomoyo con aquel plan de batalla había escapado de muchas y se había enfrentado y ganado a verdaderas bestias, y no es que fuera indestructible, ojala lo fuera, porque así se hubiera ahorrado muchos golpes y cicatrices

Le aplasto el pie, un pisotón con todas sus fuerzas… Eso él no lo había visto venir

-¡Eres una bestia! – le grito empujándola al segundo que el dolor se expandía por su pie

-¿Qué es lo que tratas de hacer? – preguntaba con violencia una vez se encontrada frente a él

Y él supo que en ese momento, ya Tomoyo se había olvidado de su anterior victima, que por lo demás había huido como un cobarde a la primera oportunidad. Entonces volvíamos a lo que fue su primera interrogante… ¿Y ahora que?

-Solo evite que le hicieras algo mucho peor que unos cuantos golpes – comenzó a ignorar el dolor, pues no quería parecer débil

-Maldito – le llamo - ¿Acaso quieres ser el héroe?

Ya no parecía tan furiosa o almenos no lo demostraba, si bien la prefería así, ese cambio repentino le hacia pensar que en cualquier momento saltaría sobre él y le atacaría como lo que pensaba que era, una bestia. Pero por psicología básica de la vida, sabia que no debería ceder y mantenerse firme... ¡Que ridículo, se estaba metiendo en un embrollo por Hiru! ¡Un estupido que ni siquiera le agradaba en lo mas mínimo!

-¿Y tu quieres ir a la cárcel? Si esperabas que nadie le ayudara, entonces ve a un callejón

-¿Entonces me estabas ayudando a mi? – su respiración era rápida y su postura era rígida con los brazos cruzados – Por que no debiste hacerlo

Eriol sabía que aquella conversación podía durar mucho tiempo, que si se ponía a la defensiva igual que ella, solo lograría una inconveniente complicación

-Solo respóndeme, es curiosidad – tuvo que atreverse a preguntar - ¿Qué es lo que hizo para que lo golpearas así?

Fueron los segundo indicados que hicieron pensar a Eriol que ella no respondería, pero para su sorpresa no fue así

-El idiota – escupió el insulto con un profundo desprecio - Me acuso de ladrona y exigía que le devolviera un dinero que supuestamente había tomado

Hipócrita, pensó Eriol

-¿Y le robaste? – inquirió cuidadosamente

-No, al menos no el día de hoy – respondió socarrona –Deja de ser molesto Hiraguizawa – dijo sin darle demasiado importancia al personaje que tenia frente a ella

Pero aquel personaje, por segundos, se sorprendido de que ella supiera su apellido, claro,… después no le sorprendió tanto cuando recordó que eran compañeros en el mismo salón, y ahora pensaba que esa era la primera vez que cruzaban palabras, aunque tampoco era sorprendente ya que ellos dos no tenían manare de relacionarse, bueno, nadie tenia manera de relacionarse con Daidouji

-Será mejor que me vaya o el director me comenzara a buscar y lo último que quiero es escuchar a ese viejo – decía casi natural como si de repente se llevara una conversación casual, ella recogía su bolso y otras cosa que estaba desparramadas en el suelo, al parecer Jiru también se había pasado de listo - Realmente no quiero seguir discutiendo pero te diré una cosa Hiraguizawa…

Otra vez, el cambio drástico que no podía entender, ahora sus ojos era como la parte filosa de un cuchillo

-… Más te vale que no te vuelvas a meter conmigo ¿bien?

-¿Es una amenaza? – pregunto en una reacción espontánea para dejarle en claro que no se dejaría intimidar

Tomoyo no respondió enseguida, se fue acercando de apoco hasta quedar a una distancia que resultaba normal, ni demasiado cerca ni muy lejos, pero como se trataba de Tomoyo para Eriol siempre seria demasiado cerca, como si sus narices se rozaran.

-¿Amenaza?... ¡Claro que no! – respondió con una sonrisa exageradamente cínica – ¿Acaso crees que voy por el mundo amenazando a la gente?

Eriol trago saliva y quiso guardar silencio para no seguir alimentando aquella conversación. Tomoyo se dio cuenta.

-Solo digo que no te involucres en mis asuntos. Ojala que estemos de acuerdo – dijo

Se fue en un paso rápido y el chico se quedo con la vaga sensación de que aquel acuerdo, no se iba a concretar.

El día continuo, y Eriol logro olvidarse del cigarro que no pudo fumar. Habìa pensado una correspondiente justificación para su demora, pero se relajo cuando noto que el maestro ya no estaba en su lugar haciendo las aburridas clases, ahora quien estaba al frente era Natsu y no hablaba de matemáticas, si no del lugar que se haría la pre-fiesta de despedida. Había un desorden general y el montón interesado en la fiesta se reunía alrededor de Natsu, otra idiota más, según él.

Sentado ya en su puesto no le quedo más que esperar. De la multitud surgió un chico de cabello oscuro, de atractivo rostro risueño

Takashi Yamasaki era su amigo, un buen chico. Tenía un muy buen sentido del humor y volvía las cosas más sencillas

-¿Y el profesor? – pregunto sin interés

-Hay una reunión en la oficina y tenemos libre hasta la próxima hora ¿Dónde estabas?

Fumando, hubiera querido decir pero, una estupidez, era la verdad.

-Nada – pensó que seria mas apropiado – ¿Todavía están con el escándalo de la fiesta?

-Sí – dijo rodeando los ojos – Aun no saben en que casa hacerla, Kisho ya presto la suya y Natsu también y creo que sus padres no están

-¿Y cual es el problema?

-Que ella estará en la fiesta – dijo bromeando.

…Yamasaki tenía bunas cualidades, que siempre lograban separar un poco a Eriol de él

En la evolución de la escala social Eriol se estanco en el medio; Yamasaki evoluciono hasta formar parte de ese exclusivo club llamado popularidad ¿Y porque no? Debía reconocer que era inteligente, apuesto, con un aire dulce e infantil, carismático, sociable, y poseía ese "no se que" que le agradaba a todos

Ese "no se que" también cautivo a Eriol

-En ese caso… - se le ocurrió en ese instante, sacar de su bolso un libro de historia, un cuaderno y un lápiz

-¿Qué haces? El profesor no esta – decía Yamasaki confuso

-Iré a estudiar a la biblioteca

-¡Me frustras Hiragizawa! – dijo dejando caer sus brazos a los lados - Hazlo en otro momento quieres

-No todos somos tan inteligentes como tu Yama – calculó el complaciente halago - Y no puedo reprobar el próximo examen, prefiero ir a estudiar que perder el tiempo

-De todas formas,… En fin, nada saco con persuadirte si nunca me escuchas, será mejor que vayas y envidies mi inteligencia

-Siempre lo hago – le respondió con una sonrisa amistosa

-Entonces ve a estudiar – le dijo batiendo su mano elogiado - Ah por cierto, ¿Viste a Jiru?... ¡Un camión le paso por encima!

Que rápido y que estupido, pensó. Mostrarles a todos los demás sus golpes, como si no supiera que para mucho era un placer. Podía imaginar a todos hablando, murmurando y diciendo cosas tales como "me hubiera gustado ser yo el que lo dejara así" a Eriol le hubiera encantado ser ese "yo"…

Y solo era el idiota que le ayudo.

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La biblioteca era amplia, las autoridades académicas realmente se habían esforzado en aquel lugar, la cafetería podía ser un asco pero la biblioteca ¡vaya que era envidiable! Poseía dos pisos, y estantes llenos de libros, arte pegado en las paredes, mas libros y algunos exclusividad del año, una escultura abstracta en el centro, ¡y mas libros!, mesas de fresca madera de algún árbol mutilado y una bibliotecaria decente, al menos en facha.

Es bien sabido lo importante de tener un lugar ameno donde estudiar, concentrarse, descansar y otras cosas más. Eriol lo sabia pero antes de echarse un siesta, lo primero es lo primero, e historia lamentablemente en su hoja de notas era lo ultimo y no podía darse tal lujo o perdería la beca, dios sabe que si el perdía le beca se tiraría del edificio de la escuela con gritos de odio y maldiciones para sus compañeros y profesores. Todo, absolutamente todo su futuro dependía de una cartilla que aseguraría su viaje a Europa, a París esencialmente, donde estudiaría literatura, como siempre fue su sueño aquel mismo que alentó su padre y del cual su madre podría decirse, no orgullosa pero conforme. Tenía el dinero mas que suficiente sumado al de la beca, tenía un montón de libros diccionarios y cd para aprender frances en menos de 3 meses según decía la portada, tenía el pasaje, la autorización de su madre…Y solo una calificación, unos números de menos o de más… ¿Qué color utilizarían en él rojo o azul?

Termino de leer la primera página.

Estaba cansado y sentía que todo era inútil. Quedaba menos de un mes para la graduación…

¿Un olor dulce? Sí, era ese agradable aroma a vainilla y frutilla. Agradable solo, hasta que lo tenía demasiado cerca, lo suficiente como para volverse cargante, y producirle ardor en las narices,… En ese aroma se bañaba Mitsuki, una mujer hermosa, caprichosa y fría, novia del mas popular un tal Takeshi, ella la diosa del instituto la cual odias y detestas pero ruegas porque te hable almenos una sola vez… la diosa que se inclinaba y se abrazaba a su espalda presionándola con sus senos, rodeándole el cuello con sus brazos, la diosa que le mordía la oreja juguetonamente y, que se cercioraba de que nadie mas estuviera por ahí, nadie que pudiera verla abrazar provocativamente, ella, la diosa del instituto… a un mundano Eriol Hiraguizawa.

-Te vi entrar y te seguí – su voz era sensual – Pensé que tu también me podrías buscar acá

Su tibio aliento le acariciaba la oreja

-Mi vida no gira alrededor tuyo Kaho – corto de un solo golpe el ambiente y la intención de la muchacha

Kaho se enderezo y sentándose en la mesa cruzo sus torneadas piernas haciendo que la falda se recogiera de forma tentadora, pero Eriol no le presto atención, quien diría, la revolución francesa de repente era mucho mas interesante.

Ella ofendida exclamo:

-Que desagradable eres a veces

-Lo siento – se disculpo por mero tramite – ¿Qué quieres?

-Quería verte, ayer te fuiste y me dejaste esperando… Eso no se le hace a una chica

-Lo siento – otro tramite mas – Tuve cosas que hacer…

-Ya no importa – quería retomar su propósito primero - ¿Qué haces? –decía acariciándole el dorso de la mano con la punta de sus dedos haciéndolos danzar suavemente

-Estudiando… - aparto el toque, con la excusa de querer escribir

-Aah – Kaho entendía el rechazo pero no se daba por vencida - ¿Iras a la fiesta de Natsu?

-¿Será en su casa? – curioseo

-Si, eso escuche ¿Iras?

-No lo se… - fue la seca respuesta.

Y lo que continuo fueron quejas por parte de Kaho, para que desistiera de su "no se" y se transformara en un "si" rotundo y ella siempre encontraba mejores formas de convencerlo… Pero Eriol no estaba de ánimo, vaya que no, en ese momento los miles de atributos de la muchacha no le servían y mucho menos ayudaban de nada

Kaho era buena cuando se trataba una noche de pasión, Kaho era buena para aumentarle su ego, Kaho era buena para pasar solo un momento con ella, ¿como lo era su perfume? Recordó la comparación que hizo alguna vez; observar a Kaho de lejos era agradable, pensar en querer estar con ella se volvía un sueño ferviente por alcanzar,… pero cuando Kaho ya estaba ahí, se volvía odiosamente molesta como un ardor de nariz, auque claro este mutaba aun agudo dolor de cabeza.

-Supongo que podría ir – término por decir mientras daba vuelta la página

-¡Tienes que ir! – exclamo olvidando que estaba en una biblioteca - La pasaremos bien. Te voy a estar esperando no me puedes hacer una grosería

-Es gracioso oírte decir eso – dijo con una media sonrisa - ¿Acaso no iras con Takeshi?

El rostro de Kaho hizo una extraña mueca de asco

-Si pero me dejara sola, como siempre lo hace… - invariablemente su manera de quejarse era tan caprichosa

Después de alcanzar tal sueño, aprendes que el sueño es aburrido y a veces agotador

-… Lo que me hace pensar seriamente en terminar con él y quien sabe – la seria insinuación hizo reír internamente a Eriol – Tú y yo, podemos dejar de escondernos

-Kaho… - hizo un pausa, reemplazo un rotundo olvídalo por un dulce –…Me gustaría mucho

Y ella hizo lo que Eriol esperaba que hiciera, se lanzo sobre él y comenzó a besarlo sin restricciones dejándose llevar por esas ultimas palabras, para ellas románticas y sinceras; para él una burla a su ignorancia, pronto dejaría aquel lugar y estaba mas que claro que ella ni siquiera lo imaginaba,…

-¿Iras a la fiesta? – separo sus labios, estaba agitada

-¿Tengo otra opción?

-No

Los besos continuaron, Kaho sabía complacer físicamente, Eriol creía que así podía esconder sus muchos defectos. Unos murmullos la alertaron, la diosa del instituto se alejo y se fue de un momento a otro, quizás ese era su lado más interesante, Eriol nunca sabia en que momento Kaho se daría a la fuga. Ella se iba… y el tiempo simplemente continuaba.

No había mucho que saber sobre Eriol, suficiente era darse cuenta que Kaho jamás daría a conocer que mantenía una relación con él, no iba a tono con la popularidad de ella, a pesar de que poco a poco se estaba enamorando, pero eso hablaba mucho mas de la frivolidad de Mitzuki que de la vida social de Eriol.

Nadie podría hablar de Eriol con libertad y confianza, él mismo se había encargado de mantener distancia, pero no lo suficiente como para ser tildado de solitario. De ropas gastadas, de pelo color negro azulino que rozaba los hombros, tez blanca, de indescifrables ojos azules, mas bien alto y delgado. Podría sacarse mucho mas partido, si se cuidara un poco, le reprochaba Kaho. Se mostraba agradable, y a pesar de su seriedad no era intimidante, tenía una buena cantidad de amigos, pero para él esos cuatro años de institutos habían sido tan planos y sin gracia como el pecho de Nayoko.

Quizás esa era su mayor frustración, no saber sacar partido ni experiencia de la vida, la monotonía regia en su tiempo, su humor y su carácter... Desesperado buscaba algo que le diera vida y poder encontrar algo más en el paisaje.

Era buen alumno, lo que podría considerarse un buen amigo y no tenia problemas con nadie…

Pero también había cosas interesantes.

Lo interesante siempre es hablar de las cosas que no se saben ¿como que?; mantenía una relación con Kaho nadie lo sabia ni siquiera lo imaginaban, que fumaba frente al laboratorio o en la azotea o en la parte trasera del patio, ese lugar que mágicamente escapaba de la mirada de todos, nadie sabia que había sido él quien activo la alarma de incendios, para salirse de un examen porque no había estudiado. ¡Ja! Aun creen que esa fue Daidouji, o que el había liberado las ranas del laboratorio, esas que se debían abrir y observar, unos 100 saltarines verdes partiendo por todas parte, asustando a las chicas, buscando libertad, un charco y salvación; muchas murieron aplastadas…

Le dolía el cuello, no quería saber nada más de la maldita revolución francesa, mañana seria el examen y su propia irritabilidad no le dejaba concentrarse. Salio de la biblioteca y con agrado noto que las clases aun no se retomaban pues todos deambulaban sin presiones por los pasillos.

Para su placer personal en el camino ha su casillero alcanzo a ver desde lo lejos como Kaho y Takeshi mantenían una discusión, vio también a Tomoyo caminando y observando al su alrededor con esa mirada de serpiente… Dejo de observarla, no quería que sus miradas se cruzaran. Termino por chocar con alguien.

-¿Tienes un minuto? – pregunto Fudo, un muchacho de cabello anaranjado y pecas, la mirada temerosa le indicaba a Eriol que otra vez tenia una de esas crisis

-¿Qué pasa?

-Esto es vergonzoso… me preguntaba si tenias – se acerco, demasiado para el gusto de Eriol – Necesito dinero

No entendía porque parecía tan misterioso y solicitaba de manera tan secreta el préstamo, usualmente era más descarado.

-¿Para que lo quieres?

-Es urgente, lo necesito urgentemente

-¿Para que lo quieres? – insistió

-Necesito unos cien…

-Fudo ¿Qué sucede? ¿Acaso estas drogado?

-¡Eriol! – alzo su voz en un susurro desesperado - ¿Tienes dinero? ¿Me prestaras si o no?

-Lo siento – movió su cabeza de un lado a otro – No tengo…

Se logro calmar, casi con alivio ante la negativa

-No importa, esta bien amigo nos vemos después – dijo dándole unas palmaditas que le indicaban que todo estaba bien, con una sonrisa amarga se alejo

Podría haberle prestado, pero últimamente aquel chico tenía serios problemas, hace mucho que se rumoreaba que tenia alguna clase de adicción, Eriol sospechaba que eran a unas pastillas que Fudo comento, que tomaba para el insomnio y continuamente al pasar el tiempo, le seguía comentando lo espectaculares que eran. Adicto a pastillas para el insomnio, no sonaba muy bien… tal vez debió haberle prestado

Metió sin cuidado alguno su libro en el casillero. No podía dejar de pensar en Fudo, lo imaginaba en el baño de hombres desmayado por una sobredosis o robando una farmacia, luego pensó que, lo más probable era que ocurriera en el orden contrario.

-Tienes una cara, amigo…

-Yama ¿Qué haces?

-Quería decirte que hoy no podré juntarme con ustedes

Yamasaki se refería al grupo de amigos, nada espectaculares, con quien se juntaban en el centro casi todas las tardes; tan solo para perder el tiempo, todo con tal de no estar encerrados en casa… Últimamente Eriol se estaba hartando de ellos, ¡Que desmotivación era su vida!

-¿Por qué no?

-Debo quedarme a limpiar el salón. – respondió Yamasaki

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-Será mejor que termines pronto o me iré sin ti – le decía, Eriol sentado sobre uno de las mesas

-¿Por qué no me ayudaste? – se quejaba el otro – Creí que si te quedarías era para ayudarme

-Suficiente el que me haya quedado acompañarte… Además ya terminaste, no me hubiera gustado entrometerme, has hecho un muy buen trabajo

Yamasaki le dedico un mirada de desprecio, la burla descarada e inutilidad no le hacia mucha gracia. Tomaron sus cosas y salieron del lugar, las calles estaban vacías según lo que podían ver, aun húmedas por las lluvias pasada, desiertas, ensombrecidas por un cielo nublado y una prematura oscuridad

-Escalofriante – murmuro Yamasaki envolviéndose la bufanda en el cuello

Eriol metió sus enguantadas manos a los bolsillos, la primera gota cayo en su mejilla, la segunda en su frente y la tercera nuevamente en su mejilla, pronto cayeron por todas partes Yamasaki tenia razón, era un poco escalofriante nadie caminaba por ahí, pobre de los que aun seguían en el edificio.

Lo que seguía a la cuadra del instituto, era su mas antiguo vecino, una horrible fabrica, que en sus bellos tiempo se encargaba de hacer productos químicos, nada fantástico solo, detergentes, jabones, desengrasarte, etc. … Tristemente ahora solo quedaba una construcción terrorífica, solitaria, que lucia un triste color oxidado y los pájaros que decidieron vivir sobre ella, gritaban y cantaban tristemente, dando la impresión de escuchar un llanto… Eriol siempre odio ese lugar, nunca le agrado pasar por su lado, creía que en cualquier momento algo o alguien asomaría por las sucias ventanas, no era miedo lo que le causaba era una sensación mucho mas incomoda…

Se detuvo de golpe. Un brazo en su pecho detenía sus pasos y ponía fin a sus cavilaciones.

No alcanzaron a cruzar la calle, Yamasaki se lo impidió, apegándose a la pared, un movimiento de cabeza le indicaba que viera lo que llamaba su atención. Eriol se asomo, por sobre su amigo. Era Tomoyo Daiduji, solo podía verle el perfil, tenia sus manos en los bolsillos, el mentón le temblaba levemente por el frió, y movía los pies inquieta

-Es hermosa… - mascullo Yamasaki

No, no hablaba de Tomoyo Daidouji, era de la mujer que estaba frente a ella, apoyando su espalda en un auto azul marino reluciente, brillante reflejaba el poco agraciado cielo. La mujer tenía cabello negro como la noche y de un largo espectacular. Era alta y esbelta, seductora; estaba envuelta en un elegante abrigo gris que no alcanzaba a cubrir su pantorrilla, llevaba falda. Sus ojos rojizos, eran analíticos y calculadores…

-Vamos – propuso molesto ante la execiba curiosidad de su amigo

-Estas loco… – y lo miro como si estuviera loco - ¿Quién crees que sea ella?

-No me importa – indico

-A mi si – decía Yamasaki más obstinado

-Podemos irnos Yamasaki, no te comportes como una vieja chismosa

-Espera un poco…– le reclamó – Solo quiero saber quien es la otra mujer, parece una modelo ¿Qué hace con Daiduji? Probablemente intenta robarle… Nunca he visto una mujer como ella. Estoy enamorado… Además si Daisouji tata de robarle, tenemos que ayudarla

-Deja de hablar incoherencias – señalaba con reducida paciencia hacia su amigo

Ella cruzo sus piernas, el sonido de los tacos se hizo fuerte en aquel silencio. Eriol y Yamasaki se quedaron atentos e interesados

-¿Estoy esperando? – era una voz, suave, firme y amenazante – No me gusta tener que venir a buscarte Daidouji, es molesto.

-Entonces no lo hagas – respondía la otra bravucona

Eriol noto inmediatamente, que en aquella situación Tomoyo estaba en desventaja, era una obvia impresión.

-Solo dime cuando y ahorrémonos todo esto

-No lo sé, ya te dije – Tomoyo bajo los ojos, y su actitud se volvía cada vez mas alerta- Para mi es una cantidad grande de dinero y para ustedes solo una limosna ¿Cuál es el apuro?

-No se dan limosna Daidouji. Sí, es una cantidad patética - decía asintiendo - …Y poco importante, pero yo solo vengo a cumplir mi trabajo, sea o no sea importante la cantidad… No me hagas explicártelo con dibujitos por favor

Lo disfrutaba, Eriol veía como la hermosa extraña disfrutaba su posición por sobre Daidouji, buscaba angustiarla y molestarla. Como si la odiara. De seguro la odiaba, todos odiaban a Daidouji.

-Por ultimo – la contrariedad que adopto al verse humillada le hizo alzar su voz desafiante – No es mi deuda, es la de mi padre ve con él

-Esa basura, no me hagas reír – rió cruelmente –… Si lo fui a ver… Da lastima, estaba tan ebrio que no podía ni hablar, es mas – reía al recordar – Volvió a pedirme dinero prestado ¿sabes? Ni siquiera le importas tú, o su dignidad

Cerró los puños con tanta fuerza que logro romper la piel

-No me hables tú de dignidad – a la morena se le borro la sonrisa de inmediato – Dime, acaso no estaba igual de ebrio cuando le prestaron dinero… Tu jefe es una basura, un pobre imbecil, una basura patética que lo embauco sin motivo alguno

-Será mejor que te calles – se enderezo amenazante

Tomoyo se puso a la defensiva, la lluvia de a poco se intensifico y Eriol no podía creer que estaba parado escuchando algo tan personal, algo sobre Tomoyo, nadie sabía demasiado sobre ella y ahora, Eriol con haber oído todas esas cosas, sentía ser parte importante de aquella intimidad

-Entonces vete de acá. Y dile de mi parte, que no tengo dinero y que no es mi deuda. ¡Por dios. A que clase de imbecil se le ocurre hacer negocios con un maldito ebrio…!

Un silencio se produjo después de esa última frase, un vació de tiempo inquietante, una tensión que logro envolver a Eriol y Yamasaki

-Sacaran las armas – alcanzo a oír Eriol de los labios de su compañero

-Me voy – declaro la muchacha

Y de un momento a otro comenzó a caminas dándole la espalda a la otra mujer, esta no reacciono de ninguna forma ante aquel grosero agravio, pero se advertía que era capaz de ir tras ella, la atacaría por la espalda, Eriol lo podía ver venir… Sin embargo, para sorpresa de los tres Daidouji dio vuelta en sus talones y respiro profundamente

Se veía tan agotada, Eriol por pequeños segundos le pareció conocerla profundamente hasta lograr identificarse con esa parte triste y solitaria, que dejo a relucir en aquel suspiro.

-Dile… - solicitaba en un tono no menos arrepentido o modesto, pero si calculado – Que en cuanto tenga el dinero se lo daré, solo necesito más tiempo

Reconoció sentir un, auque le era desagradable admitirlo, un respeto por ella. La otra mujer acepto el pedido, sabiendo que mas nada podía hacer. Se metió de inmediato al auto. Eriol vio a Tomoyo alejarse como una sombra solitaria.

El suave sonido del motor alerto a Yamasaki quien asustado apego todo su cuerpo a la pared, como si hubiera sido atrapado, un fuerte chirrido de las ruedas contra el pavimento y un rayo azul marino último modelo, paso por su lado. Por unos segundos se quedaron mirando sin decir palabras, hasta que Eriol decidió seguir su camino.

-Esto ha sido muy extraño ¿No crees? – a Yamasaki le brillaban los ojos, estaba emocionado por lo que acababa de vivir, saber algo sobre Daidouji no tenia precio, él azulino pudo notarlo.

-Su padre se endeudo y ahora ella es la que tiene que lidiar con ello – exponía Eriol – No es nada del otro mundo.

-Aun así – seguía diciendo - ¡No viste esa mujer, ese auto!

Eriol no hizo ningún comentario al respecto, seguía pensado que la reacción de su amigo era exagerada, pero podía entender el hecho de que saber alguna debilidad de Daidouji terminaba siendo interesante, desde el punto de vista de Yamsaki se convertía en un buen tema para habladurías. Sin embargo, él, fue capaz de ver dos caras, la fuerte y potente que era capaz de golpear a Jiru con dureza y crueldad; y la que pudo ver ahora, un rostro gris e impotente que le hizo reconocerse en el

-¿Crees que esta relacionada con la mafia? – Yamasaki y su fértil imaginación era la que hablaban – ¿No te dio miedo? Sentí lastima por Daidouji

No había razón por la que sentir lastima por Daidouji, algo le decia que no era necesario.

-No les contaras nada a nadie mañana – advirtió Eriol ignorando por completo el resto de la conversación

-¿Por qué? – dio a lucir su notable desacuerdo

-Será mejor que no te metas con ella – le aconsejo, temiendo que su tono afable y preocupado no hiciera efecto.

-No voy a meterme con ella, solo voy a contar una situación de la que fui testigo

-Dudo que ella le guste que hables de sus problemas, solo deja el tema quieres – decía molesto, ante la infantil manera de su amigo

Yamasaki lo vio fruncir el ceño, así que mejor dejo el asunto para no crear ninguna discusión, después de todo tenían que seguir caminado una buena cantidad de cuadras juntos

-¿Qué tan peligrosa crees que sea Daidouji? – pregunto por ultimo, tratando de medir la paciencia de Eriol, respecto al tema de conversación

Este solo rodó lo ojos

Ya no tenía ganas de hablar de ella, había sido suficiente de Tomoyo Daidouji por un día… ¿Qué tan peligrosa era? No lo sabía a ciencia cierta, pero le bastaba con imaginar al pobre Jiru, lo contraproducente que era el rememorar ese asqueroso rostro sudoroso, retorcido de dolor. Lo que le había ocurrido solo por haberse metido con Tomoyo Daidouji. Que desagradable imagen para tenerla como recuerdo

Continuara.

Una nueva historia, con un aire muy diferente… espero que les agrade y que sea bien recibido este es el primer capitulo… y como es primer capitulo, no puedo comentar mucho, ojala y les aya agradado los personajes, sus personalidades… y que les aya enganchado lo suficiente como para querer el prox capitulo de Chica mala n.n

Espero sus Rw. Ánimos, quejas, consejos, acotaciones… etc.

Un abrazo, besillos, bye!